Vijñāna: Consciencia. ㅡShaka {Priv.}

Conforme sus pies avanzaban, el gélido frío de Asgard comenzaba a quedarse atrás, era extraño, como en ese tipo de tierras tan frías hubiese un lugar con temperaturas tan altas que lograba sacar de contexto la lógica de ser aquel el lugar más frío en el mundo, y sin embargo, Virgo estaba allí como el último lugar más alejado de tierras Asgardianas.
Cada segundo estaba contado, y cada uno delimitaba el destino para la orden dorada y los dioses guerreros, victoria o fracaso, era a lo único que se enfrentaban a ciegas, porque conforme todo avanzaba, surgían mas enemigos a combatir, no solo la situación con el Santuario bajo el dominio de Poseidón era de preocuparse, con aquella visita de los espectros, dejaba en claro que las cosas en el Inframundo no estaban bien, pero, ¿Maina estaba preparado para ello?

Lo sabia, y aceptaba el destino para el cual había sido designada, esperando solo el detonante para la batalla, aunque siempre buscara la manera más pacífica para lidiar con la guerra y las peleas, pero en un mundo cruel, eso no funciona. La mujer de quien se conocía como sucesora del anterior Virgo, hombre más cercano a Dios, con el designio de ser ella la mensajera de Buda, tal cual su nombre le da significado, no había dado mayor aporte a sus compañeros que solo protegerlos de un ataque insignificante, de cierta forma no le agradaba el no ser lo suficientemente buena para ayudar a los suyos, y sin embargo seguía firme en sus ideales, en lo que Athena tenía predestinado para cada uno, porque podría dudar de todo, pero jamás de sus Dioses.

El calor atenuante de la lava cayendo en aquella cascada rocosa le hizo salir de sus cavilaciones, aquel lugar para muchos seria un buen escenario para entrenar, ¿y porque no para ella también?
Con un aire de pesadez, sin sonido alguno, no había pájaro cantando ni ramas u hojas de árboles chocar entre ellas, simplemente silencio y el choque de aquel liquido ardiente caer, empañando su alrededor con el humo denso y constante.

Allí, a la orilla de un risco, donde la vista hacia abajo mostraba con mejor claridad la lava y a un lado, aquella cueva que seguramente ardería de la misma forma que la lava, se cruzo de piernas, adoptando la posición de loto. El dorso de ambas manos apoyado sobre cada una de sus rodillas, con sus palmas hacia arriba dando al cielo oscuro, los dedos indice y pulgar chocando cada uno únicamente por las yemas, dejando sus ojos totalmente cerrados, así completando su posición de meditación; en brevedad su cosmos la envolvió, creando aquella fortaleza circular de energía, su campo de defensa, que nada irrumpiera esa burbuja de paz y de encuentro con sí misma, con la estabilidad física y espiritual, donde su consciencia se alejaba del mundo real y sumergirse al mundo aquel donde Buda era su eterno maestro, y ella una alumna que jamás dejaba de aprender.

Jamás habría un lugar en semejanza a lo que el mundo espiritual les brindaba, ni el mismo Elíseos, que salvaguardaba la estancia de los Dioses, pues a diferencia del mencionado, el mundo espiritual, componente de millones de dimensiones, se forjaba a viva imagen de lo que la persona en meditación y fusión a dicho mundo, deseara.

“Existen siete gemelos en el mundo por cada persona, consanguíneo o no, conviviendo en el mismo parámetro y dimensión, bajo circunstancias distintas, a veces similares, porque así ha sido la voluntad de los Dioses, encontrarse consigo mismo, cuando se puede estar perdido.”

Aquello había sido la enseñanza de Buda hacia la fémina rubia, pues, aquel reflejo yacente cara a cara a ella, era la viva imagen de la amazona, bastaba con poner suma atención para encontrar los detalles que les diferenciarían, esta era la segunda ocasión que le sucedía algo así, mas había algo que Maina no relacionaba como al conocer a aquel quien había sido su maestro; podría asegurar que era la clase de su ‘Yo’ espiritual en otra dimensión.

No había atisbo de desequilibrio en el ambiente que envolvía aquel lugar infinito y silencioso, tan solo rayos de luz que iluminaban ambas figuras, y solo bastó de aquella presencia de su primer y máximo maestro, Buda, para comprender que eran similares físicamente, pero distintas personas, en un mismo lugar, que compartían más que el solo atravesar el mundo espiritual y fundir el alma en una sola consigo mismo.
Aquella habitación se vio iluminada por múltiples mantras budistas e imágenes del mismo Dios venerado, habiendo tenido su momento de encuentro con aquel joven de nombre Shaka, y haciendo entender que estaba en presencia de ambos jóvenes.
Con suma atención, atendió a cada una de las palabras del joven; desequilibrio, dudas, confusión; lograba detectar cada uno de aquellos sentimientos en el aura del rubio caballero, mas apremiaba el gran entrenamiento para llegar hasta aquel punto de comunicación entre distancias y permanecer en ese mundo, con todo aquello que le perturbaba.

