Tan frio como la piedra /Acropolis/mision(kyros de fenix/libre)

Una reunion, y con ellos diversos planes y estrategias fueron las que se planearon, diversos puntos de opinión que dieron de esa junta algo rico en información, metódicamente algo que Saren había estado haciendo desde un, desde aquella conversación con Gardna sobre la aparición de un espectro, hasta el mismo encuentro que había traído la aparición de un minotauro en las ciudades cercanas a Atena, dejaba pensante a la escama de sirena, algo tenían que ver los espectros, luego de tener cierta temporada sin aparecer y junto a eso las bestias que habían aparecido y ahora parecían desatados los espectros; Saren dentro de su meditación comenzaba a relacionar todos los eventos, recordaba sus conversaciones con su maestro Sorrento el cual donde había peleado con una bestia en la cual al final el dios Poseidon había intervenido solo para sellar una especie de entidad la cual controlaba a lo que fuese que había aparecido hace meses.

Sabia que todo esto estaba relacionado, todo estaba uniéndose desde el principio como eslabones de cadena, ella lo sabia pero no había una manera de relacionarlo realmente solo hacer conclusiones y confirmaciones con la reunión de hace apenas unas horas, algo estaba mas que claro, los titanes ya se encontraban en tierras atenienses mas realmente no habian atacado directamente, los verdaderos objetivos eran los dioses y en cambio se tomaban la molestia de enfrentar a los santos, la pregunta era ¿por que? .

El dios Poseidon mando a llamar por medio de un soldado razo a Saren la cual no dudo en asistir, en esta convocatoria debía apoyar a un aliado ateniense pues habia diversos sucesos que debian tratar, un poblado cercano se encontraba en medio de un ataque, aparentemente era una bestia mitologica conocida como Medusa; estuvo esperando por un rato quien se supone iría enviado por Atenea para aquella encomienda especial, se recargaba sobre los pilares de aquellas ruinas que se encontraban cerca de ahí, luego de un rato lo vio aparecer en la entrada donde le estaba esperando, sonrío, inclino ligeramente la cabeza a modo de saludo.

-andando-fue lo único que expreso al tener al joven castaño cerca.

Saren comenzó a caminar en silencio en dirección a la ciudad , el ambiente era silencioso en palabras mas podía escucharse resonar las armaduras con cada paso dado, la joven marina no era de gran palabra, prefería callar y meditar, tras haber avanzado 2 kilometros defidio hablar al final

-supongo que sabes a que te enfrentas, la leyenda cuenta que, las tres Gorgonas, llamadas Esteno, Euríale y Medusa, eran hijas de Forcis y Ceto, dos de las distintas divinidades del mar, que además eran hermanos. La apariencia de estas tres criaturas provocaba miedo y espanto pues no sólo tenían serpientes en vez de cabellos, sino que también tenían su cuerpo cubierto de escamas de dragón, colmillos de jabalí en sus bocas, manos de bronce y alas de oro, las cuales pesaban tanto que con ellas no podían volar. Aunque lo peor de todo, lo más temible, era que si las miraban directamente a los ojos te convertías en piedra; si vamos combatir debemos tener un plan de entrada, ir a ciegas e improvisar no siempre es la mejor manera de abordar un problema, ahora bien ¿que fue lo que tu diosa te encomendo? -pregunto con interes

El joven le parecía muy joven y si no se equivocaba parecía ser un rango bajo, posiblemente estaba en un error pero anteriormente había convivido con caballeros de plata y bronce, lo que a su ves indicaba menos experiencia que lo habitual ; la ciudad de Acrópolis estaria desierta quiza escondidos o vueltos piedra, al menos eso imaginaba con lo que sabia de parte de lo que su dios le habia informado, pero buscaria escuchar la opinion que tenia el santo de bronce

La reunión había tenido gran impacto en el joven santo no solo por la presencia de entidades superiores, ídolos y nuevos aliados, sino por el tema que se había tratado en la misma. La existencia de los titanes no era un secreto para él, había estudiado suficiente de mitología al respecto, pero saber que ahora eran los enemigos e los santos y los marinos simplemente parecía poner los mitos en otro plano. Pero no era temor lo que había llenado su cuerpo, o bueno tal vez en un inicio si era eso, más había madurado y despertado algo en él, una flama que ardía diferente al cosmos de muchos dorados. Ellos pensaban en proteger a Athena y el Santuario por sobre todas las cosas, y no podía recriminarles pues ese era el instinto que todo caballero tenía que tener, sin embargo el tenía un instinto que superaba por mucho el amor por su diosa y era el instinto de guardián que le hacía pensar antes en la humanidad, en los débiles e inocentes. Athena era su diosa, pero como toda diosa tenía gran poder y un ejército listo para defenderla, no obstante los humanos que no formaban parte de este ejército poco podrían hacer ante la amenaza de los Titanes y las bestias que con ellos habían despertado, y él encontraba el velar por su bienestar como su gran prioridad, aun si con ello terminaba siendo el único en encarar a estas criaturas.

