Un cielo gris (Libre)

habian pasado un par de semanas desde la llegada de los titanes a la tierra, semanas en las que marinos y santos habian peleado contra varias amenazas e incluso contra los titanes, habian sido varios dias de pelea sin tregua y por lo cual los guerreros comenzaban a presentar cierto desgaste.

Corria el primer dia de la tercer semana cuando una energia extraña pudo sentirse en los alrededores, el cielo se hizo gris, nada era visible en el cielo, ni el sol ni las nubes y algunos relampagos comenzaban a surcar los cielos, lo curioso era que ningun relampago tocaba el suelo todos se esparcian en el cielo.

Diez minutos despues de que el cielo se tiñiera de gris, los soldados atenienses comunicaron a santos y marinos que habia un mensaje que dar en el coliseo.

Pronto el lugar estaba lleno de guerreros y en centro se encontraban los dioses Atenea y Poseidon quienes miraban a sus guerreros. Poseidon hizo un ademan para que fuera la diosa quien hablara.

-Guerreros, me temo que esta vez tengo que darles una muy mala noticia.
Parece que los hechos provocados por los titanes durante las ultimas semanas tenian la intension de debilitarlos. En un inicio creimos que su plan era atacar el santuario para obtener el Megas Depranon, el arma que contiene el resto del poder del lider de los titanes, Cronos, sin embargo ellos han reaccionado de una manera mas audaz y han decidido enfrentar directamente a los dioses del olimpo, esto aprovechando que Ares esta confinado al tartaro y que nosotros estabamos aqui plaenado nuestra defensa dandoles una cierta ventaja.-

La diosa suspiro y bajo la cabeza.

-Ahora los titanes pelean contra los olimpicos, el cielo se ha vuelto gris debido a que los titanes han creado una barrera que nos impide llegar al olimpo. Si los titanes llegaran a ganar, se harian del control del olimpo y les seria facil obtener el megas depranon, puesto que nosotros perderiamos nuestro titulo de dioses y entonces no se lo que pasaria.-

La joven Atenea guardo silencio pero Poseidon tomo la palabra.

-Esta vez nosotros solo podemos esperar el resultado, pero ustedes deben estar listos para cualquier eventualidad. No estamos seguro de lo que venga, pero les pido estar preparados para todo-

Los dioses esperaron ahi la respuesta de los guerreros.

El cielo se habia oscurecido, un mal presagio rondaba por el aire, algo realmente estaba pasando y cada uno de los presentes en aquella reunion puede sentirlo, la batalla la lleva mucho contra los poderosos Titanes, algunos habia caido bajo su poder, y otros se encuentran heridos despues de semejantes combates; y ahi, frente a todos, dos de los dioses mas importantes se dirigian a sus subditos. La mala notica se habia dado, los dioses olimpicos se enfrentan a los temibles seres del Tartaro, el resultado era imprevisto, aun para Atenea o Poseidon.

Entonces, de entretodos la figura del santo de Sagitario se hace presente, adelantandose a los presentes con su imponente armadura dorada, la cual presenta clara evidencia de su combate contra el mismo Oceanos, y que decir de su cuerpo, aun recuperandose de aquel temible combate.

Gusaar va y se arrodilla con una pierna ante su diosa, y mirandole fijamente a los ojos se dispone a hablar, ignorando totalmente al dios del mar, pues ante el, no hay otra persona digna de llamarse dios.

--- Mi señora Atenea, no importa el resultado de los cielos, usted siempre contara con nosotros como sus pilares, pues la verdadera fuerza de los dioses esta entre sus fieles --- dice con seguridad, como si el futuro de los dioses olimpicos no le importara --- pase lo que pase, nosotros no hemos de cambiar, nuestro deber, es protegerla a usted y a aquellos que ama, a esta tierra y sus habitantes, y mientras mi cosmos arda, por mas minima que sea la flama, he de cumplir con su deseo.

Sin dudar, el santo de Sagitario no teme a lo que se avecina, muchas veces los santos se han enfrentado a panoramas como aquel, y siempre han salido adelante, pues mientras haya alguien que se oponga al fatidico final, hay esperanza.

--- Los Titanes no han de ganar.

