Más allá de los límites (Libre)

BANDA SONORA:

-"Mantén el control. El miedo es una ilusión. La desesperación algo pasajero. La muerte... algo en lo que no vale la pena pensar ahora, pues solo me acercaría más a ella".

Se decía a sí mismo el caballero de Megrez Delta, repitiéndose esa línea una y otra vez, posiblemente ya siendo 40 veces desde que había comenzado; la fatiga e incertidumbre que se dibujaban en su rostro fácilmente delataban que esa calma estaba resultando demasiado complicada de forzar y no ayudaba mucho el hecho que su frente estuviera empapada de sudor. A decir verdad, era todo su cuerpo el que transpiraba desmesuradamente, implicando otra incomodidad que tenía que forzarse a ignorar.

¿Pero que era aquello que mantenía a Edzard en una situación tan tensa? ¿Qué podía provocar tal grado de presión en alguien como él que lo obligara a sermonearse a sí mismo? Bueno, bastaba con ver la  locación en la que se encontraba para entender un poco más su situación. Para empezar, la superficie donde se mantenía de pie era una pequeña plataforma rodeada de un abrazador río de magma, todo esto dentro de una lúgubre caverna. El distintivo sonido de la sustancia burbujeando y los humos tóxicos que emanaba lo hacían una atmósfera demasiado brutal para casi cualquier ser humano, incluso alguien digno del título de Dios guerrero.

Pero lo verdaderamente destacable de toda esta coyuntura era el hecho que emergiendo de aquel río de magma, diversos pilares de roca fundida se levantaban varios metros de su posición original, al grado de casi tocar el techo de aquella cueva, elevándose peligrosamente cerca del joven de cabello violeta, quien irónicamente, era el responsable de aquel fenómeno.

-"Mantén el control. El miedo... es una ilusión. Uggg...La desespe..ración algo pasajero. La muerte... algo en lo que no vale la pena... pensar".

Gracias a su habilidad de manipular la naturaleza, Edzard normalmente era capaz de tener un completo control de su entorno, siendo su elección favorita el usarla dentro del bosque. No obstante, luego de su última batalla contra los invasores que pretendían ser dioses guerreros, se dio cuenta de 2 cosas. La primera, era que requería practicar la manipulación de elementos distintos si quería estar realmente preparado para cualquier combate, independientemente donde este fuera. La segunda, era la obvia desventaja que requería su técnica al tener que alcanzar un grado extremo de concentración. Pero si podía concentrarse en un ambiente que simulaba el mismo infierno, suponía que sería capaz de hacerlo en cualquier tipo de situación, incluso en medio de un combate.

- ... "Creo que es momento de terminar con esto..."

Con sumo esfuerzo y cosmos, el dios guerrero logró manipular los pilares de lava para que todos estos se juntaran en un solo punto y convergieran en lo que era una enorme, incandescente y letal esfera de destrucción, la cual inclusive era capaz de mantenerse flotando en el aire durante varios segundos. SIn embargo, incapaz de mantenerla estable más tiempo, Edzard decidió usar lo último de sus fuerzas para regresarla delicadamente a su lugar de origen, antes de que estallara y salpicara en una lluvia de fuego que en el mejor de los casos, no lo mataría.

- ... Hmp..."Sólo 5 minutos más que la última vez...Tengo que ser capaz de resistir aunque sea un par de horas, no solo 1 con 15 minutos. "

Un tanto inconforme con los resultados de su entrenamiento, pero suficientemente prudente como para admitir que no podía hacer más por hoy, dio un salto para retirarse de aquella plataforma y volver al sendero principal de la caverna, lo cual lo guió a la salida. Aunque simple, el trayecto no fue realmente sencillo. Dada su energía gastada, su vista comenzaba a nublarse y el implacable calor lo hacía sentir mareado y confundido. Afortunadamente, logró salir al exterior y relajarse tirándose sobre el manto de nieve que tanto había extrañado durante su sesión de entrenamiento, permaneciendo junto al túnel de entrada que llevaba a aquel infernal lugar.

- "Creo que descansaré aquí un momento... en lo que recupero un poco el aliento... "

Un joven caballero se encontraba caminando en los alrededores buscando algo que hacer  aunque sin una dirección aparente este joven poseía cabellos plateados que se asemejaban al color blanquezco de la nieve que cubría cada parte de las gélidas tierras de Asgard excepto una, un lugar que tenia magma en su interior, un infierno en la tierra la gran e imponente cueva ardiente. El caballero de Athena portaba su armadura dorada, no era su costumbre portarla pero esta vez hizo una excepción, el sol mostraba rayos muy delicados ya que al estar en un lugar tan frió el sol no hacia efecto en su búsqueda por calentar los cuerpos de todas las criaturas que habitan el lugar.

