Las flores de cerezo se contemplan mejor en tranquilidad y armonia [Priv/Maina]

Por única ocasión, Maina prefirió no comentar nada al respecto, manteniéndose al margen en lo que ambas divinidades se referían a sus respectivos ejércitos, así que como la Diosa de la guerra tenía previsto, se aliarían a Poseidón y sus generales marinos, ¿podrían realmente cumplir ese papel de aliados sin que la anterior guerra entre un bando y otro repercutiera en el campo de batalla? Algunos probablemente serian de nueva generación como ella y muchos de sus compañeros, y otros serían aquellos veteranos con algunos rencores que saldar. Era cierto que la amazona de Virgo había perdido a alguien importante en esa pelea sin razón aparente, y aún así, no poseía una clase de sentimiento negativo a quienes ahora eran sus aliados, porque finalmente para eso se está preparado un caballero, siendo consciente de la posibilidad a morir en batalla.
Y sin atisbo de cambio en su solemne serenidad, se alejó de aquella reunión entre caballeros y generales marinos, en su momento les conocería, que le tomaran de aislada, poco participativa, no le importaba, sabia cuales son sus prioridades y por lo que debe prepararse, ¿qué conocer a sus aliados para el campo de batalla? Confiaría plenamente en ellos, creyendo que ninguno alcanzaría a traicionarles, por lo contrario, ella lo sabría, siempre adelantada un paso más al resto, por nada era la más cercana a Buda.

¿Que el peligro que se avecina? Maina lo sabia de ante mano, habiéndolo expuesto estando en Asgard, ¿y fue tomada en cuenta? En absoluto, probablemente por ser tal vez muy ‘joven’ para tener la certeza de algo en lo cual no tenían una prueba fundamental para corroborar era cierto, que había desconfianza para con ella, muy seguro, que ella no confiaba en sus compañeros Athenienses, al contrario, su fe en ellos es totalmente plena.
Y sin embargo, había optado por dejarlos en ese momento, sabia de sobra que la teletransportacion no estaba permitida en el santuario, pero para que usarla cuando la fascinación por recorrer el santuario era mayoritaria, después de tanto tiempo deseándolo, lograba estar en el lugar que por derecho era de los Athenienses, aquel al que podían llamar abiertamente como hogar, ¿cuánto durarían allí? Seguramente un corto tiempo, la batalla contra espectros, titán, era poco certera conforme a su día, solo quedaría idear y forjar las mejores estrategias, y vivir cada momento como el último día, ¿de eso se trataba la vida, no es así?

Las condiciones del templo eran lo que suponía, con una estructura greca al igual que el resto del lugar, el signo regente a la Virgen adornaba la entrada del templo, tan solo pisar el primer escalón correspondiente a su ya casa a proteger, inundo su energía, como lo imaginaba y esperaba, el templo de Virgo la reconocía como su nueva guardiana.
Sabia el jardín de los Sales Gemelos escondido en la profundidad del templo, y sin embargo, optó con simpleza quedarse en el centro del templo, tomado su postura de meditación, sentada al estilo de loto.

El aire era fresco, a sensación de piel que trasmitía tranquilidad, sin duda, compartía la esencia de la amazona; lo que suponía era un pétalo cayó sobre el dorso de su mano diestra, por su aroma podría reconocer que eran pétalos que provenían del ya mencionado jardín, y antes de idealizar otro pensamiento, cuadró su rostro hacia la entrada del templo, no era necesario mirarle para saber lo imponente y fuerte que era su visitante, y que su estado de alarma iniciará en un pequeño y sutil tintineo.

ㅡUsted dirá, General Marino, será un placer poder tener una charla.ㅡ

Y aunque no sabia a ciencia cierta que clase de escama portaba el General Marino, lo reconocía como tal al percatarse de esa prominente energía que emanaba de él, misma que había logrado sentir en aquella reunión donde se anunció la alianza entre ambos Dioses Olímpicos.
Para Maina siempre era grato que le buscarán para hablar, era algo que disfrutaba, sobre todo por los tipos de pensamientos tan distintos entre una persona y otra.

Eso sí que era bastante extraño, ambos contrastaban en sobre manera. Ese alto y tosco hombre y su mirar tan desafiante, y la mujer rubia con piel blanca como la porcelana y porte tan pacifico así como sereno.