Gusaar habia terminado de dar su opinion, cuando un santo mas se une a la platica; en esta ocasion, se trata de Orion de Piscis, otro guerrero de la elite de Atenea. Piscis se encarga de externar su preocupacion de quedarse con las manos cruzadas mientras a que los dioses ganen o pierdan, pues sin duda dejar el futuro de sus vidas en alguien mas es totalmente molesto, por lo que al santo de Sagitario se le ocurre una idea.

--- Tienes razon caballero, no deberiamos sentarnos a esperar un resultado, por lo que tengo una idea que podria resultar --- dice con cierta serenidad mientras se pone de pie, para inmediatamente sacar una flecha dorada de su espalda --- la flecha dorada de Sagitario, ella puede cargar con la cosmoenergia de las personas y concentrarla en un solo punto...

Y guardo un breve momento de silencio, pues aquello que iba a decir podria sonar descabellado, pero quiza seria su unica alternativa.

--- Los dioses del olimpo nos dieron la espalda ante la amenaza, y ahora ellos pagan las consecuencias, sin embargo podemos mostrarles que nosotros, los efimeros humanos que tanto menosprecian no nos quedaremos con las manos cruzadas --- y aprieta aquella flecha por su cuerpo --- hoy podemos lograr algo que jamas en la historia se ha repetido, aqui y ahora podriamos concentrar nuestra fuerza en esta flecha y abrir un paso hacia el Olimpo. Con el cosmos de nuestra diosa y el dios de los mares, asi como el de todos sus seguidores podriamos sobrepasar la fuerza de la barrera de los titanes y asi traer a la Tierra de nuevo la luz de nuestro Sol.

Y entonces vuelve a guardar silencio, realmente no sabe que pasara si aquello se realizara, pero era una posibilidad para cambiar la jugada tan bien pensada de los Titanes, y empezar a tomar la ventaja.

Atenea miro con alegria y satisfaccion a sus santos dorados quienes no dudaban en arriesgar la vida por proteger la tierra de aquella amenaza.

-Por el laberinto de Chronos no deben preocuparse, mantener esa fortaleza en el aire consume mucha energia de Cronos quien aun no ha aparecido debido a que parte de su escencia esta contenida en su soma, la cual esta encerrada en este templo y otra parte de su fuerza fue sellada por Poseidon hace algunos meses. Cronos no sera una amenaza real hasta que obtenga el megas depranon y eso lo lograra de dos maneras; invadiendo el santuario o derrotando a los olimpicos-

Poseidon tomo la delantera esta vez y se dirigio a los demas.

En esta epoca de crisis debemos dejar de lado las diferencias, este conflicto va mas alla de Atenea y de mi y por supuesto de ustedes. Si realmente unimos fuerzas seremos un ejercito muy grande y ambos santos tienen un punto, podriamos tratar de tirar la barrera y apoyar a los olimpicos o podriamos atacar el laberinto de Chronos y derrotar al lider de los titanes-

Una gran energia seria liberada a lo lejos acompañada de un ligero temblor. Comenzaba a anochecer, el brillo de las estrellas y la luna era menguado por la barrera y a lo lejos pudo oirse algo y fue Atenea quien despejo la duda.

-Cronos ha liberado una gran cantidad de bestias y se acercan rapidamente, parece que Cronos lo planeo todo y pretende retenernos aqui-

A lo lejos se podia ver como se acercaban las bestias; El minotauro, El leon de nemea, Aracnea, decenas de harpias y centauros, golems y cada bestia que habian derrotado en el pasado estaba de vuelta, acercandose rapidamente.
Atenea alzo la voz y ordeno.

-Santos y marinos de plata y bronce, encarguense de mantener a las criatura a raya. Gusaar, prepara tu flecha y tu cuerpo, la cantidad de cosmos que necesitas acumular para destruir esa barrera va mas alla del poder de los doce santos dorados juntos. Santos dorados y generales marinos junten su cosmos, apoyaran un poco a los de plata y bronce pero cuando caiga la barrera ayudaran a los dioses. Poseidon y yo le daremos poco a poco la energia a Gusaar para derribar la barrera, debe ser lento ya que si li hacemos de golpe destruiriamos su cuerpo y cuando caiga la barrera apoyaremos con nuestra bendicion-

Las bestias ya podian verse bastante cerca, su numero era mucho mayor al de los guerreros, esta vez seria una batalla sin tregua.