Por dicho motivo fue a presentarse con Athena para ofrecerse en la lucha de avanzada contra las criaturas mitológicas que asediaban a las civilizaciones humanas. Respetando sus sentimientos y con la sabiduría y justicia que la caracterizaba, Athena no dudó ni un segundo en darle al chico una tarea que estaría acorde a su fiero espíritu. Destruir la amenaza de la legendaria Medusa, una de las tres hermanas gorgonas que más que conocidas por su fealdad y peligrosa actitud tienen una mirada cuyo renombre de peligrosidad es tan único como su efecto, la maldición de la petrificación. Si bien dicha tarea era temible, el corazón del ojiverde no cedió ni un poco de terreno ante la idea de salvar a todas aquellas inocentes personas que habían caído presa del funesto conjuro de la petrificadora. Además estaba el hecho de que durante la misión sería acompañado por un general marino, y es decir acompañado puesto que dicho personaje, claramente superior en rango y poder por el puro título, había sido víctima de un reciente encuentro con uno de las deidades que habían ocasionado tal nivel de caos en el mundo. Aquella persona era el general marino representante de la Sirena, un enemigo peculiar para la criatura puesto que se trataba de otro ser mitológico conocido por encantar a sus víctimas.

- Athena me encomendó la vida de todas las personas de la ciudad. Esa es mi prioridad y para liberarlos haré lo que sea necesario - Musitó el joven mientras hacía lo que podía para seguir el paso de su acompañante, notando rápidamente como en vez de compañeros de batalla la cosa se volvía mas una relación de enseñanza y aprendizaje, algo así como una tutora que enseguida intentó probar los conocimientos y determinación del santo de bronce. Pero el Fénix no tenía cabeza para probarse, no tenía tal inteligencia y frialdad de cabeza como para pensar que sus respuestas serían analizadas por su colega y superiora, en su mente solo estaba la idea de enfrentar a la bestia y exterminarla, aunque no podía negarse que el saber de sus lúgubres poderes complicaba por mucho la manera de conseguir su objetivo... hasta que...¿Ir a ciegas? La chica había dicho algo que no sonaba tan descabellado.

- Si esa criatura puede petrificar a quien la vea directamente a los ojos... ir a ciegas es la única solución, ya sea para ella o para nosotros - Sentenció sonriente, una idea había aparecido en su mente pero necesitaba los medios para llevarla a cabo, y su tiempo se acababa. a la distancia empezaba a asomar la gran ciudad y con ella un paraje desolado lleno de estatuas humanas que rápidamente se combinaba con las edificaciones para hacer de la vista un mundo tan vacío como hermoso. Ni con la llama de su corazón ardiendo al máximo pudo evitar frenarse para ver el gesto de una pequeña niña que había sido inmortalizado gracias a los artilugios de la mitológica Gorgona. Ver las lágrimas convertidas en peniques, el grito ahogado en un lamento eterno y pensar en que eso era la tortura que azotaba a ya casi la mitad de la población no podía más que quebrar la mente de cualquier individuo. Más no la de un santo, y por ello lo único que se obtuvo como respuesta fue el cerrar de un furibundo puño - Esos malditos titanes... se creen dioses pero solo son unos sádicos - El odio era evidente, no solo en su gesto o en sus palabras, sino en su cosmos que ardía con el calor de su ira. Pero enojarse nunca era productivo, y sin darse cuenta su plan ya había pasado al olvido debido al descontrol de sus sentimientos.

- Pero antes de llegar a ellos primero debemos acabar con sus vasallos.

