Pensé que eras alguien más (Liraz).

Banda Sonora:

Era el comienzo de una nueva mañana en Asgard, ya que a pesar de que rayos del sol jamás han sido capaces de hacer distinguir demasiado el día de la noche, los habitantes de aquella región podían percibir el sutil lustre del astro rey que alcanzaba a bañar su territorio, así como la tenue caricia cálida que brindaba.
Coincidiendo con ese amanecer, ocurría el despertar de un individuo que habitaba en una pequeña y humilde cabaña a las orillas de Asgard, justo en los alrededores de la entrada principal.

Se levantaba aquel hombre de cabello violeta oscuro luego de una merecida noche de sueño que le ayudó a recuperar las fuerzas invertidas en un agotador entrenamiento. Pero no solo su cuerpo era el fatigado. Recientemente, diversos eventos habían causado diversos conflictos dentro de su mente, causandole un desgaste emocional al que no estaba acostumbrados. Viejos amigos que regresaban. Nuevas amistades que no sabía cuanto tiempo conservaría. Nuevos enemigos que rondaban por sus tierras sin vergüenza alguna. Todo eso lo tenía algo estresado.

-"Hmp... tengo hambre"

Dispuesto a comenzar su día con la comida más importante del día, el Dios guerrero de Megrez avanzó hasta su diminuta cocina y busco algo que pudiera servirle de alimento. Encontró una botella medio llena de leche sobre una mesa, la cual tomó con suma naturalidad y se dispuso a verter el contenido en un vaso casi limpio. Luego de que el contenido de la botella revelara estar en un estado solido y viscoso, el hombre se dio cuenta que hacía tiempo que no adquiría viveres.

-"Supongo es un buen momento para ir al pueblo a comprar algunas cosas. Creo que aún tengo algunas pieles que puedo vender."

Tras comer un trozo de pan algo duro y una especie de carne (O al menos él estaba seguro que era carne) que le había sobrado del día anterior, Edzard redactó una lista de víveres y empacó en una mochila algunas pieles de venado y oso. En ocasiones se veía en la necesidad de cazar en los bosques, y las pieles eran un buen sustento económico para continuar alimentandose, ya que el trabajo de Dios guerrero no era algo lucrativo.

-"En marcha."

Vistiendo una gruesa sudadera roja, un pantalón negro de lana y unas largas botas de cuero, el caballero de Megrez salió de su hogar en trayectoria al pueblo. No llevaba su armadura ya que normalmente la gente pensaba que había problemas si un Dios guerrero se presentaba con su ropaje sagrado puesto. Además, el podía llamarlo para que lo revistiera en el momento que quisiera, por lo que bien podría usarse a él mismo de carnada para atraer a algún enemigo ingenuo que pensara aprovecharse de él por estar desarmado. Algo arriesgado, pero si había alguien escondiendose en sus dominios, prefería saberlo.

Siguió su curso original, mas en el camino fue capaz de distinguir los aullidos de una manada de lobos destrozando el silencio como piedras una ventana. Normalmente alguien normal saldría corriendo a buscar refugio ante esa advertencia, pero Edzard ya tenía experiencia lidiando con esas criaturas... y confiaba que ellas también lo supieran y no osaran a molestarlo. Sin embargo, a lo lejos, donde se hallaban las figuras cuadrupedas de aquellas  bestias, una figura humana se encontraba con ellos. ¿Era posible? Solo había una persona que el conocía que convivía tan de buena manera con los lobos, por lo que corrió hacia allá diciendo su nombre en voz alta.

-¿Grimmjow? ¿Eres tu Grimmjow? Soy yo Edzard, creí que habías...

Pero conforme se fue acercando, notó que se trataba de una joven mujer de cabello blanco quien además tenía ambos ojos, a  diferencia de la persona a quien buscaba. Que hablando de sus ojos, estos tenían algo curioso, puesto que el iris de cada uno era de color distinto al otro. Pero no fue una observación que hiciera el Dios guerrero de Megrez, ya que solo podía expresar lo apenado que estaba en haberse confundido.

-Ohh dísculpa... "Entonces sí lo hiciste...Grimmjow"... Creí...creí que eras alguien más...

Un nuevo día iniciaba en las tierras de Odia,la fémina de pelo blanco se despertó al amanecer para salir en busca de alimento cuando el sol saliera,se cambio de ropas, se puso sobre su cuerpo una camiseta gris, un pantalón negro y sus botas algo robustas para la nieve, salio de la cueva donde vivía y la manada entera de lobos la siguió eran aproximadamente 19 lobos adultos y 3 jóvenes que apenas ese día se disponían a salir a cazar por primera vez, el sol ya daba sus rayos cálidos y con su luz la manada anuncio el comienzo de la cacería algo muy extraño pues casi nunca aullaban antes de comenzar ya que se guiaban mejor por el sigilo,los lobos comenzaron a caminar con la chica en la parte de atrás, de repente se escucho una voz emocionada esta voz estaba dirigida a la peliblanco, los lobos jóvenes corriendo se dirigieron al hombre, pobres canes pues eran inexpertos y no sabían lo que no debían hacer, la chica dio un silbido pequeño y estos lobos se detuvieron a pocos metros del hombre.

-¿Grimmjow? me confundió con alguien no es así... ¿Que esta haciendo un hombre en estos lugares? Supongo que como muchos otros sabe muy bien que este es un territorio peligroso aunque debo decir que pasar por aquí es una forma mas fácil de llegar al pueblo, pero no muchos se atreven a cruzar..-Seguido de esas palabras el lobo blanco se puso al lado izquierdo de la joven mirando fijamente al intruso como si se conociesen.



...Ahora que lo pienso ese nombre me suena familiar... Si creo.. Que si...oohh ahora lo recuerdo.-La chica mira al lobo a su lado.-Eras solo un cachorro... Lo recuerdas Kib.- su mirada se volvió al hombre de cabello morado. -No te disculpes-Dijo en voz baja mientras bajaba la mirada al suelo.-Te sugiero que no pases por aquí, es peligroso para un simple humano.-Dice mirando al hombre y luego comienza a caminar lentamente.

Aunque los labios de aquella joven se movían y de su boca escapaban advertencias respecto a que debía ser cuidadoso por aquellos lares, Edzard se encontraba completamente enfrascado en sus propios pensamientos, reflexionando que tan sencillo era ver a una persona un día y al siguiente enterarte que había desaparecido para siempre. Y aunque las noticias del fallecimiento del dios guerrero de Alioth Epzilon habían llegado a sus oídos pocos días luego del ataque al santuario, el haber visto una silueta humana en medio de una jauría de lobos lo hacía pensar que quizás había escapado de su destino. Que quizás la verdad que el conocía no necesariamente era la realidad... pero lamentablemente sí.

-¿Eh? - Preguntó un tanto distraído el Dios guerrero luego de las advertencias de la chica. - Ohh, sí, claro... No te preocupes, si veo a un simple humano, le haré saber que no debe estar por aquí.  

El dios guerrero pretendió volver a retomar su recorrido  y seguir con su rutinaria compra de víveres. Pero los recuerdos de un viejo aliado perturbaban su mente y sabía que si no lograba apartarlos de su cabeza, sería presa de sus propios pensamientos... O en el peor de los casos, de algún enemigo que asechara en las sombras. Para poder darle cierre al tema, decidió que investigaría si había una relación entre esta joven y  el difunto caballero de Epzilon. Después de todo ¿Cuales eran las probabilidades que dos personas tan afines a los lobos no tuvieran algo que los conectara?

-Hmp... antes de marcharme, debo mencionar que no hay muchas personas por estos lares capaces de llevarse tan bien con estas criaturas, especialmente una jauría completa. La única otra persona que conozco con esa cualidad tenía cabello azul oscuro, vestimenta parecida a la tuya pero más gruesa y un parche en el ojo. ¿Nadie con esa descripción se te hace familiar?

