La mañana mas fria (dioses guerreros)

Habia pasado casi un mes desde la partida de los santos de Atenea de tierras nordicas, la calma habia vuelto a aquel blanquecino paramo, aunque no del todo. Hace dos semanas que el clima habia cambiado en Asgard, el frio habia descendido varios grados debajo de lo normal y las nubes tapaban el sol volviendose dias nublados, las condiciones eran duras incluso para aquellos que estaban familiarizados al clima asgardiano.

Al cumplirse las dos semanas, Hilda de Polaris, la representante de Odin en la tierra se encamino a la entrada de Asgard, algo andaba mal y la mujer lo sabia. Al llegar a la entrada, una cruel escena la abrumo.

Se trataba del dios guerrero de Phecda gama, quien yacia en el suelo sin vida, Hilda corrio a examinar al dios guerrero quien carecia de signos vitales. Hilda noto que su armadura estaba destrozada y su cuerpo mostraba demasiado daño. Al examinar el lugar solo pudo notar dos pares de huellas en la nieve, la primera de alguien que entraba a Asgard y las segundas era las del dios guerrero que interceptaba a la primer figura, sin embargo no habia mas, ni rastros de pelea ni nada, osea que quien hubiese hecho lo habia logrado de un golpe y sin usar cosmos.

Hilda, al examinar el cuerpo de su guerrero caido pudo notar algo mas, su Zafiro de Odin habia sido tomado.

Hilda comenzo a pensar que habia pasado cuando un dios guerrero se le acerco.

-Señorita Hilda- Exclamó el de cabellos blancos acercándose a la mujer. Irónicamente en ese momento no se encontraba haciendo uso de su técnica para no ser visible al ojo común, era algo que solo dejaba de lado en cuanto aquella dama se refería.  Sí, siempre ha procurado a la mujer de hebras platinas, ha cuidado de ella en las sombras, como su constelación misma casi lo exigía. El de Alcor Zeta se acercó a pasos severos hasta la mujer para colocarse a su lado derecho, mirando el inerte cuerpo de lo que alguna vez fue su compañero en batalla.

No obstante, levantó la vista, para barrer el lugar con la misma, en espera de encontrar al culpable de tan atroz acto, sin éxito alguno. Por un momento la sombra de su yelmo cubrió parte de su rostro. –Mi señora Hilda… Este lugar no es seguro…- Puede sentir una fuerza maligna en el aire, algo grande se aproximaba, no sabe que… Pero incluso el clima nevado y los gélidos vientos eran inusual para Asgard. -¿hm?- Sintió otra presencia acercarse, era aliada, seguramente alguno de los otros dioses guerreros. Su cuerpo comenzó a desaparecer lentamente haciendo uso de su tecnica nuevamente. Nadie ha de saber de su existencia, aunque claro, cierta pelirroja es capaz de saber que se encuentra en el lugar y sin verle, Vergil aún no encuentra explicación a ello, aunque en antaño cuestionó a la misma. –Me quedare cerca señorita Hilda, si me necesita sabe que puede llamarme y acudiré al instante- Su voz se escuchó como un eco que el viento no tardó en llevarse…

Alioth Epsilon había salido de la cascada congelada era un al sentir la presencia de la representante de Odin lejos del palacio, confirmo que se trataba de ella por medio de los lobos que estaban dispersados por las cercanías, camino para tratar de entender el porque había salido del lugar en el cual residía ella.

-Me pregunto que habrá sucedido ahora..... Últimamente.... Algo se siente extraño, este aire... *suspira* Quizás ella sepa algo... Si es el caso.... Espero esta vez... Se nos mencione todo... Que ya no se nos oculte nada...-La Diosa Guerrera siguió caminando hasta antes de llegar a la entrada de Asgard, donde pudo observa a Hilda y a otra persona una compañera al parecer, no era como si le preocupara tanto sin embargo aun así camino un poco mas para posar su cuerpo suavemente sobre la rama de un arbol mientras observaba la escena con cuidado.

