El hielo es amigo no enemigo (Degel de acuario)

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Dos días han pasado ya desde aquel encuentro con su compañero Megrez Delta, había paz en este momento y su joven princesa Hilda se encontraba con sus labores diarias de rezar perpetuando la vida de su pueblo dejando así a la joven pelirroja con tiempo libre por decirlo de alguna manera, no había misiones ni mucho menos estaba como para invadir el espacio de sus aliados los dorados que suponía ella que estaban con sus propios asuntos

Le parecía una gran pena lo que estaban pasando, no tenían a su diosa y los terrenos que una vez protegían ahora eran propiedad del dios Poseidón teniendo que pedir acilo en tierras Asgardianas, ella estaba segura que si en algún momento de su vida como guerrera le sucediera  algo así no sabría como reaccionar aunque en algún momento buscaría una solución ya que no se quedaría con los brazos cruzando, por ello oraba a cada momento y le pedía a la señorita Hilda que lo hiciera también, no solo por su pueblo si no por el bienestar de sus compañeros.

Esta mañana salió a recorrer los alrededores del castillo, desde que había llegado hacia un recorrido muy parecido para reconocer las tierras sin querer molestar a la princesa ni a los dioses guerreros, a su punto de vista ella era capaz de realizar dicha proeza sin ayuda, después de todo no se trataba de una jovencita tierna y delicada, si no una joven capaz de hacer las cosas por si misma sin ayuda como le había enseñado su padre, siempre lo tenía presente y no era para menos debido a la constante búsqueda de aceptación de su parte, buscando ser y forjarse como un joven muchacho lo haría para portar la armadura.

Recorrió sin ningún problemas los bosques haciendo un mapa mental de sus pasos confiada a su vez de las marcas que hacían sus pies sobre la nieve al caminar, su plan seria sencillo y corto como lo había hecho en las ocasiones anteriores, plan que se vino abajo gracias a la nieve que comenzaba a caer, miro un momento el cielo de color blanco torciendo los labios al ver la nieve caer debía regresar en cuanto antes o de lo contrario perdería el camino, giro regresando sobre sus pasos pero no fue lo suficientemente rápida ya que la nieve había borrado las huellas

-rayos, esto no es nada bueno, nada, nada bueno- balbuceo para sus adentros buscando un rastro visible de sus huellas

Sus ojos dorados recorrieron la nieve en el suelo sin encontrar algún rastro de sus pasos, sabía que se había metido en un gran lio y ahora se arrepentía de no haber pedido a alguno de sus compañeros que le acompañase, había cometido un grave error al sentir que ella era capaz de hacerlo, intento de alguna manera orientarse mirando un par de veces el cielo buscando algún indicio de luz o algo que le orientara sin ningún éxito, el cielo se había cubierto con esas nubes grisáceas congeladas que dejaban caer lentamente sus copos, la capa le cubría del frio lo que agradecía de haber tomado al menos una decisión buena en todo esto, la capa le cubría los hombros y hacia que la nieve se resbalara pero no podía decir lo mismo de su cabello que ahora estaba un poco revuelto por el aire frio y cubierto por pequeños copos de nieve

-piensa Astryd es imposible que una guerrera como tu termine en una situación así, quien escuchara de esto reiría de tu estupidez- se dijo a si misma caminando de regreso

Pese a que busco sin descanso algún indicio de llegar al claro del bosque sus intentos fueron fallidos y no llego ni a un claro y mucho menos encontró el camino al castillo ahora se encontraba en frente de una cascada que se encontraba congelada por las grandes temperaturas del lugar, de inmediato fue sorprendida la belleza que este lugar mostraba la nieve se había ido dando paso a una ligera luz tenue proveniente del sol que al reflejarse en la cascada dejaba a la vista una maravilla arquitectónica de la naturaleza, se quedo atontada hasta escuchar un ruido lo que le hizo ponerse en guardia con una mano en su espada lista para ser desenfundada

-¿quien anda ahí? Será mejor que salga ya o de otra manera probara el filo de mi espada- lanzo amenazante al aire en espera de alguna respuesta

La mirada dorada de la joven pelirroja se había posado por un momento en la maravilla natural frente a sus ojos antes de haber sido interrumpida por un ruido entre la nieve, realmente no se había percatado del cambio de temperatura, ni mucho menos había percibido el cosmos del individuo el cambio repetido a su alrededor  no era causa del clima si no que quien fuera que estuviera ahí ,provocaba este cambio cosa que no se dio cuenta la joven hasta que fue demasiado tarde, ya hasta sentir el cosmos que emanaba aquel sujeto que salía por detrás de la cascada congelada