Aunque estaba rodeado de diversos depredadores carnívoros, Edzard dificilmente podía sentirles miedo ahora. Había vivivo meses en el bosque haciendo uso de su propia fuerza para sobrevivir a las inclemencias del mismo. Y a diferencia de la joven en cuestión, el no había tenido algún compañero animal que le hubiese ayudado a sortear las dificultades que representó su estadía en aquel lugar. Por ende, distintos conflictos ya se habían dado entre él y las criaturas del bosque, y el hecho que siguiera con vida significaba que había triunfado por sobre todos ellos. Y sin embargo, aquel lobo blanco que parecía ser el alfa de aquella jauría le provocaba cierta incertidumbre. No era como todos los demás.

La mujer observo la reacción del desconocido después de las advertencias hechas por ella.- A que te refieres con decir el si veo a un simple humano...¿Que acaso tu no lo eres?-Miro con curiosidad al hombre de pies a cabeza.-"No parece tener una presencia maligna..."

La chica camino un poco solo para ser detenida por las palabras del pelimorado, miro sobre su hombro derecho mientras este hablaba.-Un hombre con un parche en el ojo que además se llevaba bien con los lobos.-Eso le  hizo sentir intriga y rápidamente busco en sus recuerdos a una persona con esa descripción, se giro hacia la persona -Si creo que lo recuerdo vez a ese lobo blanco de allí-Apunta al cuadrúpedo que estaba detrás del chico.-Ese lobo fue lo único que quedo del clan de aquel hombre...No me preguntes como lo se, simplemente lo sé. Hace mucho tiempo lo encontré a él y al  cachorro que ahora es parte de mi manada...Se podía decir que ese hombre me encargo a este lobo.

Pero ahora quiero que me respondas la pregunta que te formulare, ¿Quien eres?-Se comenzó a escuchar un galope veloz a lo lejos, probablemente era una manada de alces o alguna criatura parecida pues la intensidad de sus pisadas hacían temblar un poco la tierra, en ese momento la chica bajo su mano derecha y movió su dedo índice, después de eso un grupo de lobos salió para perseguir el sonido, la cacería comenzó pero solo fueron 6 canes los que corrieron la chica se quedo mientras ellos corrían a lo lejos pues sabía que volverían en algún momento. -Mi nombre es Liraz.-Dijo-Dime... Estas aquí solo porque me viste o ¿Me estabas buscando? lo digo porque últimamente han puesto demasiados carteles en el pueblo de que me están buscando por una mala reputación que se desato...además de otras cosas...Tsk...Primero me entero que los espectros de hades estuvieron en el bosque y ahora me encuentro con un hombre que en cierta forma parece sospechoso.-Mascullo la chica, cerro su boca no sabia si el hombre frente a ella la escucho pero le daba algo de escalofríos el pensar que ese hombre pudiera ser su enemigo.

-Hmp... ya veo.

Sería la breve respuesta del vigilante de los bosques, confinando otras cientos de ellas dentro de su mente para evitar que escaparan de sus labios por impulso. Le parecía un poco inusual que uno de los lobos de Grimmjow se hubiera separado de él y terminado al lado de aquella misteriosa joven y el hecho que ella no diera razones de lo sucedido la cubría aún más en un velo de intriga. No obstante, independientemente de que le dijera la dama de cabello blanco, Edzard no tenía nada que reprocharle. Después de todo, no era como si enterarse más de la vida de su viejo compañero en armas fuera a devolvérsela. No era como si encontrar a alguien más que le conoció le brindaría consuelo a la familia y amigos que dejó atrás.

-"Aunque... tal vez deba bastarme con saber que el recuerdo de Grimmjow también vive en esta joven. Y algo me dice que también en él". - Pensó esa última frase mirando al lobo heterocromo que seguía mirándole fijamente cual estuviera indagando dentro de su mente.

A pesar que Edzard estaba decidido a aceptar la poca información que obtuvo de la joven, le seguía intrigando su habilidad nata para comunicarse con aquellas fieras así como su relación pasada con el chico del parche, mas no sabía como hacer más cuestionamientos al respecto. Por unos momentos llegó a considerar que alguien como ella pudiera representar cierto peligro para las personas de los poblados, pero luego de recordar como le había advertido de los peligros de la intemperie, concluyó que no era una persona que comandara a sus lobos para actos ruines. Aparentemente la joven se había salvado de un interrogatorio por parte del caballero de Delta. Sin embargo, aparentemente el sí tenía que responder alguna preguntas.

-Mi nombre es Edzard. - Respondió solo hasta que Liraz se presentó haciendo uso de su nombre. - ¿Por que buscaría a alguien que no conozco? .

Aparentemente la joven tenía más que ocultar de lo que Edzard daba crédito, por lo que decidió que sus compras podrían esperar un rato más al menos. Aparentemente confesaba que se había hecho de mala reputación entre la comunidad, aunque eso no le pareció del todo extraño ya que cualquiera le temería a alguien acompañado de bestias salvajes, y no dudaba que fuera al grado de perseguirle con tridentes y antorchas. Pero lo segundo que mencionó despertó su curiosidad. ¿Qué eran esas otras cosas? ¿Por que no decirlas? ¿No eran importantes para mencionarse?... ¿O eran eventos que expondrían a la domadora de lobos como alguien no tan noble como lo era su primera impresión?

Pero antes de interrumpirla, el asgardiano la escucharía mencionar algo sumamente interesante. ¿Espectros? ¿Cómo sabía ella que habían aparecido en el bosque? Esa información no había sido dada al público para no provocar alarma hasta que se incrementara la vigilancia del lugar. ¿Entonces como lo sabía ella? Fue entonces que Edzard empezó a combinar todas las partes de la historia y empezó a deducir la identidad de aquella joven. Solo se le ocurría una explicación que justificaría que la joven tuviera cierta relación con Grimmjow, tuviera una habilidad que no tendría cualquier persona ordinaria y que aparte supiera de la existencia de los espectros (Y los llamara como tal y no solo invasores).

-¿Sabes? has dicho demasiadas cosas interesantes en tan poco tiempo que creo que debemos devolvernos y abordar cada tópico con más calma. Por más que me interese saber de aquella "mala reputación" que tienes, primero quisiera preguntarte... (Un fulgor violeta cubre su cuerpo al mismo tiempo que de entre la nieve van brotando distintas piezas de metal que se van pegando a su cuerpo, revistiéndolo en una armadura azul zafiro) ¿Tu tienes una de estás? .

Así que Edzard...Tienes razón no tendrías porque buscarme, pero muchas personas lo hacen debido a que mis lobos mataron a un hombre...Que de cierta forma se lo merecía y por algo que hice yo... digamos que ofrecen  recompensa por mi cabeza...O algo así escuche, aunque de cualquier forma tengo que ir de vez en cuando al pueblo aunque sea escabulléndome pues yo también necesito víveres...En fin..-Guardo silencio cuando el  hombre comenzó a hablar nuevamente.

Da un paso hacia atrás cuando comienza a notar un extraño resplandor violeta cubriendo al joven, momentos después observa un ropaje azul que lo cubre completamente.-Eres un...Un Dios Guerrero...-Liraz sonríe  al darse cuenta que el hombre no era su enemigo.-Haz adivinado...Yo también poseo una.. -Hizo un chasquido con su mano izquierda y desde la profundidad de la cueva un resplandor salió dirigido a la joven, cubriéndola y dejando ver su armadura.-Soy Liraz de Alioth Epsylon.- Liraz permanece sonriente mientras mira a Edzard.-Pero creo que ya lo sabias.

Tal y como lo sospechaba Edzard, la chica en cuestión se trataba de la Diosa guerrera de la estrella Alioth Epsilon, lo que la convertía en la sucesora de aquel con quien él la había confundido. Si bien por lo visto Liraz no llegó a conocer del todo bien a su predecesor, el hecho que compartiera su habilidad nata de convivir en harmonía con los lobos la hacía ya una digna sucesora del ropaje con forma de Fenrir. No obstante, había algo que todavía mantenía con cierta inconformidad al caballero de Megrez.

