Géminis regresa (Libre - Reunión)

Un agujero negro se abrió en el espacio bajo aquellas escaleras de piedra, justo enfrente al templo del Carnero Blanco. Desde adentro, un guante dorado hizo su aparición para dar paso al Santo de la Cloth de Géminis. El manto dorado que presentaba algunas grietas y raspaduras brillaba rozagante bajo el cosmos refulgente de Saga. Su capa estaba roída y sucia, más Saga estaba íntegro y lleno de energía.  El caballero cerró el portal a su paso y posteriormente se quitó el casco. Sus cabellos azulados cayeron por su espalda. Su rostro sucio presentaba algunas pequeñas heridas, nada comprometedoras. Su expresión era de pocos amigos, así que camino rápidamente al primer templo de las 12 casas del zodiaco.
El santo encendió su cosmos para así llamar la atención de los caballeros que estuviesen presentes en el Santuario en aquel momento.  Santos de Oro, Guerreros de Plata, Caballeros de Bronce, servidores de Poseidón y  todo aquel que quisiera levantarse en guerra contra el enemigo que se cernía sobre sus cabezas. Los titanes.
Mientras ascendía a su encuentro. La armadura comenzó a emitir el sonido de la resonancia, como si llamase a los demás armaduras doradas. Su cosmos empezó a incrementarse y una espesa luminosidad comenzó a rodearlo.
Era entendido que el dorado de Géminis regresaba de su última batalla, donde casi pierde su vida, traía consigo datos importantes sobre el titán que enfrento.  Y quedándose en el umbral cerró sus ojos y espero a que los convocados hiciesen presencia. Era necesaria una reunión para crear planes, estrategias de batalla y reunir información que tanto él, como los demás, aportarían. De esta manera hacerse un plano del enemigo que enfrentaban y así proteger a Athena.

El colosal cosmos del gemelo dorado pronto se propago a cada rincón del santuario haciendo de todos sus habitantes testigos de la llegada del santo. Pero así mismo la propagación de su sacra fuerza fue a dar mayor efecto en aquellos seres que, como él, estaban en contacto con la fuerza de las estrellas, del universo propio. Así en el anochecer en que las estrellas se asomaban con suficiente fuerza para dar vida a cada una de las constelaciones, los santos de Athena fueron convocados por la llamada de uno de los suyos.

Habiendo pasado apenas unos segundos la primer respuesta bajo testimonio del astro lunar se hizo presente como una fiera llamarada que nació de entre los escalones que daban al recinto del carnero. Bajo las danzantes flamas de su brillante cosmos se podía apreciar la aparición del joven recién nombrado como caballero bajo la protección estelar del Fénix. Si bien su rostro carecía de las marcas de la experiencia, sus ojos estaban envueltos en el mismo fulgor apasionado que desbordaba de todo su cuerpo. Su armadura, reconocida por ser la única entre las 88 capaz de regenerase a si misma de entre los escombros, resonaba con cada paso siendo que las múltiples colas que salían de su espalda, conformadas todas ellas por finas plumas de un metal tan puro y precioso que parecían ser gemas, revoloteaban de un lado a otro marcando el vaivén de su caminar. Si bien la presencia del ave de fuego no podía ser comparada con la del guardián de la tercer casa, ´podía tomarse en cuenta como el verdadero despliegue de un caballero.

- Yo, Kyros de Fénix, respondo a tu llamado. Geminis - Musitó el joven sin ningún gesto de duda, sin una sola mueca que pudiese hacer de menos la seriedad que la situación ameritaba. Si algo había dejado en claro el hidalgo ateniense con su convocación era que se encontraban en un momento de suma importancia.

Si bien esperaría a la respuesta aquel que le había atraído lo cierto es que sus ojos no pudieron evitar pasearse, con la curiosidad habitual de un joven novato, por cada parte de la fisionomía de su superior pudiendo con ello notar las ligeras heridas y los daños a su vestimenta. Con esto solo surgían más preguntas al respecto y aquella que carcomía por dentro la cabeza del ave del renacer que ni siquiera con toda su fuerza pudo contener - ¿Qué es lo que te ha pasado? - Estaba consternado si, pero había algo más que se podía notar inclusive en su tono de voz y eso era la emoción que venía con la promesa de finalmente poder probarse a si mismo.

-Cinco minutos...-Se dijo a sí mismo el santo de Leo.

Se sentó con pesadez tras suspirar con cansancio, ahí a los pies de una de las columnas de su templo. Lo cierto es que amenazaba con quedarse dormido, desde la batalla que tuvo contra el patriarca no ha descansado correctamente, ni dormido mucho tampoco.

Se acarició inconscientemente el antebrazo diestro con la mano siniestra. Al menos ya no tenía el brazo roto, gracias a la bondadosa diosa a la que sirven. Sonrió ligeramente y cerró los ojos, a su lado yace su caja de pandora, lista para cualquier percance que suceda, y efectivamente, no esperaba que pasase algo.

La caja se abrió inesperadamente dejando escapar un brillo dorado, frente a él la armadura se leo se posó. -Leo...-  el albino se colocó de pie, afilo la mirada y extendió la mano para colocarla sobre "la cabeza" de ese león metálico. Al contacto de la palma de su mano, la armadura se dividió en partes y con un brillo dorado fue que cada pieza se colocó en su cuerpo. Aquella resonancia no la había visto jamás y sin embargo, supo qué se trataba de algo serio. -Bien... El deber llama-

Bajó las escaleras hasta dirigirse a la primera casa, llevo su azul mirar hasta aquel hombre alto y de cabellera celeste -Saga...- Sonrió de manera ladina, la última vez que hablo con el de géminis fue en aquella junta en donde Nero se ofreció a ir tras el patriarca. Supuso que esta sería otra ocasión en donde los santos dorados se reunían y el de Leo no pensaba dejar que su volátil carácter y su florido léxico le dejaran mal parado como la última ocasión. Afiló la mirada al observar la condición del otro, seguramente tendría noticias del enemigo. No le sorprendería si el de la constelación de los gemelos le hubiese dado de baja, desde la primera vez que cruzaron palabras a las afueras de un pueblo, supo que Saga era de cuidado y sobre todo, respeto.