Seiryu se adentró a la casa de virgo, quedando a unos simples pasos de distancia de la amazona y entonces... se sentó en el frio piso del lugar, lo hizo cruzando las piernas bajo suyo, como si se encontrase en uno de los templos japoneses, aunque esto más por costumbre y tradición dado su origen. Cerró los ojos y esbozo una sonrisa ladina y llena de confianza. -Haces honor a tu signo- Soltó sin más, hay algo en esa joven que le lleva a comportarse de manera no tan petulante como es costumbre en su persona --Supongo seria descortesía si no me presento antes: Seiryu Seijuro, poseedor de la escama de Dragón marino. Como ya dije, he venido a intercambiar algunas palabras, y a su vez informarme con respecto los santos dorados o la situación entorno a ellos, ya que, si vamos a ser aliados, hay que conocerse mutuamente ¿no lo cree?- Aunque vamos socializar para él es... algo bastante inusual.

Mostró un tokkuri que llevaba consigo, y sirvió en sakazuki un trago, para ofrecérselo a la amazona de virgo. –-De igual forma, puede preguntar lo que guste, extrañamente me he abierto un poco al dialogo, y es algo extraño viniendo de mí, a decir verdad.-

Spoiler:

Una pequeña pero perceptible sonrisa se formó en la comisura de sus labios al escuchar lo que a su parecido era como una clase de cumplido, llenándole de orgullo interno el poder ser y reflejarse tal cual su signo regente, además de ser clara muda respuesta en agradecimiento por lo mencionado por él.
Sin cambiar su posición, lo único cambiante en la amazona era el ahora mirar al joven con sus orbes azules al descubierto, prefiriéndolo así, porque podía percatarse mucho mejor de lo que aquel general frente suyo emanaba, alguien con suma fortaleza pero tal vez altivo y al mismo tiempo imponente.

ㅡEs un placer conocerle, Seiryu, me presentó aso también, mi nombre es Maina, omitiré el resto, porque eso usted ya lo sabe.ㅡ Pausó por breves segundos, antes de retomar nuevamente la palabras. ㅡMe disculpo si no tengo nada que ofrecerle a este momento de charla, como bien sabrá ha sido apenas poco el tiempo para establecernos en nuestros templos, y bueno el abastecerlos no ha sido prioridad por el momento.ㅡ Para Maina aun era progresivo el acostumbrarse a estar en el sexto templo del Santuario, como si de un momento a otro se esclareciera esa ilusión. Soltó un suspiro, volviendo su vista con atención a su visitante.
ㅡ¿Extraño, dice? Pero si pareciera que el diálogo es algo tan fluido para usted, realmente no parece.ㅡ Dejó expresar sin tapujo de titubeo, algo muy normal en la Virgo, mencionando las cosas sin guardarse algo.

ㅡSi tengo unas preguntas, más que nada por saber que paso aquí en nuestra ausencia...durante la primera batalla.ㅡ Por solo un breve momento hipo en sus palabras, por recordar ese suceso que había arrebatado vidas y compañeros valiosos, y sin durar más lo dejo en sus recuerdos del pasado. ㅡComo pudo notar en la reunión, la orden dorada no esta del todo completa, hemos perdido compañeros aún en nuestra estancia en Asgard, los problemas y peligros jamás cesaron, claro que, como algunos nos dejaron, nuevas generaciones se nos han unido, y ello ciertos trastabillos, muchos somos jóvenes, y con los veteranos, digamos que hay ‘choques’, no es que la orden dorada no esté unida, simplemente, falta convivir mas los unos como los otros. Confío y tengo certeza que estar aquí cambiara eso, así como también la convivencia con ustedes, los Generales Marinos, algunos tendrán sus diferencias, sobre todo aquellos que batallaron en contra hace tiempo por recuperar el Santuario...una batalla causada por nuestro fallecido Patriarca; confío que aclarando todo y conociéndose los unos a los otros, obtendremos éxito en la futura batalla.ㅡ Hizo una breve pausa, aceptando así el sakazuki y dando un trago a este, dejando que el liquido pasara por su garganta y le dejara esa sensación a madera, como solía ocurrirle; en una reverencia con su cabeza agradeció la invitación.