- Es una pena que alguien que sirve lealmente en las tropas de Odín sea visto por los demás como un bandido por el que ofrecen dinero por su cabeza... "Aunque no sería la primera vez..." Si no es mucha molestia ¿Puedo pedirte que seas un poco más espécifica? ¿Que hizo esta persona para que tuvieras que liquidarla? ¿Que fue exactamente lo que hiciste que te hizo hacerte de una recompensa?


Edzard se sentía curioso respecto a que le había atribuido a la joven esa infamia que ella misma describía. Entendía que los dioses guerreros en ocasiones podían resultar temibles para las personas normales, pero era la primera vez que daban una recompensa por uno. Y si las cosas seguían así, sería la segunda vez que se enjuiciaba a uno. Para evitar un suceso tan penoso como ese en estos tiempos de crisis, el Asgardiano quería enterarse de todo lo posible con la esperanza que todo fuera un malentendido y poder resolverlo. No quería que de un día para otro ese afiche de se busca llegara a sus manos como una misión más.

- Tal vez pienses que puedes manejar a cuanto cazarecompensas venga a importunarte, pero eso solo irá incrementando tu mala fama y vendrán más y más personas por ti. Personas que quizás te veas forzada a eliminar por acto de defensa personal. Pero creo que podemos evitar esa penosa situación si me pones al tanto de lo ocurrido. Por mi parte, me encargaría de intentar resolver este malentendido con las personas del pueblo. "Siempre y cuando tu historia me resulte convincente desde luego. "


Desvió la mirada unos momentos para ver la sesión de cacería de aquellas criaturas que seguían a Liraz. Muchos solo podrían ver el salvajismo de los caninos devorando a las indefensas presas, pero las personas verdaderamente observadoras sabían que ese era el curso de la naturaleza. Y como el se consideraba en esa categoría, no quería apresurarse a hacer un juicio sobre Liraz, especialmente ahora que sabía que era una compañera dentro de su orden. Desde luego, no todos los dioses guerreros eran dignos de fiar, la experiencia le había enseñado eso; sin más que decir, esperó que la sucesora de Alioth Epzilon lo pusiera más al tanto de la situación y que todo fuera solo un malentendido que pudiera resolver usando sus influencias como Dios guerrero. Después de todo, podía llegar a ser bastante persuasivo si se lo proponía.

Ya estoy acostumbrada a que las personas me traten así,y si puedo decirte lo que ocurrió pero no tan detalladamente seré sincera con un compañero de armas...Edzard.-Liraz se acerca a una roca que estaba a un lado y se sienta sobre esta.- Fui criada por una familia de ladrones por lo que la violencia siempre estuvo en mi vida, de allí me convertí en cazarecompenzas  aceptando contratos con las personas del pueblo, eliminando criaturas salvajes que acechaban, inclusive llegue a matar a algunas personas por actos de vandalismo. Que ironía...

Cruzando los brazos tomo una bocanada de aire y lo dejo salir en un profundo suspiro.-¿Crees que yo mataría a personas inocentes? Yo siempre evito el contacto con cuanta persona se me  presente pero desde que me hablaste me dio la impresión de que eras diferente a los demás y tuve razón en eso...Bueno si tanto quieres saber te diré por que tengo tan mala fama.-La joven de cabellos blancos se levanta de la roca y mira fijamente los ojos tan profundos del Dios Guerrero.

Hace tiempo cuando yo deje el trabajo sucio por así decirlo, uno de los  primeros días en los cuales obtuve mi armadura fui al pueblo a comprar algunas cosas Kib el lobo blanco era el único al que le permití acompañarme y con el era mas que suficiente pues si llevaba mas canes las personas se asustarían...Aunque de todos modos lo hicieron. Llegue con un comerciante para comprar una daga nueva, ya después de eso me disponía a dirigirme a otro lugar por algunos víveres cuando me tope con un hombre un tanto extraño parecía estar en sus cinco sentidos por lo que no creí que estuviera enfermo ni con presencia de alcohol  digamos que el llego de forma demasiado...Extraña hacia mi...Espero que entiendas pues no quiero dar detalles de ese comportamiento, lo ignore y seguí mi camino y el parecía haberme olvidado continuo con su camino de igual manera pero el se dirigió a otra chica joven y ella huyo muy rápidamente pero el hombre la seguía, salí detrás de ambos junto con Kib y los alcance en el bosque, ya te imaginaras la situación pues ese hombre estaba forzando a la señorita, ese tipo de cosas para mi son intolerables, le dirigí un grito para alejarlo pero el solo me miro y se levanto diciendo "Tu también eres bonita", yo solo calle mientras el se acercaba y cuando estuvo muy cerca lo golpe en el estomago pero logro derribarme, le dije al chica que corriera y eso hizo fue entonces que con la daga nueva que compre le penetre la piel del hombro y se aparto de mi fue entonces que le hice una seña a Kib y este aulló fuertemente, entonces la manada entera apareció minutos después y todos los lobos lo atacaron...El gritaba muy fuertemente pero yo...Yo...Simplemente lo ignore.-Liraz se toca la cabeza al recordar ese momento.-Yo no quería asesinarlo...Quería darle una lección...Pero el...Se lo merecía.

Edzard escuchaba atentamente la historia de la dama de cabello blanco, poniendo especial detalle a los gestos faciales que hacía conforme se expresaba de los eventos de su pasado. Aunque al principio se sintió un poco inseguro luego de saber que había sido criada por bandidos, reflexionó rapidamente que no parecía haber adoptado ninguna de sus malas costumbres; de haber sido así, quizás hubiera comandado a sus lobos para que lo rodeasen y le hubiera exigido cualquier posesión de valor que tuviera con él. Al menos esa parte de la historia no era algo de lo que debiera preocuparse.

-"Supongo que ser una mercenaria es una forma de ganarse la vida cuando uno ha sido criado en un contexto como el que describe. Aún así, por el hecho que lo hiciera por necesidad y no por una loca manera de impartir justicia a todos los malvivientes, confío en que no era algo que le gustara. Después de todo, de haber sido así, no hubiera renunciado... al contrario, una mala persona abusaría de sus poderes como Dios guerrero para llevar a cabo el trabajo de mejor manera. "

Eventualmente, Liraz llegó a una parte un poco más intensa de su historia, lo cual era posible notar por como cambiaba su tono de voz a uno un poco más tenso. Según lo narrado, había logrado evitar que un cretino abusara de una indefensa joven, a pesar de que eso conllevara a tener que eliminarlo. Aunque en teoría fueron sus lobos, criaturas sin razocinio que realmente no podrían ser llevadas a juicio, fue ella quien lo había permitido sin mover un solo dedo para impedirlo. Pero por más que esa persona lo mereciera, Edzard notó un deje de duda y pesar en la chica cuando ésta tocó su cabeza instintivamente. Independientemente de que fuera por haber matado un hombre o solo por haber dañado su propia reputación, el punto es que era algo que no le enorgullecía.

-Hmp... ya veo. - Dijo una vez que Liraz terminó su relato. -Te viste en la necesidad de detener un crimen, pero cuando la persona se negó a escuchar tus advertencias, tuviste que recurir al uso de la fuerza. No mencionaste haber usado alguno de tus poderes de Diosa guerrera, por lo que intuyo que aún en medio de la tensión del momento, no querías abusar de tu fuerza como lo había hecho él... Creo que eso es un detalle importante para evitar convertirnos en aquellos a los que perseguimos.

Llevando su mano a la barbilla, el caballero de Megrez Delta reflexionó la situación con bastante empatía, tratando de imaginarse en una situación similar. Dio un suspiro y posteriormente la miró a los ojos con un gesto comprensivo, pensando en la mala suerte que había tenido de que las cosas terminaran así. Luego de aquella pausa, volteó la mirada con dirección hacia el pueblo y dijo.

