Regreso a las raices (Libre)

El dia habia llegado, esa mañana partirian a recuperar lo que por derecho era suyo. Los santos se encontraban formados justo a las afueras de Asgard, la tierra que los habia acogido ppr tanto tiempo, en primera fila los diez dorados y detras de ellos los santos de plata y bronce, en frente de la formacion yacia la diosa Atenea quien miraba con dulzura a sus guerreros y les saludo.

-Debo empezar por decirles que Sage perdio la vida anoche, al parecer habia algo mas detras de sus acciones y alguien planeaba usarlo para una traicion mas grande al santuario asi que decidio acabar con su vida, pero a cambio nos lego un nuevo santo de leo. Me entristece la noticia sin embargo no tenemos tiempo para despedir debidamente a nuestro patriarca-

La diosa agacho la mirada y se quedo pensativa, pero despues de unos momentos la volvio a alzar.

-Hay un enemigo alla afuera que nos espera, un enemigo con un poder mas alla que el de los mismos dioses, sin embargo tengo fe en que acabaremos con esta amenaza para la tierra. Pero primero debemos unirnos a un fuerte aliado y recuperar nuestro santuario, asi que avancemos-

La diosa los miro con una gran seguridad reflejada en sus ojos y les dio la espalda. Un aura dorada emano de la diosa revelando el gran poder de esta quien alzo su baculo en posicion vertical sosteniendolo solo con su mano derecha, no habia duda de que se trataba de la hija de Zeus. En un movimiento agil, la diosa golpeo su baculo con el suelo y algo sucedio.

Un destello cegador nublo la vista de los santos y cuando estos recuperaron la vista un par de segundos despues pudieron notar que se encontraban en el santuario ateniense, pero esto no era todo, frente a ellos se encontraba Poseidon, el rey de los mares, quien a su espalda tenia a sus generales marinos en primera fila y varios santos de bronce y plata detras de su fuerza principal, la visita no era sorpresa para el.

Por la mañana de aquel dia, el dios de los mares hizo algo que pocas veces hacia, salir del templo que antiguamente le pertencia a Atenea. El dios habia solicitado la presencia de todos sus soldados en la entrada del santuario la noche anterior.
Al llegar a la entrada del lugar pudo ver a sus guerreros formados y les hablo.

-Mis marinos, hoy es el dia de demostrar que nuestra fuerza es la mas temible, un gran enemigo se erige ante nosotros y es nuestro deber detenerlo. Ahora que la diosa Atenea esta de vuelta uniremos fuerzas con ella para vencer a este enemigo, den lo mejor de ustedes y demustren su poder.-

El hombre miro con orgullo a sus guerreros y se dio la media vuelta al tiempo que un destello dificultaba la vista y segundos despues aparecia Atenea acompañada de sus santos-

-Atenea, es un honor que por fin estes aqui de vuelta, supongo que sabes las cosas que tu representante hizo mientras tu no estabas, pero no estoy aqui para reclamar eso. Debes saber que tienes suertes de que yo, Julian Solo sea quien controle el poder de Poseidon y no el hermano mayor de Zeus, de lo contrario la historia que falsamente profesaba Sage podria ser realidad, pero olvidemos eso y dime que has resuelto en el olimpo-

El dios de los mares miro a la joven diosa con duda en sus ojos.

Atenea hizo una reverencia ante el dios de los mares y con un semblante seria le hablo.

-Lamento lo que Sage provoco y se que el tambien lo hizo pues el mismo eligio pagar su crimen con su vida. Por otra parte... Lamento decir que los dioses han elegido no intervenir en este asunto y nos han prohibido a ti y a mi intervenir en ese asunto, ellos claman que este es el castigo que la humanidad se ganado y parece no importarle que la humanidad sea destruida por Cronos-

La diosa reflejo en su rostro la angustia al recordar la sentencia que los dioses habian proclamado para la humanidad, sin embargo abandono la sensacion y volvio a dirigirse al dios de los mares.