ㅡNo se lleve una mala impresión de nosotros, realmente como equipo, hacemos un buen trabajo. Yo confío en mis compañeros, confío en su amor por nuestra Diosa y por proteger este mundo y a sus inocentes.ㅡ Aunque si fuera por ella, impondría unas clases de pruebas, porque incluso hasta el corazón mas fiel, puede llegar a dudar, si bien lo sabia ella. ㅡ¿Algo en particular que desee saber? Pregunte, no hay intención alguna de ocultar algo.ㅡ Tal vez era ingenua por decir todo abiertamente, tal vez no, mas suponiendo la alianza entre ambos bandos, pondría confianza plena en cada uno de los generales, mostrándolo así al no ocultar nada acerca de ella y sus compañeros, y todo lo envuelto a estos durante el tiempo corrido antes de llegar al Santuario.

¿No había sido eso lo que expuso tras Athena enterar a sus santos que el patriarca les había mentido? ¿Acaso había sido escuchada? En lo más mínimo, curioso era así como también irónico, que un guerrero, ajeno a tal reunión y ajeno a ella, pues tal cual era su primer encuentro, lograra haber llegado a una conclusión similar como ella ya un tiempo atrás, era algo de suponer en primera instancia, pero entonces corroboro que no estaba al cien en coordinación con sus compañeros dorados.
Su ceño se frunció brevemente, no por el hecho de sentirse molesta o algo parecido, mas bien por sumergirse un momento en sus pensamientos y divagar sobre el exponer una respuesta clara, ideas tenía muchas, así como mas de una teoría sobre lo que pudo haber llevado o no al patriarca, aunque todo eso le llevase a coincidir con que Chronos estaba involucrado y no había sido del todo una traición su huida de las tierras Asgardianas.

ㅡPuede que le sorprenda Seiryu, pero comparto ese mismo pensamiento, no me atrevo a asegurar que sea certero, más al enterarme de lo ocurrido con el Patriarca no pude pensar en otra cosa que no fuese Chronos, y que todo lo acontecido, está ligado a él y a su peligro acecho contra nuestros respectivos Dioses, y que tal vez nuestro sumo pontífice fallecido haya deseado retrasarlo por mano propia, o dejado envolver en la manipulación del titán. Teorías puede haber en demasía, mas ninguna será certera tras el mencionado haber pasado a otra vida.ㅡ

Suspiro con cierta pesadez, porque a veces el no tener nada seguro acerca de lo que pensaba y concluía podía desesperarla, usualmente acostumbrada a estar un paso adelante al resto pero no más allá que su Diosa, y para ese momento, sentía como si se hubiese quedado atrás en todo ella y solo fuese una burda espectadora.
Torció una breve mueca, al parecer allí en el Santuario bajo la custodia de los Generales Marinos en ausencia de los Athenienses, estaban apenas enterados de lo que acontecía fuera de ese territorio, no les culpaba, si no fuese porque Buda mantenía constantes conversaciones con ella e indirectamente le hacia saber de los males que atemorizaban a la tierra, seria probablemente la ultima en enterarse de todo.
ㅡLamento tener que decir que no son suposiciones...al menos no en cuanto a la inestabilidad del Inframundo. No sé con certeza que ocurre allí, pero os puedo asegurar, General, que ese espectro, Atavaka, implica gran amenaza para nosotros que peleamos por la paz de este mundo y la protección de sus habitantes. Poseidón y Athena son conscientes de ello, así como de Chronos, mas la pregunta ideal seria ante estas amenazas, ¿cuál es la prioridad? En muy remoto de los casos, ¿qué haríamos si ambas personificaciones deciden aliarse así como nuestros Dioses? Un panorama bastante caótico, ¿no lo cree?ㅡ Pese a no ser de expresar mucho su sentir o pensar acerca de batallas futuras, aquel panorama de dos grandes fuerzas de maldad uniéndose, no era lo mejor para ningún bando recién aliado, mucho menos si el trabajo entre compañeros no era el ideal.

Paseo su vista hacia los esporádicos pétalos provenientes del jardín de los sales, hasta dejar su mirada en su curioso visitante, esperando esclarecer las dudas que tenía acerca de la situación actual, no es que Maina supiese todo a detalle, sin embargo a explicación de lo que sabia y exponiendo sus opiniones personales, debería ser suficiente.