Decidió caminar en dirección a tal cueva, dando pisadas y dejando las huellas de las botas doradas en el suelo puro, miro por un instante los alrededores, hasta que noto algo poco peculiar, un joven que vestía un manto azul.-"Un dios guerrero"-Mascullo.


Se acerco lentamente al joven para observar mas de cerca.-Vaya, vaya no creí ser testigo de algo como esto, ¿Acaso alguien lo ha vencido? o simplemente ¿Disfruta estar así?.-El viento comienza a hacer un movimiento brusco sobre la cabellera del joven santo y mueve su capa de un lado al otro hasta que el hombre con su mano derecha mueve su capa hacia atrás.
Con un movimiento rápido toma algo de nieve en su mano izquierda la cual permanecía cubierta por el ropaje dorado, observa la nieve durante un momento y luego gira la mano, el joven de ojos azul obscuro mira hacia abajo esperando la respuesta del hombre que permanecía en el suelo helado. ¿Acaso tenia la intención de dejar caer la nieve en el hombre que estaba recostado sobre la nieve?

No estaba muy acostumbrado a jugar de esa forma sera porque su infancia no fue muy placentera que su alma de niño aun no estaba saciada por lo que en ciertas ocasiones hacia cosas que normalmente no hace.

-Preferiría que contuvieras de hacer lo que creo que vas a hacer.

Aún en su no tan perfecta condición, el Dios guerrero de Megrez Delta no estaba tan absorto de su entorno como para no detectar la prescencia del individuo que acababa de arribar, lo que incluía el momento en el que había recogido un puñado de nieve y que ahora sostenía como si fuera a dejarlo caer sobre su persona. Si bien no era realmente una idea que le desagradara (Después de todo bien pudiera ayudarle a "refrescarse"), prefirió mantener un estandar más formal y advertir al recién llegado que se contuviera.

-"Aunque por el hecho de no haberme arrojado una bola de nieve como cierto santo con armadura de cangrejo lo hubiera hecho, creo que debe tratarse de alguien que puede respetar a los demás".

Edzard se levantó aún un poo adolorido de su comodo asiento en el suelo nevado y miró detenidamente al joven de cabellos plateados. Era fácil saber que se trataba de un caballero dorado puesto que se encontraba portando su resplandeciente armadura, pero aún de no haberla llevado puesta seguramente igual lo hubiera supuesto, dado que de momento no había escuchado noticias de que llegara ningún nuevo Dios guerrero desde aquel joven que se hacía llamar Grimmjow.

-Saludos santo de Athena, creo que no nos hemos presentado - Comentó sincero ya no dándole importancia a la intención de travesura que creía tenía el santo de Aries. -Hmp... mi nombre es Edzard, Dios guerrero de Megrez Delta.

Se presentó el asgardiano confiando en que el joven con el que conversaba hiciera lo mismo. Mientras lo hacía, por la mente de Edzard pasaba una idea que pudiera resultar un tanto perturbadora. ¿Cuantas personas habían portado ya esa armadura antes que él? Estaba seguro que había otro caballero de Aries, pero no se había molestado en conocerlo realmente. Ni siquiera supo cuando perdió su armadura o por que razón. ¿E inmediatamente la recibió este joven o hubo otros antes que él que no tuvo la oportunidad de conocer?
No obstante, era algo que no pretendía decir en voz alta y decidió simplemente estar conforme con conocer a un nuevo aliado para la batalla venidera.

No debería preocuparse pues no era mi intención arrojarle esta fría bola de nieve, creo que solo fue un impulso pero no me atrevería a hacer esto.-El Ariano deja caer a un costado el bulto de nieve  blanca que sostenía.

Mi intención solo era llamar su atención pues es la primera vez que nuestros caminos se cruzan al parecer y no suelo hacer este tipo de cosas pero al verlo aquí no pude resistirme, dedo admitir que he llegado hasta aquí por que...-El joven se interrumpe al notar movimiento por parte de hombre frente a el.

Eridan pudo notar algo de torpeza en la forma como el joven se levanto su primera idea fue ayudarle pero se detuvo al percatarse que un dios guerrero es una persona fuerte y para Eridan el hecho de ayudarle podría ser mal interpretado por el hombre que cabellos morados. Escucho la presentación del hombre, ahora el joven sabia el nombre del Asgardiano, su nombre era Edzard ante tal presentación el caballero de Athena no podía quedarse atrás.
-Eridan, Caballero dorado de Aries, Mucho gusto Guerrero de Odin. -Termino con su presentación no sin antes estirar su brazo derecho para estrechar su mano contra la de su nuevo aliado, obviamente si este estaba de acuerdo, el santo gustaba de conocer nuevas personas y esperaba que este encuentro fuese algo para bien.

Por cierto  si no le molesta me atreveré a preguntarle ¿Que esta haciendo usted aquí?