¿Qué es una espada?
¿Es un arma Bélica?
En los tiempos que corren...
las espadas están vistas como...
Símbolos bélicos...
Mas sujetada en manos de un caballero
Pasa a ser un puente.
¿Un puente?, sí efectivamente... Un puente.
Pues es la unión entre los sueños y la lealtad...
el esfuerzo y el orgullo...
Que lleva a cumplir las metas
Un camino que a veces se tiñe con sangre...
No necesariamente enemiga...
Pero una vez elijes el camino de la espada
No hay vuelta atrás.
Reflexión del Santo de Capricornio.


Terminó de escribir en su templo una pequeña reflexión pues si de algo gustaba el santo de la mayor y famosa espada era de escribir sus pensamientos o simplemente leer y reflexionar, como tantas veces este decía la mente era parte de su cuerpo y ambos debían estar equilibrados para generar en sí un gran caballero. Guardó la pluma y colocó un pisapapeles en el escritorio para que la tinta con la que había escrito aquellas lineas quedasen secas para luego guardarlas, entonces algo hizo que se pusiera en tensión pues notó el cosmos de un dorado elevándose en las cercanías de la primera casa, sería un combate quizás pero averiguó que no cuando su armadura comenzó a resonar, este se levantó de la silla y automaticamente la armadura se colocó en su trabjado cuerpo y con un giro de su capa comenzó a bajar a la velocidad de la luz por las casas lo que hizo que llegara a bajo en un parpadeo, su sorpresa al llegar fue ver a uno de los veteranos vivo, Saga de Géminis. No iba a cuestionar las acciones de este pues seguro eran con urgencias pero dadas las circunstancias mandar unos mensajeros consideraba que era mejor que alertar a todo el santuario elevando su cosmos pues probablemente muchos habían entrado en tensión por aquel llamamiento y no eran tiempos como para crear más agresividad mental en el santuario, pero aun así se alegraba de ver a su compañera vivo aunque su rostro no lo demostrase.
, al parecer ya habían acudido algunos.

Debo imaginar que esta llamada es de extrema urgencia... Ladeó la cabeza inclinándola levemente en forma de saludo a todos los presentes, por un momento cerró los ojos centrándose en notar el cosmos de todo los alrededores algunos santos empezaban a movilizarse, y si lo que venía a decir el dorado de la casa de los gemelos era tan importante esperaba que los Generales Marinos llegasen también, dado que ahora eran una alianza y para vencer a sus enemigos necesitaban de todos... por poco que le gustase trabajar con aquellos que no sentían nada por la diosa que tanto había luchado por el mundo que pisaban bajo sus pies. Vuestra experiencia es vital ahora mismo... te escucho santo de la casa de los gemelos. Incluso el caballero de fénix había llegado, ahora solo quedaba prestar atención a las palabras del veterano santo de Athena

Arribó al primer templo, reconocería ese cosmos donde fuese sin duda era aquel santo dorado que conocía ya de hacer tiempo si les hacía un llamado seguramente algo importante debía ocurrir, ¿sería acaso que ya se nombraría al nuevo patriarca?
fuese lo que fuese debía asistir, sentía como algunos ya se hacían presentes y no podía faltar a la fiesta, siempre algo interesante salía de todo esto, si no eran un par de personajes que debía enviar al yomotsu, era alguna nueva promesa capaz de derrotar a alguien con el nivel de patriarca.

Recorrió el lugar con su mirada, Saga, Nero, Lancelot y un chico al que no conocía, esperaba encontrarse con más gente, pero supuso que los demás arribarían en cualquier momento...

- Vaya, vaya, el gran Saga está herido, algo que no esperaría -

"Muerte" también venía llegando de su última batalla y aunque físicamente se viese bien su orgullo se encontraba por los suelos en ese momento, la frustración interna al no haber hecho más contra aquel titan que ofendió a su diosa era demasiada, pero debía contenerse como siempre, no podía mostrar debilidad ante los demás...

- ¿Y bien? -

Preguntó esperando saber la razón por la cual se les llamaba a ese sitio.