OFF: Pueden continuar su historia aqui o pueden abrir temas independientes para no juntar tantos pj en un tema. Los temas independientes que ocurren al mismo tiempo que este tema deberan ser marcados como: (Cielo gris).

Aquello que va a ocurrir en aquel lugar no tiene prescendentes en la historia, jamas antes se ha visto una alianza asi por el bien de la Tierra, santos y generales marinos unidos por una sola causa, la superviviencia de los seres humanos y la negacion a aquellos seres que quieren convertirse en los nuevos dioses del mundo, los Titanes.

BACKGROUND MUSIC

Spoiler:

Atenea y Poseidon habia hablado, y el corazon de Gusaar se llena de orgullo al poder ser el el instrumento que ayude a su amada diosa a lograr proteger a aquellos que ama, aun si su vida y su cuerpo son destruidos por aquella opcion; el santo dorado de Sagitario cumpliria con su ideal y su deber, fungir como un escudo de sus compañeros, y ser la punta de flecha que muestre el camino a sus aliados para mostrarles la luz y la esperanza.

--- Mi cuerpo y mi flecha son tuyos Atenea, y por ti y mis hermanos de armas dare me jugare la vida --- entonces Gusaar pasa su otra mano a su espalda, de la cual saca una especie de aro dorado, que al ponerlo frente a el, se desdobla formando un majestuoso arco dorado.

Sus ojos se cierran y respira profundamente, deja que su cuerpo sienta las caricias del viento mientras coloca tranquilamente la flecha sobre su arco; quiza aquel seria la ultima vez que podria sentir lo que es estar con vida. Las bestias liberadas por Cronos se pueden escuchar claramente, y el marchar de santos y marinos a detenerlos es claro, sin embargo, Gusaar se aisla de todo aquello, enfocando su mente y sintiendo todo a su alrededor, el aroma del pasto, la brisa, el aire en sus pulmones, absolutamente todo. La vida es algo precioso, no cabe duda, y por ello, si la suya puede ser sacrificada por la de millones mas, es un trato justo.

Tras un ultimo respiro profundo, un aura dorada empieza a brotar de su cuerpo, aquella energia llamada cosmos empieza a inundar cada celula de su ser llenandolo de un poder equiparado al que creo el universo, y con el dominio que los santos dorados poseen sobre el septimo sentido, su cuerpo empieza a rebosar de poder que se dirige a la flecha justiciera, preparandose para recibir la bendicion y el poder de los dioses. Aquella flecha por si sola y aun con la fuerza de los doce dorados seria incapaz de alcanzar el Olimpo, mas con Atenea y Poseidon, seguramente los Titanes se llevaran una sorpresa.

--- Por la Tierra, por los humanos y todos aquellos que tu mi diosa protege... y por ti! --- dice con firmeza mientras estira la cuerda de su arco y la tensa, preparandose para lo que venga.

Off-Topic: Yo no vuelvo a responder hasta que hayan posteado los demas y el staff me indique que es hora de lanzar la flecha.

El panorama no parecia muy alentador, esta vez le correspondia a los dioses definir el futuro de la tierra lo que me hacia sentir impotente pero rapidamente algunos santos y Seiryu proponian pelear lo que me daba aliento pues nadie se daria por vencido tan facil. La respuesta de los dioses me levanto el animo.

-No podemos dejar todo el trabajo en sus manos- dije a mi misma mientras los dioses dictaban su veredicto al tiempo que algo pasaba a nivel del suelo, las hordas enemigas parecian interminables.
-Asi que los titanes nos tienen algo de estima, me agrada-
El plan se ajustaba a esta nueva situacion y debiamos hacer tiempo en lo que se cargaba la flecha del santo de sagitario.

Encendi mi cosmos rapidamente mientras los santos y marinos tomaban posicion.

-Esperar no es mi fuerte asi que empezare a ganar tiempo en lo que los demas se preparan-

Ya estaban bastante cerca como para empezar el ataque asi que me impulse y salte a un pilar de donde me lance al aire en direccion a los enemigos.