Quizás en el pasado Edzard se hubiera mostrado más renuente de conversar con uno de los forajidos a quienes dificilmente conocía. Quizás resistirse a conversar con prácticamente quien sea. No obstante, experiencias recientes lo habían hecho reflexionar sobre la importancia de crear lazos de confianza con aquellos que serían sus compañeros en una dificil batalla contra el Dios de los mares. Por ende, aceptó el saludo del santo de aries, estrechando la mano con la suya. Posteriormente, el caballero dorado le hizo una pregunta al Dios guerrero, más específicamente,respecto al motivo de por que encontrarse en ese lugar.

-Este lugar es conocido como la cueva ardiente. No es un lugar que a ningún habitante de Asgard le agrade visitar, dadas las temperaturas extremas así como la gran cantidad de gases nocivos que provoca la lava del interior de esta caverna. Y sin embargo, esa es la razón por la que estoy aquí.  

Aparentemente Edzard simplemente se había contradecido a sí mismo con su respuesta. Si las personas buscaban evitar a toda costa aquel recinto ¿Por que el caballero de Megrez buscaría permanecer en esa locación? Sin embargo, no tomaría mucho para que, luego de una pequeña pausa dramática, el de cabello violeta divulgara su verdadero propósito de estar allí. Entrenamiento.

-Recientemente he estado pensando que no me vendría mal incrementar mi resistencia y concentración . Es por eso que he iniciado un entrenamiento en este lugar. La constante sensación de peligro y la facilidad con la que uno puede agotarse allí dentro simula muy bien el sentimiento de una batalla. - Hizo una breve pausa y se recargo junto a una de las paredes del exterior de la cueva. - Aunque como delatará mi apariencia, no es una rutina a la que estoy completamente acostumbrado.

Tras responder la pregunta del santo de Aries, el Dios guerrero pensó que bien podría ser recíprocro y preguntarle lo mismo. Después de todo, aquel lugar no era precisamente una atracción turística. Si bien se anticipaba al hecho que quizás se había perdido o simplemente curioseaba por el lugar, de igual forma quizo darle la oportunidad a Eridan de dar su propia respuesta.

- ¿Y tú que dices Eridan? ¿Que te trae por estos lares?

Me imagino el infierno allí adentro, yo creo que mi cuerpo no resistiría mucho en ese lugar me sorprende que usted logre soportar tal temperatura, había solo leído en los libros del palacio sobre este lugar pero no creí en realidad existiese.

Que el joven Asgardiano tuviera la fuerza suficiente para soportar una cantidad de tiempo considerable sorprendía a Eridan pues ese lugar seria el ultimo en el cual pondría un pie el joven Ariano pues para el que creció en un lugar con temperaturas mas bajas que la tierra Asgardiana seria un suicidio permanecer mas de 10 segundos dentro de la cueva.

-Entrenamiento ah? No me sorprende que siendo un Dios Guerrero busques una forma algo fuerte de entrenar pues es la mejor forma de incrementar tus habilidades;Pude notar que se veía un poco exhausto en cierta forma y ahora logro entender el porque pues entrenar en un lugar así debe ser bastante pesado...Interesante.

El hombre de cabellos plateados al escuchar que Edzard le había formulado la misma pregunta dejo notar la sorpresa en su rostro pues no esperaba que se le formulara la misma pregunta, movió su pierna derecha hacia atrás y con su mano izquierda retiro los lentes de sus ojos.

-Bueno, Como ya le mencione leí sobre este lugar y quise investigarlo pero he pasado varias horas caminando sin rumbo, me he topado con este lugar y con su presencia por accidente pero ahora tengo el problema de que probablemente no encuentre el camino de regreso se podría decir que me he despistado y perdido por completo la dirección por la que vine.

- Entiendo. Es fácil perderse cuando se es nuevo en estas tierras. Incluso estudiando la fisiología del terreno en libros o mapas, su exactitud tiene un límite.

Comentó Edzard simpatizando con el argumento de Eridan. Desde luego, no creía que alguien como él tuviera problemas para hallar el camino de regreso tarde o temprano. No lucía como alguien que pudiera cometer un descuido cuyas consecuencias no estuviera dispuesto a afrontar; no obstante, quizás estaba siendo presuroso al sobreestimar al caballero de Aries por su apariencia y simplemente la orientación no fuera su área de especialidad.

- En cualquier caso, ya no tengo razón de permanecer en este lugar, sería imprudente de mi parte forzar mi entrenamiento más por hoy. Si gustas podemos pasar por el palacio.

Ofreció el Dios guerrero de Megrez puesto que no le costaba nada guiar a su nuevo aliado; si bien no era su destino original, no tenía problemas con desviarse un poco. Posteriormente, pensó que quizás sería una buena oportunidad para enterarse de recientes acontecimientos, tales como que nuevos caballeros habían arribado a Asgard o si ya habían llegado a algún plan con respecto a la batalla por el santuario, aunque dudaba de eso último.

