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[Misión]Una lección de Mitología[Maina]
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[Misión]Una lección de Mitología[Maina]
[OFF]Misión en Florencia[/OFF]
Un nuevo día, una nueva aventura y mucho trabajo por hacer. La mañana apenas empieza pero recientemente me asignaron una misión, me gustaria pensar que es por ser el más guapo y talentoso, pero probablemente sea porque no hay muchos caballeros dorados que elegir y me toco la paja más corta pero no me quejo, vivo para este tipo de cosas y prácticamente es lo unico que sé hacer.
Portando mis ropas casuales y llevando la Pandora de Escorpio en la espalda camino fuera de mi casa poniendo el letrero de cerrado sobe el aguijón del segundo escorpión de piedra negra que puse en la entrada y me pondría a armar Figuras de Origami mientras camino por las 12 casas. Me dejaron elegir a mi compañero, pero solo hay una persona que realmente considero mi compañera así que voy para su casa.
La entrada a la casa de virgo tiene estatuas budistas aun lado similar a los escorpiones de piedra negro que tengo en la mía, aunque sin una pancarta aun lado que pareciera vender muerte, sufrimiento y desolación para quienes intenten pasar la casa.
Viendo las estatuas de la casa de virgo guardo mi origami y tapo mis ojos haciendo un pequeño hueco entre mis dedos para poder ver un poco aunque pareciera que no. En mis labios se dibuja una sonrisa picara. Es muy temprano, quien sabe que veré.
-Toc, Toc. ¿Hay alguien en la casa de Virgo? Siento pasar así, pero la puerta estaba algo...hem, inexistente, así que entré...Espero no despertar a nadie- Dije aunque no muy alto realmente mientras caminaba buscando a Maina preguntándome si estará en su habitación.
Quien sabe, quizás aun está dormida y por "accidente" termine viéndola dormir o quizás se acaba de levantar igual hace poco por lo que aun se vea adormilada. Como sea eso es algo que voy a querer recordar.
Un nuevo día, una nueva aventura y mucho trabajo por hacer. La mañana apenas empieza pero recientemente me asignaron una misión, me gustaria pensar que es por ser el más guapo y talentoso, pero probablemente sea porque no hay muchos caballeros dorados que elegir y me toco la paja más corta pero no me quejo, vivo para este tipo de cosas y prácticamente es lo unico que sé hacer.
Portando mis ropas casuales y llevando la Pandora de Escorpio en la espalda camino fuera de mi casa poniendo el letrero de cerrado sobe el aguijón del segundo escorpión de piedra negra que puse en la entrada y me pondría a armar Figuras de Origami mientras camino por las 12 casas. Me dejaron elegir a mi compañero, pero solo hay una persona que realmente considero mi compañera así que voy para su casa.
La entrada a la casa de virgo tiene estatuas budistas aun lado similar a los escorpiones de piedra negro que tengo en la mía, aunque sin una pancarta aun lado que pareciera vender muerte, sufrimiento y desolación para quienes intenten pasar la casa.
Viendo las estatuas de la casa de virgo guardo mi origami y tapo mis ojos haciendo un pequeño hueco entre mis dedos para poder ver un poco aunque pareciera que no. En mis labios se dibuja una sonrisa picara. Es muy temprano, quien sabe que veré.
-Toc, Toc. ¿Hay alguien en la casa de Virgo? Siento pasar así, pero la puerta estaba algo...hem, inexistente, así que entré...Espero no despertar a nadie- Dije aunque no muy alto realmente mientras caminaba buscando a Maina preguntándome si estará en su habitación.
Quien sabe, quizás aun está dormida y por "accidente" termine viéndola dormir o quizás se acaba de levantar igual hace poco por lo que aun se vea adormilada. Como sea eso es algo que voy a querer recordar.
Última edición por Len de Escorpio el Jue Mar 26, 2015 2:39 pm, editado 1 vez
Len de Escorpio- Santo de Oro
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Localización : Buscando mi lugar en el mundo
Re: [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
No mentiría si decía que tenía sin dormir como un humano normal, más de cinco días, pero era Maina, y por ser quien era, era natural que no fuese un humano común, esos días sin dormir se debieron a sus meditaciones constantes y sin irrupción alguna, ¿porque? Porque la batalla estaba a la vuelta de la esquina y debía resguardar todo su cosmos posible y solo de aquella manera en que había sido entrenada es que concentraría tal cantidad de cosmos comparable con la explosión del Big Bang. Al menos la visitas al templo de Virgo no se habían vuelto concurrentes, simplemente porque los vecinos de la casa anterior y casa siguiente, uno no tenía tanta comunicación y el otro estaba en puesto vacante, lo que le dejaba el tiempo y silencio para poder hacer lo suyo, meditar.
Pero aun siendo la mano derecha de Dios, su cuerpo seguía siendo terrenal y ante tantos días de no dormir o probar bocado decentemente, comenzaba a sentir los estragos, y así creyendo lo suficiente por entrenar, se dejó caer en los brazos de Morfeo y recuperar aunque fuese un poco aquella energía que tanto necesitaba, dormir, lograr el descansar placenteramente, y vaya que lo estaba haciendo, al menos desde el día anterior desde el momento que quizo tomar una siesta no hubo a levantarse en ningún momento, como si hubiese caído en la maldicion del sueño, mas no era ciertamente esa la cuestión.
Su día comenzaba usualmente alrededor de las cinco de la mañana, para ese, rondaban cerca de las seis y cuarto y Maina no daba señales para salirse de aquella cama de mármol frío, envuelta en sabanas blancas así misma como el color de la habitación completa, insípida, sin decoración ni emoción alguna, pacífica únicamente. Cerca de unos treinta minutos después de esa hora es que su cuerpo comenzó a moverse, dando seña que por fin después de casi dieciocho horas, despertaría.
Desperezándose y llevando su cuerpo por simple inercia hasta el área de baño, es que hizo sus labores de aseo, saliendo cambiada con sus ropajes civiles de monje budista, cepillando aquella larga cabellera rubia que aún quedaba un tanto húmeda. Después de tantas horas de sueño, su estómago comenzaba a gritar por el probar bocado alguno; aquella improvisada cocineta que tal parecía tenían todos los templos sirvió para la Virgo el hacerse algo de comer. Pareciera que llevaba sus ojos cerrados como siempre por privarse de tal sentido sin embargo mas que esa razón, en ese momento era por el sueño que poco a poco estaba dejando su cuerpo. Apenas y alcanzó a escuchar una voz proveniente de la sala principal del templo, tardando un poco en reconocerle, mas no se tomo la molestia de salir una vez que lo escucho más cerca.
ㅡConsiderare poner unas campanas budistas como timbres.ㅡ Ciertamente no le molestaba que entraran a su templo así como así, al menos no entre compañeros de armas, fuera otra persona no pasaría siquiera del umbral. Apenas recibió al caballero de Escorpión, se metió una tostada a la boca, porque Maina no era del todo consciente del estado adormitado que le presentaba a su compañero, era demasiado su cansancio como para preocuparse en ello.
ㅡYa estaba despierta, bueno casi, ¿qué deseas? Si vas a atravesar por las demás casas sabes que no necesitas mi permiso para pasar por aquí.ㅡ Con su mano diestra de tallo uno de sus ojos, hasta caer en cuenta de como es que estaba. Frunció el entrecejo, abrir su mirada seria penoso en ese momento, por lo cual opto mantenerse como siempre, al menos no seria tan vergonzoso el verle directamente a los ojos y recordar ese momento en el que literal, Maina acababa de despertar minutos antes.
Pero aun siendo la mano derecha de Dios, su cuerpo seguía siendo terrenal y ante tantos días de no dormir o probar bocado decentemente, comenzaba a sentir los estragos, y así creyendo lo suficiente por entrenar, se dejó caer en los brazos de Morfeo y recuperar aunque fuese un poco aquella energía que tanto necesitaba, dormir, lograr el descansar placenteramente, y vaya que lo estaba haciendo, al menos desde el día anterior desde el momento que quizo tomar una siesta no hubo a levantarse en ningún momento, como si hubiese caído en la maldicion del sueño, mas no era ciertamente esa la cuestión.
Su día comenzaba usualmente alrededor de las cinco de la mañana, para ese, rondaban cerca de las seis y cuarto y Maina no daba señales para salirse de aquella cama de mármol frío, envuelta en sabanas blancas así misma como el color de la habitación completa, insípida, sin decoración ni emoción alguna, pacífica únicamente. Cerca de unos treinta minutos después de esa hora es que su cuerpo comenzó a moverse, dando seña que por fin después de casi dieciocho horas, despertaría.
Desperezándose y llevando su cuerpo por simple inercia hasta el área de baño, es que hizo sus labores de aseo, saliendo cambiada con sus ropajes civiles de monje budista, cepillando aquella larga cabellera rubia que aún quedaba un tanto húmeda. Después de tantas horas de sueño, su estómago comenzaba a gritar por el probar bocado alguno; aquella improvisada cocineta que tal parecía tenían todos los templos sirvió para la Virgo el hacerse algo de comer. Pareciera que llevaba sus ojos cerrados como siempre por privarse de tal sentido sin embargo mas que esa razón, en ese momento era por el sueño que poco a poco estaba dejando su cuerpo. Apenas y alcanzó a escuchar una voz proveniente de la sala principal del templo, tardando un poco en reconocerle, mas no se tomo la molestia de salir una vez que lo escucho más cerca.
