Visita casual (libre)

El astro solas se levantaba hasta su cenit en aquel dia mientras que el viento bailaba al compas de un suave vals que jugueteaba con las ojas y el polvo del lugar cuando de la nada se abrio un portal era como cuando baja la ventana de un vehiculo y muestra su interior asi se abria un cuadro de donde saldria el santo de geminis quien al pisar el suelo hizo desaparecer el protal y miro a todos lados con serenidad.
-Parece que esto es lo mas lejos que puedo llegar, tal vez el cosmos de Poseidon proteja el santuario ahora de cualquier manera no necesito mas-
El geminiano cerro los ojos y alzo la cara para respirar el aire de aquel lugar tratando de imaginar como seria si ellos fueran los protectores del santuario y no los marinos. Miro de nuevo el lugar, se encontraba en la explanada del templo de aries un lugar por el que ya habia pasado antes asi que sin dudar comenzo a caminar hacia el primer templo zodiacal, su caminar era lento pero fuerte, era regio, como quien no teme a nada por que no debe nada, el metalico sonar de la armadura de geminis hacia facil el saber que estaba ahi sin embargo eso a el no le importaba. Camino hasta llegar a losescalones que conducian al interior del templo pero al poner un pien en el primer peldaño se detuvo y agacho la cabeza.
-No esperaba ser detectado hasta estar dentro de la casa de aries, felicidades-

- No me de tanto crédito señor Géminis... Simplemente como ahora hay menos caballeros de bronce y plata que vigilen las casas restantes, se me ha reasignado a vigilar esta. Llámesele labor de portero.

Parecía ser otro día sin exabruptos en el santuario. Solo una tarde pacífica en silencio sin más compañía que el de los sonidos de la naturaleza y quizás el repentino saludo de sus superiores que cruzaran por aquel recinto ya fuera para evaluar su desempeño o simplemente por que les hubiera dado ganas de dar una mirada a aquellos templos que ahora eran suyos... de Poseidón. Ya habían pasado varios días desde el incidente del santuario y debido al escape de diversos caballeros, el santo de escudo había sido reasignado a vigilar la primera casa del zodiaco. Después de todo ¿Para que permanecer en la casa de Libra y esperar a que los intrusos avanzaran por más de la mitad de los templos sin nadie que los detuviera?

Pensamiento de Gardna escribió: - "Además... Es mejor que yo permanezca a la entrada. Aún si muriese reteniendo a los atacantes, podría conseguir algo de tiempo para que los generales arriben... y de paso ellos no se perdería ningún recurso valioso."

El enorme coloso había salido de la casa de Aries al escuchar pasos acercarse a su nueva guarida. Intrigado por que el silencio al que estuviera acostumbrado fuese interrumpido, salió dando retumbantes pasos hasta llegar hasta la entrada. En un principió pensó que sería alguno de los guerreros de Poseidón que solo buscaba patrullar la zona por cautela, pero se llevaría una gran sorpresa cuando viera que era un santo dorado. No muchos o ni siquiera acompañado por otros refuerzos como santos de plata o dioses guerreros, era solo una persona. Pero a simple vista se podía ver que si ese individuo así lo quisiese, podría acabar con Gardna cuando le dieran ganas.

- ¿Qué lo trae hasta el santuario sin ningún tipo de compañía a su lado? ¿Quería asegurarse que todo estuviera en orden? ¿O acaso quería venir a charlar con alguno de los generales? En cualquier caso, tal vez lo mejor sea que se retire...

Diría el santo de plata al de mayor rango que él. Si bien algo en esa persona le provocaba cierta intranquilidad, seguía con la firmeza de seguir con su deber. No obstante, sabía que sería estúpido lanzarse en su contra antes de tiempo. Prefirió dirigirle la palabra y ver que averiguaba de las intenciones de aquel caballero dorado. En caso que en efecto hiciera el intento de pasar, confiaba que podría elevar su cosmos para alertar a los generales que se encontraran más adelante en las casas posteriores del santuario.

