¡Arribando! (Libre)

por Izayoi de Eridano Miér Mar 04, 2015 2:54 pm

Volver a su hogar después de tanto tiempo le resultaba extraño, las casas, las calles y las personas eran iguales, nada había cambiado. Pero ella sí, más alta, y hasta su cabello lo había recortado un poco más, aunque seguía manteniéndolo pero atado. ¿La reconocerían? Era muy poco probable, la confundirían con otra guerrera de Atenea más, ya que llevaba su armadura de bronce con ella. Lo recordaba como en sus sueños, niños correteando por las calles de tierra jugando y con sus padres viéndolos atentamente desde la puerta de sus respectivas casas. En ese momento se preguntó como estaría sus padres y hermano, debería volverlos a ver pero antes tenía que atender un asunto. No pudo evitar pasearse por el pueblo de Rodorio, los pueblerinos la miraban pero no la reconocían, aun así, en sus rostros se veía cierta satisfacción por ver a una Santa de Atenea pasearse por allí, dándoles alivio de sentirse protegidos por alguien.

Dejando a tras a Rodorio, camino por el paisaje rocoso, también paso por aquel sitio donde solían entrenar los aspirantes, completamente vacío, a lo lejos podía divisar con sus ojos verdes el coliseo donde peleaban por la armadura. Unos recuerdos la invadieron pero continuó caminando con semblante serio. Quería hablar con un caballero de ser posible, Izayoi necesitaba conocer la situación actual pero no veía a ninguno por allí, ni cerca ni lejos. Alzó la mirada donde empezaba una gran escalinata que dirigía a la primera casa. Tras unos minutos de subir por los escalones se encontró a la entrada de la Casa de Aries, le resultaba raro que no haya visto a nadie en ese sitio. Tampoco sabía si el Santo Dorado correspondiente a la Casa estaba en su interior.
—¿Hola? ¿Hay alguien aquí? —preguntó con voz fuerte para poder ser escuchada. Espero pero nadie respondía, decidió adentrarse en la Casa del Carnero, para ver si había alguien en su interior.

por **Tatenashi de Scylla** Jue Mar 05, 2015 10:19 am

Hace no mucho que el sol habia salido, su dulce calor rosaba mis mejillas mientras corria regresando de templo en templo. Habia sido una noche dura, la aparicion de la guarida de los titanes habia destruido nuestra estrategia y ahora los santos de oro y los generales marinos discutian una posible solucion. Decidi desistir de la reunion, a pesar de que santos y marinos de bronce y plata custodiaban puntos estrategicos, necesitaban un poco de fuerza de su lado.

Recorria la casa de tauro a toda velocidad, habia dejado la armadura en el templo del patriarca, en este momento no la necesitaba y si apareciese alguien estaba segura de poder llamarla desde aqui.

Continue mi recorrido hasta el templo de aries donde me percate de una presencia, por lo cual baje mi ritmo y a paso lento la aborde, se trataba de una chica que cargaba una caja de pandora a las espaldas, era un santo, claro quien mas podria encontrar este templo que se oculta por la voluntad de los dioses a aquellos que son indignos.

Me acerque con calma a la chica y dibujando una gran sonrisa le salude.
-Vaya vaya!! Te ves demasiado perdida, eres nueva por aqui? Mi nombre es Tatenashi y no, no soy la guardiana de este templo y tampoco me gustaria serlo.-

Afile la mirada y con una sonrisa siniestra me movi a la velocidad de la luz hasta la chica y comence a dar saltitos examinando a la chica.