Su mirada recorrió a la figura que se presentaba ante ella, un joven delgado de cabello verde que caía hasta las rodillas, el viento alboroto el cabello del joven, jugueteando entre el  haciendo lo mismo con su cabellera roja y la capa que esta traía, la joven era observadora y con eso dio cuenta que era un joven serio  y que gustaba de la lectura lo que le parecía bien ya que eso lo hacia una persona no solo de músculos si no de cerebro también

-No tengo problema realmente, si no que de no saber con quién estaba tratando debía estar preparada, sus enemigos ahora son nuestros enemigos y probablemente no faltara algún espía en algún momento que quiera saber qué es lo que sucede con ustedes los dorados- le respondió tranquilamente

El joven de cabellera verde se acerco un poco y ella así mismo acorto distancia también, sus pies se clavaron en la nieve al caminar, la nieve caía ahora lentamente del cielo cubriendo el lugar de mas nieve y cubriendo las ramas de algunos árboles a los que ya se le había caído la nieve,  era un aliado y no había temor escuchando con atención las palabras de este, sus hombros se habían relajado y su postura defensiva había cambiado con normalidad, en su rostro se dibujo una tenue sonrisa, no había tenido la oportunidad de hablar con alguno de sus aliados, por lo que sabía de los dorados eran básicamente los guardaespaldas de la diosa Athena y estos darían la vida como ella la daría por proteger a su princesa Hilda de Polaris de la cual ella se había convertido en su guardia personal en poco tiempo

-La verdad es que no era mi intención llegar a este lugar si no que no es mucho tiempo el que llevo en este lugar y en mi afán de explorar las inclemencias del clima me jugaron mal perdiendo el rumbo- explico la situación con calma

-Mi nombre es Astryd portadora de la armadura de Duphe Alfa – inclino su torso ligeramente al presentarse a modo de respeto ante el caballero dorado

-El placer es todo mío al conocer a uno de los 12 caballeros, espero que su estadía en este lugar sea de lo más grata posible, en nombre de la señorita Hilda e de darle la bienvenida y hacer de su permanencia aquí lo más agradable posible- respondió amablemente

Astryd se había presentado a uno de los caballeros dorados mas no ofreció guiarlo por el lugar ya que era más que evidente que no era el mejor prospecto para fungir como guía, de ser su tierra natal estaba segura que le seria de mucha ayuda ya que siempre habia acostumbrado a salir y reconocer el lugar y llevaba una vida recorriendo esos lugares pero ahora la situación era diferente a la actual y por arriesgarse a ver mas aya de lo que conocía sin ayuda habia perdido camino pero algo bueno habia salido de ello de no haberse perdido quizá no habría conocido a uno de sus aliados, su mirada se poso en su rostro y de ella mostro una sonrisa

-¿todo está bien ahora? Me gustaría saber si esta al tanto de la situación eso me vendría muy bien – respondió con un tono amable y tranquilo

La joven guerrera había encontrado hacer unos segundos al caballero de acuario el cual se presento ante ella de una manera cordial y jovial, respondiendo ante este gesto de igual manera, la educación nunca había faltado en su enseñanza y esta vez no sería la excepción en la muestra de esto. Astryd mostraba en su rostro una tenue pero marcada sonrisa en su rostro observando al joven de cabellera verde frente a ella que parecía un joven inexpresivo pero pese a ello era una persona amable lo que le hacía parecer de corazón cálido y con quien pudiera conversar sin ningún problema a buscar constantemente un tema de conversación, inevitablemente le recordaba a su padre en actitud y así viniéndole a la mente lo difícil que se hacía a veces conversar con él y la constante búsqueda de temas de conversación a agrado de su padre, solo en su interior esperaba que no fuera así y esta historia fuera diferente, regresando su mente rápidamente a la actualidad

Escucho con atención disculpándole de inmediato el atrevimiento de seguirla, mas no dio muestra de ello audiblemente, estaba más que agradecida pues de no ser por el seguramente la inclemencia del clima habrían dificultado su estadía en ese lugar, la nieve había dejado se caer pero había dejado una gruesa capa de nieve en el suelo y en la vegetación mostrando alrededor una blancura hermoso y natural acompañando a la gran estructura de hielo de lo que sería la cascada presa de las bajas temperaturas del lugar