Saga..... -Pasó por su mente al sentir aquella presencia en la primera casa del santuario, que podría hacer allí su gemelo? Se encontraba solo, eso estaba claro, Kanon podía sentirlo a pesar de encontrarse como vigilante de su pilar en la Atlantida, si bien se le conocía como un general solitario y de pocas palabras, siempre estaba en un estado de meditación mientras su mente se ubicaba en el santuario como vigilante estando al tanto de cualquier suceso que ocurriese en este.

Hasta el momento se había mantenido oculto de su hermano pues el mas mínimo acto lo delataría al instante frente a este, después de todo conocían a la perfección el uno al otro, este era su momento, había llegado la hora de pasar su carta de presentación a su gemelo y a los Atenienses en general. Aunque principalmente se resguardaba en la casa de Geminis, Kanon hizo una excepción esta vez por tratarse de su hermano, decidió trasladar su ilusión al templo de Aries, que mejor entrada que mostrando su truco favorito y bien conocido por su hermano. Mientras este conversaba con el santo de plata, un fuerte cosmos se albergó en el templo de Aries haciéndose notorio para los presentes entonces, el interior de aquella edificación se tornó oscuro a espaldas del caballero de Escudo, fueron pocos los segundos cuando pasos empezaron a escucharse acercándose lentamente, el choque de aquella armadura contra el embaldosado siendo ahora decorado el manto negro del interior del templo con una ilusión típica del geminiano muy obvia para su contra parte, el oscuro interior empezó a marcarse con estrellas, planetas y constelaciones para así finalmente dejar ver al llegar a la entrada aquella armadura de Geminis sin rostro, solo deteniéndose en pie en la entrada.

Una sonrisa ladina se marcó en el rostro de Kanon desde el Pilar que resguardaba en la Atlantida, era la primera vez luego de tanto tiempo que le hacía frente a su gemelo- Quieres jugar, Saga? -Dijo en un tono bajo para si mismo mientras veía a través de la ilusionaría armadura Dorada que estaba proyectando en la entrada de la casa de Aries-

El geminiano miro con arrogancia al santo de plata por debajo de su yelmo ya que a pesar de su tamaño Saga confiaba en.que podria derrotarlo sin problemas si llegaran a pelear aunque esa no era su intencion por el momento. El dorado se disponia a contestar cuando a espaldas del ahora marino de plata se mostraba un espectaculo demasiado familiar casi identico al que el geminiano haria sin embargo notaria rapido que era una ilusion pero eso no evitaria que el final de aquella ilusion lo sorprendiera ya que frente a el habia una siluetaportando la misma armadura que Saga portaba en ese instante y despues de un par de segundos de desconcierto, el dorado esbozaria una sonrisa bastante dovertido.

-Me sorprende que aun sigas con vida pero me sorprende mas que seas un general marino. Debo reconocer tu poder al proyectar una ilusion desde el templo marino aunque parte de eso es gracias a la vendicion de Poseidon. Y cuentame desde cuando eres un marino y mas imortante, por que es una ilusion la que viene a mi y no tu? Sabes que ahora mismo podria atacarte incluso desde aqui-
El geminiano camino hacia donde estaba la ilusion pasando de largo al santo de plata pero al estar junto a este le hablo en voz baja.
-Espero no intentes nada estupido, mi plan ahora es distinto al que tenia cuando llegue y si te interpones en mi camino desapareceras antes de que alguien mas siquiera pueda acercarse-
El santo siguio su camino hasta quedar frente a la ilusion de su gemelo y se paro ahi a esperar respuesta alguna.

Antes que el santo de géminis pudiera responder de cualesquier forma tanto las preguntas como la advertencia del caballero de plata, un descomunal cosmos empezó a sentirse justo detrás de él, en los confines de la casa que hacía unos momentos estaba vigilando. ¿Acaso tan rápido había llegado unos de los generales allí? Incluso Kevin de Kraken, el más rapido de los guerreros de Poseidón, hubiera sido percibido por breves instantes antes de aparecer. Pero la aparición de aquel fenómeno cósmico en la casa de Aries había sido un evento completamente espontáneo.