- Y tu quien eres?-

Pregunte sin dejarla de examinar.

por Izayoi de Eridano Jue Mar 05, 2015 3:52 pm

Estaba a pasos de ingresar por la amplia entrada de la Casa de Aries, el interior era oscuro y pocos rayos de luz alcanzaban a iluminar algunas zonas. En eso el paso de Izayoi se detiene al escuchar unos pasos que no son los suyos “¿Será el Santo de Aries?” pensó para si misma, espero a ver que figura se revelaba entre la oscuridad. Entonces se hizo presente, una mujer que no tenía una armadura puesta, de cabello azulado corto y ojos rojos, se acercó hasta la rubia y con una sonrisa la saludo. Izayoi la dejo hablar por respeto, decía que no era la guardiana de la Casa y que su nombre era Tatenashi, los ojos de la rubia seguían con curiosidad a la mujer que se le apareció de repente, manteniendo su semblante serio en todo momento. —Me llamó Izayoi, es un placer —dijo haciendo una reverencia en señal de saludo. Miraba como Tatenashi la examinaba con su mirada, cosa que no le molestaba en lo absoluto, le ayudaba a la rubia a comprender como era la mujer con su actitud, por lo que mostraba, era alguien animada.

—Me enteré que los Santos de Atenea habían vuelto al santuario, por lo que aquí estoy…¿Qué paso con las fuerzas de Poseidon? —preguntó con voz seria para poder empezar a informarse, los rumores que le habían llegado eran pocos por lo que decidió volver de donde estaba lo más rápido que podía y averiguar la situación actual. Tanto tiempo afuera le hizo sentir que ya no pertenecía a la orden de Santos de Atenea, creía que el momento de unirse a estos había llegado. —¿Qué rango eres? —le preguntó para saber, hacía tiempo que no veía un Santo desde su Maestro y desconocía a muchos de sus compañeros, no era mala idea empezar a conocer a algunos de ellos.

por **Tatenashi de Scylla** Jue Mar 05, 2015 6:05 pm

Sobria y serena, asi parecia la chica a la que examinaba, no tenia la tipica actitud de un santo de rango bajo, incluso algun santo dorado se comportaba como un niño, pero esta chica no y eso me agradaba era una lastima que estuviera del lado de Atenea.

Con un par de saltos mas quede frente a ella y trate de ponerme firme, arregle mi ropa y me aclare la voz.

-Asi que Izayoi, es un placer y tu informacion es correcta, no hace mucho que los santos atenienses han llegado, es mas, su llegada fue ayer asi que tu informante debe ser uno muy bueno. En cuanto a mi, se puede decir que mi rango es equivalente al de un santo de oro-

Le sonrei y afile mi mirada bastante divertida en esperade lo que podria ocacionar mi siguiente oracion.

-Soy un general marino, mi nombre completo es Tatenashi de Scylla y es un gusto tenerte aqui, santo de Atenea.-

Al igual que la chica, termine mi presentacion con una reverencia. No hable en tono ofensivo, sin embargo las propias palabras tienen un efecto diferente en quienes las oyen y yo esperaba a ver su reaccion.

por Izayoi de Eridano Jue Mar 05, 2015 7:05 pm

Tatenashi no dejaba de moverse de manera inquieta cerca de Izayoi, la rubia solo se limitaba a seguirla con los ojos, asintió al saber que su información era correcta, los Santos de Oro si estaban en el santuario, lo que la alivió. Pero lo último dicho por la mujer de cabello corto y azulado la dejo pensando. —¿Qué quieres decir? ¿No eres un Santo de Oro? —le preguntó ladeando la cabeza a un lado, rápidamente pensó que era una Santa de rango bajo, de Plata u de Bronce como lo era ella. La suposición de Izayoi era algo correcta ya que se le apareció del interior de la Casa de Aries, pero al final terminó siendo errónea. Entonces vino lo siguiente, que hizo alertar por completo a la Santa, dio un salto hacia atrás, quedando unos metros de distancia de Tatenashi.