ㅡSolo un poco más, por favor.ㅡ Con una pequeña pero perceptible sonrisa, aceptó el ofrecimiento de aquella curiosa bebida que le dejaba un extraño sabor de boca; probablemente ese seria su única vez en permitir que tal brebaje cayera por su garganta e inundara su cuerpo, pues aunque había sido solo un trago, no pasó desapercibido para ella el cambio repentino de su estado anímico; mas ‘ligera’ si se podía llamársele así, es como se sentía, y aseguraba que era por el sake.

ㅡNo hay movimientos en falso por ninguno de los dos mencionados que amenazan la poca paz que estamos tratando de alcanzar y darle a los humanos y a este planeta. Todo aunque parezca coincidente, tiene un porque, que tal vez ahora no podamos obtener respuesta, pero que más adelante se ira aclarando, y las razones por las cuales pasó todo, se irán acomodando. Estamos siendo parte de un juego de rompecabezas de titanes y espectros que se creen dioses, y como todo, la ultima pieza es la que revela el objetivo, en este caso razón alguna de todo lo que hemos pasado.ㅡ

Porque en la vida todo estaba hilado, porque las casualidades y coincidencias no existían, solo las causalidades inevitables de la vida y en decisiones de aquellos que querían tomarles parte de un juego cruel donde cada día se estaba perdiendo vidas, sacrificios, sangre derramada.
No tenía idea de cuando o como iba a terminar aquello si ni siquiera había comenzado del todo, porque esos ataques y presencias de espectros en Asgard, las múltiples bestias que se llevaron a incontables compañeros, era una cuarta parte de lo que Maina sentía que estaba por ocurrir.

ㅡY seguirán habiendo caídas, conforme siga avanzando el tiempo.ㅡ Mas que cuestión u otra cosa era una clara afirmación de ello, porque Athenienses, Marinos, seguirían cayendo, por ser un ritual burdo y enfermo de aquellos que se posicionaban como sus letales enemigos. ㅡSeguro lo sabe, tal vez no, pero permítame decirle que este espectro, Atavaka, es lo que como un Santo de Virgo con Athena, un ser cercano a Dios. Si creíamos no había que subestimarle, hay razones de más para no hacerlo.ㅡ

Tan solo dio un trago mas a aquella extraña bebida, dejando un poco que en el recipiente que sostenía con su mano diestra, un ligero tintineo comenzaba a ser molesto en su cabeza, ¿sería a causa de tal bebida? Negó con suavidad, volviendo a su postura y atención en su visitante.
ㅡ¿Debería? Pienso que, han pasado situaciones similares a nosotros, por ello no creo necesario preguntar algo. Si usted cree que deba saber de algo que pueda ser de índole importante para nosotros los Athenienses, por favor dígamela.ㅡ No era que no le importara saber acerca de ellos, simplemente asumía que su situación no era tan diferente sobre todo porque desde aquel atraco al Santuario comandado por Sage, no se hubo a saber revuelto alguno, pero quien sabe a ello, podría equivocarse, como últimamente es que lo hacia, y eso a sinceridad, le molestaba.

No tenía la seguridad mucho menos la información de aquel espectro mas que como ella, era un ser que se podía considerar ser la mano derecha de Dios, aunque por lo que sospechaba, tal espectro había pasado de ese titulo a considerarse un Dios, sobretodo por el hecho de su misma naturaleza, no hay espectro que no desee más poder, al menos para la amazona, era lo mas a esperarse.
ㅡTal parece que un enemigo no basta que, cada día, tenemos uno nuevo.ㅡ Mencionó con total naturalidad, como si ello no le preocupara, y en cierta forma no del todo, tenía la fuerte convicción de que tanto Athenienses como Generales Marinos podrían salir de ello con la victoria a su favor, por mucho que el panorama se viese bastante difícil o incluso imposible, ¿pero de eso se trataba no? El hacer posible lo imposible.

Ladeo una pequeña sonrisa. ㅡSabe tanto como yo entonces, siendo que ha arribado no hace mucho, más a mi favor el no hacer cuestión alguna.ㅡ Mordió el interior de su mejilla propia, usualmente no era de dejar ir la lengua más de lo normal, estaba segura que era causa de aquella bebida. Suspiró. Solo di lo necesario. Se auto impuso de inmediato.