-Parece que el inframundo esta siendo atacado en este momento por la fuerza de Cronos y es por eso que los dioses no han condenado a los dioses de la muerte pacifica y del sueño ya que ellos solo defienden el honor y el reino de Hades-

Atenea dio un par de pasos para quedar frente al dios de los mare y le miro con determinacion.

-Debemos defender este mundo y lo sabes asi que necesito que me devuelvas el control de este, que desde la era del mito fue mi santuario y donde se encuentra el arma de Cronos, ademas debemos unir fuerzas para enviar a nuestros guerreros a detener a esta amenaza tan grande-.

El dios de los mares miro a la diosa que se encontraba frente a el ahora.

-Debo decir que' me alegra que ni el mismo patriarca este por encima de tus leyes, aunque hubiera preferido ser yo quien le diera sentencia por su ofensa, en cuanto a los olimpicos, no me extraña que Zeus mantenga a los olimpicos fuera de esto, los humanos han perdido su fe en nosotros y los dioses helenicos los han abandonado excepto por algunos de nosotros.-

El dios extendio su mano derecha y en esta uaparecio el tridente de regidor de las aguas.

- Atenea, te devuelvo tu santuario, sin embargo, en mi tiempo en este lugar y a cargo de tus guerreros, varios de ellos han jurado lealtad a mi causa, asi que debo pedirte que liberes las armaduras de plata y bronce de tu proteccion, dejemos que sean los humanos quienes elijan a quien servir-

Poseidon estiro la mano y Atena hizo lo mismo estrechandose ambas.

-Santos de plata y bronce, a partir de hoy ustedes son libres de servir a Atenea o a mi, elijan con sabiduria por que no habra marcha atras.-

Atenea camino al lado del dios quien alzo el tridente y hablo con voz imperativa.

-Guerreros! Esta vez nosotros no podemos hacer mas que ayudarlos con nuestra bendicion por mandato del olimpo, asi que ambas facciones pelearan en conjunto con el inframundo para acabar con este mal que failmente podria erradicarlos. Mis marinos y yo conseguimos una ventaja al sustraer una parte del titan y Atenea mantiene sellada la guadaña de Cronos asi que confio en que pueden derrotarlo pero solo trabajando juntos. Atenea y yo debemos sellar parte del poder de Cronos y preparar una defensa en caso de que algo salga mal, ustedes aprovechen este tiempo para saldar viejas rencillas y estar listos, mañana pelearan contra una dr las amenazas mas grandes, den la vida por detener a Cronos-

Poseidon golpeo el suelo con su tridente y ambos dioses desaparecieron.

Música:

Era como si un sueño fuese hecho realidad....2 imponentes Dioses hablando de forma pacífica, resolviendo sus diferencias con una humilde platica entre los 2, sin duda era algo que yo pensé que nunca se vería, pero mis ojos no me engañaban, por fin habría paz entre nuestros bandos y se detendría este innecesario conflicto que había tomado tantas vidas por la culpa de un solo hombre. No pude evitar sonreír por el evento, claro, no se notaba debido a que mi casco ocultaba mi rostro, pero sin duda era un gran momento para todos.

Noté que tanto mi señor Poseidón y la Diosa Athena desaparecieron, supuse que ahora era nuestro turno de hablar entre nosotros, si 2 fuerzas tan grandes como ellos podían resolver sus diferencias en una sola platica, ¿Por qué no habríamos de poder nosotros que somos guerreros que luchamos por la justicia?. Di un paso al frente para ser el primero en hablar.

-Así que ha llegado, caballeros de Athena, se que hemos tenido riñas en el pasado, pero como se ha dicho, hoy podremos pelear como compañeros en armas, y me será todo un orgullo acabar con una amenaza que acecha la vida de los inocentes junto a guerreros tan nobles como ustedes.