ㅡConsiderare poner unas campanas budistas como timbres.ㅡ Ciertamente no le molestaba que entraran a su templo así como así, al menos no entre compañeros de armas, fuera otra persona no pasaría siquiera del umbral. Apenas recibió al caballero de Escorpión, se metió una tostada a la boca, porque Maina no era del todo consciente del estado adormitado que le presentaba a su compañero, era demasiado su cansancio como para preocuparse en ello.
ㅡYa estaba despierta, bueno casi, ¿qué deseas? Si vas a atravesar por las demás casas sabes que no necesitas mi permiso para pasar por aquí.ㅡ Con su mano diestra de tallo uno de sus ojos, hasta caer en cuenta de como es que estaba. Frunció el entrecejo, abrir su mirada seria penoso en ese momento, por lo cual opto mantenerse como siempre, al menos no seria tan vergonzoso el verle directamente a los ojos y recordar ese momento en el que literal, Maina acababa de despertar minutos antes.
Maina de Virgo- Santo de Oro
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Fecha de inscripción : 10/09/2014
Localización : Buscando alcanzar la iluminación.
Re: [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
Finalmente encontré a la Amazona de Virgo...medio adormilada por suerte aunque no tanto como mi salvaje imaginación la visualizo. Aun así era una vista interesante y muy linda por lo que abri mis manos para ver como perdiendo el miedo aunque por dentro doy la misión por cumplida.
-Quedarían bastante bien- Dije con una pequeña sonrisa antes de dejar mis cosas aun lado para poder sentarme -¿Me regalas una tostada? No he comido tampoco...- dije mientras me siento.
Finalmente me pregunta por mis asuntos, así como me explica que no necesito su permiso para pasar.
-My, my my. Jamas me atrevería a pasar por la casa de una dama sin saludar, ya no digamos una amiga si pasara aunque sea por su zona.- Dije asintiendo como si hubiera dicho la cosa más genial del mundo antes de mirarla más seriamente. -Me han mandado a una misión, algo aburrida, tu sabes, buscar el gato de alguien- Dije tranquilamente metiéndome un bocado a la boca ya sea una tostada si me ofrece o una carne seca de mi bola. -Pero parece un gato especial por lo que necesitaré apoyo y como eres mi compañera venia a pedirte ayuda- Dije antes de dar otro mordisco -Lo unico que tiene esté gato de especial es que puede que le pertenezca a una tal Nemea, mide 2 metros de alto y está destruyendo Florencia. - Ahora la miré seriamente para demostrar que hablo enserio. -Puede que sea el León de Nemea o bien es algo similar. Así que necesito tu ayuda ¿Me acompañarías?-
-Quedarían bastante bien- Dije con una pequeña sonrisa antes de dejar mis cosas aun lado para poder sentarme -¿Me regalas una tostada? No he comido tampoco...- dije mientras me siento.
Finalmente me pregunta por mis asuntos, así como me explica que no necesito su permiso para pasar.
-My, my my. Jamas me atrevería a pasar por la casa de una dama sin saludar, ya no digamos una amiga si pasara aunque sea por su zona.- Dije asintiendo como si hubiera dicho la cosa más genial del mundo antes de mirarla más seriamente. -Me han mandado a una misión, algo aburrida, tu sabes, buscar el gato de alguien- Dije tranquilamente metiéndome un bocado a la boca ya sea una tostada si me ofrece o una carne seca de mi bola. -Pero parece un gato especial por lo que necesitaré apoyo y como eres mi compañera venia a pedirte ayuda- Dije antes de dar otro mordisco -Lo unico que tiene esté gato de especial es que puede que le pertenezca a una tal Nemea, mide 2 metros de alto y está destruyendo Florencia. - Ahora la miré seriamente para demostrar que hablo enserio. -Puede que sea el León de Nemea o bien es algo similar. Así que necesito tu ayuda ¿Me acompañarías?-
Última edición por Len de Escorpio el Jue Mar 26, 2015 2:41 pm, editado 1 vez
Len de Escorpio- Santo de Oro
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Localización : Buscando mi lugar en el mundo
Re: [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
ㅡPreguntaría que tanto haces que no comiste algo, porque supongo estas despierto desde más temprano...ㅡ
Dicho esto, ladeo una pequeña sonrisa volviendo hasta su cocina, en lo que escuchaba las palabras de su compañero, entre tanto se le escapaba unos cuantos bostezos, acabando así de despertarse en su totalidad y estar al cien durante el día restante.
Pasando los minutos volvió al salón contiguo de la cocina donde estaba su compañero Escorpio, con bandeja en manos colocándola sobre una de las mesas que había conseguido en Rodorio para decorar un tanto el templo y que este no fuese tan insípido como se veía; había llevado un par de tostadas y jugo para ambos, entre sus manos tomó el propio, bebiendo de este.
Dejó descansar su espalda sobre uno de los asientos del mismo salón, así que era todo aquello por una misión, mas no esperaba que tuviese tanta relevancia, la ultima juntos solo se habían visto envuelto con una tunda de ladrones, sin embargo ahora trataban con seres de la mitología, así que lo que se visualizaba a las afueras de tierras Athenienses era en efecto, lo que temía y Buda tanto le había advertido.
ㅡAsi que el León de Nemea...ㅡ Musitó en voz suave, trabajando en su mente en ese momento todas las opciones para ambos y de que manera seria lo mejor para acabar ese mal. ㅡHabrá que sacarlo de la ciudad, probablemente ya haya hecho demasiado caos y haya habido perdidas, tenemos que evitar que eso siga sucediendo; es primordial la seguridad de los habitantes.ㅡ Frunció el ceño, sabia que el despertar de los titanes atraería problemas, pero no imaginaba tanto así, pues estaba segura que no solo el León de Nemea era el único que acechaba el mundo, porque los titanes actuaban por medio de otros antes de involucrarse ellos mismos.
Se levantó de donde es que estaba sentada. ㅡNo va a ser fácil... ya vuelvo.ㅡ Bien no había dicho un si claro pero se daba a entender que lo acompañaría, después de todo ambos trabajaban bastante bien juntos.
Y así se dirigió a su habitación, cogiendo de allí únicamente la caja de Pandora que guardaba la armadura de la Virgen, regresando donde Len al cabo de unos minutos. ㅡBien, ¿partimos?ㅡ Encontrándose ya en el arco de entrada del templo, dispuesta a bajar el resto de las casas y dirigirse a Florencia.
¿Que tan mal estaría la ciudad? ¿Habrían afectados...muertos? Esperaba que el panorama no fuese tan malo como lo imaginaba.
Dicho esto, ladeo una pequeña sonrisa volviendo hasta su cocina, en lo que escuchaba las palabras de su compañero, entre tanto se le escapaba unos cuantos bostezos, acabando así de despertarse en su totalidad y estar al cien durante el día restante.
Pasando los minutos volvió al salón contiguo de la cocina donde estaba su compañero Escorpio, con bandeja en manos colocándola sobre una de las mesas que había conseguido en Rodorio para decorar un tanto el templo y que este no fuese tan insípido como se veía; había llevado un par de tostadas y jugo para ambos, entre sus manos tomó el propio, bebiendo de este.
Dejó descansar su espalda sobre uno de los asientos del mismo salón, así que era todo aquello por una misión, mas no esperaba que tuviese tanta relevancia, la ultima juntos solo se habían visto envuelto con una tunda de ladrones, sin embargo ahora trataban con seres de la mitología, así que lo que se visualizaba a las afueras de tierras Athenienses era en efecto, lo que temía y Buda tanto le había advertido.
ㅡAsi que el León de Nemea...ㅡ Musitó en voz suave, trabajando en su mente en ese momento todas las opciones para ambos y de que manera seria lo mejor para acabar ese mal. ㅡHabrá que sacarlo de la ciudad, probablemente ya haya hecho demasiado caos y haya habido perdidas, tenemos que evitar que eso siga sucediendo; es primordial la seguridad de los habitantes.ㅡ Frunció el ceño, sabia que el despertar de los titanes atraería problemas, pero no imaginaba tanto así, pues estaba segura que no solo el León de Nemea era el único que acechaba el mundo, porque los titanes actuaban por medio de otros antes de involucrarse ellos mismos.
Se levantó de donde es que estaba sentada. ㅡNo va a ser fácil... ya vuelvo.ㅡ Bien no había dicho un si claro pero se daba a entender que lo acompañaría, después de todo ambos trabajaban bastante bien juntos.
Y así se dirigió a su habitación, cogiendo de allí únicamente la caja de Pandora que guardaba la armadura de la Virgen, regresando donde Len al cabo de unos minutos. ㅡBien, ¿partimos?ㅡ Encontrándose ya en el arco de entrada del templo, dispuesta a bajar el resto de las casas y dirigirse a Florencia.
¿Que tan mal estaría la ciudad? ¿Habrían afectados...muertos? Esperaba que el panorama no fuese tan malo como lo imaginaba.
Maina de Virgo- Santo de Oro
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Localización : Buscando alcanzar la iluminación.
Re: [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
-Hummm. Nada que un chico sano y sexy como yo no haría--Sonreí a su pregunta como si fuera un niño pequeño que había hecho una travesura pero no quería revelarlo.
Claro que no me molestaría decirle un poco incluso parte de lo que esperaba lograr aquí si ella realmente quería saber, pero quería divertirme un poco antes de revelar mi "plan maestro".
Maina volvió con una bandeja con comida a lo que junté las manos con un poco de seriedad lo que podria parecer algo inusual para algo como esto -Muchísimas gracias por la comida- dije antes de sonreír de nuevo y empezar a comer. -Está muy bueno. ¿Tú sola preparaste todo desde cero o algo es comprado?- Dije tras darle la primera mordida.