- Liraz... ahora que me has contado tu historia puedo decir con toda seguridad que no eres alguien que merece ser buscada como una criminal. Te enfrentaste a un dilema moral respecto a sí socorrer al mismo criminal que perseguiste pero arriesgarte a que no encontrara la redención, o simplemente acabar con el problema de una buena vez, pero al coste de ponerte a ti misma en un estandarte más alto y decidir su breve futuro por él... No soy quien para decirte si lo que hiciste fue bueno o malo... pero creo que como Dioses guerreros debemos evitar impartir juicios apresurados. De lo contrario tal vez terminemos haciendo más daño que bien a las personas de Asgard.

Sin saber que más decir, el hombre de cabello violeta oscuro bajó un momento la mirada meditando lo que el creía correcto, y posteriormente se dio la vuelta y comenzó a dar algunos pasos. Conforme avanzaba no dejaba de pensar en que era mejor. ¿Acabar con aquellos que han hecho el mal y evitar futuros problemas? ¿O permitirles seguir adelante luego de un escarmiento para darles la oportunidad de redimirse? ambas tenían sus pros y contras que lo hacían sentirse perdido en un laberinto. Pero con un simple cabezeo, dejó ese asunto para otra ocasión y decidió enfocarse a la cuestión más inmediata.

- En cualquier caso, no me pareces alguien que tenga que estar lidiando con la inoportuna visita de cazarecompensas, sin mencionar que hay asuntos muchos más importantes para los que necesitaremos de tu apoyo. Iba de camino al pueblo antes de confundirte con esa otra persona... creo que en el camino me encargaré de remover cada uno de esos afiches. "Y yo que pensé que no ocuparía llevar mi armadura al pueblo hoy."

Pude haberle perdonado la vida, sin embargo algo en mi me decía que el no cambiaría, yo no quise lastimar a nadie y nunca supe si ese hombre tenía familia, hijos... Es algo muy difícil para mi, como no puede pensar en eso antes...Le arrebate la vida a una persona  y estoy dispuesta a pagar por ello jamás me lo voy a perdonar.-Puso una mirada algo entristecida por haberse dado cuenta muy tarde de lo que pudo realizar de no haberse dejado llevar por la situación, se podían ver en sus ojos algunas lagrimas que querían recorrer sus mejillas pero Liraz pudo evitar  que eso pasara pues creyó que ya había lucido demasiado débil ante un compañero.


¿Como puedes estar tan seguro de que no soy una persona que merece el titulo que la gente le otorgo? Si hice algo así estoy segura que en algún otro momento matare a alguien más, además no creo que la gente me quiera como protectora, jamás me han visto  portando mi armadura y si algún día lo hacen quien sabe lo que podría pasar, por eso no me he presentado  ante ningún otro dios guerrero además de ti y solo fue por pura casualidad, la única persona que sabe sobre mi es la señorita Hilda.-Liraz observo como el Dios de Megrez se dio la vuelta y le hablo nuevamente.

-No es necesario que hagas eso, solo empeoraría las cosas con las personas del pueblo ya que te relacionarían conmigo y  más aun si llevas tu armadura, creerán que estas del lado equivocado yo no quiero que te metas en problemas por mi culpa.

Se apresuro y con movimientos rápidos se coloco frente a Edzard.- De cualquier forma yo iré al pueblo en este momento, no sé que pienses tu pero eres la primer persona con la que tengo una conversación tan larga te aprecio por no haberte ido y escucharme creo que me inspiras confianza espero poder considerarte un amigo más que un compañero de armas.

-La diosa guerrera le dio una sonrisa al dios guerrero y luego comenzó a caminar. -No sé si aceptes...Quizás no pero como ya te dije iré al pueblo...Vistiendo mi armadura...Creo que voy a enfrentarme a lo que venga, no creo que las personas del pueblo me acepten tal vez hasta traten de golpearme, pero te aseguro que no volveré a descontrolarme, luchare por todas la personas y no volveré a alzar mi mano contra alguien que no sea realmente mi enemigo ¿Vienes? o ¿Prefieres ir por tu cuenta?

El sollozo de la joven así como su negación ante los comentarios comprensivos de Edzard, provocaron cierta aflicción en el Dios guerrero de Megrez, a pesar que su rostro se mantuviera imperturbable, sereno como siempre solía estarlo. Aún así, si antes creía en la bondad de Liraz, ahora se sentía más seguro de ella, ya que una persona verdaderamente cruel no sentiría remordimientos por sus acciones.

-Liraz, llevo mucho tiempo como Dios guerrero. He sido testigo de muchos males así como de aquellos quienes los cometen. Te soy sincero cuando te digo no caes en esa categoría. Puede ser que hayas cometido un error en el pasado y puede que también enfrentes situaciones donde lo correcto no sea tan simple como blanco y negro. Pero es por ese arrepentimiento que tienes ahora, esa voluntad tuya de redimirte que se que la próxima vez decidirás mejor. Eso es también parte de ser un Dios guerrero. Lidiar con aquellas situaciones que devastarían a cualquier otra persona. Y no podemos simplemente escondernos o vivir con miedo luego de cometer un error, sino intentar enmendarlo.

Edzard siguió con su camino con paso parsimonioso de manera intencional, de manera que la Diosa guerrera de Epzilon no tuviera problemas en alcanzarlo y seguir conversando con él respecto a la situación, esta vez acerca de su intención de remover todos los afiches del pueblo. Pero aunque la joven no lo aprobara, el asgardiano de cabello violáceo ya estaba comprometido a esa tarea. Con tantas personas peores en el mundo, le parecía injusto que fuera ella quien recibiera todo el odio colectivo de las personas. Además, como el ya tenía tiempo vistiendo aquel ropaje sagrado, confiaba en poder resolver las cosas con sus testimonios, los cuales no le habían fallado antes.

- No me meteré en ningún problema. Además, las personas deben saber que pueden confiar en aquellos que los protegen. Después de todo ¿Protegiste a esa chica no?

Conforme seguía avanzando, Liraz lo detuvo una última vez, esta vez para decirle que había reunido la voluntad necesaria para ir al pueblo a aceptar su destino. Por lo visto parte de esa decisión había sido a causa suya, lo que lo hizo sentir bastante halagado, aunque su rostro no lo mostrara del todo. Aún así, un pequeño tartamudeo en su voz indicó que esa respuesta por parte de su compañera lo había tomado por sorpresa y dejado un poco apenado, pero fueron solo unos instantes y posteriormente respondió a la petición de la domadora de lobos.

- Iré contigo. Será más fácil si hay alguien más que testifique a tu favor.... "Estás siguiendo el camino correcto Liraz. No permitiré que palabras vacías te hagan trastabillar de tomarlo" Y una vez que terminemos con eso, puedes ayudarme a llevar mis víveres. - Bromeó con naturalidad (algo muy pero muy extraño en él) para tratar de reducir la tensión del momento conforme marchaban a enfrentar el destino de la Diosa guerrera.

Te agradezco las palabras Edzard, no volveré a caer en el mismo hoyo de errores ,no volveré a vivir con ese miedo jamas. -Mientras Liraz caminaba el Asgardiano comenzó nuevamente la conversación dándole un poco de seguridad a la Diosa Guerrera haciéndole saber que el no tendría problemas con lo que planeaba realizar.-Si tu lo dices confiare en que estarás lejos de problemas por mi culpa aunque lo dudo confiare en tus palabras y si protegí a la chica pero eso no quita ni minimiza lo que hice.

Tomare tu silencio como un si Liraz seré tu amigo.-No podía ocultar la felicidad que sintió en el momento, pensó en que ese día no había sido tan malo como los demás pues almenos ahora tenia algo de compañía humana espero ansiosa la respuesta de Edzard sobre ir al pueblo pero también estaba preparada si el chico le decía que no, ella entendía que no era obligatorio aunque se arriesgo, antes de que ella pudiera volver a hablar Megrez Delta se adelanto y hablo primero diciendole que iría con ella.