Hice una breve pausa, miré de reojo a los lados para ver los rostros de los presentes, principalmente el de los caballeros de bronce y plata que estaban de nuestro lado, ahora era su oportunidad para cambiar de bando y luchar por sus verdaderas creencias.

-Bueno compañeros (se voltea para mirar a los caballeros de bronce y plata) hagan su elección, es su oportunidad compañeros míos, sigan sus creencias ahora y luchen por lo que crean correcto, lo último que queremos aquí es personas que peleen por motivos falsos.

Con lo dicho, esperaba ver por fin quienes eran los que de verdad compartían nuestros ideales y quienes estaban aquí por la fuerza, la cantidad de ellos no me importaba, lo que en verdad lo hacia, es que ahora eran libres de elegir su camino sin restricciones de por medio.

-Oh, por cierto, creo que vale la pena mencionar que he sido uno de los generales marinos que ha tenido confrontamiento directo con una parte de la fuerza de Cronos, y debo decirles que es una sumamente monstruosa, así que estén preparados para un combate feroz, porque les advierto que no será para nada fácil, y desconozco cuantas vidas se perderán, pero mientras podamos proteger nuestros ideales, y a las personas inocentes que habitan en el mundo, valdrá la pena nuestros esfuerzos...Caballeros de Athena, ahora es cuando les pregunto, ¿Están con nosotros?


Pensé en extender mi mano al frente para un posible apretón de manos, pero decidí dejar la idea para después, creo que no era el momento justo ahora que se les acababa de mostrar todo el margen de la situación y debían analizarlo más detalladamente, pero confiaba en que seguirían la palabra de su Diosa, y todo eso odio que existía entre los bandos desaparecería en este momento de paz.

El geminiano no se sorprendio de la manera de transportarlos de su diosa ni de ver al ejercito de Poseidon, sin embargo le sorprendio el hecho de ver quien portaba la armadura de dragon marino, Saga esperaba ver a su gemelo sin embargo un chico de cabellos azules vestia la escama marina. El santo dudaba que su hermano hubiera muerto por lo tanto imaginaba que aquel hombre habia abandonado la escama y al dios Poseidon lo cual lo hacia cuestionarse sobre el siguiente paso de su hermano.

Los dioses desaparecieron pidiendo que marinos y santos arreglaran diferencias, el general de Kraken y el santo de Escorpio fueron quienes dieron el primer paso para limar asperesas y despues de la marino de Grulla, el santo de Geminis dio un paso adelante y otro y otro, caminando hacia el ejercito de Poseidon.

-No tengo nada de que disculparme, cada quien cumplia su deber y quienes murieron no tenian la determinacion para proteger la voluntad de los dioses. Ahora ire a tomar posesion del templo de geminis-

El santo dio su discurso sin detenerse y en cuanto estuvo a un paso del ejercito algo paso, el cuerpo del geminiano fue tragado por un pequeño agujero en el espacio y devuelto un paso detras del ejercito marino, todo esto en un segundo. El santo de geminis emprendio camino hacia los doce templos sin dudar y sin mirar hacia atras.

Solución pacifica. Increible ya que no era algo de esperar por parte del Dios de los mares, sin embargo era lo mejor, no podía negarlo. Los generales marinos eran guerreros de honor o al menos eso le habían mostrado a Albafica, por otro lado no era el alguien agresivo como para sentirse disgusto por la reciente alianza hecha con estos. Era un paso mas, un enemigo menos y un lazo nuevo con el cual se podría contar a partir de ahora.

Entre las multiples conversacionces. Albafica optó por callar mientras observaba a todos los guerreros presentes cruzado de brazos. Portaba su yelmo sobre su cabeza el cual hacía que su mirada se ocultara un poco entre sus azulados cabellos que caían sobre su frente. La opción de que los caballeros de bronce y plata eligieran a que Dios seguir sirviendo era algo a lo que le restaba importancia, a pesar de que su Diosa original era Athena, el cambio de algunos de estos dejaba claro lo fácil e influenciables que eran, definitivamente caballeros débiles de convicción y personalidad.