-Uhmm... Así que Phecda Gama....- En un abrir y cerrar de ojos dos lobos habían aparecido encaminándose a donde se encontraban las dos féminas,  tal vez la notaron cuando sus lobos se aproximaron a olfatear el cuerpo y caminar un poco en dirección hacia adelante mientras la Diosa Guerrera miraba tratando de encontrar algo pero sabia que fuese quien fuese el enemigo que asesino al Dios Guerrero seguramente ya se había alejado.

Liraz se quedo sobre la rama aun con la mirada en el lugar, se preguntaba cuantos mas ya estaban enterados de lo sucedido ademas decidió permanecer allí por si a la"Líder" se le ocurría decir algo que fuese de utilidad.

Hilda miro el cuerpo sin vida con mucha tristeza, una de sus estrellas habia caido, pero debia evitar llorar la caida de su estrella y centrarse en lo que habia pasado.

Escucho la voz de su guerrero invisible y la llegada de mizar zeta quien le advertia de la inseguridad de la zona a lo cual se levanto y con una postura regia comenzo a hablar para sus dos acompañantes.

-No solo es este lugar, todo asgard esta amenazado-

La representante de Odin respiro profundo y continuo hablando.

-Haz de saber que los dioses guerreros despiertan ante una amenaza contra Asgard o contra la tierra y esta es la razon por la que los he desperrado. Esperaba despertarlos antes que la amenaza apareciera y lo logre, espero que esten listos para lo que se viene-

Con un movimiento de su mano, Hilda hizo que la armadura abandonara el cuerpo del fallecido y tomara la forma de su constelacion mientras que el cuerpo desaparecia.

Desde hace unos días algo había cambiado en Asgard, a pesar de caracterizarse por ser una tierra fría ahora superaba la temperatura baja que mantenía con regularidad, el dios guerrero de Asgard se enteró del llamado de Hilda, por lo que acudió al lugar, un poco tarde pero logró llegar, miró a su compañero de Phecda gama en el suelo supo entonces que algo andaba mal, alcanzó a escuchar a Hilda lo que genero varias dudas para Benetnash Eta quien antes de contestar alcanzó a mirar los lobos que olfateaban el lugar, sabía entonces que Liraz estaba cerca, además de su compañera de Mizar Zeta con quien no se había relacionado en el pasado, luego de dirigir un gesto de saludo a Rei y de sonreir a los lobos, dirigió su palabra a la señorita De Polaris...

- ¿Y que es lo que se viene? creí que habíamos despertado para ayudar a los dorados y defender Asgard, pero ahora... ahora parece que eso no significó nada, ¿quieres decir que nuestro reto es mayor a lo que hemos enfrentado? -

Se tomó la barbilla con la mano y comenzó a meditar un poco, su tono de voz y sus gestos eran algo aniñados, pero eso no quería decir que siempre pensara como un niño...

- Los retos anteriores buscan fortalecer, tu cuerpo , tu mente y tu manera de ver, el mundo, así que por un segundo, medita en algo más profundo, dificultades en el futuro para las que eres preparado, con tus problemas del pasado, las que vienen no son nada, si las pasadas las has superado -

Astrys siempre tan cerca de Hilda como le era posible, estaba de alguna manera al pendiente de lo que sucedía en Asgard, se dedicaba en tiempo y forma a completar las diversas misiones que surgían para mantener al pueblo con bien mientras la representante se dedicaba a sus oraciones, nada había cambiado desde la partida de Edzard la cual la mantenia preocupada, personalmente no habia ido a despedirse pues presintió que no seria bien recibida, por ende se habia despedido en silencio de aquel hombre portador de la armadura de Megrez delta, habia hecho casi un mes a eso al igual que la partida de los caballeros atenienses, aunque parecía estar todo igual algo estaba cambiando, algo mantenía a Hilda preocupada y por consecuencia a Astryd tambien

Acompaño a Hilda a la salida, sabia que algo andaba mal, sabia que el peligro podria estar al acecho lo que hizo que saliera disparada adelantándose a la representante a explorar los alrededores en busca de la amenaza, la mujer de Odin llamaría a los demás dioses guerreros lo que no traería problemas si la dejaba un momento sola aun con amenaza presente, la pelirroja corrió a los alrededores en busca de alguna señal mas no encontró nada, haciéndola regresar al lugar donde había dejado a la señorita Hilda, a su llegada ya se encontraban algunos de los dioses guerreros, la representante de Odin les daba algunas palabras lo que dio lugar a diversas dudas