-No, de tierra Asgardiana no pero si de tierra Nórdica acostumbrada ya a las grandes temperaturas y el no confiable cambiante clima de los fríos pero admito que las temperaturas en este lugar son más bajas que las de mi nación- contesto con un tono sencillo y grato

-Imagino lo bellas que deben ser esas tierras, yo estoy acostumbrada a ver la belleza pese a la fría nieve que cubre constantemente las tierras pero en ello cabe la belleza del lugar, ojala algún día me permita visitar sus tierras, donde vivió y se crio, estoy segura de que sería una aventura y una experiencia grandiosas- soltó con un tono alegre y esperanzador

El joven portador de acuario acorto distancia con Astryd lo cual recibió con educación, la distancia hacía imposible una conversación sin contar que necesitaba ahora mismo de su ayuda para salir de este lugar, le pareció por un momento increíble que pudiera encontrar un camino y memorizarlo pero no había tomado en cuenta que el llevaba más tiempo en este lugar que ella y posiblemente había sido guiado anteriormente por alguno de sus compañeros, una vez más se reprochaba internamente de haber salido de esa manera sin un guía o compañero a explorar terreno desconocido

Su compañero mostro fácilmente un camino de nieve lo que parecía un sendero que por ahora estaba cubierto de nieve se podía identificar por donde es que llevaba ese sendero si se prestaba un poco de atención, eso tranquilizo a la joven y aun mas al escuchar la voz del joven que aseguraba conocer el camino, comenzaba a tener hambre y su cuerpo le hacía mención de esta necesidad con un crujir de intestinos lo que le hizo apenarse por el sonido que hacia su estomago pero solo era una pena moral ya que en su rostro no se mostraba rubor alguno

-por supuesto- respondió comenzando a caminar a lado del caballero dorado de acuario

Se podía escuchar el crujir de la nieve con cada paso que daban ambos, habia un cilencio en el lugar lo que de alguna manera obligo a Astryd a buscar una conversación ya que no podía quedarse callada, mucho menos si no conocía a su aliado y tenía muchas preguntas que hacer, ya que le parecían de interés aquellos 12 caballeros al servicio de Atena

-Dime ¿cómo están tus compañeros, son tan sorprendentes como los describen, escuche que logran grandes proezas al proteger a su diosa, han tenido noticias sobre su diosa? - solto una serie de preguntas mientras caminaba entre la nieve mirando al joven de cabello verde

La joven Astryd camino a lado del caballero dorado, sus pasos inevitablemente se undian en la espesa nieve del lugar pero no podia decir lo mismo por el joven de cabellera verde el cual parecia simplemente ser inmune al peso sobre la nieve , se percato rapidamente de que no dejaba huella en el camino, razono rapidamente ideando una hipotesis de por que sucedia aquellos eventos lo cual era quiza por su acendencia hacia el elemento, no concia del todo la naturaleza de la armadura que portaba pero tenia un ligero entendimiento sobre el control sobre el hielo que este poseia, para no mantener un silencio incomodo la joven guerrera habia soltado varias preguntas al aire esperando a optener una respuesta la cual tuvo éxito escuchando la voz serena y aterciopelada del joven respondiendolas

Su dorada mirada miraba al joven con atencion enfocandose en la conversacion, no pudiendo evitar hacer contacto visual en un par de ocaciones a lo que ella solo respondio con una sonrisa en casa encuentro, Astryd lamentaba las noticias que estaba escuchando pues el que sus aliados no se llevaran bien entre ellos no era un buen augurio y de continuar asi solo provocaria la rapida caida de estos recien despertados caballeros, quizo dar opinion pero creyo de inmediato que no seria prudente hacerlo, ellos debian arreglar sus problemas e intentar llevarse bien o al menos tolerarse entre ellos, los protectores de su diosa griega

-Lamento escuchar tan mala noticia pero me gustaria agregar que todo esos malos momentos pueden arreglarse conversando nuevamente, ustedes dirigiran una batalla en busca de su diosa lo que los une en ideal, son diferentes y eso nadie puede detener pero hay una sola causa que los une y deberian apoyarse de ello para salir adelante- solto al final dando una opinion la cual habia pensado omitir en un principio