Escuchar al joven León le era realmente divertido, recientemente había obtenido su armadura y ya hablaba con imponencia y liderazgo, no estaba mal para Albafica, sencillamente le dejaba ver que era un buen aliado y compañero.-

Bueno, creo todo ha quedado claro, no hay mas que hacer aquí... -Murmuró el pisciano alejandose de la multitud para así darse por retirado. Ahora solo bastaban las nuevas ordenes a seguir.-

"Vaya Atenea es hermosa... su liderazgo y postura la hacen lucir muy bien, solo me gustaría ser más cercano a ella..."

En Asgard se reunieron de nuevo los dorados y seguidores de Atenea el santo de cáncer permanecía un poco más atrás de todos, luego de unas palabras la diosa liberó un destello, "Muerte" no pudo evitar cerrar sus ojos, y al abrirlos se encontraba frente a frente con Poseidón y todos su seguidores, era una reunión un tanto extraña no sabía si comenzar una revuelta o simplemente quedarse quieto, pero luego del diálogo entre Atenea y Poseidón lo entendió, no debía intervenir de ninguna manera que causara problemas, algunos intentaban hablar de manera amistosa, algo que no sucedió con Saga quién fue directo y se marchó, Cáncer simplemente sonrió al escucharlo y asintió levemente con la cabeza, pero aún no deseaba irse, quería quedarse en los alrededores un poco más, también habló aquel que había asesinado al patriarca y se había hecho con una nueva armadura, sería interesante ver como se desarrollase la historia de ese caballero, pero tampoco estaba muy interesado en eso, luego piscis fue habló, al igual fue breve, "Muerte" recordó a aquel marino contra el que se había enfrentado en el templo de Sagitario, pero no le vio en el lugar, se preguntaba donde podría estar, pues a pesar de ser ahora aliados, le gustaría volver a enfrentarlo...

- Marino... ven un momento... -

le habló al único general que había hecho uso de la palabra hasta el momento, esperando que se acercase a él...

Azula se encontraba mirando la la ocena con suma atención así que después de todo cronos era el responsable de todo este caos aunque lo mas sorprende era que eso había unido a 2 dioses rivales desde la era de los mitos por fin se había llegado a una conclusión una casa dividida cae más fácilmente ese era el plan de cronos muchas veces ese era un plan que nunca fallaba Pero el juego se había descubierto ahora era momento de olvidar rencores y resentimientos era momento de unir fuerzas para enfrentar a un enemigo común y eso era evidente ella se acerco a los dorados y les hablo.
-
Somos guerreros eso es evidente cada uno tiene sus razones para combatir pero somos iguales en al menos algo nuestra lealtad a nuestro dios nosotros perdimos camaradas y ustedes tan bien pero no es hora de juzgar nuestras acciones sino más bien de tratar un apoyo mutuo por el bien de lo que creemos yo azula de caballo marino doy mi palabra de que si ocurre combatiré a su lado

Dicho esto ella sigue a sus compañeros

Después de arribar al lugar el silencio se apodero de su persona nuevamente, solo mirando y escuchando realmente sus palabras no hacían falta en aquel momento , se limito esta vez a mirar a los presentes o al menos a los que alcanzaba a divisar, entre ellos Escorpio, Cáncer y Leo, si aquel hombre que anteriormente era santo de plata ahora pertenecía a las filas doradas, era curioso como pueden ser los giros del caprichoso destino pero eso de alguna forma le alegraba el ver que aquel chico había logrado superar su propio poder al grado de ahora ser un Caballero Dorado.

Su mirada se centro en el general que hablo primero, se veía demasiado sensato a decir verdad y decir que era alguien experimentado o al menos un poco en cuanto al tema del enemigo se refería, Eridan creyó que seria interesante trabajar con el por lo que le quiso dirigir palabra o al menos un saludo sin embargo el caballero de Cáncer se le adelanto hablándole pero antes que aquel Marino se acercara al dorado  el se encamino para ponerse frente al hombre mientras retiraba su casco de oro.