-¿señorita Hilda sabe que es lo que se avecina?,¿por que no nos advirtio antes si ese era el motivo por nuestro despertar?, recuerde que no es posible enfrentar una amenaza sin conocer la naturaleza de esta, lanzarnos a ciegas no nos dara ventaja, por ello sera mejor que nos cuente que es lo que sabe o supone de que trata - hablo aunado a las preguntas de Pavel que presentaba las dudas que la mayoria habia creado en su mente

Hilda se coloco frente a sus guerreros, sabia que faltaba uno pero pronto se enteraria de lo sucedido. Mirando a cada guerrero comenzo a hablar.

-Tenia mis sospechas, sin embargo hasta ahora puedo confirmarlas. Hay un evento que ocurre cada 500 años donde se desata una guerra tan grande que solo deja cenizas, el Ragnarok. Esta es una guerra que termina con la muerte de todos los dioses y de la vida en general para abrir paso a una nueva era o al menos es lo que cuenta la leyenda. Segun mi interpretacion este seria el año del Ragnarok pero debia suceder dentro de algun tiempo, puede que mis calculos no fueran tan precisos.-

Hilda tomo un respiro para ordenar sus pensamientos y continuar su charla.

-Ustedes, dioses guerreros son la linea frontal de esta guerra, de ustedes depende si el Ragnarok se realiza o no. Como todos saben, los zafiros que portan en sus ropajes son aquellos que Odin portaba en su corona y tambien son los que liberan la armadura de Odin, pero lo que no saben es que esta armadura tiene la habilidad de abrir un puente que conecta estas tierra con el verdadero Asgard, la tierra de los dioses, lo cual quiere decir que las fuerzas que mataron al guerrero de Phecda Gama tambien los buscaran a ustedes-

Hilda volvio a respirar haciendo una pausa para que los guerreros hicieran preguntas.

Vergil se mantuvo a la expectativa, manteniendo su distancia de los demás dioses guerreros. -...- Al parecer nadie se percató de su presencia, y en parte eso agrado al dios guerrero, pues se supone ha de ser de esa manera.

-¿hm?- Aunque no pudiese ser visto, un atisbo de sorpresa cruzó por sus blancas facciones al escuchar la funesta noticia. ¿Así que no solo se avecinaba una batalla para los dorados, sino una propia también? Ha vivido el suficiente tiempo entre libros para saber a dónde va el tema. Observó la nieve a sus pies un breve momento, debatiéndose internamente si debe elevar la voz o no. Su existencia debe permanecer en incognito, en las sombras, ahí es donde debe estar y se quedara siempre….
O quizá no.

-¿Cuenta usted con un plan de contraataque, señora Hilda?- Quizá el elevar de esa manera sin dejarse ver daría hincapié a malos entendidos debido a la situación que les envolvía, no obstante sintió el necesario el hablar en ese momento para saber si ya se ha planeado algo con anterioridad y que es lo que pensarían sus compañeros de armas (aunque para el aun sonase extraña la palabra “compañeros” ) así mismo sabe que deberá conocer sus habilidades y debilidades para complementarse en el campo de batalla si es que querían salir airosos de tan desesperante situación.

Para que su ubicación no pudiese percibirse de manera tan fácil, u obvia, el de Alcor Zeta comenzó a caminar tras los dioses guerreros mientras hablaba a fin que no pudiese percibirse de donde exactamente provenía su voz, así mismo, el gélido viento debía ayudar en dicha tarea.

Al parecer Pavel no era el único con dudas entre los presentes, sin embargo eso era lo normal, pues ante una amenaza de guerra, cualquiera preguntaría al líder cuál serían los movimientos, sobretodo si no los había aclarado, pero una voz misteriosa, proveniente de la nada preguntó sobre el plan, o la estrategia para la batalla, Pavel dio un salto cuando le escuchó pues no esperaba ser sorprendido de esa manera, miró en todas direcciones y no pudo encontrar de donde provenía esa voz...