—¿General Marino? ¿Cómo es posible que sigan aquí? —preguntó con su brazo derecho alzado, y su mano no en forma de puño sino con los dedos juntos. A pesar de la situación, Izayoi no perdía la cordura y con su rostro se mantenía seria y atenta a cualquier cosa rara que hiciera la General Marino. Tenía bien presente que de pelear con ella no sería nada fácil, y hasta que podría perder la vida, pero eso no le importaba, sabía bien que estaba cumpliendo con su deber como Santa y morir era parte de su misión, es más, ella lo encontraba algo honrado de fallecer en combate. Pero a pesar de todo eso, estaba desinformada con respecto al porque las fuerzas de Poseidon seguían en el Santuario cuando los Santos y Atenea regresaron. Espero paciente la respuesta de Tatenashi, aun así, mantenía la guardia en alto por si ella la atacaba.

por **Tatenashi de Scylla** Jue Mar 05, 2015 8:23 pm

Justo lo que esperaba de alguien que habia sido criada para ser un guerrero, la chica tomo una posicion defensiva aunque se mantenia fria por cualquier malentendido, realmente era una guerrera.

Sonrei siniestramente y en un parpadeo me coloque a espaldas de ella, mi velocidad era mayor a la de ella, y con delicadeza baje mi cara hasta su oido y le susurre con delicadeza.

-No te preocupes, que si estuviera aqui en son de pelea te habria atacado y no me habria movido a tu espalda--

Rapidamente me movi para quedar de nuevo frente a ella y con una sonrisa diverta, me dispuse a explicarle.

-Veras, parece que por fin Atenea regreso y explico a los santos que todo lo que hemos pasado no era necesario y que la guerra que manteniamos era culpa de su patriarca, pero ahora que murio podemos aliarnos y convenientemente acaba de aparecer un rival que requiere de la fuerza conjunta de los santos y los marinos, el titan Cronos y sus once hermanos han despertado y debemos derrotarlo. Ahora, no ves a ningun santo dorado o marino, aparte de mi, por que todos estan reunidos en el templo del patriarca pensando en una estrategia para hacer frente a esta amenaza--

Le sonrei satisfecha mientras llevaba mi mano derecha a la barbilla para pensar algo.

-Creo que mi resumen es muy burdo, tal vez yo o alguien mas te lo explique con mas detalle, pero en esencia, estamos aqui por que ahora somos aliados-

Le extendi la mano a la chica en señal amistosa, ahora era un buen momento de dejarme de ese papel de mujer misteriosa y ayudar a la chica.

por Izayoi de Eridano Dom Mar 08, 2015 4:34 pm

Los ojos de Izayoi se sorprendieron al ver que de un momento al otro, Tatenashi ya no estaba en frente de ella. Lo que demostraba la increíble velocidad de movimiento que tenía la General, los ojos de la rubia miraron hacia atrás, donde se encontraba la mujer que se acercó a su oído para hablarle. Las palabras de Tatenashi confirmaban lo que Izayoi estaba rondando por su mente, pudo haberla atacado y más con esa velocidad, seguramente se hubiera dado cuenta tarde de tener alguna herida o algo parecido. Comprendiendo que su enemigo no iba a lastimarla, bajo su brazo y asintió con la cabeza, adoptando una actitud algo más relajada pero manteniendo la serenidad que la caracterizaba.

La Marina volvió a posicionarse delante de la rubia y comenzó a explicarle la situación a la joven Santa de Bronce, la razón de que los seguidores de Poseidon aun estuvieran en el santuario era porque se aliaron con Atenea para enfrentar a Cronos, además de que el Patriarca había muerto.
—Comprendo, gracias — dijo de manera sería y sin rodeos, agachando un poco la cabeza, dejo escapar un pequeño suspiro. “Titanes…llegue en el momento justo” se comentó a si misma, comprendía el tipo de enemigos al cual enfrentarse y aunque ya había tenido peleas anteriormente, sabía que no se comparaba a las que tendría en un futuro no tan lejano. —¿Hm? — expresó al ver como Tatenashi extendía su mano hacia ella, se quedó viéndola por unos instantes, no era el estilo de la rubia pero pensaba que pudiera necesitar de su ayuda en algún momento, y sería ideal empezar con el pie derecho, además no parecía tener malas intenciones. Izayoi extendió su mano abierta para estrecharla con la ajena. —Titanes…nunca pensé en pelear contra ellos — comentó hacia Tatenashi, llevando un dedo índice a su mentón y pensando en silencio.

por **Tatenashi de Scylla** Jue Mar 12, 2015 7:40 pm

La chica relajo su postura al saber que seria su aliada y dudo en darme la mano, al parecer era demasiado seria como para divertirme jugandole una broma o algo asi que solo me dispuse a responder a su declaracion.