Rápidamente cada guerrero, presente en el Santuario en ese momento, fue arribando al templo del Carnero Blanco. Algunos estaban sorprendidos por el regreso de Saga y su apariencia. Dentro, los recién llegados, entre ellos el caballero de la armadura del Fénix  quién con su cosmos lleno de fulgor se dirigía con respeto reciproco al geminiano, se presentaba con avidez acompañado de aquel muchacho confundido a quien encontró Saga perdido entre las tierras próximas al santuario en un pasado no muy lejano y que en Asgard fue en busca de Sage, él ahora siendo el poseedor  de una determinación inmarcesible era el Santo dorado de Leo. No podía faltar el singular Muerte Lenta de Cáncer, muy allegado al caballero de Géminis por ser parte de los primeros santos en despertar junto a él y el Santo de Capricornio dueño de la legendaria espada Excalibur, quien expresaba interés en saber lo que se tenía que decir, al igual que todos los demás.
Titanes. Ese mismo enemigo que yace sobre nuestras cabezas y que amenaza presuntamente con destruir al santuario y Athena. Dijo Saga mientras una pequeña sonrisa se ladeo en su rostro, quizás demostrando con aquello que mantenía su confianza en su poder, el de los santos y sus aliados. Suspiro brevemente para cerraba los ojos y caminando en silencio hasta el centro del salón, abrió sus ojos para dar un recorrido a todos con su mirada ya sin expresión algún y fría, para luego tomar la palabra una vez más. Acabo de enfrentarme a uno de ellos. Mi misión fue socorrer a los lugareños de Rodorio mientras eran atacados por dos espectros y en medio de aquella batalla apareció uno de ellos. Al parecer tenía la facultad de conocer el tiempo, debido a los ataques anticipados que hacía. La reunión es con el fin de conocer a nuestro enemigo. Realizar un plan de estrategia. Saber si es prudente ir a atacarles o esperar en defensiva por su acometida. Lo que se pacte aquí creo que es recomendable colocarlo en conocimiento de Athena. ¿Alguien más se ha enfrentado a ellos?
Su mirada inexorable recorría los rostros de los presentes, esperando la intervención de alguien.

-Con pasos tranquilos Genbu comenzaba a subir las escaleras que llevaban al Santuario, aquel día había sido algo agitado luego de los múltiples ataques en distintas zonas lo cual había puesto en alerta a todos los soldados y caballeros, finalmente parecía que todo regresaba a la normalidad y antes de que el sol comenzase a ocultarse Genbu iba de vuelta a la séptima casa la cual custodiaba.

Llegando a la casa de Aries y subiendo los primeros escalones de esta notó como una reunión se llevaba a cabo en aquel sitio, algunos caballeros dorados ya habían hecho su acto de presencia así como el santo de Fenix el cual era el único de bajo rango presente en ese momento. Genbu se acercó sin decir una sola palabra pero dejando ver su llegada frente a los demás, cruzó sus brazos y detuvo su paso al estar mas cerca de todos escuchando así lo que Saga relataba quien al parecer había sido el que creó tal encuentro.-

Los ataques parecen haberse llevado a cabo en distintos lugares, esta anomalía pudo haber sido causada por estos seres, si.. Son mas de uno, pudo encontrar a uno de ellos hace apenas un par de días.. -Mencionó llevando su mirada a Saga por unos segundos tomando un pequeño suspiro bajando la mirada dejándola perdida en el suelo-
Aún no sabemos la posición exacta en la que vienen, ni siquiera sabemos donde atacar así que por ahora lo mejor es esperar, estar alerta ante todo, aunque suene tedioso e incluso para algunos molesto.. Lo mejor ahora es esperar y defendernos de cualquier acción que tomen contra el Santuario y Athena..

-Si en verdad se trataba de Titanes, era mas que obvio que atacarlos de una forma directa sería un acto absurdo, no se estaba hablando de otros guerreros, eran seres de poder ilimitado- Por ahora mi único consejo es elaborar grupos de expedición que ronden los alrededores, eso incluye Rodorio... Si lo que quieren es llamar nuestra atención, el punto mas factible sería atacando civiles y siendo Rodorio el punto mas cercano, ellos sabrán que acudiremos rápidamente... Si nos alejamos mucho será difícil pedir refuerzos que lleguen pronto..

-No era el mejor plan de mundo pero desde su punto de vista no había nada mejor que hacer, ahora la ultima palabra la tendría Athena-

Las llamas de su cosmos se habían disipado pero su espíritu estaba más animado que nunca ante el curso de aquella situación. Tras su aparición la llegada de casi la mitad de los santos dorados hizo que el joven se sintiese como la más diminuta de las larvas en el panal, y aunque esto normalmente ponía nervioso a cualquier muchacho al punto de hacerlo sentir pequeño, para alguien como Kyros solo significaba el crecer de un sentimiento de ansiedad llevado al extremo por el deseo de enfrentarse a enemigos mas fuerte. Si bien su sueño era ser un santo de Athena la parte final del mismo era convertirse en uno de los 12 caballeros de élite del Santuario, uno de los doce protectores del anillo zodiacal, aquellos reconocidos como los humanos mas fuertes al servicio de la justicia, Los magnánimos Santos de Oro. Y ahora ahí estaba, aunque aun no había hecho nada para ganarse el renombre como un hidalgo de su diosa, en el mismo plano que todos ellos.

Cada uno de estos personajes tenía una presencia tan única como impresionante. El primero en presentarse tenía una apariencia casi tan juvenil como la de Kyros, claramente siendo menos experimentado que los demás, pero ostentaba un dejo de majestuosidad y una cierta presión que su constelación era rebelada por su simple cosmos, él era el León Dorado, tan noble como peligroso. Tras él el Caballero que realmente demostraba todas las características de dicha denominación, la representación del honor y la lealtad, poseedor de la espada más afilada que descansaba en su brazo, el Santo de Capricornio. No mucho después de ellos una aparición totalmente diferente, con un poder tan grande como escalofriante que parecía traer consigo la esencia de los caídos, el único hombre que podía jactarse de conocer el infierno y sentirse como en casa ahí mismo, el Cangrejo de Oro.

Con el aparecer de estos sagrados personajes Kyros empezó a demostrar señas de sus sentimientos, un ligero sudor en su rostro así como el impetuoso anhelo de batirse en combate con todos y cada uno de ellos aun a sabiendas de que eso era danzar con la misma muerte. Más toda esa sensación pasó a un segundo plano cuando la pregunta que todos habían inquirido fue respondida por el geminiano. "Titantes" una denominación tan antigua como atemorizante, figuras de la antigua mitología que según los relatos habían sido los padres de las deidades y que en su momento habían desarrollado una gran guerra contra los mismos que terminó en su eterno encierro. Pero si lo que decía Saga era cierto, aquellos seres no eran parte de las historias, eran tan reales como sus armaduras y ahora estaban libres para realizar su venganza.