Luego de sentir que una parte de su fatiga le había abandonado, comenzó a emprender marcha por el suelo nevado, dando largos saltos para trepar algunas rocas y cortar camino por encima de la caverna. Posteriormente volteó de reojo para ver si el joven de cabello plateado lo seguía. De ser así, Edzard pretendía hacerle algo de plática, aunque más que nada era una excusa para enterarse de ciertas cosas y hacer sus propias conjeturas respecto a otras.

- Por cierto ¿Hace cuánto arribaste a Asgard?

Sería su pregunta de inicio. Tenía cierta inquietud respecto a si todavía era reciente el hecho que algunos santos desaparecieran y reemplazos de estos aparecieran tiempo después. ¿Acaso probaban no ser dignos para sus indumentarias sagradas? ¿Salían por su cuenta a alguna batalla que no podían ganar? ¿O había algo más que no estaba considerando? Desde luego no pretendía hablar del tema para no desmotivar al santo que le acompañaba, pero algo le hacía sentir que tarde o temprano le compartiría sus conjeturas. Y quien sabe, Eridan se veía como alguien que también podía compartir una que otra teoría una vez que tuviera más información respecto a lo que estaba sucediendo.

Me parece perfecto.-A pasos agigantados Eridan comienza a caminar detrás de Edzard, ya arriba de la caverna el Dios guerrero dirigió una pregunta al Ariano, este no hubiese respondido ninguna pregunta de un desconocido ni siquiera hubiese entablado una conversación pero el hombre de cabellos morados había demostrado ser alguien de confianza desde el momento en que Eridan lo diviso a la distancia, se podía decir que en ese Asgardiano Eridan veía a un buen alguien que el esperaba que con el tiempo se convirtiese en un buen amigo.-Su curiosidad es de admirarse de cierta forma, bueno a decir verdad llevo aquí aproximadamente tres semanas después de obtener mi armadura se me asigno la misión de encontrar a mis hermanos de armas aquí en Asgard dejando de lado mi vida anterior y junto a esta a las personas que alguna vez fueron importantes para mi para seguir el camino de mi diosa Athena.

Mientras caminaba levanto algo de nieve con su bota dorada como si se tratase de algo que no quería tener en mente el solo pensaba en una cosa que le daba vueltas una y otra vez pues hace poco fue testigo de que una persona que el anhelaba encontrar resulto ser su enemigo.- Aveces el destino juega sucio... -La voz de Eridan comenzó a hacerse mas grave hasta el punto que se le podía notar algo frustrado.- Ahora Edzard dime ¿Cuanto tiempo llevas aquí?.¿Cuantas personas has visto caer por la manos enemigas? Desprecio a aquellos que asesinan a personas inocentes que por mas que rueguen por sus vidas existen aquellas criaturas sin corazón que disfrutan su dolor, los desprecio  

banda sonora:

Conforme Edzard seguía su trayecto al palacio haciendo conversación con el santo de Aries y enterándose de la información que el consideraba pertinente saber, el joven de cabellos plateados decidió tomar la palabra y abordar un tópico que lo hizo detenerse en seco. El que le preguntara cuanto tiempo llevaba allí era simplemente el pago con la misma moneda por la pregunta que le había hecho previamente, es decir, algo que ya esperaba. Pero el que le preguntaran por aquellos que han caído en combate... Bueno, eso requería un poco más de reflexión por parte del Dios guerrero.

- Hmmmp........ - Emitió un suspiro más largo de lo habitual. - Mi estadía en Asgard como Dios Guerrero ya ha durado años. Tiempo suficiente para ver a muchas personas dejar este mundo antes que yo. Mi tío... mi hermano en armas Wotan de Dubhe Alpha, incluso algunos caballeros dorados que no tuve la fortuna de conocer realmente. Y como dices, el destino a veces le gusta hacer de las suyas... como impedir que puedas despedirte de aquellos que alguna vez significaron algo para ti...

Gracias a su amiga Astryd de Dubhe Alpha, hablar de aquellos que ya no estaban entre ellos le resultaba más fácil, pero no al grado de poder mostrarse indiferente, sin importar cuanto se esforzara su semblante por no dibujar emoción alguna. Quizás por que lo hacía sentir algo vulnerable o por que era parte de su imagen ser alguien adusto y serio. Sea como fuese, lamentaba la pérdida de aquellos que ya no podían ser testigos del resultado de la batalla.

- El mal puede tomar muchas formas. Desde alguien cruel y despiadado al que juramos detener y no tenemos duda alguna de que es nuestro enemigo... o hay caso que enfrentar a personas que creíste era a quienes protegías pero que sin darnos cuenta, la semilla del rencor germinaba en sus corazones... Y aún así es mi deber como Dios guerrero detener a quien sea que atente contra la paz que buscamos. No importa de quien se trate... y no importa a cuantos amigos perdamos para lograrlo...