Despues de eso el silencio se izo presente escuchandose solo las sancadas de la joven la cual sonaban en la nieve dado que en el no se oia sonido alguno, el sendero habia enzanchado mostrando asi los bosques cercanos al palacio lo que indicaba que iban por buen camino, la nieve habia disminuido ya que la cargaban los arboles cercanos al cendero, mostrando ahora una tierra helada y limpia de nieve

-Solo no seas imprudente al querer detener tu solo este gran movimiento, necesitas el apoyo de tus compañeros, eres tan digno de proteger a Athena como todos los demas lo más sensato es darle tiempo al tiempo – respondió la joven ante las últimas palabras

La joven escucho un crujir en la nieve lo que le percato de inmediato poniéndola tensa, algunas de las avecillas que reposaban en las ramas de los arboles descubiertos de nieve ahora volaban hacia otro lado, algo los había espantado, la mano de Astryd se dirigió a la empuñadura de su espada y con un gesto de su otra mano libre y con el dedo índice en su boca indico silencio al joven de cabello verde, algo se aproximaba eso lo sabía, podía sentirlo pero no había seguridad de que o quien se trataba

Un conejo salió de entre la espesura del bosque sorprendiendo a Astryd por un momento que había sacado su espada inmediatamente como alerta, un zorro apareció después relajando a la pelirroja- solo eran esos animales- resoplo un poco molesta

-continuamos?- pregunto al caballero que le acompañaba

En cuanto hubo dicho eso un rugido se izo presente en el lugar, alertando nuevamente a la joven de Duphe Alfa, se trataba de un gran oso color marrón, una hembra siendo mas específicos , que al igual que Astryd se había percatado de la presencia de ambas personas, al buscar proteger a su par de oseznos esta se mostraba agresiva y sobre protectora; la pelirroja ahora tenía ambas manos sobre la empuñadura de la espada, dudaba realmente si atacar o no por un lado no podía dejar sin madre a aquellos pequeños cachorros pero por el otro debía hacer algo o ella o ambos terminarían siendo la comida de aquella celosa madre

-Creo que podríamos salir corriendo de aquí intentando no ser alcanzados por ella o tienes algún plan?- pregunto a su acompañante

El cuerpo de la joven pelirroja se había tensado al empuñar la espada en busca de defenderse de aquel animal, su ideal era no herirlo pero si era necesario lo haría, aunque eso implicaría dejar sin madre a aquellos oseznos lo que le rompería el corazón a la joven que pese a la gran armadura, ardua labor de entrenamiento y crianza aun tenía un corazón, lo menos que ella quería era lastimar a un animal que solo obedecía sus instinto, la joven lanzo una pregunta a su compañero esperando que este tuviera un mejor plan que el que ella había pensado pero lo sucedido tuvo una velocidad mayor a la que ella había contemplado en un principio, era llevada ahora en brazos por el caballero de dorada armadura, su rostro estaba muy cerca de su pecho tanto que podía sentir la cabellera de aquel caballero rosar sus mejillas que ahora se habían tornado de un color rosado, ruborizada por aquel acercamiento tan repentino sin entender realmente la situación, sus ojos azules se perdieron por un momento en el verde panorama, los pinos y follaje que atravesaban a gran velocidad

La brisa helada de la zona azotaba de lleno a Astryd por la velocidad a la que ellos iban, la humedad venida de aquel follaje podía respirarse también dejando asi un panorama frio y estepario, al llegar a un punto ambos se detuvieron poco a poco al detenerse por completo ella se separo de el como respuesta ante el momento, inexperta en situaciones como aquellas ella simplemente no pudo decir palabras y prefirió agacharse a recoger el libro que se había caído al dejar de tener la presión de aquellos dos cuerpos, al erguirse de nuevo su mirada se clavo con la de el la cual alejo inmediatamente

-no, descuida, en su lugar debo agradecer por tan magnífica respuesta, evitar a aquella osa o de lo contrario habría tenido que defenderme y eso lo hubiera lamentado-respondió con una sonrisa aunque un tanto seria pues a vista de todo debía conservar la actitud de un portador de armadura sagrada
Astryd toco el hombro de Degel para indicar que se levantara pues no era necesario que se arrodillara según lo consideraba

-levántate Degel no hay porque arrodillarse ni pedir perdón, más bien yo debo agradecer enormemente tu ayuda