-Empezare por separar su formacion, los de plata y bronce ataquen a los que queden a los que queden separados, tratare de ocuparme de los enemigos grandes.... Se las voy a poner facil santos de plata y bronce-

Mientras estaba en el aire concentre mi cosmos en mi puño derecho.

-Vengan con mama..... Gran zarpa!!!!-

Me deje caer con fuerza justo enmedio de las filas enemigas golpeando el suelo. La fuerza del golpe libero una gran explosion que disipo a los enemigos mas debiles. Al ponerme de pie pude observar que frente a mi se encontraba el gran leon de nemea quien soltaba un gran rugido.

-Hola gatito! Creo que es hora de que acaben contigo por enesima vez-

Volvi a encender mi cosmos y me lance hacia el dandole una patada e impulsandome hacia atras donde golpearia a un par de enemigos mas en lo que el leon se recuperaba y se lanzaba sobre mi.

-La situacion es como de diez a uno, eso me encanta-

Con una gran sonrisa en el rostro me lance dispuesta a acabar con aquel leon usando la misma estrategia, golpearlo fuerte y mientras se recuperaba atacar a otros cuantos ya que no podia perder ningun momento. Esta seria una pelea de la que iba a disfrutar mucho, solo esperaba que las cosas fueran iguales una vez que la barrera fuera destruida.

- Adelante nuevo santo de Sagitario. Si eres capaz de darnos una oportunidad, tienes todo mi apoyo. Pero no serán solo palabras, iré a conseguirte el tiempo que haga falta.


Durante casi toda la reunión, el colosal santo de plata había permanecido callado sin proponer u objetar nada. No era su estilo cuestionar las ordenes, solo recibirlas y hacer lo posible por cumplirlas. No obstante, el suspenso de la situación lo carcomía por el interior al ver a sus mismísimos lideres sumidos en la incertidumbre. Pero el entusiasmo del santo dorado de un modo u otro había logrado captar más la atención del grupo, ya sea para estar de acuerdo con su idea o solo tacharlo de soñador.

Pensamiento de Gardna escribió:-Pero... ¿y si fuese posible lograr tal hazaña?

Lo fuera o no, no había tiempo de ponerlo en discusión, debido a que las hordas enemigas ya habían arribado. Notando que ningún argumento detendría a aquel caballero de oro, Gardna decidió que tampoco ningún enemigo lo haría. Corrió con rapidez entre las muchas criaturas empujándolas con su monumental fuerza y enormes brazos, aunque la mayoría no le prestaba atención y decidía ir en busca de la mayor amenaza, el santo cuyo cosmos resplandecía como la luz del sol.

- Disculpen seres de pesadilla ¡Pero Gardna de Escudo requiere de su atención! ¡DRAINING SHIELD!


En cuanto su habilidad se activara, una gran cantidad de monstruos y seres mitológicos se arrojaría sobre él cual si fuera el enemigo principal a vencer. Aunque los golpes, rasguños y mordidas llegarían por montones, el gigantesco guerrero de poseidón no habría de doblegarse. No solo su escudo resistiría cuantos golpes fueran necesarios, sino también su cuerpo. Además, confiaba en que eso le daría tiempo no solo a Gusaar, sino también a sus aliados para preparar una ofensiva más organizada, notando también que la general marino de Scylla también hacía lo posible para llamar la atención de diversos enemigos.

- Hemos combatido cara a cara a sus jefes ¡ustedes vasallos no nos intimidarán!

El ahora nuevo santo dorado de cancer corria a toda velocidad hacia el coliseo donde se llevaba a cabo una batalla de grandes proporciones y no se podia perder un espectaculo como ese.