Para suerte de la conversación misma, la entrada demás sereno e inteligente de los caballeros hizo que toda la situación pudiese ser calmada por los polvos cósmicos que acompañaban su energía. El más puro de los santos había hecho su parte no solo por curar las heridas y armadura de aquel que los había convocado sino que a su vez había aliviado el corazón del santo de bronce que había sido afectado por la noticia de sus enemigos. Si, por un momento el de broncíneo cosmos se había permitido a si mismo ser presa del miedo, y no se le podía culpar puesto que apenas y había ingresado a las filas del santuario y ya estaba recibiendo noticias de uno de los enemigos más temibles de toda la mitología. Sin embargo su llama fue aliviada por el residuo estelar del Carnero Divino, y con ello su deseo de justicia. Ahora quería saber más.

Su mirar se volteó hasta la entrada del recinto, por donde él mismo había llegado, para presenciar la introducción de la balanza representada en actitud y poder, el centinela de las armas doradas, aquellas que se dice podían destruir estrellas de ser usadas por un santo, el santo de la casa de Libra, quien en un acto de continuidad no solo dio testimonio de las palabras del más poderoso de entre los santos presentes, sino que admitió saber de la existencia de más Titanes y los efectos secundarios que su simple liberación traían al mundo.

- Si son seres tan poderosos como para enfrentarse directamente a los dioses... - Ya no había temor en su interior, ni siquiera había ese nerviosismo inicial de estar rodeado por las grandes leyendas, ahora solo estaba su labor en mente y en su cosmos la misma flama que ardía en la de aquellos caballeros dorados, la flama que velaba por el bien de su diosa y de la humanidad misma -... Su simple presencia podría traer caos y alboroto en todo el mundo. Si nos dedicamos a proteger recelosamente el santuario ¿No dejaríamos al resto del mundo indefenso ante estas catástrofes? - Tal vez era inexperto e inocente, no sabía aun de estrategias, pero su corazón estaba en el lugar correcto y su espíritu llamaba a expresar sus inquietudes aunque fuese mal visto por sus superiores. No se dejaría intimidar, el era el caballero del fénix y su llama no sería opacada por nadie.

Habían empezado a llegar algunos de los santos dorados mientras el santo de aries hacía aparición pues estábamos en las cercanías de su casa así como el santo de libre y Muerte Lenta es cierto que era completamente necesario aquella reunión el semblante del sagrado caballero seguía igual aun apareciendo la élite del santuario si bien faltaban caballeros pronto comenzaron a especular de que sería lo necesario para derrotarlos y salieron buenas ideas mas había que pensar mejor pues el peligro era mayor a solos los titánes como había podido comprobar este en su encuentro con estos.

No hay que olvidar el hecho de que no solo están los titanes con estos han revivido antiguas criaturas no tan poderosas como estos pero igualmente peligrosas... Entonces el caballero del fénix comenzó a hablar si bien tenía razón en lo que este decía no podía compartir muchas de las cosas que este estaba diciendo pues el santuario era el pilar de defensa del mundo y si caía athena y este caería el mundo en sí dado que en el santuario se guardaban numerosos objetos de gran valía como la jarra donde alguna vez estuvo encerrado Poseidon o la propia armadura de la diosa. 

Desde mi punto de vista Santo del Fenix, el santuario es la mayor defensa del mundo actualmente si cae el santuario caerá el resto del mundo y con esto no debo decir que debamos abandonar el mundo... Creo que los santos de bronce y plata deberían esparcirse para enfrentar las amenazas de las criaturas tales como los poderosos gigantes, o los minotauros... Mientras los dorados intentamos centrarnos en averiguar en donde y como derrotar a los principales siempre que necesitemos ayuda podemos recurrir a los Generales Marinos, al fin y al cabo estamos aliados y no es momento de pensar en si nos traicionarán o no... si nuestra diosa confía en ellos yo lo haré. Eso es todo.  Y todo era pues después de haber dicho todo lo que pensaba no tenía mucho más que decir aparte de escuchar lo que les parecía a los demás, su mirada se cruzó con la de todos los presentes esperando alguna respuesta pues en caso de no haber ninguna conclusión este iría a seguir entrenando no era de los que dejaban de pulir sus habilidades y necesitaba estar al 100% para luchar contra los titanes. Deberiamos informar de todo a Athena.

-El ragazzo tiene iniciativa, eso me gusta. - Con la frase motivada por las palabras de Fénix, el acuariano se adentró a la casa de Aries, al parecer la junta ya ha avanzado, espera no perder detalle del inicio.

-Bueno, es probable que Atavaka haya liberado a Cronos, explicaría como se ha librado de su prisión, Leoncio-  Avanza unos cuantos pasos más, para reunirse con sus hermanos de armas.

Paz y prosperidad, signori y un gusto conocer a aquellos quienes no había visto antes, lo que sea que planeemos, habrá que farlo in fretta .- Giovanni estudio la expresión de cada uno de los presentes, hasta llegar donde se encuentra el santo de Leo.

