El arribo del Garuda -[Libre]

Había sido en escasos momentos que el nuevo espectro de Garuda había llegado a tomar su posición en Antenora, pero el ambiente del inframundo se sentía demasiado tenso y eso aquel hombre lo podía notar, su rostro no hizo expresión alguna pues ya sabía por qué el ambiente se sentía de esa manera.

Aquel estaba sentado en aquel escritorio de piedra en donde juzgaba a las almas para condenarlas, pero ahora ese trabajo no era tan importante como lo que acontecía, aquel hombre concentró su cosmos en la armadura puesto que, aquella estando en el inframundo todo el tiempo habría de poderle otorgar una información concreta de lo que había sucedido después de la muerte de su antecesor. Fue así que aquel objeto o más bien la estrella infernal le hizo ver a Ian que ahora los traidores hacia el señor Hades se habían vuelto a unos más poderosos que los mismos jueces y avanzaban rápidamente por las prisiones.

-Los enemigos siguen avanzando – dijo en susurro como expresando un secreto.

Ian se levantó de su lugar y se dirigió hacia la entrada de Antenora, un viento casi helado empezó a recorrer los lugares y Ian cerró los ojos concentrando sus energías.

“No pienso subestimar a los traidores, lo importante es evitar que consigan su cometido, ya han tomado el castillo de mi señor y dos de las prisiones, habrá que actuar con astucia si queremos vencer, pero no perdonaré a esos mal nacidos... merecen un castigo peor que la muerte”

Mientras pasaban los minutos aquel hombre estaba pensativo, por momentos estaba analizando el cómo fue que la situación había llegado hasta ese punto, pero lo que no entendía era ¿Por qué la señorita Pandora les había hecho buscar la urna del señor Hades si ella la tenía en su poder? ¿Qué objetivo tenía aquella acción?, ¿acaso estaba usando ese pretexto para obtener otro beneficio?

Suspiró hondamente y mejor decidió actuar con discreción – “será mejor no confiar completamente en nadie” – dijo en su interior mientras observaba al horizonte.

El recinto permanecio en silencio por un par de minutos mas hasta que el metalico sonido de las botas de una armadura lo interrumpio. Una figura entro al recinto vistiendo una armadura de un frio brillo nocturno que despedia un aire divino, aquella figura mostro ser un hombre de cabellos dorados y ojos ambar que sonreia ladino, satisfecho de ver al juez de Garuda a quien se acerco hasta quedar a un metro de el y le hablo.

-Espero estes agradecido, no cualquiera puede recibir el regalo que tu acabas de recibir, acabamos de despertar tu conciencia, de devolverte a la vida y por ultimo te hemos agregado a las filas del ejercito de Hades-

El hombre dio la espalda al juez y se coloco enmedio del lugar

-Esperemos a ver quienes mas llegan, es hora de que nosotros tomemos las riendas de esta guerra que ustedes los mortales han iniciado, veamos si el otro nuevo juez decide venir.-

El hombre continuo con su media sonrisa esperando a que otros espectros arrivaran al lugar.

Después de haber ascendido Kaileena comenzaba a sentir la presiono de ahora formar parte de los jueces del inframundo, ahora era la portadora de la sapuri de Grifo tomando si responsabilidades mayores que las que tenia, se encontraba en un lugar apartado del inframundo después de algunos sucesos ligados a la segunda prisión, sus pensamientos giraban entorno a aquel momento donde intento defender una parte del inframundo.

-Es una lastima que no hayas salido ilesa... Ahora estoy yo en tu lugar... Quiza nunca fuiste fuerte... Tal vez no lo suficiente... En fin, no tiene caso pensar en eso... No cambiara nada...

Comenzó su camino con calma vistiendo ahora aquella armadura que quizá no era tan pesada para su cuerpo pero si lo era para su alma, por algo se le había otorgado ese puesto, quizá tenia potencial para eso y con aquel pensamiento en su mente alzo la mirada y continuo con su camino, a pesar de no tener un rumbo fijo pero eso no duro mucho tiempo ya que en un momento dado sintió una presencia poderosa en el lugar que llevaba por nombre Antenora.

-Acaso se trata de....- A pasos veloces se acercaba al lugar observo a una presencia, no, no era solo una eran dos y una de ellas era la que provocaba esa sensación de respeto, ya cerca no sabia como reaccionar ante aquel hombre, no sabia quien era pero se daba una idea que esperaba fuera cierta, justo antes de acercarse bastante a ambas entendió quizá quien era la otra presencia en el lugar, se arrodillo apoyada con su rodilla izquierda en el suelo retiro su casco tomándolo con su diestra mientras agachaba su cabeza.

-Por la interrupción me disculpo... Mi nombre es Kaileena la estrella celeste de la Nobleza...

Los segundos avanzaban y por lo tanto también lo hacían los enemigos, Kaileena pensó que no había necesidad de explicar la situación vivida por lo que solo permaneció allí en esa posición ante aquel ser que desprendía de si un gran poder, una presencia que inspiraba respeto...Un dios.

Algo que aquel joven espectro sentía que ocurriría eran las visitas para ver de quien se trataba ahora el nuevo Juez del inframundo, así sucedio como lo había previsto aunque nunca se había esperado la llegada del Dios del Sueño, al sentir su presencia y girar para quedar frente a aquel ser superior, escuchó en silencio lo que aquel le dijo, pues sí tenía razón en aquello, era por obra de los Dioses que había regresado de la muerte y ahora le servía al Dios Hades.