ㅡPorque alcanzar el Nirvana te hará reconocer la verdad absoluta, llenar tu alma de paz y lograr ese equilibrio emocional y espiritual que tanto has buscado, saciar tus dudas y enfrentarte al destino que se te ha escrito, ¿no es así?ㅡ ¿Y que como lo sabia? Porque antes de llegar a ser la mano derecha de Dios, su mensajera, había dudado, sucumbido ante lo mundano, ante lo que le envenenaba aquel camino que jamás debió desviar. ㅡSe ha de respetar tu decisión de no mencionar tu lugar, porque al estar cerca de Athena, quiere decir estar también en terreno enemigo, y por tu seguridad y de nosotros, habrá que mantenerlo en secreto por ahora, sin embargo, aquí, en este mundo, al cual hemos sido bendecidos para poder adentrarnos, nada ha de suceder.ㅡ Con un aire de transmitir ese positivismo ante todo, una pequeña pero visible sonrisa se dibujo en la comisura de sus labios.

Retomo el habla, suavizando aún más sus palabras, dejando que su voz fuese un simple susurro para ambos. ㅡMi nombre es Maina, y como mensajera de Buda, he de tener el deber de auxiliar a quien se ha perdido en el camino, a quien lo ha oscurecido, y así como tu has venido ante nuestro Dios y ante mí, he de celebrar, que nada te será negado. Has de encontrar conmigo, alguien en quien confiar, con quien comunicarte cuando así lo desees, cuando algo perturbe tu paz interna.ㅡ Hizo una breve pausa, dejando que el cosmos de Virgo fuera lo único resonante, llenando la sala en un ambiente calmo, hasta que volvieron a salir las palabras de su boca. ㅡPero debes saber algo Shaka, no todas las preguntas pueden ser contestadas, no todas tienen una respuesta y eso no debe ser una duda eterna si así fuese el caso; y no todas las preguntas, tienen la respuesta que uno espera, tienes que ser consciente de eso, y solo así, entonces podré ayudarte.ㅡ Por un momento su entrecejo se juntó, más no encontrando enfado en ello, siendo una expresión acompañada a la total seriedad con lo mencionado y lograr que el caballero de rubios cabellos, comprendiera el mensaje que ella deseaba darle.

Sintió su cuerpo temblar y por un momento romper toda aquella meditación y burbuja del mundo espiritual, porque el haberle permitido descubrir el alma atormentada del caballero, le había traspasado cada uno de los poros de la fémina, sintiendo aquel dolor en carne propia, compartiéndolo, porque de una manera inexplicable, habían pasado por el sufrimiento de soledad, de hambruna, de ver a sus seres queridos morir frente a sus ojos.
No necesitaba de abrir sus párpados para saber lo que acontecía con Shaka, que compartirle esos tan profundos y personasles memorias, le dolían, aumentaban la incertidumbre que aguardaba en su alma, y tan solo, lo único que deseo desde ese preciso momento, era ayudarlo.
A sus cortos veintiún años, se consideraba completamente inexperta, porque su participación en batallas o guerras habían sido nulas, su vida como Santa de Virgo carecía de un historial, siempre prefiriendo la vía pacífica antes de levantar su puño contra el prójimo, por mucho que fuese un enemigo, pero las enseñanzas de su magnánimo maestro eran tal vez lo suficiente, para compartirlas así con el joven en cuestión, y tal vez,  esclareciendo aquella oscuridad, podrían aprender juntos las maravillas que Buda aún tenía por enseñar.

ㅡLa muertes solo es el comienzo al siguiente paso en el libro del destino para cada persona.ㅡ No veía con buenos ojos que aquellos que habían perecido en batalla, por traición o por defender lo debido, se le burlaran a su sacrificio, pero era bien sabido que no terminaba allí ese ciclo, se abría otro plano donde una nueva oportunidad era dada a todo aquel que abandonaba el mundo terrenal y pasaba al mundo espiritual, recompensado ante el manto de la muerte. ㅡPero también es fuerte, Shaka. Todo en esta vida es transitorio, así como hay hambruna, hay guerras, hay familias unidas, curas a enfermedades. Un soldado cae en batalla, en otro lado el llanto de un niño recién nacido se escucha en algún hospital; todo es parte del contexto llamado vida, y porque todo ello, a los que poseemos un cuerpo terrenal, seguimos siendo humanos, y todo lo bueno, como lo malo, nos hace mas fuertes.
Es un equilibrio, donde hay sufrimiento, también hay alegría, y viceversa.ㅡ