Se sitúa a su lado y entonces, recarga el codo en el hombro del joven usándole para apoyar su peso, seña de la confianza que ha generado con el león de oro Suspira con pesadez, aunque muestra despreocupación las siguientes palabras que profesara no son gratas --Tu fuerza te precede, géminis. Tal como se esperase de uno de los veteranos entre las tropas de Athena. Pero me temo, que no todos han contado con la suerte que has tenido ante el titán, Saga. Perdimos a Sagitario a manos de otro de los titanes-- Su atención se centra precisamente en Capricornio y Libra -Separarnos sería la mejor de las opciones. Non credi? Aunque tampoco sabemos cuántos son nuestros enemigos. ciò che il piano, saben de antemano, que cuentan conmigo para llevarlo a cabo.-

Mira de reojo al chico albino en el cual se recarga -¿Qué tal si estos ataques "al azar" realmente no son al azar? Quizá nos estén probando. Planean dividirnos también, atacar diversos puntos de una sola vez suena como una strategia credibile. Como libra menciona, quieren obtener nuestra atención ¿Qué mejor que atacando gente indefensa? Además Libra tiene un punto de vista sólido, habrá que dividirnos, las bestias también son un problema - Le guiñó un ojo al  mencionado -Habrá que requerir la ayuda de los marinos, después de todo, por algo nuestros dioses se aliaron, lo creyeron necesario- Su atención se vio atraída por el santo representante de Aries -¿ Cosa ne pensi, Jojo?- Al menos esta vez se esforzó por mantener al mínimo su lengua materna y poder darse a entender.


-Saga, Muerte ¿Cómo es que pelean los titanes? Penso che sia più importante que debemos saber-



OFF

Ragazzo=chico
Signori= señores
farlo in fretta= hacerlo rapido
non credi= no lo crees?
ciò che il piano= cual sea el plan
Penso che sia più= pienso que es lo mas (importante)
Cosa ne pensi= que piensas al respecto?

“¿Cosa ne pensi?, ¿Cosa ne pensi?” Cuestiono Jonathan mientras trataba de averiguar lo que el santo de Acuario trataba de preguntarle, y tardo, vaya que se enredó hasta que con ayuda de su buen hablado español descubrió la sencilla interpretación. –Perdon… ¿me está preguntando que pienso?- agregue con algún tono desvergonzado aunque tratando de no parecer un iletrado, yo no era el santo con más idiomas en la lengua, lo tenía en claro. Lo que en cierta forma me terminaba regañando. Debía aprender, debía mejorar, como cualquiera que siguiese respirando hoy y mañana. Más no quedaba de otra que seguir aquella suposición(al menos por el momento), así que suspire algo agobiado y trate de pensar como mantener la calma entre los caballeros de la amada. Quienes no se les podía culpar por nada, titanes, espectros, monstruos sin nombres, amigos que decían ser enemigos, muchas calamidades parecían no cesar y los doce no estaban en su mejor punto para dialogar. Admito bien, hubo dos o tres sensatos que se preocuparon por la información del hombre cuya valía era nuestra atención.

Más mi costumbre era aguardar al de poca fe y aquel que valora más al inocente, como yo y ellos.
-Santo de Fenix… no acudas al pánico. Ni creas que a los jovenes se les dará una daga sin instrucciones para matar al dragón de nuestros temores, no. Claro que hay muchas opciones, claro que en estos tiempos… habrá que estar unidos. Solo no temais, ni crean en lo imposible. Crean como dice el santo de Capricornio en si mismos…- comente para que cualquiera pudiese entenderlo. Era lo primordial, o eso creía, supuse que todos podrían entenderlo. Más no estuve completamente seguro por lo que en su momento decidí abandonar el hombro del caballero valiente, Geminis, para así poder adentrarme más a donde cada uno de los presentes se encontraba. Eran muchos, estaban demasiado dispersos. Más hice lo que pude, y sonriente, les mire expectativo de sus habilidades, preguntándome en parte que se les pasaba en la cabeza al ver al moreno en aquella armadura de cuernos sinceros. Más ni un minuto, o segundo di la libertad en ellos. No. Solamente hable mientras que el mirar fiero de algunos note.
-Os diré, no sé mucho del pasado. Solo se de quienes alguna vez perdí, y de quienes aún conozco, fuese quien fuese el anterior caballero de Aries. Compartiese esto, o no. Yo puedo enviarlos lo más cerca de la tierra que les necesite, de la gente que suplique por su nombre. Tengo la habilidad de la teletransportacion, así que no os ridais caballeros. Ni veas el lado siniestro caballero de Fenix. No. Con vigor y gloria ustedes estarán ahí si pueden.- entonces di mi vista hacia el caballero de Geminis, Saga, como algunos le llamaban. -¿y bien?-