Volviendo al tema del Leon, Maina empezó a pensar lo que habríamos que hacer primero, alejar a la criatura de la ciudad a lo que cabecee.
-Concuerdo, pero descuida de eso me encargaré yo. Dependiendo de en que parte de la ciudad esté lo llevaré fuera de la ciudad o por al menos a un sector más o menos abierto que ya esté en ruinas y no haya nadie. Ahí podremos pelear los 3 a gusto-
Seguí comiendo tranquilamente antes de tomar mi bebida mientras Maina iba a hacer algo. Si bien no me dijo un claro que sí quedamos en ser compañeros de equipo pues trabajamos bien juntos y sé que no es el tipo de persona que dejaría que una matanza como está siga sucediendo por lo que esperé hasta que pronto volvió con su caja de pandora lista para la acción.
Cabecee rápidamente y de inmediato devoré el resto de mis tostadas prácticamente forzándolas a entrar en mi boca antes de empezar a beber el jugo para tragarla y beber rápido el jugo, entones deje los trastes rápidamente en donde me pareció su lugar y agarré mis cosas.
-¡Ok!¡Destino: Florencia!- Dije animadamente mientras empezaba a caminar con Maina fuera del templo mientras sacaba de mi bolsillo unos mapas y veía uno donde estaba señalado con tiza el camino a Florencia. Venia bien preparado, claro, pues me tomo el trabajo muy seriamente así que le daba una repasada rápido. Entonces estando seguro del camino a tomar los guardé y saque una hoja en blanco para seguir haciendo mis figuras de origami.
No tardamos mucho, una vez dejadas atras las 12 casas y llegar al camino encontramos una carreta jalada por 2 caballos que serían nuestro transporte. Con tantos enemigos por ahí no es bueno llamar demasiado la atención y tenemos que llegar rápido a la ciudad por lo que ir caminando no resulta conveniente para esta misión. Dejo mi pandora en la carreta y le extendía mi mano a la dama.
-¿Le ayudo con su equipaje señorita?- pregunté amablemente.
Una vez hecho esto solo faltaba subir al frente, tomar las riendas y empezar la marcha a la ciudad. -Hace tiempo que no viajaba en carreta. Por lo general nos hacen ir a todos lados a pie así que es un buen cambio para variar- Dije mientras emprendía el viaje intentando sonar relajado. De nada servia preocuparse en demasía por esto. Una vez que lleguemos a la ciudad y ubiquemos a la bestia podremos preocuparnos.
[OFF]Ya en mi siguiente post podemos empezar la misión realmente o si crees que es mejor que lo añada en este avísame por pm y lo agrego[/OFF]
Claro que no me molestaría decirle un poco incluso parte de lo que esperaba lograr aquí si ella realmente quería saber, pero quería divertirme un poco antes de revelar mi "plan maestro".
Maina volvió con una bandeja con comida a lo que junté las manos con un poco de seriedad lo que podria parecer algo inusual para algo como esto -Muchísimas gracias por la comida- dije antes de sonreír de nuevo y empezar a comer. -Está muy bueno. ¿Tú sola preparaste todo desde cero o algo es comprado?- Dije tras darle la primera mordida.
Volviendo al tema del Leon, Maina empezó a pensar lo que habríamos que hacer primero, alejar a la criatura de la ciudad a lo que cabecee.
-Concuerdo, pero descuida de eso me encargaré yo. Dependiendo de en que parte de la ciudad esté lo llevaré fuera de la ciudad o por al menos a un sector más o menos abierto que ya esté en ruinas y no haya nadie. Ahí podremos pelear los 3 a gusto-
Seguí comiendo tranquilamente antes de tomar mi bebida mientras Maina iba a hacer algo. Si bien no me dijo un claro que sí quedamos en ser compañeros de equipo pues trabajamos bien juntos y sé que no es el tipo de persona que dejaría que una matanza como está siga sucediendo por lo que esperé hasta que pronto volvió con su caja de pandora lista para la acción.
Cabecee rápidamente y de inmediato devoré el resto de mis tostadas prácticamente forzándolas a entrar en mi boca antes de empezar a beber el jugo para tragarla y beber rápido el jugo, entones deje los trastes rápidamente en donde me pareció su lugar y agarré mis cosas.
-¡Ok!¡Destino: Florencia!- Dije animadamente mientras empezaba a caminar con Maina fuera del templo mientras sacaba de mi bolsillo unos mapas y veía uno donde estaba señalado con tiza el camino a Florencia. Venia bien preparado, claro, pues me tomo el trabajo muy seriamente así que le daba una repasada rápido. Entonces estando seguro del camino a tomar los guardé y saque una hoja en blanco para seguir haciendo mis figuras de origami.
No tardamos mucho, una vez dejadas atras las 12 casas y llegar al camino encontramos una carreta jalada por 2 caballos que serían nuestro transporte. Con tantos enemigos por ahí no es bueno llamar demasiado la atención y tenemos que llegar rápido a la ciudad por lo que ir caminando no resulta conveniente para esta misión. Dejo mi pandora en la carreta y le extendía mi mano a la dama.
-¿Le ayudo con su equipaje señorita?- pregunté amablemente.
Una vez hecho esto solo faltaba subir al frente, tomar las riendas y empezar la marcha a la ciudad. -Hace tiempo que no viajaba en carreta. Por lo general nos hacen ir a todos lados a pie así que es un buen cambio para variar- Dije mientras emprendía el viaje intentando sonar relajado. De nada servia preocuparse en demasía por esto. Una vez que lleguemos a la ciudad y ubiquemos a la bestia podremos preocuparnos.
[OFF]Ya en mi siguiente post podemos empezar la misión realmente o si crees que es mejor que lo añada en este avísame por pm y lo agrego[/OFF]
Len de Escorpio- Santo de Oro
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Re: [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
ㅡEs comprado.ㅡ
Comentó como si fuese la cosa más natural del mundo, aunque fuese mujer, ello de las cosas culinarias no eran lo suyo además de que no tenia el tiempo para dedicarse a eso, concentrar cosmos era una prioridad para ella desde que supo acerca de los titanes, en cualquier momento necesitaría de su uso y debía tener todo lo más posible reunido.
ㅡBien, me agrada esa idea.ㅡ
Había mil y un cosas que pasaban por la mente de la amazona de Virgo, sobre todo por el bien y seguridad de los ciudadanos, si bien ala estructura podría re construirse después, pero una vida no había manera de como traerla de vuelta y Maina no estaba dispuesta a seguir sacrificando inocentes por un mal que el capricho de los titanes habían soltado, por que para ello eso era, niños con fin de llamar la atención, haciendo destrozos para hacerse ver y que tengan la vista en ellos, le sacaba de quicio de cierta forma.
Miró de reojo a su compañero, con unos mapas en manos, realmente creía eso innecesario, bien después de atravesar las doce casas podría transportarlos a ella y él mediante un portal, pero creía más prudente del hacerlo a la manera acostumbrada para ellos. Aspiro profundamente, ladeando una pequeña sonrisa. ㅡ¿Ah caballo eh? Llegaremos más rápido que a como nos movemos usualmente.ㅡ Identificaba ello por el aroma de los animales que desprendía; enseguida al escucharlo, asintió y extendió la caja de Pandora a su compañero quien la colocó al lado por igual a la suya, así, Maina subió a la carreta en su lugar pertinente, confiaba plenamente en el buen manejo de esta por Len.
Soltó un largo suspiro, usualmente no era alguien platicadora, menos cuando de una situación así trataba, su mente se ocupaba en planear estrategias de batalla, en hacer caer a semejante león sufriendo los menos daños posibles, porque estaba segura que tal ser mitológico les daría batalla y una bastante buena, después de todo se trataba de un felino de unos cuantos metros y cientos de kilos. Se mantuvo callada durante el viaje, probablemente se entendería que hasta sin expresión alguna, pues su rostro a como se había encontrado con su compañero en el templo de Virgo, no había cambiado en demasía, seguía pulcro, sereno, con la mirada entrecerrada; admirando todo a su alrededor a través de sus otros sentido, como tal había sido entrenada. Por un breve instante, el aire fresco que corrió e hizo mover sus rubios cabellos le pareció de lo más agradable, salvó por esa pequeña mueca que surcó el sereno y apacible rostro de Virgo.
«Sangre...»
Aquel aire que los rozaba cargaba con el olor de la sangre, esa combinación de hierro con sal, hasta podía decir que se sentía pesado una vez que identificó aquel aroma; y entonces se tensó, su mano izquierda la poso en el ante brazo de su compañero que aun halaba de las riendas dirigiendo a los caballos. ㅡEstá más adelante Len...ㅡ Enseguida lo soltó, e hizo un ademán para acercar las cajas de Pandora hacia ellos, porque en breve es que la usarían, lo aseguraba, podía sentirlo, la naturaleza estaba inquieta, parvadas viajaban en dirección contraria a la que usualmente se les veía, era porque estaban aterrados, sentía el miedo, el terror, el olor a sangre era más prominente conforme la carreta se acercaba. ㅡDeténla aquí, si nos acercamos más, estaremos en peligro.ㅡ No espero a que está se detuviera y de un salto bajó, temía por el panorama que se avecinaba para ambos, aunque en años atrás había visto muchas muertes por el país en donde nació, jamás sería un panorama que le agradara de ver.