Una vez mas elevó su cosmos, mas no de manera amenazante, si no abrazador, transmitiéndole calma y tranquilidad hacia el Santo, le dolía su aflicción, el como por breves instantes, sucumbía a todo lo que le aturdía; el aura emanada podría ser casi celestial, asegurando que Buda acompañaba las aflicciones del caballero y las palabras de ella con deje de enseñanza, tal como alguna vez, tal benévolo Dios la había pronunciado ante ella que se había dejado llevar por la oscuridad de las dudas y el dolor humano.

ㅡNo hay muerte en vano, mas que aquella que ha sido infligida a un corazón confundido, que no sabia que camino seguir y dejo el mal le arrebatara la consciencia. Un alma así no puede ser salvada. En esta vida, siempre habrá que sacrificar algo para un ideal, así como nuestro maestro, Buda, lo hizo, sacrificando su espíritu, dejando su enseñanza de contemplar el mundo y luchar contra sus males.ㅡSu gesto rostral se volvió indescifrable, pues ante ese ultimo cuestionamiento, parecía ser el que todo que estaba ajeno a los dorados, asumía erróneamente. ㅡMedia orden dorada falleció en el primer encuentro contra el Dios de los Mares. Oh, nuestra querida Athena, bajo el yugo del olímpico, no pudo ser capa de abrazar a todos sus santos con su cosmos, y el resultado, ha sido el mencionado. Quien tienes a tu frente, regente a Virgo, pertenece a la generación convocada, menos de unos meses. Ha habido tantas muertes, que Athena no está dispuesta a seguir sacrificando en vano. Sin sus dorados completos, ¿que puede hacer ella ante los enemigos que se van fortaleciendo conforme los segundos avanzan? Y es donde se preguntan como tú, ¿donde están los dorados? Ocultos, porque hasta los mismos que decían ser fieles, sucumbieron o valoran en demasía sus vidas como para darle la espalda a quien les tiene sometido. Nos duele perder compañeros, mas no serviría de nada aparecer ante una obvia batalla perdida. Para haber paz, primero debe de haber una guerra, porque el mundo al que juramos proteger, sigue ese patrón, y aquellos que nos llamamos santos protectores de la justicia, de la Diosa que profesa esa ideología, continuaremos esa guía, aun en contra de lo que pensemos, si no, ¿porque mas estaríamos aquí o hubiésemos sido elegidos para esto?ㅡ Finalizó nuevamente, atrapada en un suave silencio, dejando vagar su mente por un momento, porque aquella platica mental con el caballero, abría a nuevos sentimientos y pensamientos para Maina, demostrando que había cosas por aprender, por descifrar, que los sucesos constantes cambiaban el modo de ver de todo, mostrándolo en otra perspectiva, mejorada a como lo tenía. Vidas se perdían diariamente, el mundo en su mayoría, vivía en decadencia, pero incluso, ante todo eso, el mundo no se detiene, siempre cambiando, siendo transitorio, y así como el dolor del mundo lo llevaban cada uno sobre sus hombros, podrían también con todo lo contrario, porque solo así, el equilibrio buscado para sanar el alma, podría ser alcanzado.

El permitirle saber mas de él, la fémina de rubios cabellos lograba sentirse mas que en plenitud, pues a pesar de un encuentro tan breve, es como sus mismas palabras, por un hecho y causa estuviesen allí reunidos, ampliando aquello a lo que llaman lazos de confianza, sin necesidad de pedírselos uno con el otro, y vaya que sus vidas tenían tanta semejanza, pues entre toda la tristeza y el sufrimiento, había ese lado lleno de felicidad, que no solo era incluir a la familia, si no aún más allá, aquello que los hacía parte de las 88 constelaciones, unos caballeros al servicio de Athena, aunque sus modos de convertirse en uno, fuese lo único que dictará de ser completamente opuesto. Maina, a diferencia del joven caballero de Loto, desconocía el rostro de su Diosa, aunque aquello no lo necesitaba, una mujer como ella, solo bastaba con su cosmos para saber seña de aquella dama reencarnada en cuerpo humano, sin embargo, su pase a ser amazona dorada no había incluido reverencias ni presentación formal, pues tanto como la armadura de Virgo se le presentó, tuvo que partir hacia Asgard en reunión a los demás dorados. Tal vez, por el inmenso respeto que Shaka había mostrado hasta ahora para con ella, debería ser recíproca y mostrar su historia por igual; hasta el momento oportuno lo haría, pues el contexto de lo que llevaban hablando, solo quería centrarse en el joven; ese tipo de intercambios de pensamientos, fascinaban a Maina, dejando mostrar aun mas interés, pues si bien, erraba en lo que él mencionaba, al menos ella no se consideraba aun del todo en tanta sabiduría, es mas, lograba asegurar que había aun por enriquecerse, por descubrir, y que si bien, ella no lo sabia todo.