Comentó una voz en la proximidad del área donde se encontraban tanto el santo de bronce como la general marino. Ya más recuperado por la contienda contra el titán del relámpago negro, más los vestigios de aquel combate aún visibles en su rojiza armadura, hacía acto de presencia un individuo que bien pudo haber sido visto como otro de los monstruos a dar caza. Cubriendo con su sombra a ambos guerreros, hacía acto de presencia el colosal santo de escudo, quien se movía con cautela luego de haber dado con los otros participantes de la misión.

- Me enteré de lo sucedido aquí y vine en cuanto me fue posible...Aunque con Lady Saren aquí las cosas deben estar bajo control, pero considerando la entidad que ha causado este caos, supuse que yo contaba con algo que pudiera ayudarles.

Enfatizó mientras volteaba la mirada a su enorme escudo, con el cual fácilmente podría cubrir su vista y al mismo tiempo protegerse de lo que la medusa pudiera hacerle. No obstante, si el adoptaba el rol de defensa, caía en sus compañeros la responsabilidad de hacer un ataque mientras la atención de la criatura estuviera fijada en el santo de plata. Desde luego que toda acción debía llevarse a cabo con suma cautela o de lo contrario alguno de ellos podría ser petrificado.

- Lo mejor será que avancemos con cuidado. Si gustan puedo ir adelante y que mi persona bloquee a la criatura de su campo de visión.  

Sugirió el santo defensor de los marinos, a la vez que colocaba su escudo delante de él y avanzaba con cuidado enfrente de Kyros y Saren, con el fin de que el estableciera el contacto con la criatura. Por su parte, Gardna trataba de guiarse viendo solamente el suelo o dando rápidos vistazos a su escudo tratando de distinguir los reflejos que se proyectaban en él, aunque era algo complicado interpretarlos dado que a diferencia del antiguo héroe Perseo, el suyo no estaba completamente diseñado para reflejar imágenes cual espejo. Igual esperaba que sus compañeros estuviesen alerta agudizando tanto sus oídos como su percepción, en caso que sintieran algo acercarse sin tener que voltear a verlo.

La joven portadora de la escama de sirena había dado un sermón al joven castaño pero no era realmente su intención simplemente intentaba explicarle con lo que se estaba enfrentando, no era buena para enseñar por lo que solo se limitaba a recitar básicamente lo que había leído en algunos libros, este era el caso de aquella mítica criatura que volvía a quien le mirara en piedra,el camino parecia largo sin embargo al ser un poblado cercano, el tiempo suficiente para ponerse de acuerdo o por lo menos intentarlo dado que el joven no parecia tener idea de que es con lo que estaba lidiando, sobre todo cuando era presa de el enojo al ver a tanta gente dañada por la presencia de la mitica gorgona, seguia su camino escuchando cada palabra que el santo de bronce le decia, entendia el sentimiento que este tenia para con la gente del pueblo que se veia afectada mas no encontraba la manera de explicarle que probablemente no soportarian el ataque de una criatura como de la que tenia conocimiento, si bien se trataba de mantener a la poblacion lo mas segura posible, su arribo habia llegado antes que los mismos caballeros.

-La prioridad es detener a la gorgona jovencito - respondio con un tono seco y sin emocion, no conocia el nombre de aquel caballero por lo que prosiguio a preentarse como era debido

-Soy Saren de Sirena- respondio una vez mas

Si bien ella sabia que los habitantes de dicha poblacion debian ser protegidos el detener al enemigo se hacia una prioridad principal si lo que se buscaba era proteger a aquella gente inocente, no esperaba que lo entendiera pues posiblemente no lo veria de la misma manera que lo veia ella, mas no se podria a discutir por cosas menores como esas

-Ir a ciegas es osado y un poco...- la palabras de la joven peliviolaseo fueron interrumpidas por una mas, la presencia de el santo de escudo fue lo que dio pasa a lo que tenia por decir la escama marina, en parte se vio alegrada pues el caballero de escudo parecia ser un buen equipo con ella, parecia que se habia tomado en serio su papel como guardaespaldas, quiza en algun momento se lo habia dicho o solo se habia quedado con la idea, pero tal parece que no necesitaba decirselo cuando el mismo ya habia actuado de dicha manera

-escondernos detrás de un escudo no sera suficiente para detener a esta criatura, de las tres hermanas esta es la mas despiadada y peligrosa, si queremos detenerla debemos llamar su atencion- respondio poniendose en frente del escudo de Gardna

Esta era una accion iprudente quiza , pero la joven tomaria riesgos, tocaria la flauta para atraerla con esto manteniendo los ojos cerrados en todo momento, no necesitaba ver lo que tocaba con un instrumento que conocia a la perfeccion, las ondas sonoras le servirian tambien de guia, si se acercara algo ella lo sabria con ayuda de estas emitidas por la flauta, una dulce melodia comenzo a cubrir el lugar, tranquila e impecable era lo que se oia por parte de Saren, fue en ese momento cuando se escucho la risa burlona de aquella criatura, la gorgona era rapida, pudo escucharle correr en direccion a la amazona, las serpientes de su cabello siseaban al unisono que lo hacia ella.