- Voces en mi mente comienzo a enloquecer, me atormentan me sofocan y ya no se que hacer, escucho y escucho pero no puedo ver, ven y muéstrate ya honrame con tu ser, no soy un demonio no tienes que temer, aunque si me atacas es normal que llegue a responder... -

Se quedó quieto por un minuto más esperando que se mostrara el ser que había emitido aquella voz, aún lleno de dudas con el enemigo que les atacaba...

- ¿Y a que nos enfrentamos exactamente, Hilda-sama? -

Banda sonora:

-Bueno, al menos te dio por decirnos algo importante esta vez para variar, Hilda, no exactamente a tiempo, pero te dignaste a hablar, es un avance

Un hombre estuvo escuchando y observando la escena, había oído cada una de las palabras dichas por la gobernante así como la de sus compañeros, sin duda parecía que las cosas se ponían algo negra con todas estas revelaciones, sin embargo de cierta forma resultaban algo indignantes para el Dios guerrero enmascarado, que sumado a todos los eventos pasados, este asunto se tornaba en molestia. El hombre comenzó a caminar de entre el bosque a paso lento, colocándose al lado de sus compañeros, pero no hizo ningún ademán de saludos o de cordialidad, simplemente pasó y quizás empujó a uno de ellos un poco para poder acercarse a Hilda, mas no para inclinarse, sino para hacer un reclamo de los eventos, no sin antes voltear para arriba tratando de detectar la voz de aquella persona que se mantenía oculta, pero decidió no tomarle importancia de momento y mirar fijamente a la gobernante.

-Lo curioso de todo esto, es que a pesar de haber podido advertirnos desde el principio, decidiste perder el tiempo ayudando a un montón de inútiles en una guerra inexistente, sin duda una gran decisión de tu parte, ya veo porque el pueblo te adora tanto-Dice en tono sarcástico.

El enmascarado prosiguió a acercarse a donde estuvo el cadáver del Dios guerrero, miró el sitió de una forma despectiva y luego simplemente negó con la cabeza y de nuevo miró fijamente a la representante de Asgard y se cruzó de brazos.

-Una pena que Gamma murió en ignorancia, quizás hubiera sido distinto si al menos nos hubieras prevenido de un peligro de esta magnitud, desconozco tus motivos para ocultarnos la información en la niebla de la duda, pero por Niffelheim, espero que no sea una tontería como, no se los dije para no preocuparlos, porque si es eso, mejor invéntate una mejor excusa, porque aun si no estabas segura de las cosas, debiste habernoslo dicho para estar más cuidadosos con la situación..al menos la perdida no fue exactamente grave-una casi invisible sonrisa se forma en su rostro- Creo que Gamma era el menos útil de entre todos los presentes...- Mira de reojo a los demás Dioses guerreros-O eso quiero creer. Pero al menos nosotros estamos alerta, una pena que ocupábamos ver a un compañero en armas morir para entenderlo...todo por no dar un pequeño aviso y tirar tiempo valioso ayudando a un grupo de sanguijuelas, y ahora Edzard quizás también ya está muerto debido a que es un blanco fácil fuera de Asgard y sin saber nada de la situación...pero bueno, no le puedo dar importancia a eso, supongo que eso recaerá en el peso de otra persona...Entonces, supongo que solo queda concordar con Pavel y la voz de el otro secreto que nos ocultas que no hace tan bien su trabajo revelándose en esta conversación ¿Hay algo más que quieras contar? ¿Hay un plan para contra atacar a estos enemigos? ¿O quizás querrás ocultárnoslo hasta que otros 2 Dioses guerreros mueran en combate? porque hablando de ti, no sería exactamente sorpresa.

Las palabras eran filosas y sumamente firmes, quizás podría ser incluso tachado como traidor en ese momento por dirigirse de esa forma a Hilda, pero era innegable que la falta de información había sido la causa de muerte de Phecda Gamma, y que no era la primera vez que se daban errores de esta índole, por lo que sin duda, la indignación del enmascarado estaba bien clara, , él quería respuestas claras y no más tonterías a esconder, y esperaba ver la firmeza de su gobernante para variar, y no a esa mujer débil que había hecho tantas tonterías hasta la fecha..