Pensamiento de Gardna escribió: - "Aunque...ahora que recuerdo bien, se dice que hay un general entre los marinos con un cosmos tan monstruoso que es capaz de proyectarlo en el santuario aún estando en las profundidades del reino del Dios Poseidón. Nunca se le ve en el santuario, pero eso no signifique que no esté al tanto de lo que ocurre... siempre creí que eran solo cuentos para asustarnos y resultó que es verdadero..."

Pero no era solo la capacidad de aquel hombre para proyectar de forma visible su cosmo en el santuario lo que intrigaba a Gardna, sino tambien la forma en que había elegido aparecer. Además del efecto astronómico que ahora tenía el interior de la casa de Aries, dentro de la misma estaba una réplica casi exacta del hombre que tenía frente a él, salvo por que el rostro estaba envuelto en un velo de sombras. ¿Por que elegir esa apariencia? ¿era alguna especie de truco mental con el que pensaba torturar al invasor? ¿O sólo le parecía divertido hacer combatir al caballero dorado con un doppelganger? Sin ánimos de cuestionar sus intenciones, el santo de escudo se dio cuenta que alguien más se encargaría de entretener a Saga.

- No tengo intenciones de interponerme en su camino señor Géminis, ya que por lo que veo se le está esperando. De todas formas, seguiré por aquí por si se me necesita.

Y sin más que decir, el gigantesco individuo se hizo a un lado dejándo que el guerrero dorado se aventurara al interior del templo infestado de cosmoenergía. Lo que sea que fuese a pasar, era algo que ya no requería de su presencia, ahora estaba en manos de aquel misterioso general.
Bajó las escaleras con retumbantes pasos y al llegar al quinto escalón contando de abajo a arriba, se sentó mirando hacia la entrada del santuario, donde aún seguía aquel crater donde había despertado luego de su encuentro con el santo de libra. Vigilaría ahora la entrada en sí, ya que la casa de aries ya estaba bien vigilada.


________________________________________________________________________________________________

OFFTOPIC:

- Aquella ilusión se mantuvo inmovil y sin palabra alguna, despues de todo solo era eso, una ilusión aunque no por esto no escuchaba las palabras de su hermano desde la profundidad de la Atlantida.
Una vez el caballero de plata se retiró finalmente habían quedado ellos dos solos, escuchar aquella pregunta volvió a formar una ligera sonrisa en el General Marino quien mentalmente proyectaba su pensamiento en voz para responder a su gemelo ya que la ilusión de la armadura no contaba con rostro alguno que pudiese comunicarse-

Vamos Saga, acaso no tienes sentido del humor? De querer destruir todo el Santuario fuese yo quien estuviese frente a ti en estos momentos, no lo crees? Pero, tengo un sentimiento muy familiar con este lugar así que prefiero conservar

-A pesar de mostrar una imagen muy serena y tranquila frente a su gemelo, Kanon aún guardaba mucho rencor contra este. Conocía el poder del contrario, después de todo no era como si hubiese mucha diferencias entre ambos así que sabía a la perfección que su hermano podría atacarle desde allí si lo deseaba, la pregunta ahora era, sería capaz?
Kanon no se consideraba a si mismo alguien de mal corazón, incluso sus pensamientos vengativos contra su hermano carecían de razón alguna, pero esto era algo que el aún se negaba a creer, sentía que su derecho como Santo Dorado de Geminis le había sido arrebatado, muy profundo en el, imperceptible a su pensar existía ese pensamiento que le decía que su hermano lo merecía mas que el, lastimosamente estaba cegado.
Muy contrario a lo que sintiera por su gemelo, Kanon era alguien justo y leal, creyente a lo que considera bien y además alguien que entregaría su vida con tal de cumplir con su deber, sin embargo toda esta personalidad se veía opacada por la sed de venganza.-

Adelante Saga, atácame si tanto lo deseas...Crees tener el suficiente poder como para proyectar tu poder hasta el Santuario de Poseidón? Hazlo!