ㅡHabla usted como un compañero dorado, tiene cierto pensamiento similar...el vernos como unos niños aún, pero en efecto, si hemos sido elegidos no ha sido solo por llenar un vacío y completar las filas.ㅡ Rememoró aquel encuentro entre varios dorados y lo que hubo sido un pequeño ‘golpe’ a su orgullo por considerarse un reemplazo de su antecesor, sin embargo a estas alturas de la situación, creía totalmente lo contrario, si, le faltaba crecer como guerrera, pero no se creía un reemplazo. ㅡNo se guía solo de palabras, las acciones a veces pueden ser mejor y cubrir más de lo que una palabra puede significar.ㅡ

Ciertamente imaginaba que el santo de Géminis tuviera esa clase de pensamientos hacia la nueva orden dorada, dado a ser uno de los veteranos en esta misma y de la guerra, sus labios se plisaron formando una pequeña pero perceptible sonrisa, a quien ella había hecho referencia había sido al santo de Cáncer, pero bien era de esperar que otro pensara así.
Le pareció curioso que lo mencionara con tanta naturalidad y sobre todo el deduje de sus habilidades, vaya que en los Generales Marinos no era mentira que eran así también unos guerreros de los cual cuidarse; asumía que a cada uno de los Athenienses les tenían más que bien estudiados, más que nada en técnica, y probablemente permitiéndose el afirmarlo, que en personalidad también o una parte de ello.

Asintió a sus palabras, pues el hecho de la batalla era innegable, que si era algo poco prudente, tal vez, puesto que muchos no confiaban entre si y pensando en un panorama donde hubiese desconfianza, no era el más esperanzador para ningún bando, si tan solo hubiese una manera de hacer confiar a ambos lados de guerreros que se cuidarían las espaldas, dejando las rencillas de hace tiempo en el pasado, probablemente todo marcharía mejor, pero incluso ella, que siempre buscaba el diálogo antes que una batalla, que veía la vía pacífica a todo, era consciente de que algo así no era posible, al menos no con tanta facilidad como lo pensaba.
ㅡAún más si nuestras capacidades son enriquecidas con la de nuestros compañeros, puede que el desenlace sea menos catastrófico de lo que muchos prevén.ㅡ
Porque no era necesario decirlo a voz en alto que creían el rotundo fracaso de los futuros enfrentamiento contra los enemigos que acechaban la paz y al mundo, era demasiado visible a cualquiera que tuviese en una habitación a ambas partes guerreras, había tensión.

En su rostro, se volvió a esa expresión serena y calma, ella tampoco era de mucho el agrado aquella alianza, más no dudaba que era la mejor elección para cualquiera de los dos Dioses, sobretodo por sus vidas en juego, pues pese a su divinidad, el cuerpo de cada uno era terrenal, humano, perecería si alguno fuese atacado.
ㅡ "La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo.”ㅡ
Recitó una de las enseñanzas de su divino maestro, mientras que aquel pequeño sakazuki donde antes se le hubo servido de aquella curiosa bebida, dejándolo parsimoniosamente al frente de ella, justo donde se ubicaba la botella contenedora del alcohol.
ㅡNo es novedad saber que nuestros Dioses a quienes con tanta fidelidad seguimos, desde la era mitológica han sido enemigos, y que jamás hubiésemos imaginado una alianza entre ellos, es más es algo que sigue siendo sin del total agrado para muchos, sin embargo hoy a nuestros tiempos, se rompe esa mitología con siglos de antigüedad viéndolos como aliados, ¿porque? Por el hecho de reconocer su debilidad, por dejar el orgullo de lado y sus rencillas, admitiendo que sin el uno y el otro, no podrán hacer nada. Habiéndose ganado una victoria personal, confían con fervor que así lo transmitirán a sus guerreros, y por ende, la victoria podría resultar a favor.ㅡ

-De igual forma, no creo que cronos haya pensado en que ambos formarían una alianza... Sera un golpe fuerte y que en definitivamente, no vería venir.-

Seiryu cruzó los brazos a la altura de su pecho, ya ha tenido suficiente de la bebida y hartarse de Sake frente a la mujer de virgo no sería algo bien visto, desde su punto de vista ni tampoco era su cometido.