Con un incremento de su cosmos, la armadura de Virgo abandonó la caja de Pandora, vistiendo con ella a Maina, sabiendo que Len haría lo mismo por consiguiente. ㅡNo esperaba que estuviese en el centro de la ciudad. Movió su cabeza en negación, debería preocuparse después por todo lo que tendrían que atender una vez que lo vencieran, lo primordial en ese momento, era atraer al León hasta las afueras y sacar de peligro a los ciudadanos, ellos se las arreglarían.
Comentó como si fuese la cosa más natural del mundo, aunque fuese mujer, ello de las cosas culinarias no eran lo suyo además de que no tenia el tiempo para dedicarse a eso, concentrar cosmos era una prioridad para ella desde que supo acerca de los titanes, en cualquier momento necesitaría de su uso y debía tener todo lo más posible reunido.
ㅡBien, me agrada esa idea.ㅡ
Había mil y un cosas que pasaban por la mente de la amazona de Virgo, sobre todo por el bien y seguridad de los ciudadanos, si bien ala estructura podría re construirse después, pero una vida no había manera de como traerla de vuelta y Maina no estaba dispuesta a seguir sacrificando inocentes por un mal que el capricho de los titanes habían soltado, por que para ello eso era, niños con fin de llamar la atención, haciendo destrozos para hacerse ver y que tengan la vista en ellos, le sacaba de quicio de cierta forma.
Miró de reojo a su compañero, con unos mapas en manos, realmente creía eso innecesario, bien después de atravesar las doce casas podría transportarlos a ella y él mediante un portal, pero creía más prudente del hacerlo a la manera acostumbrada para ellos. Aspiro profundamente, ladeando una pequeña sonrisa. ㅡ¿Ah caballo eh? Llegaremos más rápido que a como nos movemos usualmente.ㅡ Identificaba ello por el aroma de los animales que desprendía; enseguida al escucharlo, asintió y extendió la caja de Pandora a su compañero quien la colocó al lado por igual a la suya, así, Maina subió a la carreta en su lugar pertinente, confiaba plenamente en el buen manejo de esta por Len.
Soltó un largo suspiro, usualmente no era alguien platicadora, menos cuando de una situación así trataba, su mente se ocupaba en planear estrategias de batalla, en hacer caer a semejante león sufriendo los menos daños posibles, porque estaba segura que tal ser mitológico les daría batalla y una bastante buena, después de todo se trataba de un felino de unos cuantos metros y cientos de kilos. Se mantuvo callada durante el viaje, probablemente se entendería que hasta sin expresión alguna, pues su rostro a como se había encontrado con su compañero en el templo de Virgo, no había cambiado en demasía, seguía pulcro, sereno, con la mirada entrecerrada; admirando todo a su alrededor a través de sus otros sentido, como tal había sido entrenada. Por un breve instante, el aire fresco que corrió e hizo mover sus rubios cabellos le pareció de lo más agradable, salvó por esa pequeña mueca que surcó el sereno y apacible rostro de Virgo.
Aquel aire que los rozaba cargaba con el olor de la sangre, esa combinación de hierro con sal, hasta podía decir que se sentía pesado una vez que identificó aquel aroma; y entonces se tensó, su mano izquierda la poso en el ante brazo de su compañero que aun halaba de las riendas dirigiendo a los caballos. ㅡEstá más adelante Len...ㅡ Enseguida lo soltó, e hizo un ademán para acercar las cajas de Pandora hacia ellos, porque en breve es que la usarían, lo aseguraba, podía sentirlo, la naturaleza estaba inquieta, parvadas viajaban en dirección contraria a la que usualmente se les veía, era porque estaban aterrados, sentía el miedo, el terror, el olor a sangre era más prominente conforme la carreta se acercaba. ㅡDeténla aquí, si nos acercamos más, estaremos en peligro.ㅡ No espero a que está se detuviera y de un salto bajó, temía por el panorama que se avecinaba para ambos, aunque en años atrás había visto muchas muertes por el país en donde nació, jamás sería un panorama que le agradara de ver.
Con un incremento de su cosmos, la armadura de Virgo abandonó la caja de Pandora, vistiendo con ella a Maina, sabiendo que Len haría lo mismo por consiguiente. ㅡNo esperaba que estuviese en el centro de la ciudad. Movió su cabeza en negación, debería preocuparse después por todo lo que tendrían que atender una vez que lo vencieran, lo primordial en ese momento, era atraer al León hasta las afueras y sacar de peligro a los ciudadanos, ellos se las arreglarían.
Maina de Virgo- Santo de Oro
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Localización : Buscando alcanzar la iluminación.
Re: [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
Era casi una pena que fuera comprado, me gustaría probar la cocina de Maina, pero igual está bueno y le agradezco que Maina me diera algo de su comida, especialmente considerando que me invité solo. Recuerdo cuando pasé hambre de pequeño y el mercader se apiado de mí dándome algo de comer hasta que me llevo con mi maestro así que sé que hay que estar agradecido cuando te invitan algo.
Ir a caballo era extraño, pero era más rápido que ir caminando. La cosa es que realmente no sabía cómo montar un caballo. Sólo la teoría. Apenas ayude a Maina me subí yo y tome las riendas los animales se veían inquietos por una razón.
-Veamos. Creo que era algo así. ¿Arre?- Digo antes de darle una sacudida a las cuerdas muy pequeña, pero antes de darme cuenta los caballos empiezan a correr a enorme velocidad -¡Ahhhhh!. Pero si apenas toque las cuerdas. Esperen, caballitos esperen, no se salgan del caminooo!-
Nunca fue exactamente bueno con los animales. Por alguna razón que todavía no comprendo los caballos fueron más rápido de lo esperado al principio y me costó un poco controlarlos perfectamente pero finalmente vamos a toda velocidad hacia Florencia y ya tengo el control.
- Suelo tener problemas con los animales. Sobretodo los caballos. Varias veces se alteran sólo porque esté cerca. Mi maestro me dijo que es por el aire que emano, dijo que a veces al verme sonreír sentía como si fuera un depredador tratando de ocultar su presencia para atacar a su presa. Dijo que eso es algo bueno en un guerrero, pero que los animales se pueden asustar o poner más agresivos de lo usual por ello- Dije despreocupado con una sonrisa como si no me molestara en lo absoluto -Pero bueno. Ya tengo el control y creo que sin querer motivaré a esforzarse para llegar rápido-
No tardamos mucho en llegar a florencia y rápidamente pude oler un olor significante. Estoy muy acostumbrado a olerlo y parece que Maina hizo igual pues me pidió detenerme aunque antes de eso se bajo de un salto y se vistió con su armadura mientras veía el desastre.
-Ohhh, Ohhh, AHHH- Dije consiguiendo un rápido frenado consiguiendo que casi saliera volando pero me alcancé a agarrar a tiempo.
Una vez parado los caballitos miré el humo y escuchaba el caos a lo lejos. Al parecer la criatura estaba en el centro de la ciudad. Miré alrededor antes de sacar un mapa y pensé un poco antes de que el foco en mi cabeza se encendiera. Con un plan en mente me pase a la parte de atrás del vagón y me acerqué a mi caja de pandora.
-Vamos a bailar escorpio- Dije antes de jalar la cadena.
Al instante la tapa se abre y un resplandor dorado se deja ver de donde sale la armadura escorpio en su forma de escorpion flotando en el aire. Yo estiré mis manos hacia ella tomándola gentilmente...pero luego con mis manos la moví sobre un barril de madera vacio que había en el carruaje y de una metí la armadura sagrada ahí. Lo que seguro sorprendería a cualquier caballero que me viera sin importar la clase. Ahora tome un barril de madera y salí cargándolo. Entonces me acerqué a Maina y deje el barril en el suelo un segundo para después mostrarle mi mapa como el hecho de que escorpio estuviera dentro del barril no fuera nada fuera de lo usual.
-Si esté mapa no está des-actualizado debería de haber un viejo parque por allá. Llevaré atraeré al gatito ahí para que lo atrapemos. Mantente escondida hasta que lances tu ataque- Dije tranquilamente.
Tomé el barril y lo cargue con mis manos como pude mientras iba rápido hacia el pequeño minino con una sonrisa tranquila aunque hice una pequeña parada por unos puestos abandonados que habían en la callé...
Más adelante estaba el Leon de Nemea, una enorme bestia de dos metros quien eructo un sombrero manchado de sangre. -Ahh, ese viejo estaba muy duro. Necesito más niños- Hablo el león mientras con su larga lengua se limpiaba sus ensangrentados dientes. Entonces se acercó a una casa y levantando su garra azoto el muro de está destrozándolo con facilidad revelando una familia con varios niños que de inmediato empezaron a gritar lo que hizo sonreír a Nemea.
-Hola, pequeños- Dijo lamiéndose los labios pero antes de que pudiera hacer algo un tomate le pego en la cara y le hizo rugir en la dirección en la que vino el vegetal donde justamente estaba yo con una bolsa de tela llena de lo que parecían tomates que sólo fue algo de lo que tome de las tiendas. Justo a un lado mío está el importante barril.
-Ouhhh, que mal aliento tienes. Hasta aquí lo olí. ¿Es esa la manera en que has hecho tal desastre? ¿Abriendo la boca y hacer que la gente muera por el mal olor o huya aterrada de él?-
-Insolente alimaña humana ¿Tienes tan siquiera una ínfima idea de a quién te enfrentas? ¡Yo soy el león de nemea! ¡Soy...!- dice antes de recibir otro tomatazo interrumpiéndolo.