Ian se arrodilló mirando hacia el suelo, pues no se sintió digno de ver otra vez frente a frente a su señor, fue que minutos después llegó a Antenora la jueza de Griffo, aquel desconocía a la chica por momentos hasta que la misma estrella infernal le iluminaba para que entendiera la situación.



-Mi señor, me ofresco fielmente a vuestra voluntad, a la de mi señor Thanatos y más aún a mi señor Hades.- No quiso decir más, sentía que las palabras sobraban, además lo importante no era tanto el decir su fidelidad, sino el demostrarla, eso sentía el joven y por esa razón ya no hablaba más.

Lo único que le faltaba era demostrar su poder y detener a los invasores, ese era ya su prioridad máxima, Ian no miró a la dama, no era tiempo de socializar con nadie solo se enfocó en el momento.


Pero realmente no se sentía tranquilo, si ya los Dioses Gemelos se atrevían a intervenir en la situación del inframundo era porque ya estaba llegando a niveles tal vez inimaginables, y eso era peligroso, ¿como tener esperanzas si esas mismas eran destruidas al pasar por la puerta del inframundo?.


"El enemigo ha de ser más fuerte que antes, si ya los Dioses van a intervenir, ¿acaso no somos lo suficientemente fuertes como para vencerlos? o ¿es que nuestro orgullo infernal y maldito nos ciega a tal grado que no nos deja sacar nuestro potencial máximo para detener al intruso?" - empezó a pensar siempre en silencio  y con la cabeza agachada.

El dios del sueño, quien se distinguia de su hermano por ser mas sereno y mejor a la hora de hablar, miro a sus nuevos jueces quienes permanecian arrodillados mostrando respeto.

-Kaleena, es bueno saber que ya estas lista para portar el sapuri de Griffo, espero que no cometas los errores del antiguo juez y termines igual que ella-

Con calma excesiva, el dios Hypnos camino con paso sereno alrededor de sus nuevos jueces y comenzo a hablar sin dirigirse a nadie en particular.

-Como sabran, este tema del falso dios ya ha ido demasiado lejos, nuestros antiguos jueces no pudieron dirijir bien a los espectros y pagaron por eso, es por eso que ahora nostros, mi hermano Thanatos y yo, tomamos las riendas de esta campaña y los elegimos a ustedes para ir al frente y acabar con esto de una buena vez-

El dios comenzo a encender su cosmos, su aura era pesada y cortaba el oxigeno del lugar. Hypnos se paro en medio de ambos jueces, alzo las palmas de ambas manos y creo una esfera en cada una las cuales se dirigieron con calma hacia los jueces entrando una en cada uno.

-Lo que ahora han recibido es parte de mi poder, con esto deberia bastar para que ganen pero no se apresuren a ir solos por que aun hay que juntar al ejercito de Hades, ya que detras de ese sucio mortal hay una fuerza mucho mas grande, asi que salgan y busquen a sus hombres.-

Hypnos apago su cosmos y con su ya caracteristica calma abandono el lugar.

-No será así gran señor, mis acciones no serán erróneas, los enemigos ya han hecho de las suyas por un tiempo... Creo firmemente que es hora de detenerles.

Aun con su cuerpo en aquella posición y su cabeza agachada seguía con la mirada al dios del sueño, escuchaba atentamente cada palabra que emergía de los labios del dios, como era de esperarse las cosas no lucían nada bien de momento, todo lo acontecido en el lugar donde se enfrento al juez de Wyvern le había hecho reflexionar convenciéndose cada segundo de que su decisión había sido la correcta y demostrar que se podía confiar en ella para los asuntos del inframundo, ahora era más evidente que el cargo era necesario en los dominios de Hades y haría lo que estuviera en sus manos para demostrar que podía soportar la pesada carga que era ser un juez.

Mientras el dios hablaba Kaileena permaneció en silencio con aquella expresión seria distintiva de su persona, en un segundo comenzó a sentir una energía la cual emanaba de Hypnos inclusive aquella energía lograba dificultarle un poco la respiración, sin apartar la mirada de aquel ser observo cómo se posaba en medio de ambos espectros, de cierta forma se sorprendió pero no mostro señal alguna de ese sentimiento solo respiraba mientras sus orbes azules se clavaban en aquellas esferas de energía una de las cuales se acerco a la mujer de cabellera grisácea adentrándose en su ser iba a dirigir palabra sin embargo espero el momento ya que el dios del sueño les estaba dando la explicación de lo que acababa de pasar, ¿Enserio les había otorgado parte de su poder divino? Era algo sorpresivo pero era real.

-Señor Hypnos, hare todo lo que esté a mi alcance para detener a los traidores no desaprovechare esta oportunidad "Es hora de devolver el equilibrio en el inframundo"...

Sintió como el cosmo del dios se había apagado por completo, justo cuando comenzó a marcharse Kaileena se puso de pie, había pensado en quedarse a dar una conversación con aquel espectro otro juez del inframundo.

-"Así que después de todo si desapareciste... Es una lastima... Porque no desaparece Wyvern en  lugar de los otros dos jueces... No lo entenderé jamás..."

Dio unos pasos mientras miraba de reojo al hombre.- Ahora debemos acatar las ordenes...Y movilizar a los espectros que están de nuestro lado... No hay mucho tiempo para conversar ahora sin embargo le felicito por su logro espero que en este camino no tropiece.-Comenzaba a caminar un poco alejándose pensando en cómo debía proseguir, sabía que hacer sin embargo aun en su mente había una sensación de duda sobre el cargo pero estaba segura que haría un buen trabajo.