-Enserio...Genial.-Escucho al pelimorado decirle otra cosa que para Liraz fue divertida.-Bien te "ayudare" con eso aunque creo que deberías ser tu quien me ayude a mi no crees?.-Le regreso una broma un tanto cierta para ella pero de cualquier forma no necesitaba ayuda para cargar sus cosas, o eso pensaba, después de volver a sondearle con inocencia ambos caminaban en dirección al pueblo. Kib comenzó a caminar para seguirlos y Liraz se detuvo, giro hacia el lobo y le acaricio la cabeza.-No puedes venir ahora si te pasa algo esa persona no me lo perdonaría. -Se giro nuevamente y siguió caminando dejando atrás a la manada la cual se disperso por el bosque

Tras ver como sus palabras aparentemente habían logrado tener un efecto positivo en la joven de cabello blanco, Edzard se sintió contento de que se sintiera más tranquila con todo lo sucedido, a pesar que fue él mismo quien provocó que lo recordara; de cualquier forma, ahora que había reunido la determinación para hacerle frente a aquellas personas que tan mala imagen tenían de ella, el Dios guerrero de Megrez no podía hacer menos que acompañarla. Después de todo, debía saber una lección que a el mismo le tomó tiempo aprender. Que la pesada carga de uno es más liviana entre varios.

- Je... supongo que dependerá de quien se surta con más cosas. - Dijo irónico el caballero de armadura zafiro.

Conforme iban acercándose a su destino, Edzard notó como aquel intrigante lobo blanco heterocromo se acercaba hacia su compañera humana posiblemente para brindarle tanto apoyo como pudiera. Lamentablemente, pese que su cerebro canino lo entendiera o no, su presencia solo complicaría las cosas para mantener a las personas del pueblo tranquilas. Y tampoco sabía como podría reaccionar la criatura ante un ambiente hostil... posiblemente con una hostilidad mayor. Afortunadamente, parecía ser que Liraz podía convencerlo de que se mantuviera atrás junto con sus hermanos, quienes retrocedieron y siguieron actuando por los bosques según sus instintos.

- Sí, es mejor que permanezcan ocultos por lo pronto. Hablar con las personas del pueblo rodeados de una manada de lobos dificultaría mucho las cosas... Nunca me había puesto a pensarlo, pero tal vez Grimmjow también tenía problemas para encajar con la gente de las aldeas..."De ser así... me pregunto como él hubiera lidiado con eso."

Pasaron algunos minutos más de recorrido y finalmente arribaron a la orilla del pueblo. Se veía a la gente a lo lejos dando comienzo a sus rutinas diarias. Algunos limpiaban la nieve y ojas de las entradas de sus establecimientos, otros preparaban sus herramientas para ir ya sea de cacería o para conseguir madera y otros tanto simplemente iban a cuchichear con otros chismosos del pueblo para ver de que se enteraban.

- Henos aquí entonces... ¿Lista?

Preguntó el Dios Guerrero para posteriormente, ser él quien tomara la delantera con un imponente paso que demostraba toda su autoridad como Dios Guerrero. Pero principalmente y lo que hacía a Edzard tan distintivo, su gesto gélido que hacía que las personas dudaran más de una vez en dirigirle la palabra, salvo por aquellos que lo conocían y sabían que podían confiar en él. Ahora era cuestión de poder hacer que Liraz también pudiera gozar de aquella confianza.

Jajaja entonces creo que voy a comprar mas cosas para que tu me ayudes... Iba a comprar unos artefactos nuevos pero lo dejare para otra ocasión...Mi daga ya no esta en buen estado y no he encontrado un material resistente que no sea metal para crear una nueva... Y no creo que sea conveniente comprar una en este momento.

Ya en las cercanías del pueblo Liraz comenzó a ponerse algo nerviosa,tembló un poco ya que sintió un escalofrió en su cuerpo pero trato de controlarlo, observo como era la vida en el pueblo, demasiado tranquila por un momento deseo estar allí pero recordó que ese no era su lugar ademas de que no se sentiría muy cómoda con tanta gente.

Escucho al Dios de Megrez hablar y sus palabras la trajeron de regreso al momento, respiro profundo y respondió.-Si, mejor hacerlo de una vez o si no no lo haré nunca. -Cruzo los brazos con una expresión de preocupación pero a la vez se sentía confiada de  al menos tener alguien a lado, divago un poco en su mente, sonrió y dejo salir una risa que duro unos momentos.

Ya dentro del pueblo Liraz no observaba ninguna actitud extraña, se separo un poco de Edzard y camino mirando el pueblo, hasta el momento en el que un joven de aproximadamente 16 años que se encontraba con un grupo de personas le señalo este muchacho tenia en sus manos uno de los afiches de los que la diosa Guerrera de Alioth Epsylon hablo, el niño se quedo perplejo al notar que la chica portaba una armadura era la misma que la del afiche. Hablo bajo susurrando a las personas allí mientras la miraban ella les regreso una mirada indiferente y siguió su camino a paso lento para no perder de vista a nadie.

Era obvio que la llegada de Liraz en la aldea causó cierta conmoción en los habitantes de la misma. Por su parte, Edzard se mantenía vigilando la situación hablando con sus propios conocidos pero sin perder de vista a su compañera o a las personas que le miraban con recelo. El los recordaba después de todo. Esos ojos fulminantes y acusadores que destilaban sospecha y duda por donde se les viera, eran los mismos que lo habían mirado en al aldea de Rodorio en aquella misión en la que acompañó a Saga de Géminis. Fue esa la vez que más fuera de lugar se había sentido, y a pesar que había logrado mantener su aspecto sereno, no era una experiencia agradable. Esperaba que la caballera de Alioth Epsilon pudiera mantenerse serena en aquella situación.

- "Hmp... Creo que es el momento... "

Observando la sitación detenidamente, Edzard notó como mujeres, niños y ancianos permanecían alejados de la joven cuchicheando por lo bajo, mientras que los hombres adultos con aspecto más fornido se miraban entre ellos posiblemente para saber como proceder. Al menos no pretendían hacer una escena pública o algo, pero definitivamente eran cuestionables que sus intenciones fueran pacíficas. Sin embargo, antes de que pudieran hacer algo, el Dios guerrero de Megrez caminó hasta ponerse frente a ellos y les miró severo.

- No pude evitar percibir cierta tensión en el aire. ¿Puedo preguntar a que se debe?

Fue entonces que un hombre, el más grande de entre aquel grupo, se paró frente a Edzard levantando la voz y diciendo que era obvio que se sintieran nerviosos con un asesina en sus narices. El joven de cabello violáceo examinó al sujeto de pies a cabeza, notando algunas cicatrices en su rostro y brazos, una frondosa barba que ocultaba parte de su rostro y unos ojos llenos de indignación que iban en conjunto con su fulminante tono de voz. Pero el Dios guerrero podía facilmente responderle con serenidad por que conocía perfectamente bien al sujeto.

- Yulgar... un mercenario activo como tú podría ser bien considerado asesino en mi libro, pero tu no quieres que hablemos de eso frente a tantas personas ¿verdad? -El hombre mantuvo silencion, mascullando algo que Edzard no alcanzó a entender pero se imaginaba que no era algo agradable. - En fin, como ya habrán visto, los Dioses guerreros tienen una nueva integrante en sus filas. - Anunció al menos hasta que empezó a escuchar un alboroto colectivo, por lo que tuvo que subir su tono de voz para que le prestaran atención. - Quisiera recordarles a todos los aquí presentes, que ni yo ni nadie en Asgard elige cargar en sus hombros la gran responsabilidad que es ser un Dios guerrero. Los ropajes sagrados eligen a sus portadores. El mismisimo Odín decide quienes habrán de ser los Einherjar que cumplirán su voluntad aquí en el Midgard. Claro... si alguien tiene algo que discutirle al padre de los Aesirs, por favor hagánmelo saber.