A los pocos minutos llego al coliseo y sato para colocarse encima de la unica pared que rodeaba el coliseo y se situaba detras de donde estaban Atenea y Poseidon -Vaya! Asi que esta es la magnitud del caos? Tienen suerte de que haya llegado-. El semblante de Manigoldo reflejaba bastante confianza, tal vez por el hecho de que desconocia lo que pasaria al caer aquella barrera que el desconocia. -Me encargare de aligerarles la carga- el santo desaparecio del lugar y aparecio a un costado de donde se encontraba el santo de leo -Asi que tu eres quien mato al viejo? A mi me pareces un mocoso escualido, hazte a un lado y deja trabajar a un verdadero santo- Manigoldo no podia expresar su verdadero sentir ante aquel que habia arrebatado la vida de su maestro, mas por ahora una burla le sentaba bien. El santo de cancer expulso su cosmos de manera violenta, un aura dorada lo cubrio como un destello mientras el santo apuntaba con el dedo indice de su brazo derecho en direccion a las criaturas que se acercaban. -ONDAS INFERNALES!!!- varias espirales de energia blanca emanaron del dedo del santo a gran velocidad en direccion hacia los invasores, cuando las ondas tocaban a cada criatura, estas caian sin vida y una especie de energia blanca emanaba de ellas. -El primer paso esta listo. Estas criaturas no tienen un alma en si pero si una escencia muy parecida que para efectos practicos arde igual.....Sepultura de almas infernales!!!- el santo de cancer chasqueo los dedos y aquellas llamas azules estallaron creando un considerable daño en las filas enemigas aunque aun podia verse que habian bastantes eemigos a lo lejos. Manigoldo vio el area de destruccion de su ataque y sonrio -Eso es un ataque de verdad chiquillo- dijo en un tono muy altanero.

-"...Ese cosmos"- Era tan parecido al de cierta persona....

No fue tardía la aparición del poseedor de ese nuevo cosmos. Giro ligeramente para poder observar con más detalle al nuevo santo de Cáncer... ¿Qué es lo que había pasado con Muerte Lenta?

-¿Ah? ¿De qué mierda estás hablando?- ¿Cual viejo se refería? ... ¡Momento!

Observó al de cáncer con un ligero deje de sorpresa en las blancas facciones. No fue difícil darse una idea de a quien se refería... Algo le decía que estaba a punto de involucrarse en una rencilla bastante profunda con ese hombre. Afilo la mirada, sin duda, sus técnicas eran bastante similares, por no decir idénticas.

-...- Levantó ligeramente el mentón y sonrió de manera altanera, estuvo a punto de responderle al mayor sin embargo la voz del santo de Piscis atrajo más su atención.

¿Quién diría que la lección de Saga si ha servido en la volátil persona de Nero?

No, quizá sea que finalmente está considerando la situación como para dar rienda suelta a su florido léxico y su volátil comportamiento.

-Sé que soy el menos indicado para decir esto- Aja, porque el mismo inicio la provocación en una de las reuniones... -Pero pueden rasgarse las jodidas medias después, en este momento hay cosas más importantes que hacer como para que se estén peleando por niñerías en pleno campo de batalla, peor tantito frente Athena y Poseidón... Cáncer, supongo que tienes asuntos pendientes conmigo, ya hablaremos después que logremos tirar la mierda de fortaleza esa de los titanes- Fue lo último que menciono el albino pues se lanzó al ataque directo y sin titubear dispuesto a eliminar cuanta bestia fuese posible para él.

Saga, el gemínano, se encontraba bajo el embozo de su casco, su armadura dorada y su capa blanca, atento y presto. Era un hombre de frente y ceño arrugado, quien al parecer se presentía que jamás era ilumina aquella expresión por una sonrisa. De conversación escasa, fría y empachada, retraído en sus sentimientos, se mantenía a lo lejos, ya muchos habían ejecutado sus técnicas y mantenían a raya las bestias que pretendían atacar al Santuario.
Su expresión gris, seria y analizante abordaba a cada dorado presente y a su modo de pensar, sin embargo, de alguna forma, amable y algo culto. Sus ojos traslucían algo eminentemente humano; algo, sin embargo, que no llegaba nunca a traducirse en palabras, pero que tampoco se quedaba en los mudos símbolos de poca gesticulación, manifestándose sobre todo, a menudo y claramente, en los actos de su vida.
Nada más se limitaba a mirar y donde miraba algunas bestias confundidas se atacaban entre ellas mismas. Las bestias perdían el contacto con el mundo que las rodeaba y veían en ellas al rival a enfrentar. Sin embargo muchos sentían el cosmos de Saga y la alta concentración que tenía. En su sentir parecía negarle al blanco el acceso a los cinco sentidos, la ilusión en que hundía a los desdichados seres los mantenía atrapados, quizás en otra realidad alternativa, mientras sus compañeros dorados los atacaban con sus diferentes técnicas quitándoles la vida.
En silencio aguardaba el momento en que la flecha de Sagitario fuese lanzada.