-Ahhh, ya veo. Entonces le perteneces a Nemea. Le diré a esa niña que tenga más cuidado con sus mascotas. Seguro que ha de estar preocupada por su gatito. No, espera. Se nota que ni siquiera te baña. wuaacc. Hueles a zorrillo seguro que te abandono. Pero descuida, por eso traje estos tomates, dicen que el jugo de tomate puede quitar hasta ese fétido olor - Dije antes de lanzaré un tomate más a lo que el con fuerza lo aplasto con su garra y rugió con fuerza antes de lanzarse hacia mí mientras pensaba que eso fue más fácil de lo que pensaba que sería.
El gatito era listo. Fue buena idea no mostrarme con mi armadura. Eso lo hubiera puesto más alerta por lo que podría haber terminado huyendo o eligiendo otra manera de perseguirme, mientras que de este modo soy solo un insecto molesto que debe morir. Además, estoy seguro que su instinto animal lo hace odiarme.
Rápidamente patee el barril que empezó a rodar hacia abajo por la pendiente que han en esta calle y me subí sobre este moviendo los pies mientras esté gira para mantenerme encima y mirando al "pequeño minino" perseguirme.
El gatito me perseguía en mi extraño e improvisado humm...¿transporte? Como sea. Mientras yo sacaba tomates de la bolsa.
-Ha, He, Ha,He- Dije mientras lanzaba los tomates a la bestia cual simplemente los ignoraba mientras me perseguía molestándolo más.
-Pequeña alimaña. Disfrutaré de aplastar tu inútil cerebro y devorar tu cuerpo- Decía la bestia persiguiéndome sin importarle lo que le hiciera.
-Hey, no es tan inútil. Una vez cada luna azul se me ocurre algo brillante. Por lo menos a mi no me abandonó nemea por ser un gato apestoso. Hummm - Dije sacando la lengua en un gesto infantil enfureciéndolo más.
-¡Tú maldito! GRAAAAA- dice acercándose más antes de saltar hacia mí cuando finalmente alcanzamos el parque lo que también acababa con mi pendiente.
Salte lejos del barril para evitar su ataque a la vez que invoque mi cosmos por lo que el barril estallo dado que mi armadura de escorpio sale de el para cubrir mi cuerpo en un instante . -¡Comete esto!¡Agujas escarlatas!- Dije disparando una lluvia de agujas escarlata a su boca, cara y ojos logrando darle un poco haciéndolo apartar la cabeza.- Y prepárate para recibir tus nalgaditas- Termine mientras caía y me ponía en posición de combate no sin antes dar la señal.
-¡Ahora Maina!-
Ir a caballo era extraño, pero era más rápido que ir caminando. La cosa es que realmente no sabía cómo montar un caballo. Sólo la teoría. Apenas ayude a Maina me subí yo y tome las riendas los animales se veían inquietos por una razón.
-Veamos. Creo que era algo así. ¿Arre?- Digo antes de darle una sacudida a las cuerdas muy pequeña, pero antes de darme cuenta los caballos empiezan a correr a enorme velocidad -¡Ahhhhh!. Pero si apenas toque las cuerdas. Esperen, caballitos esperen, no se salgan del caminooo!-
Nunca fue exactamente bueno con los animales. Por alguna razón que todavía no comprendo los caballos fueron más rápido de lo esperado al principio y me costó un poco controlarlos perfectamente pero finalmente vamos a toda velocidad hacia Florencia y ya tengo el control.
- Suelo tener problemas con los animales. Sobretodo los caballos. Varias veces se alteran sólo porque esté cerca. Mi maestro me dijo que es por el aire que emano, dijo que a veces al verme sonreír sentía como si fuera un depredador tratando de ocultar su presencia para atacar a su presa. Dijo que eso es algo bueno en un guerrero, pero que los animales se pueden asustar o poner más agresivos de lo usual por ello- Dije despreocupado con una sonrisa como si no me molestara en lo absoluto -Pero bueno. Ya tengo el control y creo que sin querer motivaré a esforzarse para llegar rápido-
No tardamos mucho en llegar a florencia y rápidamente pude oler un olor significante. Estoy muy acostumbrado a olerlo y parece que Maina hizo igual pues me pidió detenerme aunque antes de eso se bajo de un salto y se vistió con su armadura mientras veía el desastre.
-Ohhh, Ohhh, AHHH- Dije consiguiendo un rápido frenado consiguiendo que casi saliera volando pero me alcancé a agarrar a tiempo.
Una vez parado los caballitos miré el humo y escuchaba el caos a lo lejos. Al parecer la criatura estaba en el centro de la ciudad. Miré alrededor antes de sacar un mapa y pensé un poco antes de que el foco en mi cabeza se encendiera. Con un plan en mente me pase a la parte de atrás del vagón y me acerqué a mi caja de pandora.
-Vamos a bailar escorpio- Dije antes de jalar la cadena.
Al instante la tapa se abre y un resplandor dorado se deja ver de donde sale la armadura escorpio en su forma de escorpion flotando en el aire. Yo estiré mis manos hacia ella tomándola gentilmente...pero luego con mis manos la moví sobre un barril de madera vacio que había en el carruaje y de una metí la armadura sagrada ahí. Lo que seguro sorprendería a cualquier caballero que me viera sin importar la clase. Ahora tome un barril de madera y salí cargándolo. Entonces me acerqué a Maina y deje el barril en el suelo un segundo para después mostrarle mi mapa como el hecho de que escorpio estuviera dentro del barril no fuera nada fuera de lo usual.
-Si esté mapa no está des-actualizado debería de haber un viejo parque por allá. Llevaré atraeré al gatito ahí para que lo atrapemos. Mantente escondida hasta que lances tu ataque- Dije tranquilamente.
Tomé el barril y lo cargue con mis manos como pude mientras iba rápido hacia el pequeño minino con una sonrisa tranquila aunque hice una pequeña parada por unos puestos abandonados que habían en la callé...
Más adelante estaba el Leon de Nemea, una enorme bestia de dos metros quien eructo un sombrero manchado de sangre. -Ahh, ese viejo estaba muy duro. Necesito más niños- Hablo el león mientras con su larga lengua se limpiaba sus ensangrentados dientes. Entonces se acercó a una casa y levantando su garra azoto el muro de está destrozándolo con facilidad revelando una familia con varios niños que de inmediato empezaron a gritar lo que hizo sonreír a Nemea.
-Hola, pequeños- Dijo lamiéndose los labios pero antes de que pudiera hacer algo un tomate le pego en la cara y le hizo rugir en la dirección en la que vino el vegetal donde justamente estaba yo con una bolsa de tela llena de lo que parecían tomates que sólo fue algo de lo que tome de las tiendas. Justo a un lado mío está el importante barril.
-Ouhhh, que mal aliento tienes. Hasta aquí lo olí. ¿Es esa la manera en que has hecho tal desastre? ¿Abriendo la boca y hacer que la gente muera por el mal olor o huya aterrada de él?-
-Insolente alimaña humana ¿Tienes tan siquiera una ínfima idea de a quién te enfrentas? ¡Yo soy el león de nemea! ¡Soy...!- dice antes de recibir otro tomatazo interrumpiéndolo.
-Ahhh, ya veo. Entonces le perteneces a Nemea. Le diré a esa niña que tenga más cuidado con sus mascotas. Seguro que ha de estar preocupada por su gatito. No, espera. Se nota que ni siquiera te baña. wuaacc. Hueles a zorrillo seguro que te abandono. Pero descuida, por eso traje estos tomates, dicen que el jugo de tomate puede quitar hasta ese fétido olor - Dije antes de lanzaré un tomate más a lo que el con fuerza lo aplasto con su garra y rugió con fuerza antes de lanzarse hacia mí mientras pensaba que eso fue más fácil de lo que pensaba que sería.
El gatito era listo. Fue buena idea no mostrarme con mi armadura. Eso lo hubiera puesto más alerta por lo que podría haber terminado huyendo o eligiendo otra manera de perseguirme, mientras que de este modo soy solo un insecto molesto que debe morir. Además, estoy seguro que su instinto animal lo hace odiarme.
Rápidamente patee el barril que empezó a rodar hacia abajo por la pendiente que han en esta calle y me subí sobre este moviendo los pies mientras esté gira para mantenerme encima y mirando al "pequeño minino" perseguirme.
- Musica de fondo:
El gatito me perseguía en mi extraño e improvisado humm...¿transporte? Como sea. Mientras yo sacaba tomates de la bolsa.
-Ha, He, Ha,He- Dije mientras lanzaba los tomates a la bestia cual simplemente los ignoraba mientras me perseguía molestándolo más.
-Pequeña alimaña. Disfrutaré de aplastar tu inútil cerebro y devorar tu cuerpo- Decía la bestia persiguiéndome sin importarle lo que le hiciera.
-Hey, no es tan inútil. Una vez cada luna azul se me ocurre algo brillante. Por lo menos a mi no me abandonó nemea por ser un gato apestoso. Hummm - Dije sacando la lengua en un gesto infantil enfureciéndolo más.
-¡Tú maldito! GRAAAAA- dice acercándose más antes de saltar hacia mí cuando finalmente alcanzamos el parque lo que también acababa con mi pendiente.
Salte lejos del barril para evitar su ataque a la vez que invoque mi cosmos por lo que el barril estallo dado que mi armadura de escorpio sale de el para cubrir mi cuerpo en un instante . -¡Comete esto!¡Agujas escarlatas!- Dije disparando una lluvia de agujas escarlata a su boca, cara y ojos logrando darle un poco haciéndolo apartar la cabeza.- Y prepárate para recibir tus nalgaditas- Termine mientras caía y me ponía en posición de combate no sin antes dar la señal.