La autoridad con la que habló el Dios guerrero, así como la información que habia probado tener de aquellas personas que conocía ya sea por su cuenta o a través de los relatos de su tío (O amigos de éste) había hecho que nadie se atreviera a discutirle. Desde luego que había aún murmullos y cuchicheos por parte de las personas y otros tantos aún apartaban la mirada de Liraz o se apartaban de su camino, pero los vendedores parecían estar dispuestos a aceptar llevar a cabo transacciones con ella, aunque no fuese de buena gana. Era comprensible, la aceptación viene con el tiempo.

- Hmp... (Se acerca hacia Liraz luego de haber arrancado unos cuantos afiches y tirarlos a la basura) Discúlpame si te hice pensar que mágicamente haría que estas personas actuarían como si nada hubiese pasado. No soy exactamente el más carismático de nuestra orden... aún así, es nuestra responsabilidad mantener la paz y el orden en estos poblados. Quizás no confíen en tí ahora, pero sé que si sigues haciendo lo que esté a tu alcance para ayudarles, sabrán que pueden sentirse seguros contigo cerca.

Luego de dirigirle aquellas palabras a Liraz, el caballero de Megrez volvió hacia donde las personas con las que estaba charlando hacía unos momentos y resumieron su charla. Los hombres empezaron a reirse y darle "golpecitos" a Edzard en las costillas con el codo, pero este permanecía indiferente y matenía su gesto inexpresivo. Posteriormente sacó el contenido de su mochila y entregó las pieles a uno de los hombres, el cual corrió con ellas hacia su establecimiento, para más tarde volver con una bolsita con monedas, las cual entregó a Edzard.

- Gracias... bien Olaf, espero que tengas mucho surtido hoy. Vamos a necesitar más de unos cuantos víveres. - Comentó relajado para posteriormente dirigirle una mirada a su compañera indicándole que la persona con la que estaba era alguien de confianza.

La situación no dejaba de ser algo incomoda para Liraz, ella se dirigió a diferentes puestos para dar paso a alguna transacción no perdió de vista al Dios De Megrez mientras este se dirigía a un grupo de hombres que no estaban demasiado contentos con la presencia de la chica, pensó en ir hacia él para intentar detener una conversación que no sería del todo agradable sin embargo prefirió permanecer ausente a la platica confió  en las palabras que Edzard le había dicho en cuanto al tema de la reputación injusta se refiriese. La seguridad con la que él hablaba le daba confianza a Liraz, el solo pudo controlar todo el alboroto que se había ocasionado sin necesidad de cambiar su actitud serena, una vez terminado el discurso de Edzard mientras este se acerca a Alioth

-Amm...No hay problema supongo que esa reacción era de esperarse por parte de las personas aquí, ¿Enserio no eres el mas carismático? Creo que aun me falta mucho por aprender de los Dioses Guerreros... Si quizás solo necesito tiempo para acostumbrarme a ellos y ellos a mí, bien voy a esforzarme para que todos confíen en mí.

El Dios Guerrero se retiro y Liraz siguió observando hasta que una voz algo ronca la llamo por su nombre, volteo su cuerpo para ver de donde provenía observo a un anciano en un puesto se dirigió hacia el solo para ver que se trataba de un viejo amigo un hombre que solía comprarle y contratarla, el hombre feliz le sonrió mientras le hacía  preguntas ya que hacía mucho tiempo no había tenido noticias de ella, el hombre se veía curioso al notar que Liraz ahora formaba parte de los Dioses Guerreros, se acerco a ella y le dio unas palmaditas en el hombro.-Ha pasado tiempo Emilt.-le dijo la joven.

-Que es lo que trae aquí tengo muchas cosas para vender siempre y cuando me des lo que busco.-le dijo el anciano.

-Solo vengo en busca de leche para los cachorros de la manada... Su madre falleció hace poco así que tengo que cuidarlos hasta que puedan salir de la cueva.-El hombre le entrega una mochila y algunas bolsas con algo más que solo leche, diciéndole que no solo debe preocuparse por los lobos si no también por ella, en la mochila traían salmones de mejor pesca de la semana varios tarros de miel, leche también carne y algunas barras de pan de esta mochila la joven saco una manzana y comenzó  a comerla, saco una pequeña bolsa de uno de sus costados y saco el contenido era una piedra preciosa la cual le ofreció al hombre.-Este diamante lo encontré dentro de una cueva...Creo que tengo suerte.- Terminada la transacción le anciano le dijo que era una lástima que ella dejara el trabajo pues él tuvo que encontrarse a alguien más para ser contratado.

La Diosa Guerrera observo a Edzard mientras este la miro, ella camino hacia el sin embargo algo la detuvo un hombre  la tomo del hombro impidiendo que siguiera con su camino, miro sobre su hombro a la persona, era un hombre joven con una cicatriz en su rostro.

-Vaya pero mira lo que trajo el destino la chica buscada por asesinato, no creí que tuvieras el valor para entrar al pueblo.

-Mikhail, supongo que eres tu el mercenario que el anciano contrato en mi lugar, no me sorprende que un hombre tan despiadado como tu siga en ese trabajo, no tengo tiempo para perderlo contigo así que si me disculpas.-La chica comenzó a caminar pero el hombre no se quedo allí parado, se posiciono frente a Liraz para detenerla nuevamente

-Dime, nunca te dio curiosidad por saber que paso el día que esa chica fue atacada, me refiero a el porque estas en esos afiches si no había testigos que dijeran nada sobre ti? o eso creías, pues la persona que comenzó tu tan mala  reputación aquí y la persona que te denuncio como asesina fue la misma mujer que salvaste. Acaso ese es el agradecimiento que mereces? Te diré algo, ¿Porque no regresas al trabajo que tenias? Quizás así podamos tener algo de diversión.

-No me interesan tus palabrerías ahora si puedes dejarme avanzar tengo cosas más importantes que hacer.

El hombre en un tercer intento por no permitirle el paso a Liraz le muestra una daga que portaba en su mano izquierda. -Tsk… Crees que vas a impedirme el paso con algo tan insignificante.- Liraz permaneció tranquila mientras hablaba, ella no quería llamar la atención de los demás, sabía que si se movía del lugar el hombre se lastimaría a sí mismo para culparla por lo que solo se quedo allí esperando.

Banda Sonora:

Al ver que un individuo obstruía el camino de Liraz hacia donde él le había indicado, Edzard decidió poner atención a la escena un poco más de tiempo. Parecían estarse hablando, pero era incapaz de escuchar cual era su tópico de conversación. Tenía un aspecto intimidante y su apariencia era la de alguien fornido curtido en el oficio del combate, o por lo menos en una actividad física donde uno pudiera resultar lastimado fácilmente, como cazador. Antes de aproximarse, volteó a ver al vendedor con el que estaba charlando y decidió preguntarle al respecto.

-Olaf... ¿Conoces a ese tipo de allá?

Aquel que conversaba con el Dios guerrero de Megrez dibujó una ancha sonrisa en su rostro ya que conocía ese tono de voz. Era fácil distinguirlo por que era aquel que usaban tanto Edzard como su difunto tío cuando algo no les parecía correcto. En el pasado, que el viejo Roy Magnus hiciera una pregunta con esa entonación seria y con deje amenazante significaba que iba a ocurrir un buen espectáculo donde un malviviente recibiría su merecido, principalmente alguien odiado por toda la comunidad. Pero por la seriedad de su sobrino, no era posible esperar que el actuara de esa manera, pero definitivamente haría algo al respecto.

-Me temo que no. Es un patán, pero creo que eso ya lo supiste con solo mirarlo. A veces viene a ver al viejo Emilt, así que supongo hace negocios para él. Pero de allí, nada.

-Ya veo...