Entre tanto escuchaba con atención cada una de sus palabras, aquel ambiente un tanto lleno de tristezas y lagrimas, había vuelto a su cause normal, a esa tranquilidad que el mundo espiritual irradiaba; los escenarios cambiaban continuamente, praderas con ese muy distinguido aroma a humedad y frescura, con una danza musical de las ramas al chocar gracias a las rachas suaves de aire, dejando de aquello el mejor lugar para dos personas en meditación y una platica de alma abierta. Y sin embargo, nuevamente su semblante cambio, analizando lo mencionado por Shaka, era de admitir que ella lo había pensado así, y lo había intercambiado así mismo con un Dios Guerrero que compartía la idea de que el Dios de los mares, no era el enemigo, al menos no en su totalidad, pero Maina no podía pasar por alto la razón de que los dorados se agruparán en Asgard y estuviesen aguardando a que la orden de completará, pues de los doce, aun faltaban al menos dos. Y su entrecejo volvió a fruncirse, dibujándole una expresión dura y llena de seriedad.

ㅡSi ese hubiese sido una razón por la cual Poseidón tomo el Santuario y sometió a nuestra Diosa y nuestros otros compañeros, plata y bronce, no hubiese habido perdidas, hubiese regresado el Santuario al momento de que los primero dorados regresaron a lo que por derecho, era su hogar. Y sin embargo, no fue así, porque las ansias de poder de un olímpico contra quien siempre ha tenido disputas desde la era mitológica, desvío lo que pudo ser, una razón benévola en primera instancia.ㅡ Instó en tratar de sonar lo más neutral posible, sin fin de reñirlo o mostrar que por esa clase de pensamientos, Maina marcaría un rechazo para con él, pues bien, aunque hubiese una pauta marcada entre ambos en sus entrenamientos y la sabiduría, sus pensamientos y sentir eran respetados, pero ello no dejaba de ser doloroso para ella, y eso comenzó a notarse al su cosmos disminuir un momento, así como su aura nublarse por un sentimiento de nostalgia y melancolía, en aquella guerra a recuperar el Santuario, la mitad de los dorados habían sucumbido, y entre ellos, su desaparecido maestro, bien aunque no había sido declarado muerto, tampoco se afirmaba si vivía, Maina guiada por Buda, querían creer que estaba en las estrellas del universo.
En un panorama a aquella breve debilidad, se mostró un fragmento de la vida de la fémina, donde en aquel lugar de su entrenamiento, a orillas del río Ganges, la viva imagen del anterior santo de Virgo, que compartían similitud física, daba unas palabras a Maina, despedida, aliento, jamás sabría en que sentido habían sido expresadas, pero había sido lo ultimo, a desaparecer en polvo estelar y dejar al frente de ella, bañada en lagrimas retenidasc la caja de Pandora con la armadura dorada y aquel Rosario de 108 cuentas.
Como una nube de humo espesa disipada por una fuerte ráfaga de aire, así desapareció aquella parte de la vida de la amazona que dejaba mostrar a Shaka.

ㅡEl numero de caídas es incontable, sin embargo, es verdad que, Poseidón no es nuestro enemigo, no el más importante en este momento. Se Shaka, que puedes sentirlo, esa oscuridad que a cada segundo que pasa, se incrementa, y ello, es lo que puede ser la peor desgracia para la humanidad, donde, aseguró, que caballeros athenienses, marinos de Poseidón y dioses guerreros, actuaremos juntos para acabar ese enemigo.ㅡ Retomo su pacifismo, porque siendo lo contrario, ¿qué ganaba? El pasado no podía cambiarse, y aunque ello doliese, había que seguir adelante, ni tampoco culpar a nadie ni permitirle disculparse por algo en lo que no tenía inmiscuición, y así, su cosmos se recuperó como la tranquilidad de su aura, mostrándole a Shaka que no había nada a perdonar, entre ambos, seguirá todo de la misma manera, ella tan protectora y queriendo mostrarle un mejor camino, y él expresando sus preguntas y pensamientos, que sin duda, lograban ponerla en jaque. ㅡNo todas las buenas acciones son hechas sin recibir nada a cambio, algunas, son con un propósito, con un beneficio. En la vida, hay que aprender a diferenciar ello y así no engañaran nuestra mente y corazón.ㅡ