-Nunca he dudado de mi poder sin embargo mi intension no es provocar una guerra ahora. No tiene sentido matarte si yo no voy a salir vivo de todas maneras-

El santo sonrio burlon ante la ilusion de su gemelo y entonces comprendio que habian cosas que debia hacer. Saga camino hasta el santo de plata y le pregunto.

-Me gustaria que me contaras un poco sobre la situacion de tu santuario y de tu dios, aunque no me importaria sacarte la informacion por la fuerza, no tengo la intencion de provocar un conflicto inecesario-

ahora el rostro de Saga se habia tornado serio por que aunque no esperaba la aparicion de su gemelo a quien consideraba muerto, no habia nada que pudiera sacar al geminiano de su mision.

Debido a que el santo de plata ya se había apartado de la casa de Aries para que el caballero dorado pudiera seguir su camino con la ilusión proyectada seguramente por aquel general marino de leyenda, fue de suma sorpresa ver que el invasor regresaba hacia el inicio de la escalinata. ¿Se había dado por vencido ya? ¿Había entendido el poder de aquel que manipulaba el entorno de la casa de Aries? Era probable, mas no le parecía que fuera eso. No era el semblante de alguien que se iba decepcionado. Quizás por que no se estaba yendo a ningún lado, sino que simplemente fue a dirigirle la palabra a Gardna.

- Creí que querría conversar con la ilusión del general marino de unos metros adelante, pero supongo que yo también puedo suministrarle la información que busca... pero creo que ya lo sabe. Luego de la batalla del santuario tanto contra ustedes como los espectros que se infiltraron al palacio, hemos estado reconstruyendo los templos que se vieron percudidos en el combate. Y fuera de eso no ha ocurrido nada inusual en el santuario hasta su llegada. Alguien como yo no tiene idea de lo que ocurre ya sea con el Dios Poseidón o con el reino que custodia en el fondo de los mares.

Era natural que Gardna no supiera más allá de la situación del santuario. Después de todo, el no salía de ese lugar, era donde siempre estaba vigilando, especialmente ahora que el número de santos de bronce y plata en el santuario se había reducido considerablemente. Lo que hicieran los generales marinos en otras partes del mundo o en el fondo del mar, era algo que el desconocía. Por lo que si Saga quería información respecto a eso, no la conseguiría del caballero de Escudo.

OFF: saltaremos a Kanon y cerremos este tema.

El geminiano se quedo a la altura del santo de plata y con un tono de voz serio comenzo a hablar.
-Supongo que no hay ninguna novedad, mas que la revelacion de que ese hombre sigue vivo y que ahora sirve a Poseidon y por le que senti sus fuerzas aun se mantienen en pie, supongo que tienen mas coraje que los santos de Atenea- sonrio y continuo en un tono burlon -Quien sabe Kanon, tal vez se cumpla tu deseo y te deje esta armadura para que pueda yo quedarme con tu escama, estas en el bando correcto, no lo abandones-
El geminiano camino hacia las escaleras que llevaban a la salida de la primer casa zodiacal pero continuo hablando. -No se confien, tal vez aun no haya un ataque por parte de los santos atenienses, pero en mi visita descubri que el unico hombre que puede detenerme se encuentra muy lejos de aqui, Kanon, ya no necesitas esconderte, te sugiero que te reunas con tus aliados, de lo contrario podria acabar con ellos-
Si bien el geminiano pensaba en conocer a algunos generales marino y comenzar una pelea, su revelacion le indicaba que tal vez subestimaba el poder de los marinos y que aquel plan que habia hecho le podria haber costado la vida. Saga continuo su camino y al bajar el primer peldaño frente a el se abriria una puerta dimensional que lo tragaria e inmediatamente se cerraria.