Hilda decidio pasar por alto los comentarios del dios guerrero de merak, si bien debia ser castigado por su atrevimiento, preferia evitar dividir a sus guerreros con una discucion.

-Lamento si crees que fue una mala desicion ayudar a los santos, Atenea es una aliada y me senti en la necesidad de apoyarlos, en cuanto a la guerra, nadie fue obligado a ir, aquellos que fueron lo hicieron por que creian en la causa de los santos y debo decir que volveria a ayudarlos-

Hilda se sentia culpable, pues las palabras del dios guerrero le habian llegado profundo pero no debia demostrar debilidad en una situacion como esa. La representante de Odin hablo a sus guerreros.

-No creo que estas fuerzas tengan una base donde atacar, sin embargo sabemos que ustedes son el blanco de esas fuerzas y usaremos eso en nuestro favor. Si mi conocimiento es cierto, la linea delantera son tres fuerzas que si consiguen su objetivo llamaran a los dioses nordicas, por lo tanto debemos detener a la delantera. Mi sugerencia es dividirnos en tres equipos que vigilaran distintos puntos de Asgard, la estrategia es moverse sigilosamente y emboscar a cada fuerza con una ventaja de 3 a 1 y atacarlos uno a la vez. Alguno tiene una sugerencia?-

Pregunto Hilda con serenidad.

Merak Beta... sus palabras eran más frías que el clima y su manera de pensar más extremista que el gobierno cubano... Si bien Hilda había cometido errores y todos lo sabían, tampoco se podía hablar de ella así, o por lo menos eso pensaba Pavel, no había porqué odiarla, era una humana después de todo y al igual que los demás era posible que sus decisiones no fuesen las más acertadas, ahora en la conversación había algo que el no entendía o no compartía del todo. Eran tres fuerzas enemigas, quería combatir cada fuerza 3 a 1, pero con Phecda Gama muerto y con Megrez Delta ausente el número de los dioses guerreros era apenas 5, contando a Hilda entonces la cantidad no era suficiente, por lo que Pavel no entendía a que se refería la señorita Hilda en ese momento y no le quedaba de otra que preguntar así pareciese el más tonto...

- Disculpa Hilda, pero, si somos 5 y ellos 3, ¿cómo los emboscaremos 3 a 1?
Hay muchas cosas que pensar, como defender como atacar, decide vivir o matar, ¿quieres seguir? o te vas a retirar, solo muerto en este trabajo puedes renunciar, quiero vivir en un mundo de paz pero es solo un sueño, me alegro que nadie se pueda declarar mi dueño, pero no se deja de aprender en el trabajo que desempeño...-

-Juh- Una sonrisa ladina se dibujó en sus facciones al escuchar al dios guerrero de caballera rubia. Vergil ha hecho magníficamente su trabajo, pues en secreto (como todo lo que suele hacer, claro está) se encargó de conocerlos aunque fuese un poco, así que aquella conducta que mostraba desacato no le sorprendió en lo absoluto. No es quien para juzgar acciones terceras.

Nuevamente, dio unos cuantos pasos hasta sitiarse frente los dioses guerreros y frente a Hilda (a una distancia considerable de ella también) con forme camina sus huellas se aparecían en la nieve. Poco a poco su figura fue divisándose...

Realmente no quería hacerlo, lo mejor quizá haya sido permanecer en silencio y en las sombras como su existencia así lo exigía.

Y helo ahí, el guerrero que camina entre las sombras, ataviado en armadura platina, aunque sus facciones aun permanecían ocultas gracias a la sombra que su yelmo generaba en la mitad de su rostro.