El santo de géminis observo salir a Aries desde el interior del templo. Con su ceño fruncido y su expresión fría miraba al ariano acercarse para levantar su mano, la cual depositaría en su hombrera dorada. Pequeñas esporas recorrían las hendiduras del manto dorado de Géminis para repararlas, al igual que las pequeñas heridas de su rostro al ser curadas. Sin embargo debía descansar.
Luego Libra se hizo notar, expresaba que esperar era prudente el esperar, Capricornio por su parte abordo la duda del Santo del Fénix, e instalo como solución colocar a los santos de plata y bronce para recorridos y expediciones para protección de zonas en peligro en el mundo. Nero también dijo algo de Sage y de un espectro.
Atavaka. Inrrumpio Saga. No juzgo a Sage, tendría sus razones. Como todos, hizo su parte.
Después el Santo de Acuario dijo algo que incluso Saga había pensado por encima, pues existía un gran porcentaje de verdad en ello. Saga asintió a aquello. Posteriormente Aries concluiría nuevamente al igual que Acuario en aportar sus conocimientos y habilidades en el plan acordado.
Si bien es cierto que son entidades poderosas, también es cierto que contamos con aliados que se distingue por su fuerza. Así mismo, el santuario es la última defensa. Debemos proteger a Athena.
El santo cerró nuevamente sus ojos y agacho la cabeza dejando un ceño fruncido. ¿Qué tal si en realidad estamos cayendo en el juego de nuestros enemigos?  Por ello, secundo la noción de no movernos del Santuario y enviar a los fuerzas de santos de plata y bronce a realizar dichas expediciones. Saga miro a Fénix.  Sé que suena cobarde el que nos resguardemos aquí, pero no quiero perder a Athena nuevamente y caer en la trampa de estos monstruos. Contamos con ustedes Guerreros.
Nuevamente cerró sus ojos y agacho la cabeza. Pero debo advertirles, su poder no se debe tomar a la ligera son seres con habilidades desconcertantes. Los espectros a quienes enfrenté al ver que la atención del titán se centró en mí, huyeron. Luego mirando a Capricornio siguió hablando. Con quien me toco pelear responde al nombre de Phebe el Brillante, quien me ofreció ser parte de su ejército. Conoce el destino, sabe que sucederá, conoce tus decisiones futuras y el ataque que lanzaras. Aunque no puede saber con exactitud como actuaras en respuesta a un efecto. Hay realidades alternas que pueden suceder y otras no, pues como sabrán el futuro posee variables que aún no están dictaminadas.

-Cada quien tenía su propia opinión respecto a que debían hacer ahora con la aparición de estos titanes, por un momento Genbu solo guardó silencio escuchando con suma atención a cada uno de sus compañeros hasta que encontró un espacio para volver a tomar la palabra-
Son seres de gran poder, eso lo tenemos claro y si debemos hacer pequeños grupos para poder armar una buena defensa contra sus distintos ataques, lo mas acertado sería tomar la ayuda de nuestros aliados, después de todo es toda la tierra la que puede sufrir grandes cambios si estos logran a tomar el control... Por otro lado la idea de enviar a los santos de plata y bronce no es algo que crea conveniente compañeros.. Sería como enviarlos ovejas al matadero, sin ofender joven Fenix.. -Dicho esto miró al de rango menor un momento y luego volvió con los demás- Debemos coordinarnos y hacer formaciones en las cuales tanto caballeros dorados como Plata y bronce podamos trabajar en equipo, si lideramos y guiamos a los mas jóvenes, bastará con un solo enfrentamiento para que ellos aprendan y sepan a lo que nos enfrentamos, si bien ninguno tiene experiencia de ellos, sería una buena oportunidad para que empiecen a ganar algo de conocimiento...

-Caminó a un lado recostándose a un gran muro dentro de la casa de Aries cruzándose de brazos- Si alguien tiene una idea a aportar además de una formación de los distintos grupos, por favor que comparta con nosotros..De otra forma podría continuar con mi idea si me lo permiten..
-El caballero de Libra era bueno formando estrategias de batalla, había aprendido mucho de su sabio maestro y quería aportar lo mas que pudiese de esto, después de todo y tal como aquel anciano le dijo un día. "Sabio no es aquel que dedica su vida a aprender, sabio es aquel que dedica su vida a enseñar"-

Aunque no lo pareciera, su cuerpo se encontraba debil y agotado, luego del enfrentamiento con aquel titan no habia salido del todo limpia, se habia separado del santo de Cancer por lo que no sabia el paradero exacto de este, su armadura parecia responder al llamado que algun santo de oro estaba solicitando, las cadenas tambien respondian a ese estimulo, fue entonces que entendio que debia ir en direccion a lo que fuese que necesitase de los servidores de Atena, esperaba que al menos ahi volviera a ver a Muerte Lenta.

Queria correr pero sus piernas ya no tenían la fuerza para esto, por lo que solo apresuro su paso hacia las casas, especificamente al templo de Aries, parecía haber llegado tarde, ya habian comenzado a hablar, eso es lo que pudo notar con aquellos ojos verdes, se acerco lentamente esperando no interrumpir, no había nadie mas que santos dorados, llego a su mente la duda, quizá solo era reunión de los caballeros mas cercanos a Atena, la idea fue descartada cuando noto la presencia de aquel joven el cual había encontrado metiéndose en problemas,por lo que por ello desidio quedarse a escuchar , busco con la mirada al santo de cancer sin mucho exito, no se vio con la necesidad de hablar hasta que escucho al respecto de los titanes, algunos presentes se habían enfrentado a ellos y estaban dando su informe

-Lamento la interrupcion asi como la tardanza- respondio con voz calma y tenue, inclino un poco la cabeza en muentra del respeto que le tenia a los santos dorados

-Si hablan de titanes debo informar tambien, mi encuentro con uno de ellos, su nombre es Hyperion, tanto como su hermano al que hace llamar Phebe es fuerte e igual desea que los humanos lo veneren, este parece ser mas venevolente que el que usted describe caballero de geminis, el caballero de Cancer venia conmigo mas desconosco su paradero ya que nos separamos de regreso al santuario, lamento que mi desempeño no haya sido el mejor en este convate pero puedo asegurar que dicha informacion les servira a ustedes - respondio con la mirada aun al suelo

El que no pudiera siquiera herir al titan le tenia realmente preocupada y avergonzada, el dolor y sufrimiento que pudiera haber provocado por no detenerlo le tenian tensa, pero seguiria entrenando aun mas cada vez para despertar su cosmos por completo.