-¡Ahora Maina!-
Len de Escorpio- Santo de Oro
- Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 15/01/2015
Localización : Buscando mi lugar en el mundo
Re: [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
- ...:
- Según yo titanes tienen permiso de invadir este tipo de temas así que...
En aquel lugar donde el león de nemea causaba sus estragos arribaron dos santos dorados quienes al parecer tenían el conocimiento de que aquella criatura estaba ahí, Iapetos se encontraba sentado en su sala en aquel laberinto en el que habitaban los titanes, había creado un portal/espejo, en el cual observaba lo que ocurría en aquellas tierras cerca del santuario ateniense, disfrutaba y gozaba de la destrucción que aquel león causaba, pero al ver arribar a los dorados se molestó, sentado en su silla invocó en el lugar a una gran bestia con al rededor de 60 cabezas y una gran cantidad de brazos portando armas filosas y punzo-cortantes en cada una de ellas
- Spoiler:
La gran criatura apareció en el lugar mirando a Len y a Maina, los movimientos de Briareo serian controlados por Iapetos desde lo lejos así como su voz sería la que se proyectase en el lugar.
- Dorados... bienvenidos a la nueva tierra, ahora este territorio pertenece a los titanes, les recomiendo huir de vuelta al santuario, dos contra uno no es justo así que he traído ante ustedes a Briareo una criatura más poderosa de lo que podrían llegar a imaginar, esto emparejará las cosas en caso de que no quieran retroceder-
La gran criatura pisó el suelo con gran fuerza e hizo temblar el lugar, dando una advertencia a los dorados...
Iapetos- Titanes
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 15/03/2015
Re: [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
Debía admitir que le extrañaba el hecho que pidiera se ocultara, cuando se supone que ambos debían encarar a la bestia, más solo fue un pensamiento pasajero pues en breve supuso que su compañero de Escorpio tendría un plan, o al menos la idea de uno, no es que le sorprendiera que usara algún método poco ortodoxo a lo que usualmente estaban acostumbrados los guerreros Athenienses, y no se equivocó.
Una ve que hizo caso a su compañero, se dio a la tarea de ocultarse tras los escombros de todo lo que aquel feroz león ya se había encargado de destruir, así como disminuir su cosmos hasta que este fuese lo menos detectable, esperaría pacientemente a la señal de hacer su aparición.
Para entonces se permitió el abrir los ojos, puesto que el cosmos acumulado desde que habían llegado al Santuario y en tierras Asgardianas, era lo suficiente como para poder contra una clase de bestia de ese tipo, y solo con sus párpados abiertos es que podría hacer estallar aquella magnitud de cosmos acumulado; era más práctico dado a que su batalla no se centraría a distancias largas, permitiéndole además observar con mayor detenimiento los pro y los contra de lo que la batalla refería, al menos Len había logrado hacer salir de la cuidad central al León y llevarlo más a sus afueras, pese a que el humor de este hubiese empeorado al punto de casi asesinar con la mirada al Escorpio.
«Definitivamente ese es Len...»
Porque solo a él se le ocurriría decirle semejantes cosas al León y que estas realmente tuvieran su punto de gracia, que aún a la portadora de la armadura de la virgen, irrumpiera ese gesto lleno de seriedad que era tan de ella y dejar escapar unas risillas inocentes; las ocurrencias de su compañero jamás dejarían de ser una sorpresa para ella, mucho menos el acostumbrarse, siempre seria algo nuevo, al menos era gratificante saber que eran ocurrentes y además efectivas, pues a ello logró la distracción para atestar su ataque, y así darle luz verde a la fémina rubia para poder hacer uso de una de sus grandes técnicas, en si el León a vista de Virgo, no prometía demasiado reto, sin llegar a ser alarde o semejanza, sabia el potencial de sus técnicas, con el Tesoro del Cielo seguramente sería más que suficiente, reducirlo a cero sin sus seis sentidos, o bien sus técnicas ilusorias, pese a todo era un animal, de mente no tan equilibrada como la de un humano, sucumbir sería más predecible.
Habiéndose optado por que la misión tomara un rumbo un tantos más detallado, pues debía admitir que estaba ciertamente motivada por aquella batalla y quería probar el potencial tanto del León como de ella y su compañero trabajando juntos, así que comenzaría con solo sacar un sentido del felino animal.
ㅡ¡Tesoro del...ㅡ Si bien había salido de su escondite, hallándose lo suficientemente cerca de la posición de Escorpio, más su técnica no fue terminada por ella misma tras haberla interrumpido, el temblar de la tierra le alarmó, así como aquella presencia que le erizaba los vellos de los brazos y la nuca, algo estaba mal, muy mal.
Las cosas pintaban bastante mal ahora con la irrupción de un titán, lo peor de ello no era que estuviese fisicamente, porque sabia que no se mostraría, porque los titanes preferían trabajar usando a segundos que ensuciarse ellos mismos las manos, y no se equivocó, la presencia de aquella criatura era por lejos lo mayor que había presenciado en su corta vida, era de comparar su altura con el León o si bien se atrevía a decir que lo era aún mayor; había demasiada desventaja, claro, dos contra dos, más el ultimo contaba por sesenta o a lo que había alcanzado a contar con rapidez sus cabezas, ni que decir de las armas. Era una bajeza, sabían que ellos como guerreros se valían de sus técnicas y puños, jamás del uso de armas de ningún tipo, pero de eso se ocuparía ella.
ㅡPongo en duda que comprenda usted el significado de una batalla ‘pareja’, pero no se preocupe, resolveré ese pequeño detalle.ㅡ Si bien no se encargaría de la bestia en ese santiamén, pero si de aquellas armas que portaban sus múltiples brazos. Como todo Santo de Virgo, desarrolló el poder de la telequinesis, con tan solo concentrar su cosmos y mente en uno solo, diviso cada una de las armas corto-punzantes en cada mano con su vista, y así, hizo salir estas de sus manos y arrojarlas lo suficientemente lejos, al menos estaban ‘más parejos’ ahora si.
ㅡ“Len, me encargare de este grandote, no podemos descuidar a uno por darle prioridad a otro.”ㅡ
Mencionó vía cosmos a su compañero, en lo que Maina, dejando solo alzados sus dedos índice y de en medio, de la manos diestra a los otros cerrados y su palma izquierda completamente abierta, seña evidente de su siguiente movimiento, el panorama entre el Briareo y ella se vio envuelta de mudras Nyorais, símbolos del budismo, simulando el haber entrado en otra dimensión, causada por ella. ㅡCreo que la respuesta es evidente ante no pretender retroceder. Esta tierra no les pertenece. No hay mayor fortaleza que aquella en jamás perder la esperanza, de proteger al desvalido y hacer prevalecer la justicia.ㅡ Aun a ello, nada estaba escrito, victoria o derrota, eso estaría por decidirse.
Una ve que hizo caso a su compañero, se dio a la tarea de ocultarse tras los escombros de todo lo que aquel feroz león ya se había encargado de destruir, así como disminuir su cosmos hasta que este fuese lo menos detectable, esperaría pacientemente a la señal de hacer su aparición.
Para entonces se permitió el abrir los ojos, puesto que el cosmos acumulado desde que habían llegado al Santuario y en tierras Asgardianas, era lo suficiente como para poder contra una clase de bestia de ese tipo, y solo con sus párpados abiertos es que podría hacer estallar aquella magnitud de cosmos acumulado; era más práctico dado a que su batalla no se centraría a distancias largas, permitiéndole además observar con mayor detenimiento los pro y los contra de lo que la batalla refería, al menos Len había logrado hacer salir de la cuidad central al León y llevarlo más a sus afueras, pese a que el humor de este hubiese empeorado al punto de casi asesinar con la mirada al Escorpio.
«Definitivamente ese es Len...»
Porque solo a él se le ocurriría decirle semejantes cosas al León y que estas realmente tuvieran su punto de gracia, que aún a la portadora de la armadura de la virgen, irrumpiera ese gesto lleno de seriedad que era tan de ella y dejar escapar unas risillas inocentes; las ocurrencias de su compañero jamás dejarían de ser una sorpresa para ella, mucho menos el acostumbrarse, siempre seria algo nuevo, al menos era gratificante saber que eran ocurrentes y además efectivas, pues a ello logró la distracción para atestar su ataque, y así darle luz verde a la fémina rubia para poder hacer uso de una de sus grandes técnicas, en si el León a vista de Virgo, no prometía demasiado reto, sin llegar a ser alarde o semejanza, sabia el potencial de sus técnicas, con el Tesoro del Cielo seguramente sería más que suficiente, reducirlo a cero sin sus seis sentidos, o bien sus técnicas ilusorias, pese a todo era un animal, de mente no tan equilibrada como la de un humano, sucumbir sería más predecible.
Habiéndose optado por que la misión tomara un rumbo un tantos más detallado, pues debía admitir que estaba ciertamente motivada por aquella batalla y quería probar el potencial tanto del León como de ella y su compañero trabajando juntos, así que comenzaría con solo sacar un sentido del felino animal.
ㅡ¡Tesoro del...ㅡ Si bien había salido de su escondite, hallándose lo suficientemente cerca de la posición de Escorpio, más su técnica no fue terminada por ella misma tras haberla interrumpido, el temblar de la tierra le alarmó, así como aquella presencia que le erizaba los vellos de los brazos y la nuca, algo estaba mal, muy mal.