Edzard bajó un momento la cabeza recordando su encuentro con los dioses guerreros impostores, que de haberse conocido en un contexto diferente, quizás hubieran podido ser aliados. Recordó a su viejo amigo Wotan y como le hubiera gustado pelear a su lado en esta guerra contra el Dios de los mares. Y claro, pensó en todos aquellos nuevos aliados que había hecho y que podría hacer. ¿A cuantos perdería de entre ellos? O ¿Acaso sería el quien tuviera que partir sin despedirse de todos ellos?

- Disculpa sonar taciturno o si dije algo con lo que no estés de acuerdo. Pero tengo mucho tiempo portando estos ropajes sagrados y he visto cosas que me gustaría poder olvidar. Mas lo único que se puede hacer es seguir adelante y esperar que el mañana nos traiga más triunfos que pérdidas. . - Finalizó y siguió caminando.

Escucho la forma tan curiosa en la que se expreso el Asgardiano, llego a sentir cierta empatia con el hombre que a pesar de los eventos permanecía en pie y listo para la batalla.-"Admirable sin duda..." Si usted prefiere olvidar así sera no volveré a mencionar el tema ya que así como usted siente nostalgia así me ha pasado a mi al recordar cosas del pasado, puedo decir que al hombre que porto esta armadura antes que yo no lo conocí pero en esta armadura dejo su esencia y su voluntad de luchar, su fortaleza y su espíritu, eso es parte de lo que me impulsa a seguir adelante.

Durante unos minutos ambos permanecieron en silencio, caminando hacia su destino hasta que una voz se escucho esta voz se dirigía directo al Dios Guerrero de Megrez Delta Entretenido dice? Débiles? Quien es usted para llamar así a personas que dieron su vida por los ideales que seguían, protegiendo a los demás, que poco respeto de su parte.-Hablo a pesar de ser ignorado completamente por ese hombre desconocido-...Supongo que una sanguijuela se adapta mejor a su forma de vida que a la mía pues al parecer usted vive como parásito por que alguien mas seguramente le abrió el camino fácil... Vaya que no creí que personas como usted fueran dignos de portar un ropaje sagrado.-Eridan callo al momento en que vio al hombre moverse y detenerse cerca de Edzard. Arrogancia es lo percibía en las palabras del Dios Guerrero, cerro sus palmas y con fuerza las estrujo al escuchar que esa persona no le tenia respeto ni siquiera a sus hermanos de armas.-Supongo que si Edzard desea entrenar allí es su decisión nadie tiene porque decirle que es mejor y que no, acaso no es por eso que tenemos voluntad de elegir? Pero creo que usted nunca lo comprenderá pues parece ser una persona insensata que no razona y solo hace lo que le conviene ya sobran personas como usted en el mundo pero hay muchas otras a las cuales admirar por lo que no se sorprenda si le soy indiferente pues para mi usted es la única persona que he conocido con la que no estoy de acuerdo, su forma de pensar sinceramente me fastidia. -Sujeto sus lentes para limpiarlos un poco y volvió a colocarlos en su rostro.-Parece que podre soy una molestia en estos momentos pero no pienso irme pues no tengo intenciones de dejar a un amigo atrás con alguien como usted."Vaya que des...Bueno ya no importa"

- "Así que finalmente has vuelto... Alexander de Merak Beta... Hmp... me agradaba la idea de que estuvieras muerto y enterrado en una tierra desconocida. Supongo que eso sería demasiada suerte"

Las insensibles palabras que provenían de aquel hombre enmascarado poco impacto tuvieron en el Dios guerrero, más allá de apretar su puño con fuerza y fruncir un poco el ceño, pero por su siempre seria mirada, no se notaba mucha diferencia de su expresión de siempre. Miraba fijamente en silencio a aquel individuo, alguien que se había ganado la desconfianza de la mayoría de los dioses guerreros, pero aún así nadie podía negar que seguía siendo un caballero al servicio de Odín... o tal vez un siervo del mismo Loki.

- Tendríamos más fuerza en Asgard si buenos guerreros como tú cumplieran su deber y no se escaparan a quien sabe donde...

Era cierto que hubo un tiempo en el que Edzard era el único Dios guerrero activo encargado de proteger el santuario de Odín, momentos solitarios en los que el caballero de Megrez extrañaba la compañía de cualquiera de sus viejos aliados... cualquiera menos Alexander desde luego. Habían tenido sus riñas en el pasado y de no haber sido porque el previo caballero de Dubhe Alpha le había enseñado a no dejarse llevar por sus crueles comentarios, seguramente ya hubiera estallado un conflicto entre ellos en el pasado. Un Dios guerrero no digno de mencionarse por que solo se dejaba ver el lado más oscuro de aquella orden de caballeros al servicio de Odín. Para Edzard, ese era Alexander.