-Comprendo tus pesares, Alexander. Sin embargo, si lo analizas desde otra perspectiva, los santos de Athena nos deben una. Aunque como tu comparto que el orgullo de los dioses guerreros es enorme, como para rebajarnos a pedir ayuda a los aliados...No obstante, podrían resultar como excelente recurso al momento de defender el pueblo al que tanto amas mientras que nosotros hacemos frente a la amenaza… De esta manera podrás centrarte mejor en combate, sin preocupación de que pueda pasarle al pueblo y la gente de Asgard-

Paseó su azul mirar sobre los presentes, deteniéndose un breve momento en Pavel antes de hablar. –Hilda no me ocultó, fue más una decisión personal que tome, el porqué de ello he de reservármelo. Hay cosas más importantes en que enfocarnos ahora, como el fimbulvetr. – Giró sobre sus talones, dándole la espalda ahora a sus compañeros. –Señorita Hilda, con el mas debido de los respetos le pido por favor mande a este inexistente dios guerrero que vive entre las sombras a averiguar de qué se trata todo este acontecimiento porque por algo ha de comenzar y si hay manera de impedirlo, que mejor que antes…- Solamente guardó silencio bajando la mirada por respeto a la representante de Odín en la tierra.

Los dioses guerreros se juntaban alrededor del cuerpo de su compañero caido, pobres mortales, no entienden que ese es el destino que les depara a todos ustedes el Ragnarok.

Desde la lejania, alguien observaba a los dioses guerreros, aquella persona espero con calma su momento, no pensaba hacer presencia en aquella escena pero debia hacerlo.

Una vez que el cuerpo del dios guerrero caido desaparecio y el dios guerrero oculto aparecio, una figura envuelta en un manto blanco que la cubria de pies a cabeza hizo presencia frente a las fuerzas asgardianas, les miro durante unos segundos sin emitir ningun sonido, despues la tunica se quemaria para mostrar a una joven de cabello negro quien les hablo.

-Guerreros, su guia les ha hablado con la verdad, el Ragnarok esta aqui pero no hay nada que ustedes puedan hacer para detenerlo, no les dire que no lo pueden intentar, pero nosotros somos fuerzas mas alla de su entendimiento-

La cara de la chica se mantenia seren mientras un aura roja emanaba de su cuerpo mostrando una fuerza que podia rivalizar facilmente con la de los dioses guerreros. Con serenidad, nuevamente la chica hablo.

-Mi nombre es Jormundgander, la serpiente de midgard, mi destino en el Ragnarok es pelear y matar a Thor, hijo de Odin, pero para eso debo tomar sus zafiros de Odin y abrir el bifrost que nos llevara al verdadero Asgard, asi que pueden darmelas o se las puedo arrancar de sus cadaveres frios-

La mirada de la chica se volvia fria y una ligera sonrisa se aparecia en su rostro.

El dios de Alcor zeta no pudo evitar el mirar en dirección de la nueva figura que se presentó hace unos breves instantes... La sorpresa se hizo presente en sus blancas facciones.

Ese cosmos tan devastador no podía significar nada bueno para los presentes. Afilo el mirar y levanto ligeramente el mentón ¿Así que la hora había llegado? -Pese lo que alegan saber los dioses, jamás han comprendido verdaderamente al hombre- Y de un movimiento rápido el hombre de hebras blancas se abrió paso a través de la desapareciendo nuevamente. Pero en esa ocasión no fue gracias a su técnica, sino que esa impresión fue la que dio debido a la velocidad endemoniada con la que se lanzó contra la representación de la serpiente gigante en la tierra. Osado o imprudente, ambos calificativos podrían aplicar para el dios guerrero.

Soy el cazador, no la presa

Como un depredador a punto de cazar su presa el de Alcor comenzó a moverse de un lado a otro conforme se acercaba a la mujer, en un claro zigzag para que la misma no lograse adivinar su ataque. Abrió la palma de su mano y tenso los dedos, afilo la mirada y levanto su cosmos haciéndolo arder hasta el infinito haciendo que la nieve crease un tornado pequeño, siendo él el centro del mismo.

Lanzó un rápido zarpazo en contra de la serpiente, la trayectoria de su golpe fue secundada por una enorme cuchilla de energía la cual se marcó también en el terreno, levantando nieve por todo el lugar.