La gorgona con sus afiladas garras de su mano diestra lanzo un sarpazo en direccion a Saren, a dicha velocidad ella intento esquivarlo mas las heridas de la batalla anterior con el titan aun estaban latentes en su cuerpo, un cuerpo adolorido y dañado por la electricidad de ese rayo negro, un cuerpo que no pudo ser lo suficientemente rapido para esquivarlo, aunque se habia hecho a un lado eso no basto para librarse por completo, el impacto de este hizo que Saren cayera al suelo, ni con las onda de sonido producidas por Saren pudo preveer aquel ataque de su parte, en cuanto esta volvió a lanzarse hacia la marina, esta levanto las piernas y con el impulso golpeo a la gorgona en el estomago, lo que dio solo espacio para que volviera a tomar su flauta y creara su circulo defensa para repeler por un momento a medusa de su ataque

La ira había cegado sus sentidos por un momento, no solo por hacerle olvidar la conversación, los riesgos de la misión y aquel diminuto plan que en su cabeza se había formulado, sino que también había hecho que perdiese la noción de sus alrededores a tal grado que la aparición de una sombra gigante a sus espaldas, capaz de engullir su cuerpo y más en las tinieblas, le causó tal impresión que tuvo que saltar hacia atrás por mero instinto y posicionarse de manera defensiva antes de poder ver bien de quien se trataba. De haber sido un enemigo probablemente hubiese quedado indefenso ante un ataque sorpresa, para su fortuna tanto la voz como aquel amable cosmo pronto revelaron lo contrario de dicho personaje, y una vez que sus ojos pudieron acostumbrarse al sol golpeándolos pudo apreciar la galante figura del más colosal de los santos de plata, el caballero del Escudo que, al igual que muchos otros, tenía un juramento hacia Poseidón en vez de Athena. Algo que aunque no podía compartir hacía lo posible por respetar, principalmente por la alianza que los dos dioses terrestres habían llevado a cabo por el bien del planeta.

El impacto de ver a tan impresionante personaje hizo que por un momento ignorara las palabras de sus dos superiores en la misión, sin embargo hubo una palabra en particular que llamó su atención y le hizo recobrar los sentidos solo para actuar impetuosamente hacia el infractor del "crimen" verbal hacia su persona - ¿Jovencito?... Soy un Caballero, Kyros de Fénix! - Musitó altanero hacia la general marino, claramente molesto por la denominación que él consideraba era despectiva y diminutiva, algo que no permitía ni de los santos dorados. Su ímpetu le llevó a ignorar un poco los planes que ambos guerreros habían formulado para la misión por lo que en cuanto la chica empezó a crear una hermosa melodía con su flauta se sintió severamente extrañado. Estaban en las puertas de la ciudad por lo que debían evitar perderse en las calles, podía entender perfectamente el razonamiento tras el cual la chica había optado por llamar a su objetivo. Más algo no le agradaba, un mal presentimiento reinaba en su interior. Tal vez su sexto sentido le decía algo, tal vez su cosmos... o tal vez su armadura. Lo cierto es que alguna estrella guardiana le decía a sus sentidos que tuvieran cuidado.

Pronto sus instintos se manifestaron con la figura de aquella serpentina criatura. El arrastrar de su cuerpo era tan veloz que solo podía ser superado por los santos de oro y sus iguales, tal vez igualado por los caballeros de plata pero sin duda la velocidad común de los de su estirpe era inferior a los de aquel temible ser. En aquel momento recordó el terror en los ojos de la mujer, bueno si es que podía catalogarse como tal, por lo que intentó apartar la mirada de ella. No obstante escuchar el mover de los pasos, sentir la presión que el instinto asesino de aquel mitológico ente formulaba y la simple duda de saber que pasaría con su superiora le llevaron a observar atentamente el inmediato intercambio entre ambas féminas. Sorprendido por la velocidad de la bestia y por la rápida reacción de la chica no pudo más que quedarse sorprendido, estupefacto y sin reacción obvia hacia la Gorgona. No estaba muy seguro de si su intervención era oportuna... tenía que esperar, tenía que confiar en el general, en que la oportunidad aparecería.