Tras decir ese último enunciado acompañado de un suspiro de molestia, Edzard se movió un poco para estar en otro ángulo y así poder apreciar mejor aquella escena. Más específicamente, el objeto punzo cortante que traía el sujeto en su zurda. Posteriormente volvió con aquel vendedor y le murmuró algo al oído, a lo que de inmediato el hombre respondió moviéndose con rapidez y esparciendo aquella noticia (Independientemente cual fuese) a los distintos aldeanos del pueblo, quienes empezaron a tomar aún más distancia. Una vez que no había civiles demasiado cerca de aquel sujeto, Edzard levantó la voz dirigiéndose al individuo.

- Disculpe buen hombre, pero ¿Qué razón tiene para portar un arma desenfundada con tanta gente cerca? Así inician los accidentes. ¿Por que no la guardas?

Al mencionar aquellas palabras, el revuelo de cientos de murmullos se elevó al aire como una parvada de pájaros. Muchos hablaban a espaldas del tal Mikhail, ya sea sobre lo inconsciente que era o reafirmando su opinión respecto a él de que se trataba de un patán. Sabía que si en esa situación, el sujeto se alocaba y atacaba a Liraz, ella podría ponerlo fuera de combate sin dificultad. Si por lo contrario, el hombre intentaba atacar a un transeúnte inocente, el mismo Edzard ya tenía un par de amatistas con su nombre para impedir algo como eso. Lo importante realmente es que las personas serían testigos de que cualquier cosa que pase, sería consecuencia del mismo individuo con la daga desenfundada.

-"Tal vez sea algo que tengas que aprender a manejar sola Liraz... Pero en lo que te adaptas a tratar con tipos como esto, creo que bien puedo suministrar un par de ejemplos."

No tiene porque meterse.-Le respondió Mikhail.-Este asunto es entre mi amiga y yo y no pasara un accidente lo que ocurra será intencional.-Sonrio.


La tensión subía cada vez más el anciano Emilt solo observaba la situación. Liraz miro a Edzard mientras este trataba de evitar un acontecimiento desagradable, la joven bajo la mirada a la daga que el hombre portaba, le incomodo pero se contuvo.-Oh vamos ¿Porque las cosas tiene que ser así Liraz? ¿Es necesario meter a tu amiguito?Resolvamos esto nosotros no hay porque meter a los demas

De un  momento a otro Emilt se alejo de su puesto para ponerse frente al hombre mencionando que ya sabía a dónde iban las cosas y que por más que el hiciera las cosas no podían resolverse de forma violenta e impulsiva, -Que estúpido anciano.-Dice Mikhail molesto, posa un pie  atrás y el otro adelante preparándose para atacar fuertemente al anciano, cuando este se aproxima para atacarlo Liraz se mueve rápidamente empujando a Emilt al suelo mientras con su mano derecha toma la daga aunque al chica no salió del todo ilesa pues la daga corto su palma dejando salir el color carmesí de su sangre cual mandíbula de lobo Liraz destrozo el arma estrujándola hasta convertirla en pequeños fragmentos.

-Como puedes...Hacer algo así...Atacar a la persona que te da comida, agua y techo, quizás en otras circunstancias habría dejado que hicieras lo que se te viniera en gana pero ya no mas, no voy a permitir que hagas cosas como esta.-La joven esperaba apaciguar la ira del hombre pero este parecía estar más furioso ahora, Mikhail portaba una posición ofensiva y estaba por atacar a Liraz, pero ella con una mano herida estaba dudosa si podía detenerle sin recurrir a medidas violentas.

- Hmp.... (Suspira)

Una vez de que la gente fuera testigo de como Liraz había evitado que el mercenario lastimara a aquel hombre mayor para el que trabajaba y lo hubiera dejado desarmado exponiéndose a ella misma pero sin haber respondido con la fuerza de forma impulsiva, Edzard supo que alargar más aquella escena solo sería demasiado riesgoso, independientemente de que tanto pudiera redimir su imagen la diosa guerrera de Alioth Epzilon.

- "Creo que ya hubo suficiente tiempo para charlas."

En un súbito movimiento que ninguno de los presentes (Salvo posiblemente Liraz) pudo percibir, Edzard apareció de forma prácticamente instantánea detrás del joven llamado Mikhail, a quien asestó un golpe en su cuello usando la parte dorsal de su mano. El Dios guerrero de Megrez no había aplicado mucha fuerza, pero fue la suficiente para dejarlo inconsciente y dejarle un feo moretón en el área impactada. Posteriormente se dirigió a las personas y pidió que fueran a buscar al alguacil de la aldea.

- Disculpen la conmoción damas y caballeros, pero el uso de la fuerza fue requerido para evitar una conmoción mayor. Pero descuiden, no está en peligro... Al menos hasta que se decida su sentencia. Por cierto ¿Emilt? - Dijo dirigiéndose al anciano que Liraz acababa de salvar. - Me temo que  la guardia local también tendrá que investigar que tipo de "negocios" tuvo usted con este hombre. Solo para estar seguros que cargos van a presentarse. Le aconsejo que sí hay alguno del que no se enorgullezca, piense en una buena justificación.  

Concluyó para luego apartarse de la conmoción. Muchos cuchicheaban muchas cosas, aunque el grupo de comerciantes amigos del difunto tío de Edzard reían entre ellos y bromeaban respecto a que hubiera pasado si el viejo Roy se hubiera hecho cargo de la situación. Aún así, les alegraba que alguien hiciera algo al respecto con ese sujeto, quien al haber demostrado su verdadera naturaleza en frente de las personas, era difícil que alguien lo encubriera ahora.

- Te felicito por haber mantenido tanto tiempo el temple -Comentó el Dios guerrero mientras regresaba hacia con Liraz cargando unos vendajes en mano - creo que incluso con mayor serenidad que yo. Pero tampoco uno puede permanecer impasible ante este tipo de comportamientos. Y si el raciocinio no funciona (Le ayuda a su compañera a cubrir la herida de su palma), se tiene que usar la fuerza antes que se llegue a algún extremo. Desde luego, dicha fuerza debe ser controlada para evitar un problema aún mayor del que tenemos que solucionar... En fin... volveré a mis compras. Esperemos no encuentres más "conocidos" tuyos.

Liraz observa el veloz movimiento de Megrez, dejo a Mikhail sin fuerza tan rápidamente que le hizo darse cuenta
de todo lo que le hacia falta por aprender, el control de la fuerza utilizada por Edzard era de apreciarse, ademas logro controlar la situación muy bien, tal como se esperaba de un Dios Guerrero. -No hay problema-Respondió Emilt.-No tengo nada que ocultar los trabajos que este hombre hacia para mi no eran nada ilegal, el solo sabia cazar...No muy bien, siempre lo hacia de forma muy violenta a diferencia de la chica aquí presente que siempre hacia las cosas muy sutilmente.-El hombre callo, recogió sus cosas y se dirigió a las autoridades.-Nos vemos pronto pequeña te dejare en buenas manos.

No me felicites... Hice lo que me sugeriste... Lo que creí mejor... Te agradezco que llegaras pues si yo lo hubiese golpeado las cosas se hubieran puesto peor...Tsk..-Cerro su ojo izquierdo al sentir un punzante dolor en su palma mientras Edzard cubría la herida.- Entiendo... Si vuelve para que termines tus pendientes...Yo, también espero no encontrar a nadie mas aquí ...-Liraz cambia su rostro a una expresión desalentada, las palabras del Dios Guerrero le sonaron a una especie de reclamo dentro de su mente quizás se sentía así debido a que no estaba acostumbrada a conversar o tal vez era por que las palabras le llegaron como espinas a su cuerpo, antes que el hombre se dispusiera a seguir su camino Liraz le lanzo una pregunta- Edzard...Dime ¿No viste el cuerpo sin vida de  un lobo en el bosque hace días?