-¡Astryd! ¡Llévate a Hilda!- Se cuadró mientras observaba el resultado de su ataque ¿Habría logrado herir a Jormundgander? La nieve previamente levantada comenzaba a descender creando neblina helada en el lugar, cualquiera que fuera el resultado la sombra del tigre vikingo no bajaría la guardia por nada. –“Esta será una oportunidad única, para demostrar que soy un digno Dios guerrero...”-  Lentamente, la neblina comenzaba a desaparecer…

La pelirroja bufo un poco ante las palabras de Hilda que explicaba la llegada del Ragnarok lo que daba consecuencia la muerte de su compañero de Phecda gama y la desaparición de su zafiro, las cosas se ponían tensas, lo podía sentir en el lugar, la llegada de Alexander, el dios guerrero que menos estaba de acuerdo y sus palabras tan afiladas como siempre provocaron incomodidad entre algunos , incluso entre Vergil que se hizo visible ante los presentes solo para dar su punto de opinión también y atajar a su compañero de Merak Beta, esta vez la pelirroja opto por no contestar pues no pretendía crear una riña entre compañeros en tiempos de guerra cuando lo que se requería era la unión de los dioses guerreros restante.

Se comenzaba a entablar la estrategia mas favorable para poder enfrentad la amenaza que acechaba, esta no tardo en hacerse presente, una figura femenina apareció ante los dioses, Astryd tenso su cuerpo a punto de lanzarse al ataque mas Vergil fue mas rápido lanzándose con reflejos felinos sobre ella, sugirió de inmediato que se llevara a Hilda de ese lugar siendo lo mas sensato. los demas guerreros podrian pelear sin que ella estuviera presente, en cuanto salvaguardara el bien de la representante

-con su permiso señorita Hilda- respondió rápidamente con el respeto que merecía, la levanto delicadamente y llevándola entre brazos corrió tan rápido como su armadura se lo permitiera en dirección al palacio donde posiblemente estarían a salvo por el momento, solo esperaba que sus compañeros regresaran con bien tambien

La nieve seguía cayendo, el frío no cesaba, sin duda el lugar no era agradable en ese momento, y como era de esperarse nadie respondió las palabras de Pavel, quién simplemente seguía ahí de pie esperando una indicación sobre que hacer, pero ya no era necesario, les habían tomado desprevenidos, el invasor había llegado a donde ellos estaban...

"Maldición como no le detectamos... sin embargo su fuerza debe ser superior de otra manera no vendría hasta aquí donde estamos todos"

Entonces Vergil entró en acción buscando atacar al invitado o invitada inesperada, Pavel simplemente se quedo mirando mientras Astryd e Hilda se retiraban sabía que era hora de ponerse serio no obstante no estaba del todo seguro si interferir era lo mejor, por ende esperó el momento simplemente elevó su cosmos, esperando algo que le hiciera meterse en la batalla...

"Existirá acaso alguna guerra con sentido... digo esto pues en mis 21 años es lo único que he vivido, a veces creo que en realidad el mundo está perdido, abro los ojos y de sangre todo está teñido... no se puede ser un ángel viviendo en el infierno, humanos igual a demonios ahora entiendo esto es eterno..."

La mujer vio los movientos de los dioses guerreros, como la joven se llevaba a toda velocidad a Hilda y como el impaciente joven atacaba con furia. A pesar de la velocidad del dios guerrero, Jormundgander podia seguir los movimientos del guerrero blanco, incluso pudo ver la tecnica del dios guerrero pero no se movio.

Al dispersarse la neblina, se vio la figura de aquella joven que encarnaba a la gran serpiente de pie, sin embargo tres marcas la lastimaban en el torso, no parecian muy profundas pero sangraba de cada una aunque parecia no molestarle en lo absoluto o eso demostraba su semblabte sereno, nuevamente les hablo.

-Parece ser que en esta forma solo puedo enfrentar a tres de ustedes en condicion de igualdad, juzgando por aquel ataque. Guerreros, si planean llegar al Valhalla deberan pelear con orgullo, por que les aseguro que no saldran vivos. Deben entender que esto no es una guerra, es el ciclo natural de las cosas; Midgard debe arder para que de sus cenizas resurja una nueva era.-

La figura se dio media y comenzo a andar a paso lento dejando a los dioses guerreros a sus espaldas, despues de una decena de pasos la figura desaparecio del lugar como si la nieve se la hubiera tragado.