-¡Ojos al suelo!

MUSICA escribió:

Fue la advertencia que el santo de Escudo sintió la necesidad de exclamar una vez que sintió la agresiva presencia de una cuarta entidad en las cercanías. Podía sentir su instinto perverso asechándolos, así como el tenue sonido de su arrastrar por el piso, haciéndose aceleradamente más y más fuerte, hasta que no había ninguna duda de que aquella criatura a la que buscaban, los había encontrado a ellos. Pese a que era parte del plan de Saren atraer a la gorgona, lo que no esperaba Gardna es que esta fuera lo suficientemente rápida para igualarse a los movimientos de la general marino de Sirena. ¿O acaso era la general quien no estaba moviéndose a la velocidad necesaria para encarar a la criatura?

Pensamiento de Gardna escribió:-... A menos que... Lady Saren... ¡Aún no se haya restaurado de su pelea contra Coeos!

El que había sido testigo de la habilidad del combate de Saren en la pelea contra el titán del relámpago negro, estaba plenamente consciente que no estaba luchando de la misma manera que contra aquel enemigo. Tratándose  de alguien más como la general de Scyla, posiblemente Gardna pensaría que era solo exceso de confianza, pero para alguien tan fría y calculadora como su actual compañera, quien no se le conocía por tomar riesgos innecesarios (Salvo que fuera tremendamente necesario), intuía que posiblemente aún no recuperaba sus fuerzas. Es allí donde entraba él.

-¡DRAINING SHIELD!

Cerrando sus ojos y confiando en que podía aguantar algo de castigo por el equipo, el santo de Escudo ejecutó su técnica insignia, aquella donde un aura de cosmos emanada desde su escudo atrae los ataques que el decida a su persona, principalmente a su escudo. Aunque la medusa estuviera decidida a seguir atacando a Saren, los efectos de la técnica de Gardna la obligarían a cambiar su blanco de ataque, cosa que seguramente le causaría mucha frustración. Lo que el santo de plata no había considerado era la brutalidad con la que aquella criatura atacaba con sus zarpas y colas; si bien la mayoría de los ataques eran bloqueados por el escudo, la gorgona encontraba fallas en la defensa del plateado, especialmente por que este no podía ver donde podía ser atacado, y el constante sonido de tantas serpientes distraían con sencillez su percepción.

-Nggg... ¡Intenten atacarla ahora! ¡Tiene que ensañarse conmigo un poco más!

Exclamaría mientras intentaba torpemente sujetar a la medusa con su mano libre, fallando en cada ocasión debido no solo a que se negaba a usar sus ojos, sino también que la criatura se movía ágilmente para evitar ser tomada por el caballero. Tenía que esperar a que sus compañeros entraran a la ofensiva tras la distracción que había logrado conseguir, y una vez que lo hicieran, el podría dejar momentáneamente su rol de escudo para convertirse en un mazo.

El haberle llamado Jovencito al muchacho de cabello castaño provoco cierto fulgor en el comportamiento del mismo, algo que al final solo lo tomo como mera respuesta de parte de su personalidad, en realidad no deseaba menospreciarlo con ese adjetivo fue una menera de llamarlo al no conocer su nombre, después de todo no conocía del todo a los caballeros de plata, bronce ni dorados al servicio de Atenea, su mirada se perfilo a la gran sombra que comenzaba a llegar a ese lugar, se trataba de quien se habia convertido de alguna manera en su guardaespaldas o de esa manera es que lo pensó Saren al tenerlo constantemente tan cerca y a la naturaleza de su armadura.

Pronto habían comenzado la batalla, Saren había sido derribada por la Gorgona cuando intento enfrentarla con la música proveniente de su flauta, si bien se había mencionado aun seguía resentida en el aspecto de que habiendo combatido con uno de los titanes que amenazaban al santuario aun no se había recuperado del todo, mas su necedad de seguir así tuviera que dar hasta las últimas fuerzas por defender el lugar del cual se hacía cargo su dios de proteger así lo haría.