Como por sexta ocasión esa mañana, Edzard estaba dispuesto a volver a proseguir con sus compras, pero la voz un tanto acongojada de su compañera lo obligó a tener que esperar por una séptima. Ante la pregunta, el Dios guerrero pensó un poco en si recordaba algo como eso, pero estaba tan distraído con todo lo sucedido ultimamente que no se sentía capaz de recordar un detalle tan específico como ese. Sin embargo, luego de acordarse un poco más el día que habían aparecido los siervos de Hades en Asgard, el Dios guerrero de Megrez recordó que en efecto, una víctima había resultado de aquel encuentro. Aquel lobo que había decidido acompañar a la santa de Virgo y que fue atacado por la espectro.

-Hmp... Solo recuerdo haber visto uno. En el claro oculto en la parte noreste del bosque. ¿Lo conoces?

Luego de que comentarle a Liraz respecto a la locación, le dijo que de momento no podía decirle que había sido del lobo, ya que si quería ser más específico, tendría que hablar más alejado de los habitantes del pueblo ya que no quería alarmarlos. Aún así, decidió sintetizarle de la mejor manera que se le ocurrió aprovechando que la Diosa guerrera de Epsilon estaba al tanto del evento en el cual su amigo canino había perecido.

- Dígamos que hubo ciertos visitantes en el bosque el otro día... ya sabes esos que tú "mencionaste" cuando te encontré. Bueno, fue su culpa. - Dijo con sutileza pero tratando de hacer notar que no debía decir la palabra espectros en voz alta. Y no por que la gente supiera a que se referían con "espectros" pero por sí misma era una palabra con cierto grado de ocultismo que pudiera provocar cierto revuelo.

Si es ese lobo del que hablo, se separo de la manada para seguir a alguien y luego lo encontré muerto. -Dijo con voz seria.- Entiendo...Bien ya no te molestare mas continua con lo que estabas haciendo, espero después encontrarme con esas personas...Tsk..."Pero que estoy pensando"

Mantuvo su voz calmada mientras hablaba, se dio la vuelta para continuar con una ultima compra, estaba pensando en salir del pueblo pronto aun si Edzard no se daba cuenta, pues ella comenzaba a sentirse incomoda tanto por la presencia de las otras personas como del mismo Dios Guerrero. Comenzó a sentir cierta tensión entre ambos por lo que para no poner las leña al fuego prefirió callarse.-Creo que ya dejare de molestarte, terminando de comprar lo ultimo que necesito me iré pero quiero que tengas esto.- Liraz se acerca le toma su mano izquierda y le pone en esta una especie de collar a Edzard, tenia una larga cuerda negra sosteniendo una pequeña piedra blanca que tenia la forma de un lobo blanco.-Suponiendo que lo aceptes y no lo arrojes lejos, este collar podría servirte, con mis lobos y con las manadas que son mas salvajes.

Liraz se dio la vuelta y se dirigió a un puesto pequeño donde vendían armas de caza, revisa cada una, toma una daga en su mano  izquierda y corta un poco el aire con ella para escuchar el sonido, y observar el brillo que el sol ejerce sobre la daga.-"Refleja el sol...No es bueno para la caza" pasan segundos y termina de revisar las dagas, pasando a los arcos y así sucesivamente hasta terminar.

- Solo ten cuidado. No sería bueno que sean ellos quienes te encuentren a ti.

Edzard vio que Liraz continuaba con sus compras por lo que él se dedicó a hacer lo mismo. Ya había comprado lo que necesitaba y depositado en una canasta que le ofrecieron para que su comida no se ensuciara al colocarla en la misma mochila donde había puesto las pieles de animal muerto. Ya que hubo terminado, se aproximó hacia donde su compañera para ver como proseguía, pero esta se adelantó y tomo la palabra, diciendole que ya podía irse y que ella continuaría por su cuenta desde aquel punto. Aún así, aprovechó para darle un collar al Dios guerrero, ya sea como símbolo de amistad o gratitud.

- No me atrevería a tirar la posesión de alguno de mis compañeros "Principalmente por que nunca me dan nada." Agradezco mucho el presente Liraz... "Aunque yo no creo tener ninguna posesión digna que obsequiar. Que no sean comida o dinero." - Pensó un tanto apenado por no poder ser recíproco con su compañera.

Luego de que la Diosa guerrera de Alioht Epsilon le hiciera entrega de aquel Obsequio al Asgardiano de cabello violeta, ésta aparentemente ya se disponía a partir, mientras que Edzard pensó que bien podría hacer lo mismo. No obstante, al ver que ella se detenía en una última tienda, se quedó un poco pensativo y luego decidió esperarla recargado a la pared de aquel establecimiento donde acababa de entrar. Una vez que saliera, le diría.

- Casi olvido nuestro acuerdo... Aparentemente vas más cargada de cosas que yo. Por lo que acepto los términos de lo que yo mismo dije y supongo te ayudaré a llevar algunas.

No te preocupes por eso si acaso me los encontraría de regreso a casa....Pensándolo bien no
tomare el atajo que conozco... Decidido...Me iré por el camino largo.

Liraz se contuvo fuertemente ya que en el fondo era el primer amigo que ella tenia, el hecho de que el  le agradeciera le dio felicidad a la joven, dibujo una sonrisa.-No me agradezcas eres una buena persona Edzard, eres la primera que logra sacarme de mi cueva...Espero lo conserves y si algún día muero en batalla por Asgard, me recuerdes por medio de ese obsequio.-Le vuelve a sonreír.

Una vez que la chica termino lo que tenia que hacer, salio del establecimiento pero se encontró con que su compañero no se había ido si no que se quedo a esperarla.- Amm...No es necesario que lo hagas.-Dice mientras carga una bolsa en cada mano,su mochila en la espalda y un arco en su hombro.-No compre daga nueva...*suspira*-No había ninguna que me resultara útil supongo que no tengo suerte.

Comienza a caminar a paso lento esperando al Dios Guerrero de Megrez, mira sobre su hombro observando el pueblo que hace tiempo ella no visitaba

- No digas eso Liraz... - Comentó al escuchar la alución de la Diosa guerrera a su propio fallecimiento. - - Es cierto que todos estamos en peligro de dejar este mundo tarde o temprano, especialmente por los peligros que debemos enfrentar... pero si el momento ha de llegar, mejor no evocarlo antes de tiempo... Ya tengo más de un par de conocidos que no volveré a ver, no quiero pensar en si voy a perder más. "Aunque sería la primera persona que me deja un presente para recordarle. "

Nuevamente, cuando la encontró abandonando el establecimiento de armas, Edzard escuchó un deje de decepción en la joven cuando ésta expresó que no había podido comprar ninguna daga nueva. Ahora que recordaba bien, en su camino al pueblo ya lo había comentado, la anterior aparentemente ya se había desgastado con el uso y buscaba una nueva que le permitiera seguir con su oficio de cazadora. Pero aparentemente ninguna le había convencido.

- ¿Tienes esa daga a disposición Liraz?.

En caso que la joven le dijera que sí y le hiciera entrega de la misma, el Dios guerrero de Megrez la tomaría entre sus manos revisando el filo, el material y el grosor. Luego de examinar detenidamente el arma blanca, pasaría su mano por sobre esta al mismo tiempo que emanaba un fulgor violeta de palma. Poco a poco, aquella cuchilla se vería bañada en un bello lustre rosado dándole una nueva tonalidad cristalina.

- Es un truco que me gustaba hacer antes, pero luego de ver que la gente no era suficientemente cuidadosa con ellas, decidí dejar de hacerlo. El arma ahora está recubierta en amatista, el mineral que soy capaz de manipular. Tal vez el filo no sea lo más excelente, pero es mejor a como estaba antes. Además, ahora tiene la propiedad de drenar energía vital de todo lo que entre en contacto con la daga, por lo que asegurate de sujetarla del mango.

Explicaría el Asgardiano de haberle Liraz permitido modificar su daga. En caso contrario, simplemente le diría que en el futuro a lo mejor podrían volver para comprar otra.