- "Pero... ¿Que habrá pasado para que volviera?"

El hombre de cabello violeta había decidido enfrascarse en sus pensamientos en vez de escuchar las absurdas conjeturas del guardián de la cueva ardiente, puesto que sabía que ponerse a discutir con el era una pérdida de tiempo. Lamentablemente, alguien más había mordido el anzuelo que eran sus pleyorativos argumentos, y se trataba de nada más que el santo de Aries, quien no dudó en hacerle saber lo que pensaba al caballero de Beta.

Aunque Edzard rió por lo bajo por ver que alguien no dudaba en decirle todas sus verdades al enmascarado, lo cierto es que le preocupaba que se dejara llevar tan fácil. Muchos ya habían cometido tonterías por tomarse a pecho las palabras de aquel individuo y las cosas nunca terminaban bien para aquel que lo desafiaba. Tenía que hacerle saber que no era alguien que mereciera su atención.

- Tránquilo Eridan, tu no quieres interactuar con este hombre. El es un recordatorio de que la bondad no está en todas las personas. Incluso de entre aquellos que protegemos puede nacer aquel que nos apuñalará por la espalda... Pero si es designio de Odín que porte un manto sagrado, nada se puede hacer... En cuanto a ti Alexander, espero que seas lo suficiente prudente para no tratar mal a nuestros invitados. No querrás que lo primero que hagas llegando a casa sea estar en otro juicio ¿No crees?  

Esperó unos momentos la respuesta de sus compañeros y luego siguió caminando. Mientras lo hacía, no podía evitar pensar que en parte estaba tentado a los ideales de Alexander. Es cierto que su deseo de proteger a aquellos que le importan fue lo que le permitió despertar tanto su unidad de la naturaleza como su ropaje sagrado... pero no podía olvidar el deseo de venganza, de retribuir con la misma moneda a esos asesinos, a esos que abusaban de su poder a esos que Eridan confesó, tanto despreciaba... pero... ¿Enserio valía la pena volverse un monstruo más grande para detenerlos? Ese era el verdadero problema que el Dios guerrero de Megrez tenía con Alexander... que sentía que en parte tenía razón...

El Caballero de Merak beta estuvo algo intrigado en la respuesta de Edzard, sabía de su pasado con los bandidos, por lo que ese rencor era algo que lo haría darse cuenta de la verdad que Alexander veía, sin embargo, antes de poder recibir una respuesta, fue el caballero dorado aquel que habló. Muchos considerarían que sus palabras tenían el filo de la más fuerte de las espadas, pero para el Dios guerrero solo era un vomito de palabrería inútil y poco importante

-Quizás murieron por sus ideales, pero si murieron es porque alguien más fuerte los mató, alguien que si pudo cumplir sus palabras, es así como funciona la vida muchacho, los fuertes ganan y los débiles caen, como todos los caballeros que dejaron bajo el dominio de Poseidón, si ustedes los dorados, o ellos hubieran sido fuertes, no estarían atrapados, ¿me equivoco? Pero bueno, aquel que no soporta la verdad entonces no debería tener oídos. Y no se preocupe por mí amable caballero, yo  he abierto todas mis puertas por mi cuenta, y hasta ahora no he necesitado de ayudas como alojarme en el hogar de alguien más por perder una pelea...¿no suena eso algo patético?

El  portador de la máscara solo mantuvo una sonrisa casi invisible, pero ciertamente le provocaba un poco de gracia lo patético que era para él, aquel caballero dorado que ahora se quejaba de toda palabra dicha por el Dios guerrero, por lo que simplemente colocó su mano en su rostro

-¿Yo? ¿Correr a alguien de las cuevas? Para nada, el tiene la decisión de entrenar allí, tiene su voluntad como usted ha dicho y eso es algo que no cuestionaría, yo solo le daba un pequeño...consejo para mejorar, pero usted me ha atacado malinterpretando mis palabras, y no lo juzgo, debe seguir amargado con el trago de la batalla en el Santuario. Seguro perder lo hace querer triunfar en algo más para llenar ese vacío y ahora mismo desea ganarme esta discusión, así que como usted es mi invitado...

Alexander simplemente le hizo un gesto cordial de disculpas, pero más que disculpas era una burla por el contexto de la situación.

-Usted me ganó, espero que eso lo haya hecho sentirse mejor. Y no se preocupe, puede permanecer aquí malgastando el tiempo que quiera, ¿Quién soy yo para juzgarlo? Al contrario, nadie tiene porque decirle que es mejor y que no, es por eso que tiene voluntad de elegir.