-Sera un honor trabajar por la misma causa, soy Eridan Caballero Dorado de Aries- El santo de Aries estiraría la mano al General para ofrecerle un apretón de manos antes de pasar a otros asuntos."-Al menos el templo de Aries es el primero, así no tendré que caminar tanto"

-Si no le molesta me sera un placer escuchar a detalle la experiencia que tuvo anteriormente con el enemigo, tal vez de esa forma crear una estrategia para algún caso seria eficaz.-. Acomodo sus gafas con su dedo indice mientras miraba al general, esperando claro que el otro santo dorado no se molestase por la interrupción

Música:

Pude notar que la reunión estaba saliendo bastante bien...Bueno, no se si bastante, pero al menos no había nadie que estuviese en contra, si bien, se podía mirar algo de prepotencia de parte de algunos, y cuando digo algunos, me refería aquel caballero de cabellos azules que desapareció frente a nuestros ojos en cuestión de segundos después de decir palabras no exactamente amables.

Sorprendido quedé, cuando un caballero me llamó...no podía describirlo, pero emanaba una sensación perturbadora, era extraño...realmente no es lo que esperas sentir a un caballero de Athena, quedé en un pequeño shock por aquella extraña sensación que me incomodaba tanto...era algo que nunca antes había sentido en alguien, y ni si quiera tenía elevado su cosmo...¿Qué era esto?...No lo sabía, pero realmente captó mi atención aquel personaje, sin duda alguien que no quería tener como enemigo.

Yo mismo salí de ese pequeño estado de pensamiento sobre aquel sujeto y me disponía a hablar con él, sentía que era algo importante a mi parecer, pero en el momento que estuve dispuesto a hacerlo, otros 2 caballeros dorados dirigieron su palabra a mí, preguntándome de los hechos sobre aquel enfrentamiento con una de las esencias de Cronos.

-Caballeros, sin duda les diré lo que se acerca de este ser tan poderoso, sin embargo, primero debo verificar una cosa, y en cuanto lo haga, los atenderé con gusto. Con permiso.

Hice una pequeña reverencia de disculpa, debido a que tuve que quedarme sin responder sus dudas en este momento, pero no quería dejar ignorado a aquel hombre que emanaba tanta...¿Maldad?...no, no podía ser eso, era un santo de Athena pero...era tan distinto de los otros...Bueno, si algo sabia, es que definitivamente no se ve alguien al que le gustara esperar, así que caminé un poco hasta quedar frente a él...bueno, al menos era más algo que su persona, supongo que eso me hacía sentir más calmado...creo yo.

-¿Qué se le puede ofrecer, caballero dorado?

Escucho aquella disculpa por parte del General. Comprendo, no se preocupe todo tenemos asuntos que atefer no tengo problema alguno, se que interrumpí su camino, mis disculpas General Marino

Se dio media vuelta para caminar un poco y mientras todos hablaban se acerco al Santo de Leo quedando de perfil. Así que aquí estas ¿Listo para lo que se acerca? Se que diras que si incluso que tengas esa armadura me confirma lo que dije antes sobre tu fuerza - Coloca una mano sobre el hombro de Leo.Demuestra siempre de lo que eres capaz joven Caballero Dorado de Leo. -

Ahora se alejaba de la multitud solo par recargar su cuerpo en un pilar mientras observaba a los presentes. "Así que una batalla se aproxima... me pregunto que estará haciendo en este momento"-Suspira- Bien ahora debo enfocarme en otras cosas... Otras prioridades

Dos dorados intentaban desviar al marino... sin duda eso no agradaba a Cáncer, hizo ademán de caminar hacia ellos para apartarlos, pero el general al parecer fue respetuoso al decirles que hablarían luego, y se acercó al primer sujeto que le llamó, "Muerte" simplemente esbozó una sonrisa ladina de satisfacción como si estuviese diciendo "Ya ven que no valen nada" a pesar de eso no suscitó palabra alguna y espero a que el nuevo "camarada" llegase hasta donde él, le miró serio con un semblante extraño, y a su vez no pudo evitar dar dirección a su mirada justo donde pasaba una pequeña chica, al parecer pasaba lento como si quisiese escuchar, pero era algo que tenía sin cuidado al santo.