Era el momento de su entrada. Por coincidencia o destino, la mención de su persona por parte del general marino de dragón fui acompañada por el sonoro eco que un par de enormes botas provocaban al pisar con fuerza el suelo, no por voluntad propia, sino era lo que la gravedad dictaba. Cada escalón era una prueba más de su poco sigilo, sin mencionar que poco a poco su enorme figura comenzaba a cubrir el horizonte para quien mirara en su dirección. Hacía acto de presencia el colosal santo de escudo, Gardna. Y aún así, pese a su tamaño, su imagen se veía un tanto deplorable, se notaba su dificultad para simplemente permanecer de pie, además de que su armadura estaba repleta de raspones, sin mencionar algunas heridas superficiales en las partes descubiertas de su persona.

- Gardna de Escudo reportándose Lord Seiryu.

Pero posiblemente lo que hacía más notable el daño del santo de escudo, era precisamente las pequeñas fisuras que se apreciaban en el preciso símbolo de su armadura. Una defensa tan resistente entre las 88 armaduras de Athena que había soportado incluso una dura pelea en la invasión de las 12 casas y que solo había sido perforado antes por la mítica lanza de crisaor, había sido dañado por solo una fracción del poder del titán.

-En efecto, junto con lady Saren y lady Tatenashi, nos vimos en la necesidad de hacerle frente a un titán. Su nombre es Coeos, del relámpago negro... uggg... y ciertamente le hace honor a su título.

Gardna explicó a su general y al resto de los atenienses lo correspondiente a Coeos. Su actitud agresiva pero que al mismo tiempo busca ser entretenido por un combate digo, su agilidad para pensar 3 pasos adelante en medio del combate, sus reflejos por encima de los mismos generales marinos, pero sobre todo, su tremenda fuerza en sus técnicas basadas en electricidad.

- Para el final de la batalla, lady Saren logró dañar un poco la armadura de ese individuo, lo que inspiró a lady Tatenashi a atacar nuevamente, quien también pudo dañarle.... No obstante, lamento decir que luego de eso nos vimos forzados a retirarnos, o de lo contrario no hubiéramos podido compartirles esta información... Aunque... algo me hace pensar que tal vez el quería que lo divulgáramos... como si fuese un tipo de prueba o algo por el estilo. - Concluyó el santo de escudo esperando que su información resultara relevante para el grupo.

Saga sosteniendo aun con su brazo el casco a su cintura escuchaba a todos los congregantes minuciosamente. Observo su capa roída y la desprendió con fuerza con su mano libre para dejarla en su puño. La llegada de la amazona de Andrómeda quien, reveló de la batalla librada con Phebe, el común denominador del titan y quizás su debilidad, su benevolencia. Pero ella desconocía el paradero de Muerte Lenta, mas cuando Saga levanto la vista para buscar a Cáncer no le encontró. Y recibiendo el saludo de Seiryu de Dragón Marino asintió con los ojos cerrados.
Es cierto, Nero. Expreso Saga mientras miraba  a leo y luego a Libra sin expresión alguna. Genbu.
Posteriormente Géminis repartió su mirada seria y de ceño fruncido entre todos. Pensé con prontitud. Pero por lo menos, un escuadrón debe quedarse para proteger a Athena. Que en cada grupo exista un dorado para apoyar a los marinos que Seiryu de Dragón Marino ha enviado. Los titanes aspiran a que el Santuario quede solo.
Pronto la estancia se llenaría de la sombra del caballero de plata Gardna de Escudo quien venía herido, pero su lealtad le daba la fuerza suficiente al parecer para rendir informe al general marino quien asistía a la reunión, muy a pesar de su estado.

La batalla con el titán que Saren y sus compañeros habían enfrentado fue una de las mas duras que había tenido desde que había adquirido la escama de sirena, luego de que su maestro hubiera desaparecido sin mas y siendo ella era su sucesora por lo que le correspondía por derecho.

Llegando al santuario para brindar información al general marino de dragón marino que los había mandado a investigar con anterioridad, su cuerpo aun no se recuperaba por completo de aquella descarga eléctrica que había recibido, se movía por mera voluntad de llegar a su destino, la armadura también se encontraba dañada, por el fuerte combate, al llegar a la reunión que se llegaba a cabo en la casa de Aries , bajo el silencio que ella profesaba la mayor parte del tiempo observo a todos y cada uno de los presentes, dorados y un par de rangos bajos, la presencia de Dragon marino era quien le importaba, tras dejar que Gardna explicara la situacion ella se aclaro un momento la garganta

-en efecto, tal como Gardna a comentado tuvimos un enfrentamiento con Coeos, otro de los titanes liberados del tartaro, aunque fue dura la batalla el dañar su armadura indica que no es completamente inmune ante nuestros ataques, grupos de tres o cuatro bien balanceados podrían hacer frente a un titán, su objetivo en si no somos nosotros, somos solo obstáculos que ellos creen pueden pasar fácilmente terminamos siendo solo caprichos, un premio al final de todo esto, buscan principalmente derrotar a Atena y a Poseidon, creo fervientemente que los de rango bajo son capaces de repeler las amenazas que han aparecido a los alrededores,  nosotros como generales marinos podemos ayudar a sus santos de plata y bronce, los dorados deberan utilizar esta informacion para planear la proteccion de atena y Poseidón, en cuanto hayamos terminado con dichas amenazas, apoyaremos a los dorados en lo que hiciera falta, de este modo no dividiríamos las fuerzas como para que el enemigo encontrase una fisura en la defensa -respondió con determinación

Dio un par de pasos hasta llegar a lado de el general marino, este le ganaba con varios centímetros de altura pero poco importaba al portar la escama pues era un igual, le tenia respeto y no hacia falta mas, era lo que de alguna manera había marcado la fuerza de esta facción desde un principio.