Saren debía pensar en una estrategia que pudiera detener con mucho más eficiencia el movimiento de la Medusa que fiera seguía arremetiendo contra la general marino, imposibilitada de abrir los ojos solo podía guiarse por el siseo y el movimiento que esta realizaba al mover su serpentino cuerpo, el santo de plata dio una orden, lo cual intuyo que era para el joven que venía con ellos, un joven que podía ayudar en esto, ahora tenía un plan en mente, pero para ello debía acercarse nuevamente a donde se encontraba el Fenix, su compañero Gardna parecía haberle leído la mente ejecutando su técnica escudo, eso obligaría a la mujer con cuerpo de serpiente atacarle directamente a el, abriendo un espacio para que Saren pudiera levantarse rápidamente y a gran velocidad pudiera dirigirse justo detrás de nuevo del caballero de escudo, la cola de la Meduza se movio en un intento de atacar también a Saren pero esta dio un salto lateral golpeando con sus pies una de las paredes de una casa que estaca a dos metros de ella y asi tomar el impulso necesario para caer justo a un lado del joven caballero de bronce

-Resiste Gardna! - le pidió la santa marina

-Kyros es tiempo de que actúes, se que podras hacer lo que te pido si te esfuerzas lo suficiente, necesito de tu fuego fatuo, de ser posible que la rodees , o rodeanos junto a ella, no soportara el calor y creara una distracción para la bestia- le explico rápidamente

Si salía bien lo que habia planeado no solo el fuego crearía distracción para la Gorgona si no también habría sombras que seguir con el iluminar de las llamas sobre el suelo, el fuego podría ser una buena alternativa para entretenerla, lo que Saren quería con todo esto es que pudiera tener un espacio para usar su técnica cortante por sobre la criatura mitológica, sabria que no seria sencillo, el sin fin de serpientes que tenia en su cabello le mantenían alerta, podría terminar con todas ellas o dejar ciega a la misma Gorgona, pero eso seria imposible si sus compañeros no le ayudaban del todo, esperaría a que el joven de bronce se pusiera en movimiento para comenzar ella con lo que tenia planeado, esperando que diera todo resultado

El embate de la medusa había sido salvaje y brusco, pero no precisamente la más intensa de las golpizas que hubiera ya recibido. Se trataba de un sujeto que había sido golpeado por un santo dorado, un monstruo gigante y más recientemente uno de los mismísimos titanes. Con todo ese historial de supervivencia, la medusa no era precisamente lo más formidable que hubiese enfrentado, mas la limitante de no poder abrir sus ojos ni defenderse adecuadamente la colocaba en un lugar elevado en su top de amenazas.

PENSAMIENTO DE GARDNA escribió: -Resiste Gardna. Debes conseguirle más tiempo a Lady Saren y al caballero de bronce.

Escuchó atento como Saren pedía por la asistencia de Kyros en el combate para ejecutar un muy buen plan. Aprovechar las sombras del fuego y además limitar el movimiento de la medusa a no ser que quisiese verse chamuscada. Era una excelente idea que de haberse llevado a cabo, posiblemente hubiera garantizado el triunfo... Lamentablemente, la criatura aparentemente comprendió lo peligroso que era dejar al grupo de caballeros llevar a cabo dicha operación, puesto que en cuanto Saren terminó de divulgarlo, la criatura arremetió feroz contra el santo de Bronce, dejándolo fuera de combate antes de que pudiera hacer su tan importante participación.

- Plan B.

Aprovechando la distracción de la criatura, Gardna abrió momentaneamente los ojos mirando fijamente al piso, tratando de tener una mejor idea de donde estaba su oponente, previniendo cualquier contacto visual; afortunadamente, la medusa estaba dándole la espalda en ese momento, por lo que era el mejor momento para llevar a cabo su propio plan. Sus ojos se cerraron nuevamente y basándose en su memoria y otros sentidos, corrió a una velocidad extraordinaria para alguien tan grande, apareciendo justo detrás de la criatura, sujetandola de su cuerpo de serpiente con solo una mano.

- Préparese Lady Saren, la necesitaré para que remate a este monstruo.

En cuanto dijo su enunciado, el cuerpo de Gardna literalmente se propulsó hacia los cielos, con todo y la gorgona aún sujetada por su colosal mano. Desde luego que la bestia mitológica se retorcía, atacaba ferozmente a su captor con rasguños y mordidas, tanto de ella como de sus retozantes amigos de su cabello, pero gracias a que estaba sujetada al brazo con el que portaba el escudo, poco podía hacerle. Y lo que sí podía, el santo de plata lo aguantaba ignorando el dolor y su bienestar físico. El triunfo de su equipo era más importante que eso.