- Tienes un compañero que utiliza una lanza, ¿no? ¿Porqué no ha asistido él a tan alegre reunión? -

No pudo evitar decir lo último con tono sarcástico, mientras movía sus brazos como si estuviese mostrando lo "colorido" del lugar, esperaba que ese tipo tuviese respuestas, pues realmente quería saber que había sucedido con aquel general al que había enfrentado en el intento de recuperar el santuario...

Deidra se encontraba con los demás santos de plata, conversando sobre lo acontecido, había pensado seguir del lado de Athena como hasta ahora lo había hecho entre sus platicas se dio media vuelta para quedar dándole la espalda al grupo cuando observo al caballero de Escorpio acercarse a ellos, enserio? estaba dando ordenes tan extrañas y lo peor del caso era que algunos le obedecían, Deidra le miro fijamente a los ojos.

-Aquí la única persona que me puede dar instrucciones es la diosa Athenea, aunque usted sea un santo Dorado...Ademas no creo que esas ordenes sean las mejores-Estiro su brazo izquierdo  para detener los pasos de los otros santos.-Nuestra prioridad en este momento es prepararnos para la batalla, no hay tiempo que perder tenemos muy poco como para desperdiciarlo en festejos que carecen de importancia, para que hacer tanto movimiento de las tropas para algo innecesario.

Su mirada permaneció fija en el santo esperando respuesta, Como era posible que pensara siquiera en realizar algo así cuando la situación no se prestaba para eso "Vaya sentido de la responsabilidad" eso fue lo que pensó de momento, se cruzo de brazos esperando respuesta no le importaba si era un santo de oro quien estaba frente a ella era un simple humano y para ella la única persona que puede dar ordenes son los dioses en este caso Athenea.

Elalbino solamente llevaba la mirada de un lado hacia otro, atento a lo que acontecía, a decir verdad siente que las palabras están de más y que, de hablar de dicha forma como lo hizo algunos le tomarían como pretencioso... No era la intención tampoco. ¿De qué presumiría? ¿De llevar solamente la noche siendo dorado? No, no era el caso... vanagloriarse por ser un santo de Athena para Nero es el acto más deshonorable que podía hacer.

Ante los ojos todos su santos son importante, desde el patriarca, hasta los de bronce, por eso no entendería una actitud como aquella.

En fin, solamente serían unos momentos en los que debiese detener su afilada lengua y no meterse en problemas. Credo tenía razón, mantenerse callado a veces es beneficioso... Lo que le llevo a pensar, aprovechando la cantidad de santos Atenienses en el lugar, quizá alguno le hubiese conocido, debería investigar.

Pero súbitamente algo llamo su atención: ese santo albino y lentes con el que combatió lado a lado, en el barco. Nero sonrió ligeramente ¿así que ahí estaba de nuevo dándole ánimos? Desvió ligeramente la mirada aunque por un solo momento, no le es tan fácil el hablar con alguien que ha demostrado confiar en él no está acostumbrado a gratos tratos... -Fue en parte tu apoyo el que me ayudo... Gracias, Aries-

