Pensé que eras alguien más (Liraz).

Recuerdo del primer mensaje :

Banda Sonora:

Era el comienzo de una nueva mañana en Asgard, ya que a pesar de que rayos del sol jamás han sido capaces de hacer distinguir demasiado el día de la noche, los habitantes de aquella región podían percibir el sutil lustre del astro rey que alcanzaba a bañar su territorio, así como la tenue caricia cálida que brindaba.
Coincidiendo con ese amanecer, ocurría el despertar de un individuo que habitaba en una pequeña y humilde cabaña a las orillas de Asgard, justo en los alrededores de la entrada principal.

Se levantaba aquel hombre de cabello violeta oscuro luego de una merecida noche de sueño que le ayudó a recuperar las fuerzas invertidas en un agotador entrenamiento. Pero no solo su cuerpo era el fatigado. Recientemente, diversos eventos habían causado diversos conflictos dentro de su mente, causandole un desgaste emocional al que no estaba acostumbrados. Viejos amigos que regresaban. Nuevas amistades que no sabía cuanto tiempo conservaría. Nuevos enemigos que rondaban por sus tierras sin vergüenza alguna. Todo eso lo tenía algo estresado.

-"Hmp... tengo hambre"

Dispuesto a comenzar su día con la comida más importante del día, el Dios guerrero de Megrez avanzó hasta su diminuta cocina y busco algo que pudiera servirle de alimento. Encontró una botella medio llena de leche sobre una mesa, la cual tomó con suma naturalidad y se dispuso a verter el contenido en un vaso casi limpio. Luego de que el contenido de la botella revelara estar en un estado solido y viscoso, el hombre se dio cuenta que hacía tiempo que no adquiría viveres.

-"Supongo es un buen momento para ir al pueblo a comprar algunas cosas. Creo que aún tengo algunas pieles que puedo vender."

Tras comer un trozo de pan algo duro y una especie de carne (O al menos él estaba seguro que era carne) que le había sobrado del día anterior, Edzard redactó una lista de víveres y empacó en una mochila algunas pieles de venado y oso. En ocasiones se veía en la necesidad de cazar en los bosques, y las pieles eran un buen sustento económico para continuar alimentandose, ya que el trabajo de Dios guerrero no era algo lucrativo.

-"En marcha."

Vistiendo una gruesa sudadera roja, un pantalón negro de lana y unas largas botas de cuero, el caballero de Megrez salió de su hogar en trayectoria al pueblo. No llevaba su armadura ya que normalmente la gente pensaba que había problemas si un Dios guerrero se presentaba con su ropaje sagrado puesto. Además, el podía llamarlo para que lo revistiera en el momento que quisiera, por lo que bien podría usarse a él mismo de carnada para atraer a algún enemigo ingenuo que pensara aprovecharse de él por estar desarmado. Algo arriesgado, pero si había alguien escondiendose en sus dominios, prefería saberlo.

Siguió su curso original, mas en el camino fue capaz de distinguir los aullidos de una manada de lobos destrozando el silencio como piedras una ventana. Normalmente alguien normal saldría corriendo a buscar refugio ante esa advertencia, pero Edzard ya tenía experiencia lidiando con esas criaturas... y confiaba que ellas también lo supieran y no osaran a molestarlo. Sin embargo, a lo lejos, donde se hallaban las figuras cuadrupedas de aquellas  bestias, una figura humana se encontraba con ellos. ¿Era posible? Solo había una persona que el conocía que convivía tan de buena manera con los lobos, por lo que corrió hacia allá diciendo su nombre en voz alta.

-¿Grimmjow? ¿Eres tu Grimmjow? Soy yo Edzard, creí que habías...

Pero conforme se fue acercando, notó que se trataba de una joven mujer de cabello blanco quien además tenía ambos ojos, a  diferencia de la persona a quien buscaba. Que hablando de sus ojos, estos tenían algo curioso, puesto que el iris de cada uno era de color distinto al otro. Pero no fue una observación que hiciera el Dios guerrero de Megrez, ya que solo podía expresar lo apenado que estaba en haberse confundido.