Las cosas pintaban bastante mal ahora con la irrupción de un titán, lo peor de ello no era que estuviese fisicamente, porque sabia que no se mostraría, porque los titanes preferían trabajar usando a segundos que ensuciarse ellos mismos las manos, y no se equivocó, la presencia de aquella criatura era por lejos lo mayor que había presenciado en su corta vida, era de comparar su altura con el León o si bien se atrevía a decir que lo era aún mayor; había demasiada desventaja, claro, dos contra dos, más el ultimo contaba por sesenta o a lo que había alcanzado a contar con rapidez sus cabezas, ni que decir de las armas. Era una bajeza, sabían que ellos como guerreros se valían de sus técnicas y puños, jamás del uso de armas de ningún tipo, pero de eso se ocuparía ella.
ㅡPongo en duda que comprenda usted el significado de una batalla ‘pareja’, pero no se preocupe, resolveré ese pequeño detalle.ㅡ Si bien no se encargaría de la bestia en ese santiamén, pero si de aquellas armas que portaban sus múltiples brazos. Como todo Santo de Virgo, desarrolló el poder de la telequinesis, con tan solo concentrar su cosmos y mente en uno solo, diviso cada una de las armas corto-punzantes en cada mano con su vista, y así, hizo salir estas de sus manos y arrojarlas lo suficientemente lejos, al menos estaban ‘más parejos’ ahora si.
ㅡ“Len, me encargare de este grandote, no podemos descuidar a uno por darle prioridad a otro.”ㅡ
Mencionó vía cosmos a su compañero, en lo que Maina, dejando solo alzados sus dedos índice y de en medio, de la manos diestra a los otros cerrados y su palma izquierda completamente abierta, seña evidente de su siguiente movimiento, el panorama entre el Briareo y ella se vio envuelta de mudras Nyorais, símbolos del budismo, simulando el haber entrado en otra dimensión, causada por ella. ㅡCreo que la respuesta es evidente ante no pretender retroceder. Esta tierra no les pertenece. No hay mayor fortaleza que aquella en jamás perder la esperanza, de proteger al desvalido y hacer prevalecer la justicia.ㅡ Aun a ello, nada estaba escrito, victoria o derrota, eso estaría por decidirse.
Maina de Virgo- Santo de Oro
- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 10/09/2014
Localización : Buscando alcanzar la iluminación.
Re: [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
Las armas comenzaron a separarse de las manos de aquella bestia imponente, al parecer de alguna manera Maina conseguía hacer esto con su mente, desde su asiento el titan sonreía al ver la capacidad de aquella humana, sin duda le agradaba lo que esta podía hacer pero también le parecía una chica algo ilusa, aún no comprendía el poder de los titanes y era momento de demostrárselo, el primer paso sería combatir donde él quería no donde a ella se le antojase, quizá la chica no sabía que a quien se enfrentaba tenía total control sobre las dimensiones, pero lo averiguaría en cualquier momento.
- No está mal lo que has hecho, pero ha sido algo simple y sencillamente inútil -
Iapetos de nuevo hablaba por medio de Briareo, los símbolos que rodeaban a Maina y la criatura comenzaron a verse traslúcidos ambos fueron "transportados" al lugar en el que estaban antes, Iapeto les había llevado de nuevo a aquella dimensión, las armas debían estar en el suelo, pero no era así, habían desaparecido siete brazos derechos de Briareo intentaron aplastar a Maina siguiendo una secuencia, esperando con al menos uno herirla y causarle el daño suficiente para convertir su siguiente ataque en uno prácticamente ineludible.
- Pelearemos donde yo desee y como yo desee, comprende que los poderes de un titan se escapan de tu entendimiento. -
- No está mal lo que has hecho, pero ha sido algo simple y sencillamente inútil -
Iapetos de nuevo hablaba por medio de Briareo, los símbolos que rodeaban a Maina y la criatura comenzaron a verse traslúcidos ambos fueron "transportados" al lugar en el que estaban antes, Iapeto les había llevado de nuevo a aquella dimensión, las armas debían estar en el suelo, pero no era así, habían desaparecido siete brazos derechos de Briareo intentaron aplastar a Maina siguiendo una secuencia, esperando con al menos uno herirla y causarle el daño suficiente para convertir su siguiente ataque en uno prácticamente ineludible.
- Pelearemos donde yo desee y como yo desee, comprende que los poderes de un titan se escapan de tu entendimiento. -
Iapetos- Titanes
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Fecha de inscripción : 15/03/2015
Re: [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
Llevé al pequeño gatito directo a su trampa y sólo faltaba la ayuda de Maina para darle el primer golpe directo por lo que no podía evitar sonreír con picardía esperando el ansiado momento...pero algo me hizo dar un salto atrás enorme. Un golpe de instinto alertándome de un peligro que si bien no sabía que era siempre era bueno dar un paso atrás. Justo en ese instante apareció un ser de enorme proporciones como cabezas. Entonces se empezó a oír la voz de un sujeto que hablaba de los titanes suponía que era uno.
La idea de pelear con un titán por si misma me preocupo pero no dejé que se notara en mi rostro. La cara de pokér es incluso más importante cuando las cosas se ponen peores de lo esperado. Eso me enseño mi entrenador. Aunque agradecía que sólo tuviéramos al gigante ese aquí. Sinceramente estaba más seguro de poder derrotar al grandulón más fácilmente que al leoncito siempre que el titán no se metiera directamente pero no sabía cuanto tardaría eso en pasar así que había que pensar bien como haríamos esto.
-Vaya. Le dan ayuda al gatito. ¿Tan débil lo vieron?- Dije mientras miraba al leoncito con burla.
-¿Qué has dicho gusano?- Dijo el león molestándose conmigo pero mirando al cielo -¡Quién osa meterse en mi caza?! ¡Yo no necesito ayuda para acabar con estas dos alimañas!-
Pero era claro que el monstruo no iba a desaparecer sólo porque al león no le gustara la ayuda y la batalla no se iba a parar hasta que decidiesen. El monstruo iba a ayudar al león le guste o no. Pensé que me sería posible poner al león en contra del monstruo y forzar al titan a salir, pero no estaba seguro si somos suficientes guerreros para eso...Quise hablarle con Maina pero parecía que ella tenía una mejor idea y quiso encargarse del monstruo. No planeaba tener un debate de estrategias en mitad de la batalla así que acepte dado que también es una buena estrategia.
-Bien. Pero si estás en problemas no dudes en llamarme o en volver. Estoy seguro que podemos manejar a estos dos solos trabajando juntos y tal vez hasta podamos hacer que el titán salga de su escondite y muera- Le dije tranquilamente según mi lógica.
Apenas se fue Maina a quien sabe donde empecé a tener un mal presentimiento de todo esto y a pensar que quizás debí detenerla. Sentía algo de frio...¿será miedo? no recuerdo la última vez que tuve miedo como tal.
-¿Qué es esto? ¿A dónde se fueron? ¡Vuelvan acá!¡No Huyan!-
-Lo siento feo gatito. Pero la señorita se llevo a dormir al bebe super feo desarrollado y a mí me tocó sacar al animal apestoso del jardín así que tendrás que aguantarme un rato- Dije molesto en parte a la preocupación de ese presentimiento aunque a su vez hacer enfadar al león me serviría.
-Arrrggg. Tú eres...GRAAAAAAAAAA- grita antes de lanzarse contra mí a máxima velocidad por lo que lo esquivo con gracia en el último momento y me paro donde él estaba apuntando mis nalgas a él y dándome una nalgada. El león cayo donde yo estaba agrietando el suelo.
-Eso es todo lo que tienes gatito- Le dije con burla. Claro que en realidad el gato no es tan lento y apenas logré evitar el último ataque sin recibir un golpe, pero no podía dejar que supiera eso. Necesitaba enfadarlo más para que se hiciera más torpe y predecible. También empiezo a concentrar mi cosmos rápidamente.
-¡Muere!- Grita antes de lanzarse de nuevo hacia mí por lo que concentró mi cosmos rápidamente. -¡Aguijón infernal!- grito antes de dar un paso al frente y lanzar mi ataque directo a su estomago para lanzarlo muy alto con el golpe.
La piel del león es prácticamente indestructible, así que fuera de quemarle unos cuantos cabellos y causarle dolor no le hice nada.
-¡Len pasa y Len la recibe!- Grito corriendo aprovechando la grana altura que lo lancé que es mayor a la distancia a la vez que vuelvo a concentrar cosmos -¡Aguijón infernal!- Lanzo de nuevo mi ataque al Leon pero mandándolo a la fuente cual rompe con su cuerpo empapándose y haciendo que un enorme chorro de agua se lancé al cielo antes de caer en todos lados. -¡Y anota!¡El gatito está en el fondo!-
El gato se levanta molestó y todo mojado.- Tú bastardo...¡¿Crees que esto es un juego?! ¡¿Crees que estoy para divertirte, gusano?!- Pregunta molesto la criatura a lo que sonrió inocentemente -Por supuesto que no es un juego. Pero no tenía ni idea de cuánto tiempo podría aguantar está pelea si no te bañaba primero, enserio que apestabas…bueno aun apestas, pero es menos peor-
-¡Me has subestimado por ultima vez! GRAAAAA- De pronto lanza un rugido, pero diferente al resto porque siento como si me hubiera golpeado un tráiler mandándome a volar varios metros y mientras caigo veo al león corriendo hacia mí. Parece que se han invertido los papeles. Prontos se lanza hacia mí con la intención de comerme -¡Agujas escarlatas!- Grito lanzando al instante docenas de agujas a la criatura golpeándole la cara y su bocota abierta haciéndole cerrar sus ojos y boca cosa que aprovecho para darle una patada con todo lo que tengo en su nariz usando su impulso para mejorar el mío y alejarme cayendo al suelo de espaldas.