-Cualquiera que sea el desenlace tendremos que lidiar con el resultado del mismo...Solo esperemos que las consecuencias de la guerra no perjudiquen a quien no tenga que ver en la misma, aunque, lo veo difícil.- Suspiró con resignación, antes de colocar su mano diestra sobre su muslo y levantarse de forma pesada, ya ha sido demasiada charla, desde su punto de vista, recordando que en efecto, no es una persona que goce de socializar entre la gente.

Sin embargo ha considerado entablar una pequeña charla para determinar cierta fuerza en "el carácter" de aquellos que él considero los más "viables" y confiables, entre las tropas Atenienses.

-Bueno, creo que será hora de que me marche... aún hay mucho que hacer... – Tomó el tokkuri con una mano, la libre la llevó hasta su cintura. Sonrió de manera ladina y elevó la mirada, para observar unos cuantos pétalos de cerezo que la brisa había traído desde aquel jardín, hasta ese lugar. –Esperemos que haya una próxima ocasión para charlar en tranquilidad nuevamente, Virgo, aunque supongo que en dicha ocasión será mejor que tomemos algo de té- Se rio ligeramente, con diversión –Creo que el Sake no te ha caído demasiado bien pero los cerezos en flor son propios de la primavera. Las estrellas del verano, la luna llena del otoño y la nieve del invierno. El sake esta bueno, si no te lo pareciera es que una parte de ti está enferma. Quizá día tú también entenderás lo bueno que es, entonces charlaremos de nuevo y brindaremos una vez más- Le dio la espalda a la mujer –Hasta que el viento, o la voluntad divina haga que nuestros caminos se crucen nuevamente, joven Maina, amazona de Virgo- Y emprendió la marcha, dispuesto a dejar el templo de la virgen.

Veracidad, era lo que encontraba en ese comentario, tal vez era a favor que Chronos desconociera la alianza entre dos divinidades, cuando se suponía que estos tenían una guerra propia desde tiempos mitológicos, tal vez el panorama para ellos no seria tan malo después de todo, siempre es bueno confiar y creer aun sea en la más mínima y pequeña posibilidad, jamás perder la fe, puesto que ello es lo ultimo a perderse, solo tal vez y con pensamientos así y la fortaleza de tanto guerreros marinos como santos Athenienses, lograrían colocar la batalla a su favor.

«Algunas cosas simplemente son inevitables, por mucho que deseemos sea diferente.»

Una guerra jamás atraía cosas positivas, mucho menos tratándose de titanes, no solo rallos ni el lugar donde vivían corrían peligro, el mundo y sus habitantes así también, y el hecho de no poder protegerlos a todos, era algo de lo cuales Virgo y posiblemente todos, estaba conscientes.

Por unos breves segundos, llevo su vista hacia aquellos pétalos de cerezos provenientes del jardín oculto en la casa de Virgo, llenos de vida, anunciando la llegada de la primera estación del año, cosas tan efímeras como esas eran de las que se podían apreciar aunque fuese tan solo unos breves segundos y que hacían en uno, unos recueros dignos de guardar en la memoria.
ㅡSer la primera vez en probarlo, no puedo decir mucho, esperémos haya otra ocasión y dejare saber otro punto de vista de ello. Así como usted deberá probar un muy buen té que personalmente he traído de mi hogar; si se nos ha de permitir otro encuentro después de la batalla.ㅡ Dicho esto y tras inclinarse y hacer una venia que noventa grados hacia el guerrero marino, es que se despidió de este una vez que dio la vuelta supuesto a retirarse del templo de la Virgen.
Esta dejó caer sus párpados nuevamente, envolviéndose en aquella aura de meditación, haciendo levantar su cuerpo unos centímetros del piso, tras alzar solo un poco su cosmos, musitó mediante este. ㅡ"El perfume de las flores no va contra el viento. Ni el del sándalo ni el de la rosa o el jazmín. Sin embargo, el perfume del hombre virtuoso se extiende por todas partes y en todas direcciones.”ㅡ
Como parte de su despedida hacia aquel vigoroso guerrero, regresando así a su propia meditación.