-Ohh dísculpa... "Entonces sí lo hiciste...Grimmjow"... Creí...creí que eras alguien más...

Amm... Perdón si te hice recordar, tienes razón es mejor no pensar en eso...Es mejor vivir por nosotros y por aquellos que nos dejaron, vivamos por ellos y por los ideales que siguieron hasta convertirse en estrellas que velan por nosotros en el firmamento.

Liraz mira hacia arriba.-Se que Grimmjow era amigo tuyo... No tuve mucho tiempo tratándolo pero, se que esta allí observando a todos los que dejo atrás. Para mi su legado vive en la manada que ahora protejo.


Ante la pregunta del Dios de Megrez la chica saco la daga de su costado y la desenfundo, se la entrego en las manos y después el joven paso a revisarla detalladamente, la chica se asombra al ver un color violeta que emanaba de la mano de Edzard.- Eso es asombroso Edzard.- Una vez terminada la transformación de la daga Liraz la toma del mango como le sugirió Edzard, corto el aire con ella la puso frente a sus ojos para observarla.-Creo que si no tiene tanto filo como dices podre sacárselo yo.- Guarda la daga en su funda original y la coloca en su costado nuevamente.

-Muchas gracias Edzard voy a guardar muy bien este regalo, te diera un abrazo pero creo que hay mucha gente así que sera para otra ocasión, entonces ¿Nos vamos?.

- ... No te preocupes, no fue nada. - Dijo apartando la mirada tratando de ocultar un poco el ligero rubor que le provocó el comentario de su compañera, mas en unos instantes fue capaz de recuperar su aspecto sereno de siempre. - Me parece bien, ya he adquirido todo lo que necesitaba.

En vista que ya había cumplido con su propósito original, el Dios guerrero estuvo de acuerdo con Liraz en que ya era buen momento para irse. No esperaba que en aquel día fuera a requerir usar su ropaje sagrado para traer algo de orden al poblado, pero tampoco era como si fuera la primera vez que hubiera pasado. De hecho, recordando sus primeros días como Dios guerrero, fue difícil hacerse del respeto de la gente, especialmente por la imagen de "joven fragil" que le tenían a comparación de su tío, quien imponía una imagen más ruda y merecedora de respeto. Sin embargo, con el tiempo y siendo fiel a sus propios principios, fue capaz de hacerse de su propia reputación, especialmente ante aquellos dudosos de su habilidad que lo desafiaban pensando que era solo un debilucho o un fraude. Y la forma de actuar de Mikhail en la aldea claramente demostraba que aún había personas que simplemente no lo respetaban como autoridad. Claro que todos ellos recibían un escarmiento si se pasaban de listos.

- Bueno... habré de dirigirme a mi casa ahora Liraz. Me da gusto conocerte, espero y nos volvamos a ver pronto. - Le diría el Dios guerrero de Megrez a su compañera una vez que estuvieran a una distancia corta de su hogar, con la intención de guardar sus víveres y posteriormente dirigirse al bosque para continuar con la labor que le encomendaba el ropaje sagrado que lo había elegido.

Ambos comienzan a caminar para regresar hasta el lugar donde se tenían que separar, Liraz debía regresar a la cascada congelada a hacer guardia mientras que Edzard debía quedarse en el bosque

-Esta bien Edzard, a mi también me dio mucho gusto conocerte, te agradezco todo lo que hiciste hoy, fue muy divertido pasar el día en el pueblo...Claro a excepción de algunas cosas, pero fuera de eso, de la forma mas sincera te digo Gracias, hace mucho no tenia un día como este.-Liraz dibuja una sonrisa.- Cuídate y si, también espero que nos volvamos a ver, mi nuevo amigo Edzard de Megrez.

Liraz comienza a caminar a paso lento, debido a las bolsas que cargaba, miro sobre su hombro para darle una mirada de despedida, paso la bolsa que tenia en su mano izquierda a la derecha para tocar la daga que Edzard le había restaurado y observarla antes de seguir caminando.-Amistad..¿No es así?...