El santo se concentro tanto en el chico y en la destruccion que debia causar que no noto al santo dorado que ya tenia su mano sobre su hombro invitandolo a detenerse. Manigoldo giro la cara para ver a aquel que lo habia detenido y lo escucho al igual que al joven de leo, con suavidad el santo de cancer tomo la mano del de picis y la retiro de su hombro.
-No te preocupes por mi, yo tengo mis energias al cien porciento lo cual no puedo decir de ti, por otro lado queria aligerar la carga de los santos de plata y bronce- giro los ojos hacia el santo de leo quien expresaba su sentir ante la agresion de cancer y piscis.
-No te preocupes, mi problema solo es contigo pero en este momento vengo a ayudarlos, pero si no quieren mi ayuda me retiro hasta que aparescan esos famosos titanes-
El santo desaparecio y aparecio frente al santo de sagitario sentandose frente a el pero mirando en direccion a los santos de piscis y leo mientras cruzaba una pierna y recargaba su menton sobra la palma de su mano y les dedicaba una sonrisa socarrona a los santos.
El dorado se irritaba al saber que su ayuda era minimizada por sus metodos, pero no pensaba pelear cuando era obvio que un mal mayor estaba por hacer su aparicion.

MUSICA escribió:

La ensañada lucha de proporciones mitológicas proseguía ardua, con todos los caballeros de ambos bandos haciendole frente al ejército de fieras liberado por los titánes. Un espectáculo ciertamente ver a tantas criaturas que deberían pertenecer solo a libros o novelas, o al menos lo sería si no estuviera buscando hacerse de las vidas de todos los santos y marinos presentes. Y si bien las devastadoras técnicas de poderosos caballeros como lo eran cáncer, Leo o Géminis destrozaban a la oposición a gran escala, aún restaban muchos oponentes que se complacían golpeando al santo de Escudo.

-¿Es eso lo mejor que tienen? ¡No traspasaran mi defensa con tan poca cosa!


Motivado en seguir siendo una muralla entre los monstruos y sus compañeros, el caballero de plata enfrentaba a un amplio conjunto de monstruos el sólo, aunque eso era principalmente debido a que el los había provocado con su habilidad de Draining Shield, obligándolos a seleccionarlo como blanco de ataque. Los primeros minutos no fueron problema pues el brío y determinación del santo, sumado a su colosal físico, le permitía acabar con varios enemigos a la vez, pareciendo él el verdadero monstruo aún entre tales seres de pesadilla.

Pensamiento de Gardna escribió:-Lo malo es que... la fatiga está empezando a alcanzarme. ¿Acaso he alcanzado mi límite? ¡No! Mientras este escudo permanezca entero, yo también lo haré... ¡Que rayos!

Lamentablemente para Gardna, eso tampoco iba a durar por mucho, ya que los constantes ataques de seres como las harpías, la manticora, la quimera o inclusive algunos centauros, comenzaban poco a poco a hacer que el escudo se agrietara más y más. ¿Pero como era eso posible si aquel escudo había logrado incluso resistir la fuerza de un titán? Precisamente en eso radicaba el problema, Desde aquella ocasión el escudo de plata había sido llevado a su límite, siendo sorprendente incluso que no llegara antes a su punto de quiebre, pero ahora con tantos ataques de tantos adversarios a la vez, ya nada podía hacerse.

-Esto no...

Pese a que los ataques de caballeros como Piscis o Virgo lograban quitar del camino a varios atacantes, eso no libraba completamente de peligro a Gardna, especialmente cuando fue tomado de los brazos por 2 harpías y una químera, dejándolo vulnerable para el implacable de un minotauro directo al rostro, despedazando el antifaz y bandana que llevaba en su rostro, dejando ver el rostro de un hombre con apariencia un poco mayor con su cabello desbordándose por sus hombros pues ya no había aditamento que lo mantuviera fijo. Aunque poco debería importarle la apariencia si se consideraba que el minotauro aún no consideraba el trabajo acabado.