¿Así que ahora le también se alejaba...? Bueno no habría mucho por hacer, suponía que debía resguardar alguna de las casas, Credo le conto algo al respecto, fue cuando sintió aquella palmada en su espalda. -Veterano mi cu**-  Se rio ligeramente, por lo bajo -Ey, ey, tranquilo viejo, me voy a sonrojar como colegiala- Desde aquel incidente en el barco el de ahora leo sabe que puede confiar en ese chico con extraños gustos y aficiones ¿pero quién era el para juzgarle?... Entonces, miró a aquella albina que conocio alguna vez cerca del pueblo cuando investigaba acerca del santuario. -El gusto es mío, igualmente espero poder pelear codo a codo en esta batalla, Karou-

Aunque no tardó mucho en mirar sobre su hombro, a cierto pelirrojo dándoles órdenes a los demás como si él fuese el patriarca. Sera ahora de leo, sin embargo digamos que aún no se siente tan en confianza con sus compañeros dorados... Se sacó el yelmo y se lo tendió a sora... -Espérame un momento...-  Empuñó las manos y se dirigió a largas zancadas hasta estar al frente del de Escorpio -Oye, imbécil ¿qué dijiste? - Levantó ligeramente el mentón al tiempo que llevaba la diestra hasta el hombro del otro para hacer que le mirase

-Esa no es manera de comportarte con tus compañeros de armas ¿y así pides dejar de lado las asperezas cuando tú mismo las creas? No se tu pero yo no estoy para celebraciones ¡El patriarca ha muerto! y se aproxima una batalla contra Cronos, si quieres celebrar, hazlo tú solo y sin hacer de menos a tus compañeros, porque a ojos de la diosa Athena, todos somos iguales... - Por la diosa, si ha estado conteniendo su lengua era meramente por respeto pero al observar aquel acto el de Leo no pudo contener su florido léxico mas.

-Somos santos de Athena, y no un ejército... - Giró la mirada -No tuyo al menos ¿Que te crees, el patriarca?- Frunció el cejo, es que simplemente no da crédito que el otro hable así -Si tanto te pavoneas por una armadura, déjame decirte que estas muy mal y que no debes ver por encima de tus compañeros, sino mantenerlos a tu lado, como un igual... Si tanto te preocupasen las técnicas de cronos y las jodidas estrategias una fiesta sería la última de tus sugerencias, bicho - Y mientras hablaba el albino le daba ligeros empujones en el pecho con su índice. - Por si no lo sabias, ella fue tras el patriarca conmigo, fue de los que se ofrecieron y no por ello le exijo o mando, como si fuese mi súbdito, en vez de mi compañera. Creo que deberías aprender respeto, antes que nada, escorpio-

Y ahora seguro, pensarían el triple que es un engreído por portar una armadura dorada.

Escucho al joven sin embargo no duro nada en responderle.- Pues...De Caballero solo tiene la armadura a mi parecer,  de cualquier forma no pienso seguir sus ordenes como ya le dije solo Athenea puede o ahora que lo pienso...Solo aquellos que sean dignos de escuchar e imponer respeto, cosa que usted no hace en fin....

Paseaba su mirada volteando los ojos para no mirar a Escorpio algo irrespetuoso de su parte pero a estas alturas no le importaba.-Debo insistir en que es algo completamente innecesario.- En el momento que escucho que elevo la voz tapo su oído derecho con su brazo un poco coloco ambos brazos a los lados mientras observaba a un conocido acercarse, el ahora santo de leo llegaba para hablar con el dorado.

Nero el chico con el que tuvo la oportunidad de trabajar en la búsqueda del patriarca, estuvo callada unos instantes y cuando hablo lo hizo para saludar al santo de leo alzando un poco su mano dibujando una ligera sonrisa.- Bueno, creo que ahora iré a encargarme de otras cosas mas importantes.-Miro a Escorpio.-Ups disculpe pero no participare en la planeacion de su festejito debo conversar con algunos para informame de la situación.-Volteo su rostro hacia Leo.- En cuanto sepa algo te lo haré saber compañero. -Se alejo de aquellos santos para dejarles platicar un poco aunque de hecho no se alejo demasiado pues quería hablar con el santo de leo antes.