La reunión había incrementado el número de miembros de esta y ahora cada uno decía su experiencia en los combates estaba claro que la idea era formar avanzadillas de varios grupos y proteger a los dioses aprovechando el don del santo de aries para transportar a los dorados cuando fuese necesario, o al menos eso es lo que veía más lógico el regente caballero de capricornio que atendía y escuchaba la información de cada uno de los titanes por si tenía que encontrarse con cualquiera de estos algo estaba claro poseían un gran número de formas de ataque y un poder tan inmenso que podría casi considerarse una perfecta defensa. Las escamas de poseidon por su parte daban toda la información posible colaborando de buena manera lo que hizo que el corazón de Lancelot pudiese depositar algo de confianza en estos y habían llegado numerosos de estos. Uhmm... Cerró los ojos manteniendo su fría expresión es decir su expresión habitual mientras meditaba el asunto y dejaba hablar a todos, como parte de los caballeros que lo conocían no era un hombre que dijese muchas palabras, era de los que pensaba que el silencio era tan necesario como unas palabras bien dichas pues las mismas podían llegar a ser incluso más peligrosas que una espada, pero supuso que ya era hora de poner su punto de vista.

Avanzadillas, el don del caballero de Aries nos permitirá llegar a los dorados y generales marinos cuando sea necesario... No quiero recurrir a la impaciencia mas me temo que una reunión demasiado larga puede ser tan peligrosa como puede ser un punto de Ayuda. Dichas ya las experiencias con cada uno marcho a mi templo, debo refinar mi arte con la espada y defender a nuestra diosa.... Y al dios Poseidon. Se giró moviéndo su capa al viento con el susodicho movimiento esperando las últimas palabras de cada uno de ellos para luego una vez terminasen avanzar hacia su templo raudo, aun tenía numerosos entrenamientos que realizar pues el deber de un buen caballero es mantenerse en mejoría eternamente y a pesar de vestir una de las más poderosas armaduras este no iba a permitir que eso le cambiase. La espada y el honor, el honor y el deber, todo eso era probablemente lo que lo habían llevado a ser el caballero que hoy en día era.

Saga miro a la amazona marina Saren de Sirena quien después de su participación asintió con respeto por su aporte. La guerrera al Igual que el Santo de Plata de escudo, mostró indicios seguros de la debilidad de los titanes, incluso arrojo que dentro de la estrategia de batalla el  número preciso y suficiente para encarar en batalla a cada titán. Saga sin más expreso.
Por mi parte agradezco la información suministrada Generales Marinos y seguidores de Poseidón. Miro a Aries posteriormente. El santo de Aries nos acercara a cada grupo a los lugares respectivos. Pido el apoyo a un escuadrón para resguardar los doce templos y ser parte de la guardia a Athena y a Poseidón. Por el momento me dirijo al templo de Athena a informar lo pactado. No siendo más, descansen y retomen fuerzas.
Saga se dirigió tras los pasos del Santo de Capricornio, justo a los aposentos de Athena retirándose lentamente no sin antes mirar de manera seria y sin expresiones a Nero de Leo.

Luego de haber presentado su informe, el joven caballero de Leo tomo la palabra dando basicamente un resumen de lo que se habia acordado asi como una opinion, si bien ella tampoco esperaba perder mas com pañeros estaba conciente de que eso tarde o temprano sucederia y que si alguien debia sacrificarse por el bien de los demas era algo que se honraria en su momento, mantuvo silencio durante lo que restaba de la conversacion, asimilaba cada uno de las opiniones dadas, la situacion y algunas de las posiblidades de que volvieran algunos de los titanes, no fue hasta avanzados los minutos que se dio cuenta realmente de donde se encontraba, la primera casa, una casa que le pertenecia a Aries, su mirada recorrio a todos los presentes identificandolos pues algunos habian cambiado ya no eran los mismos dorados que en su momento llego a conocer, mucho menos aquellos que como aprendiz logro ver en su momento de pelear , todo ello estaba cambiando, podía esperarse pues podrían caer en batalla y tan rápido como caían ser remplazados por algo mas digno, , lo mismo podría suceder con ella, lo cual no estaba del todo segura de estar preparada o no, pero llegando el momento lo mas probable es que lo supiera y si era en pos de Poseidon lo haría, entre aquellos caballeros se encontraba el santo dorado que había encontrado días atrás en aquel páramo , donde aparentemente iban a Asgard y ella se vio obligada a re dirigirlos, no había sido realmente esa su encomienda mas se vio forzada a guiarlos en el verdadero camino a el y a la santa de plata la cual extrañamente no veía en ese lugar, aunque su mirada se encontró con la de el, simplemente no hizo gesto alguno, seguía siendo tan seria y silenciosa como siempre lo había hecho , hablar mas de la cuenta no era cosa de ella.

La reunión había dado por concluido luego de que cada uno de los presentes había dado su punto de vista y sus experiencias con algunos de los titanes, Saren callo en cuenta que no solo se trataba de uno y que probablemente no todos estaban despiertos pero en algún momento lo harían ,pues al igual que Coeos estarían reuniendo fuerzas , otros mas estaban midiendo la fuerza de los caballeros para futuros enfrentamientos y por supuesto ellos no se quedarían atrás al respecto, una vez que Saga proseguia a retirarse sabia que esto ya no debia alargarse mas habiendo peligro eminente, miro por un momento al general marino de Dragon Marino y con una ligera inclinacion de cabeza se despidio de este

-mi momento a llegado, me retiro caballeros, buena suerte, estare al tanto y apoyare a los de bajoi rango en lo que sea necesario - respondio con calma dando media vuelta para salir de la casa de Aries