Vigilancia nocturna( privado,Meiling)

Después de aquella discusión que tuve con Meiling, habia continuado con la vigilancia aunque no habían aparecido más espectros ni tampoco caballeros de Poseidón, mi capa se agitaba con el viento  por aquel vendaval mientras no cesaba de nevar, Meiling y yo eramos ambos de fuerte carácter y orgullosos, otra cosa en la cual teníamos en común, pero no podía seguir pensando en aquello lo hecho, hecho estaba, ahora había acudido a unas ruinas porque alli podían esconderse un grupo de espectros y el Patriarca me mandó que lo investigase.

La ventisca helada continuaba incesante, claro que eso no era un impedimento para mi, continué mi camino hasta aquellas ruinas, todo parecía tranquilo pero sentía un inquietante cosmos por las cercanías señal de que había algunos espectros cerca, asi que me puse en guardia, sabía que el ataque era inminente, sonrei con aquella sonrisa helada y me preparé para la batalla.

Entonces un espectro salió de la nieve con rapidez, sus manos habían crecido como garras afiladas, portaba su armadura negra, mientras dirigía un ataque contra mi de forma veloz y hábil.
Esquivé aquel ataque y me preparé para invocar la aguja escarlata mientras mi uña crecía afilada y de color rojo y apuntaba a aquel espectro, brotando de mi dedo siete dardos escarlata que impactaron en su cuerpo haciéndolo volar por los aires de la potencia de aquellos impactos y que aquel espectro de desplomara sobre la nieve herido gravemente.

Otro de aquellos espectros surgió tras una roca mientras se lanzaba contra mi, lo esquivé con rapidez y elegancia mientras el anterior espectro se levantaba y ataqué al espectro que había herido ejecutando con elegantes movimientos la aguja escarlata, esta vez seis dardos escarlata golpearon su cuerpo, entonces invoqué antares y un resplandor rojizo iluminó mi afilada uña escarlata acabando con la vida de aquel espectro.

Entonces algo me intentó apresar, mi armadura brillo confundiendo a mi enemigo y me di la vuelta observándolo con mis ojos mientras unas ondas mentales paralizaban al espectro.
Otro más salió de entre las ramas de un árbol cercano, pero actué rápido y y volviéndome contra aquel espectro me movi velozmente y un potente dardo rojizo surgió de mi uña clavándose el la cabeza de mi adversario que cayó muerto al instante.

Me volví con velocidad hacia aquel espectro que había paralizado y extendiendo mi dedo, brotó de mi uña un resplandor escarlata y el agijón de escorpión golpeó su pecho haciéndolo volar por los aires por el poderoso impacto, mientras aquel espectro se desplomaba sin vida.