Después de  hablar con el caballero dorado y volver a ponerse en su posición normal,  simplemente se dedicó a escuchar las palabras de Edzard, que era su contestación la que importaba, y ciertamente sus palabras no fueron las más agradables, y debido a eso Alexander solo suspiró.

-Oh bueno, supongo que cuando más gente se pierda ya lo comprenderás eventualmente ¿Qué importan unos niños o unos ancianos? Nada en lo absoluto, así que seguro tienes todo el tiempo del mundo para que tus ojos lo comprendan Edzard. Y no te preocupes, no he hecho nada malo para volver a ser falsamente acusado en un juicio, de hecho el que me preocupa eres tú, se supone que si vas a pasear con tu perro deberías ponerle una correa, sino...podría morder a alguien. Con permiso.

El Dios guerrero solo comenzó a desplazarse a paso lento y tranquilo, volviendo a su ruta normal.  Conocía a Edzard y  sabía que era alguien paciente y sabio, por lo que la conversación entre ambos a este punto ya había acabado, así que siguió sin preocupaciones su caminata, aunque algo expectante en caso de que le diera al "perro" ladrar otra vez.

El caballero de Aries por un momento se dejo llevar por las palabras tan vacías del Dios de Merak justo cuando quería responderle nuevamente la voz del Dios de Megrez lo distrajo, este pronuncio palabras que calmaron los impulsos del  Ariano pero aunque este tratase de tranquilizarlo le era imposible creer que existiesen personas así dentro de las tropas de Odin pues ellos tenían algo en común con los caballeros de Athena y ese algo era el deber de proteger a aquellos inocentes que por mas mal del que fueran testigos seguirían teniendo esperanza, ese era el fuerte del caballero dorado Eridan la esperanza que otros tenían en el.

-Tal vez tenga algo de verdad en lo que dice pero al menos los caballeros dorados continuamos con nuestro trabajo a diferencia de las personas como usted... Hubo caballeros que fallecieron en la batalla contra el dios de los mares inclusive el hombre que antes portaba esta armadura falleció allí, ahora yo he tomado su lugar para continuar con el ideal en el que el creía... Sinceramente ya no me interesa su opinión. "Se ve que este hombre no tiene corazón; Como es que se les permite pertenecer a las tropas...Jamas comprenderé las decisiones de los dioses."-Cuando el Dios Guerrero le dirigió la palabra al hombre de cabello violeta el santo comenzó a caminar lentamente retomando el camino que estaban siguiendo ambos, dándole la espalda al hombre que ahora conocía un poco pero estaba seguro de no querer volver a cruzarse con el

.-Se supone que debo tomar su comentario enserio? un perro sin correa...Creo que se le identifica mas a usted de esa manera que a mi pues yo no ando por la vida haciendo lo que quiero aun si no es lo correcto,de una persona que no aprecia la vida no tiene caso tomarla en cuenta asi que si me disculpa.-Dice el Ariano mientras mira sobre su hombro al Dios Guerrero de Merak

BANDA SONORA:

Notando como el caballero de Merak Beta ya se disponía a partir, el caballero de Megrez Delta decidió permanecer en silencio y no ser presa de sus provocativas palabras. Que motivaba a tal hombre a ser un patán con el mundo era algo que ignoraba, pero como no era la única persona con un comportamiento similar, supuso que quizás toda orden de caballeros necesita al suyo. Por unos momentos la imagen del santo de Cáncer vino a su mente, incluso pensó en hacer el comentario en voz alta, pero parte de él prefería que ambos presentes se llevaran la sorpresa cuando lo conocieran.

- Continuemos Eridan. Cualquier cosa que tengan que decirse que sea en otra ocasión.

Sin ánimos de querer escuchar de nuevo a su viejo "aliado", Edzard prosiguió con su camino hacia el palacio acompañando a Eridan lejos de las cuevas ardientes. Seguramente esta experiencia haría que menos ganas tuviera de visitar esa zona. Respecto al portador del manto sagrado de Megrez, éste todavía tenía intenciones de continuar con su entrenamiento aún si eso conllevaba encontrarse en ocasiones con aquel individuo; después de todo, no podía permitir que un simple problema de relaciones interpersonales se contrapusiera a su misión de volverse más fuerte. Además, seguramente Alexander debía tener mejores cosas que hacer que solamente pensar en nuevas formas de fastidiar a las personas.

- Disculpa por eso... Me temo que tanto en nuestro grupo de Dioses guerreros como inclusive tu orden de santos dorados, existen personas como él. Personas que no dudan en convertirse en aquello contra lo que combatimos para cumplir su misión. Hmp... no obstante, debes saber que tal vez los Dioses quieren que haya alguien así en nuestras filas, alguien que actúe antes de pensar en que es lo correcto, alguien que haga lo que tenga que hacerse para hacerse del triunfo aún si es condenado por eso después... en ese aspecto, prefiero que sean ellos quienes lidien con eso que nosotros...