-Asi es, se trata de seres mas antiguos y poderosos que los dioses a los cuales servimos, me entusiasma saber que nuestros rivales son tan fuertes pero tambien estoy consiente de que puede ser la ultima pelea para algunos de nosotros-

Me quede un poco pensativa, realmente el reto era muy fuerte y varios podriamos morir, incluso durante el ataque de los dorados nunca habia tomado muy enserio la probabilidad de morir ya que confiaba en mis habilidades, pero con los titanes en la ecuacion las probabilidades jugaban en mi contra. Sacudi la cabeza para sacar los malos pensamientos de ella y dibujar un semblante feliz en mi rostro mientras le preguntaba a la chica.

-Quieres que te ayude en algo mas o prefieres que te deje sola, no creo que la reunion tarde demasiado, puede que incluso los santos dorados ya esten de regreso a sus templos-

por Izayoi de Eridano Sáb Mar 14, 2015 4:49 pm

El cuerpo de Izayoi se relajo después de ese momento pre-pelea con la Marina Tatenashi, aunque mantenía su compostura seria como hasta ahora. El comentario hizo preocupar un poco a la Santa de Bronce, enfrentar a Dioses que se suponía eran más poderosos que Atenea, Poseidon y Hades. Quizá Tatenashi tenía una perspectiva algo más alentadora, debido a sus habilidades pero…siendo la rubia un bronce ¿Tenía posibilidad con algo así? Su rostro adopto una postura pensativa, es cierto que sus habilidades son buenas pero comenzaba a cuestionarse que tanto, llegando a la conclusión que al menos tendría que mejorar antes de entablar una batalla con estos seres supremos. Como bien dijo la Marina, podría ser la última batalla, tanto de ella como de Izayoi, aunque la rubia no temía de la muerte, era algo normal como todo en la guerra. Pero al menos querría hacer algo antes de tener una muerte prematura y en vano. Las palabras de Tatenashi sacaron a la joven de sus pensamientos.
—Pues no quiero quitarte más tiempo, si tienes algo que hacer…Entonces es por eso que el Santo de Aries no esta aquí, a la reunión me refiero —comentó Izayoi, tampoco quería parecer descortés con ella, pues se había atrevido a tomarse la molestia de explicarle la situación.

por **Tatenashi de Scylla** Sáb Mar 14, 2015 7:46 pm

Creo que podia notar algo de preocupacion en aquel rostro tan sobrio de la chica sin embargo no era una situacion que necesitara de mi apoyo, ella debia encontrar su camino sola... Aunque no haria daño meter un poco mi cuchara.

-Pareces una santia fuerte, se que saldras victoriosa de este obstaculo, como yo. Pero no te preocupes que aun tienes tiempo para entrenar, no creo que aun nos ataquen o ataquemos.-

Habia visto el emerger de la guarida de los titanes y esta parecia alejarse lo cual indicaba que aun no querian una guerra, ademas el mejor momento para atacar seria la noche anterior ya que aun contaban con el elemento sorpresa, asi que podia asegurar que no atacarian en un momento proximo.
Sonrei a la chica y volvi a la platica.

-Creo que no tenemos mas que hablar, pronto volvera el santo de Aries y yo debo ir a Rodorio a ver como marchan las cosas, no tengo un buen presentimiento y si los titanes planean algo ahi podre encontrar indicios. Pero si no tienes nada que hacer puedes acompañarme.-

Le sonrei y le guiñe un ojo mientras de un salto me ponia a espaldas de la santia y me disponia a abandonar el santuario con rumbo a Rodorio.

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