Cierra los ojos y levanta el puño por mi causa (libre)

En la entrada del castillo Valhala se abria un rectangulo que mostraba una ventana hacia un lugar casi imposible de describir de donde una figura humana salia poniendo un pie en nuestra dimension y despues otro, se trataba del santo de Geminis quien volvia despues de aquel viaje al santuario donde buscaba mermar las fuerzas enemigas, pero en lugar de eso habia obtenido informacion que lo habia hecho cambiar de opinion, Su hermano, Kanon, se encontraba vivo y sirviendo a las fuerzas del señor de los mares, un hombre que igualaba al dorado en astucia y fuerza y eso preocupaba de alguna manera a Saga, mas que perder la batalla, le preocupaba el enfrentarse a su sangre a un hombre que a simple vista podria ser Saga.

El geminiano retiro su yelmo con ambas manos, pero solo lo detuvo con la diestra a la altura de la cintura, su larga y azulacea cabellera se mecio al compas de la melodia del viento invernal de aquel lugar. El geminiano uso su mano izquierda para abrir las puertas del castillo y entrar en este. La entrada estaba vacia asi que era facil oir el metalico golpe de sus botas con el suelo marmolado. Dio unos pasos hasta quedar en medio de la habitacion y alzo el rostro mirando al techo y perdiendose en sus pensamientos, el geminiano debia hacer algo, cada segundo que pasaba era un segundo perdido y si las fuerzas del dios de los mares se recuperaban seria una batalla donde habrian varias bajas del lado ateniense.

-Hmp...

Caminando por los pasillos del palacio, el Dios guerrero de la estrella Delta meditaba acerca del nuevo panorama en el que se veían inmersos los caballeros al servicio de Odín y Atenea. Aparentemente habían acontecido una serie de desastres y fenómenos en distintas partes del mundo, cuya explicación era desconocida, pero por la manera en que ocurrían, se podía concluir que no era algo causado por el orden natural de las cosas. ¿Sería la influencia de las fuerzas de Poseidón o Hades? Independientemente de ello, Edzard simplemente dejó partir a algunos de sus compañeros para que investigaran la situación mientras el se dedicaba a vigilar; había optado por permanecer en el palacio para evitar que algo como lo sucedido con el Patriarca pudiera ocurrirle a la Señorita Hilda.

-"Tsch... Me siento un tanto inseguro sin poder manipular la naturaleza a mi alrededor... pero no puedo arriesgarme a que logren burlarme de nuevo y le hagan algo a la señorita Hilda o los inocentes del palacio... no podría perdonármelo".

Mientras continuaba su patrullaje, sintió que de repente una presencia se materializaba instantáneamente a unos metros de su ubicación actual, justo en la entrada del palacio. Se hubiera alarmado de no ser por que era una cosmoenergía familiar que ya había tenido el privilegio de conocer. Ese poder. Esa intensidad. Solo podía corresponderle a una sola persona.

-Saga...

Se dirigió hasta la entrada para encontrar al Santo de Géminis arribando a una estancia vacía salvo por ellos 2. Aunque desconocía donde había estado o que había hecho desde la última vez que se vieron, por su expresión facial sabía que algo le consternaba. ¿Estaría relacionado al asunto de aquellos fenómenos? No... de alguna manera, Edzard presentía que eran las fuerzas de Poseidón lo que llamaba su atención, al igual que él. Tal vez era momento de compartir cierta información con él.

-Tiempo sin verte... ¿Dabas un paseo?