-¡¡¡Uggggg!!! No... ¡No caeré tan fácil!.

Pese a tener un tamaño similar al del mismo ser que ahora lo embestía, Gardna se levantó rapidamente para comenzar un forcejeo contra la bestia, tratando de ignorar los ataques de las otras criaturas que querían verlo muerto, desparpajando poco a poco su protección de plata. Pero no habría de rendirse, no habría de sucumbir. ¿Cuantos aliados no habían caído ya para que ellos pudiesen llegar a ese momento? No podía defraudarlos, no podía ser el mismo fracasado que perdió en aquella invasión del santuario y que había prometido no volver a mostrar su verdadero rostro de nuevo. Tenía que luchar si quería que aquellos que sí pueden cambiar el mundo triunfen.

-¡Yo soy el muro que los separa de mis compañeros! ¡Y ustedes no habrán de demoler ese muro!

Exclamó expulsando su cosmos en una intensa cosmoenergía roja que lo cubrió de pies a cabeza, empujando varios metros a los montruos que lo rodeaban. Pero entonces algo súbito e inesperado. Un lustre azulado ahora teñía los bordes del aura de Gardna, fortaleciéndolo considerablemente. Mas ese solo era el preludio de lo que acontecía, ya que frente a él apareció una figura dorada que portaba una imponente lanza que el conocía muy bien.


-Esto es... la... la armadura de Lord Bijaksana... pero ¿por qué? ... ¡¿Será posible?!

Una serie de sentimientos encontrados comenzaban a inundar la mente y corazón de aquel gigante, pero tendría que tratar con ellos después ya que ahora había que trabajo que hacer y la escama marina lo sabía. Tanto así que ahora está crecía como por arte de magia para igualar un tamaño similar al del plateado; este último a la vez se vio despojado de lo que restaba de su armadura de escudo y ahora era revestido por la legendaria escama de Crisaor, la defensa antes portada por aquel que le perdonó la vida y le entrenó durante un breve tiempo. Le tocaba a él ahora ser su sucesor

Pensamiento de Gardna escribió:-Gracias... Lord Bijaksana

Un batir de su ahora gigantesca lanza bastó para partir en dos a cada uno de los monstruos que le rodeaba. Al haber terminado, se retiró de la línea frontal y se colocó junto al resto de sus compañeros, buscando ahora un enfoque más estratégico, pues no iba a desperdiciar aquel bello regalo desperdiciando su vida inutilmente. El previo portador de la escama no sería tan impulsivo. Y si bien ya no portaba un escudo con cual defender a otros, su lanza haría eso más aparte acabar con quien fuese que amenace a aquellos a quienes estima.

Entonces si el laberinto consumía la energía de Cronos ¿Por qué no simplemente le atacaban? ¿No sería mejor aprovechar ahora que no se encuentra al cien por ciento de sus capacidades. Bajó aquella mano con la que apuntaba al laberinto.

Es que era más que obvio lo que sucedía, Cronos estaba por derrotar a los olímpicos...O al menos sus hermanos titanes. Frunció el cejo.

O quizá era la sed de venganza lo que le llevaba a hablar de dicha manera... Jamás había fallado de dicha manera, y no planea hacerlo nuevamente.

-...- Simplemente, observó a aquellas bestias acercarse. Estudio primeramente la situacion, calculando estratégicamente donde debía elevar su técnica. Aunque no hubo demasiado tiempo para ello, se abalanzo con una velocidad increíble hacia la batalla.

-¡Gardna, lo has hecho bien, ahora recupera el aliento por un breve momento, esto apenas empieza!- Menciono para el ahora general marino, sonrió de manera ladina. Su cosmos se elevó enormemente aun pese las heridas de su batalla contra Mnemosine.

El viento comenzó a tornarse violento y de un momento a otro varios torbellinos enormes se divisaron por su parte en el campo de batalla arrasando con cuanta bestia se encontraban en el lugar. Al menos podía descargar un poco su coraje contra aquellas bestias sin raciocinio alguno... ya después podría hacerlo con el enemigo correspondiente.

Algo era raro en su persona y era el atacar de dicha manera impulsiva pero la impotencia y coraje cegaban su juicio momentáneamente.