Tras decir eso, el de cabello violeta siguió su camino esta vez a un paso más parsiomonioso, pensando en distintos acontecimientos (pasados y de un futuro hipotético) debido a la llegada del caballero de Merak Beta. Así fue por varios callados minutos de viaje, hasta que finalmente tanto el santo de Aries como dios guerrero arribaron un punto en el que las enormres murallas del palacio eran facilmente visibles. Dentro de unos momentos llegarían a su destino... o al menos uno de ellos.

- Bueno Eridan, tengo que retirarme al bosque, el área de Asgard que resguardo. Gusto en conocerte santo de Aries... Ohh.. y si vuelves a encontrarte con Alexander o alguien que te recuerde a él, solo trata de no darle peso a sus palabras. Tampoco pienses demasiado en por que están en nuestras filas... quizás tienen un rol importante que cumplir que descubramos en el futuro.  

Posterior a despedirse del joven de cabellos plateados, Edzard se dio la vuelta en un movimiento que ondeó su raida y vieja capa de piel, para posteriormente retirarse a su territorio, perdiendose poco a poco en las espesuras del bosque. Parte de él le hubiera gustado pasar al palacio y conversar más ya sea con Eridan o sus otros compañeros que allí residían, pero prefería dejarlo para después. La presencia de aquel hombre lo había dejado algo inquieto y quería tiempo para pensar.
Desafortunadamente, eventos que estaban por transcurrir le harían imposible que pudiera sentarse a pensar las cosas por lo pronto.

OFFTOPIC:

El hombre solo siguió su camino, sin embargo, las palabras de Eridan lo hicieron detenerse, mas no darse la vuelta para contestarle. El Dios guerrero simplemente se quedó parado y dejó salir una leve y muy breve sonrisa.

- Hmp... esperaba más de su actitud ¿Tomarse palabras tan a pecho y atacarme cuando solo buscaba una conversación con mi "compañero", y a pesar de todo, seguir con la discusión? Supongo que en combate se dará cuenta de los errores a los que lo pueden llevar esa actitud tan presurosa.

El hombre simplemente se acomodó la máscara de su rostro, y prosiguió a seguir con su caminata, pero siguió hablando unos momentos, diciendo unas cuantas últimas palabras.

-Aunque en algo le doy la razón, no tengo aprecio por mi vida, no hay nada bueno en ella, ya que a este punto lo he perdido todo, pero si algo puedo asegurarle, es que aprecio la vida del débil, del indefenso y puedo decir que trabajo día y noche por un Asgard mejor, sea o no del gusto de algunos. Caballero dorado, pude ver la determinación en sus ojos, usted no es tan distinto de mí, estoy seguro que es alguien que haría lo que sea necesario para cumplir con sus metas, el fin justifica los medios después de todo...¿O no harías hasta el más ruin de los pecados para salvar a muchas personas inocentes? Si...no es alguien que se quedaría parado solo observando, ¿Qué importan lo que piensen los demás mientras puedas hacer lo correcto? Hmp, aun puede mejorar, pero no me cabe duda que va por buen camino, así que para mí es más que bienvenido en Asgard. Con eso dicho, espero verlo pronto Caballero dorado, después de todo quizás nuestros ideales nos lleven por un camino parecido

Mientras el hombre caminaba, una gran ventisca se empezó a formar, cubriendo de fuerte manera el sendero que Alexander tomaba, hasta que en pocos segundos, desapareció. Así como llegó, se había ido, pero por más breve que su estancia había sido, no cabía duda que había marcado bien su personalidad.

Entiendo. En todo caso yo debo disculparme creo que me salí un poco de mis casillas, debo decir que eso es extraño pues solo muy pocas personas logran hacer eso en mi persona. Debo trabajar más es eso para que no se repita.

Continuo caminando mientras grababa la ruta en su memoria, le seria útil después de todo mientras caminaba no dejaba de pensar en ese sentir que le perturbaba su mente muchas cosas que mejorar y muchas que eliminar completamente, reflexionar y actuar después de hacerlo, detuvo su caminar cuando sus ojos lograr observar las murallas.


De acuerdo Edzard, nos veremos después, y sobre eso insisto en disculparme fue algo que no pasara de nuevo, y si supongo que todos estamos en nuestras posiciones por alguna razón Supongo que debe existir variedad de pensamientos en todas las filas. Gusto en conocerte Dios Guerrero y gracias por la ayuda me asegurare que esta sea la última vez que me pasa algo como eso. Acomodo las gafas en su rostro, posteriormente le ofrecería al Dios Guerrero un apretón de manos antes de dirigirse al palacio, después de eso se daría media vuelta dejando que el viento moviera su cabellera plateada mientras se adentraba a la estructura perdiéndose entre el pasillo, donde solo sus pasos podían escucharse