- ¡MEGATON HAMMER!.

Exteniendo su brazo hacia abajo, Gardna azotaría con todo el peso de la gravedad y suyo propio a la medusa, dejando un enorme crater en el área. Pero no sería suficiente para terminar con ella. Una vez que aterrizara, el súbito cambio de cielo a tierra lo dejaría un tanto desorientado y si la gorgona era capaz de levantarse nuevamente, sería un blanco fácil. No obstante, confiaba en que su compañera aprovechara esa oportunidad para darle fin de una vez a aquella amenaza.

Saren se vio frustrada por primera vez, no había sucedido ni con la pelea con el titán donde las probabilidades eras mas en contra que a favor, como debía de esperarse el joven fenix era inexperto en la batalla , notándose claramente al no premeditar el ataque de la gorgona y así evitarla, de un solo golpe lo había dejado inconsciente, solo quedaban Saren y Gardna, el elemento sorpresa se había perdido con la caída de uno de los elementos y el cuerpo de la general marino parecía estar resintiendo los golpes de la dura batalla anterior, sus movimientos se veían menguados por el agotamiento , mas no era algo que le detuviera, si por algo era conocida Saren era por su determinación.

-Plan B- repitió ante las palabras de su compañero, sabría que buscaría una brecha en el camino de la criatura y atacaría y solo hasta ese entonces ella actuaría.

Saren solo observo y calculo el tiempo de caída, elevando su cosmos a su máxima potencia, saco su flauta nuevamente, tomándola por un extremo re dirigió todo su potencial a esta, solo había una oportunidad , habiendo calculado previamente la caída y los movimientos tanto de su compañero como del enemigo, poco necesitaba ver, en cuanto hubo caído la general marino movió rápidamente su brazo en paralelo y una luz en forma de navaja apareció frente a ella, se trataba de su ataque punzó cortante, semejante al de el santo de Capricornio, la ráfaga se dirigió rápidamente hacia la gorgona, no conforme con eso Saren aseguraría destruirla por completo con un segundo movimiento lateral, ambos rayos atravesarían a la medusa, uno lateral y otro diagonal, con la sujeción de el santo de plata era poco probable que fallase.

El brusco descenso al piso incrementado por la fuerza de gravedad y el peso del enorme santo de plata, representaron una dolorosa caída para la medusa, quien terminó hundida en un crater producto de la fuerza del impacto, mientras el causante de dicho suplicio simplemente se alejaba de dicha locación de un salto, acción realizada más por reflejo que por estrategia.

Si bien por unos instantes le preocupó quedar en un estado vulnerable para ser atacado, ese pensamiento se esfumó en cuanto percibió la energía de la general de Sirena viajando hacia donde había aterrizado la medusa, partiéndola en pedazos con una filosa cuchilla hecha a base de su propio cosmos. Se retorció unos segundos en su propia sangre pero luego solo quietud... La pelea había terminado.

MUSICA escribió:

-Excelente maniobra Lady Saren, parece que eso ha terminado con ella. - Expresó Gardna mientras se acercaba a su compañera a la vez que evitaba el contacto visual con los restos de la gorgona.-Ahora que recuerdo, hay una leyenda que dice que la cabeza de esta criatura mantiene sus efectos aún después de muerta. ¿Cree que sería apropiado tomarla con nosotros?  

Preguntó el santo a su superiora, pensando que les vendría bien algo de ayuda extra en algún momento determinado. Aunque dificilmente los titanes serían vulnerables a alguna habilidad de sus propios vasallos, pero suponía valía la pena el intento. Desde luego, eran suposiciones que se guardaría a sí mismo y solo diría en caso que se le preguntara. Dejaría finalmente la decisión a juicio de su general.

-Aunque el tiempo esté en nuestra contra, considero sería prudente entrenar a algunos de estos santos nuevos. No es su culpa no estar lo suficientemente preparados para este tipo de situaciones... -Dijo cambiando el tema mientras se acercaba al inconsciente cuerpo de Kyros, a quien sujetó con una mano y lo colocó sobre su hombro para llevarlo de vuelta al santuario. -¿Partimos ya lady Saren?