El león se movió intentando abrir los ojos hasta que finalmente lo hizo y me vio con molestia mientras me levantaba entonces alzo su garra y con fuerza golpeo la tierra haciendo que se abra haciéndome caer de un agujero causado por esto de cara de inmediato apunté mis brazos -¡Agujas escarlatas!- grito lanzando más y más para detener su siguiente ataque lo suficiente para enderezarme y saltar hacia atrás.
La criatura se lanzó hacia mí sólo apartando la cara y recibiendo algunos ataques y lanzó su garra hacia mí ya estaba escapando pero era muy tarde por lo que puse mi guardia y me mandó lejos dañando mi armadura y mi brazo. -¡Haaaaa!- grito de dolor mientras vuelo hasta que por fin caigo y logro levantarme.
-¡Eso te ganas por subestimar al gran león de Nemea!- dice enfocando más su vista
-Un pequeño rasguño. Nada que no se esperase de un gato rabioso. Tengo que hacer que te duerman- Digo levantándome. Realmente los protectores de mis brazos están gastados y siento que el rasguño es serio. Hay sangré cayendo, pero ignoro el dolor. He aguantado cosas peores.
-¡Entonces me haré una ultima cena contigo!¡GRAAAA!- Nuevamente ruge enviando una onda de choque hacia mí pero esta vez estaba preparado y salté hacia atrás mientras me cubría con los brazos saliendo volando pero amortiguando algo el golpe, volé varios metros y entonces el león se lanzo a gran velocidad hacia mí por lo que empecé a rodar y saltar a los lados evitando los ataques hasta que terminé aun lado de una caja de arena donde empecé a recolectar rápidamente todo mi cosmos.
-¡Veamos que tal sabes!- Dijo el león antes de lanzarse contra mí.
-¡Tornado escarlata!- Grité en el instante que se lanzó creando a mi alrededor miles de agujas escarlata que formaron un tornado alrededor en el momento que el león estaba por golpearme estampándolo contra la arena y golpeándolo con toda sus agujas en todas partes aunque sin poder traspasar su piel y levantando una nube de polvo por la arena.
Estaba cansado. Esa era mi mejor técnica, pero sabía que no podría matarlo y pronto se noto que era cierto. La gran bestia se levantaba del polvo sin ninguna aguja en el cuerpo…pero unas en los ojos, orejas y otras tantas en la nariz así como polvo alrededor. Rápidamente me desprendí de mi armadura y luego en un instante de mi camisa sudada antes de volverme a cubrir con mi armadura la cual agarro con la cola de escorpión de mi yelmo.
-GRAAAAAAA- grito con furia el león lanzando otra onda de choque a donde estaba golpeándome de nuevo y está ves por sorpresa dándome en la cabeza y haciéndome sangrar de esta un poco.
-¡Tú!¡MALDITO!- dice antes de lanzarse hacia mí al parecer movido por el sentido del olfato que le queda. Probablemente ni puede escucharme ya, pero soy demasiado hablador en combate para que eso me importe.
-¿Por qué te enojas?- Digo saltando a un lado y empezando a correr a la zona arbolada del parque -Todo gato necesita su caja de arena y considerando tus quejidos estaba seguro de que tenias una grande trabada en el culo. Te hice un favor- Digo mientras evado sus ataques. -Aunque creo que debí meterte en la caja y después bañarte, ahora estás más sucio. Lo siento, no me dejan tener mascotas donde vivo así que no sabía. Pero te recompensare sacándote a pasear- Digo con una sonrisa pese a que no me escuche.
El león no dijo nada, me empezó a perseguir por la zona arbolada chocando contra todos los árboles partiéndolos uno por uno y siendo detenido un poco en su avance por esto y los que les caian encima, pase a que no me gusta meterme con la naturaleza sigo con esto dando vueltas alrededor buscando pasar por el mismo lugar por diferentes caminos mientras la persecución continua. A veces lanza sus poderosos rugidos pero los evado mientras corro me aseguro de mirarlo detenidamente, en particular su quijada pues cada que va lanzar uno hay momento de tensión y movimiento en su quijada, además de su forma. Es
-¡DEJA DE HUIR COBARDE!-
Apenas el León llega a la parte donde estuve paseándome antes lanzo mi camisa hacia él y grito mientras concentro mi cosmos -¡Hecho!- Mi olor acercándose le hizo abrir la boca y lanzar una gran mordida a la prenda cual destroza en sus labios a la vez que me acerco aprovechando el olor de está.
-¡Pero qué--.! Dijo la bestia antes de sentir como mi brazo entraba por su boca hasta su garganta de pronto. -¡Aguijón infernal!- grito lanzando en el interior de su garganta una de mis técnicas más fuertes lanzando una oleada de fuego entra como un poderoso ariete entrando por su garganta y llegando desbaratando todo en su interior, órganos, estomago, vía respiratorias. Todo lo que no destroce mi ataque se verá afectado por los poderes venenosos de mi cosmos de escorpio. Gracias a la camisa y a la ruta trazada en este punto una y otra vez no me olio venir.
-Duerme bien, lindo gatito. Duerme bien León de Nemea. - Digo antes de retirar mi brazo. El León de Nemea fue un rival digno. Sin duda merecía una pelea más directa y honorable a la que le di pero era un rival que no podía vencer por esos medios y más que nada, soy Len de Escorpio y los escorpiones no juegan limpio se esconden y esperan la oportunidad para vencer a sus enemigos con un piquete mortal.
El león de Nemea queda parado quieto lanzando humo de su boca hasta que finalmente cae al suelo. Su exterior se ve tan impecable como siempre y las agujas que sobresalían de sus orificio desaparecen dejando una imagen digna de la potente bestia. Me inclino a delante en reverencia antes de tomar a la bestia muerta y jalarla a un mejor lugar.
Limpio y trato mis heridas en los brazos, cabeza y los brazos lo mejor que puedo antes de regresar con el cuerpo de la bestia. Me duele el cuerpo y podría usar un descanso. Miro a donde estaba Maina preocupado esperando que regrese pronto. Mantengo mi armadura puesta por si eso pasa. Esperé tranquilamente unos 30 minutos y nada, luego algo más recuperado pero aun adolorido empiezo a trabajar para destrozar el interior del Leon de nemea porsu boca destrozando sus huesos si tengo que trabajando por un rato para sacar todo su interior por su boca. Su piel es indestructible, pero todo lo demás no. Toma un buen rato hasta que llega la noche y me doy cuenta de que si Maina está bien entonces debió regresar al santuario. Entierro todo lo que saque del interior de león en un hoyo a modo tumba y pongo el resto en la carreta.
La piel de Nemea será un excelente para mi cama. Al menos una puñalada mientras duermo no me matará. Quizás luego encuentre algo que pueda cortarla y así me pueda hacer unos pantalones y una malla protectora que vaya bajo mi armadura.
-Bueno. Vamos a casa y darle una visita a Maina. Seguro que llorará de alegría al ver al sexy yo de nuevo.- Dijé como si tal cosa fuera posible aunque imaginando como seria mientras subo al lugar del chofer en la carreta -Espero que mi diosa Athena no tenga otros 11 trabajitos para mí.¡ARRRE!- Agite las cuerdas y en un instante los caballos empezaron a correr como poseídos por los demonios -¡Noo!¡Esperen!¡No tan rápido!Con cuidado!¡Noooo!
El gran Len de escorpio, o sea yo, salió de la ciudad teniendo una batalla aun más difícil que contra el León de nemea pero contra los caballos de su carreta que mientras corrían hacia afuera de la ciudad sin control estuvieron cerca de destrozar todo lo que el León de Nemea no destrozo y estaba en su camino. Sin ninguna duda necesito aprender a mantener calmados a los caballos antes de que me mate en esta carreta.
La idea de pelear con un titán por si misma me preocupo pero no dejé que se notara en mi rostro. La cara de pokér es incluso más importante cuando las cosas se ponen peores de lo esperado. Eso me enseño mi entrenador. Aunque agradecía que sólo tuviéramos al gigante ese aquí. Sinceramente estaba más seguro de poder derrotar al grandulón más fácilmente que al leoncito siempre que el titán no se metiera directamente pero no sabía cuanto tardaría eso en pasar así que había que pensar bien como haríamos esto.
-Vaya. Le dan ayuda al gatito. ¿Tan débil lo vieron?- Dije mientras miraba al leoncito con burla.
-¿Qué has dicho gusano?- Dijo el león molestándose conmigo pero mirando al cielo -¡Quién osa meterse en mi caza?! ¡Yo no necesito ayuda para acabar con estas dos alimañas!-
Pero era claro que el monstruo no iba a desaparecer sólo porque al león no le gustara la ayuda y la batalla no se iba a parar hasta que decidiesen. El monstruo iba a ayudar al león le guste o no. Pensé que me sería posible poner al león en contra del monstruo y forzar al titan a salir, pero no estaba seguro si somos suficientes guerreros para eso...Quise hablarle con Maina pero parecía que ella tenía una mejor idea y quiso encargarse del monstruo. No planeaba tener un debate de estrategias en mitad de la batalla así que acepte dado que también es una buena estrategia.
-Bien. Pero si estás en problemas no dudes en llamarme o en volver. Estoy seguro que podemos manejar a estos dos solos trabajando juntos y tal vez hasta podamos hacer que el titán salga de su escondite y muera- Le dije tranquilamente según mi lógica.
Apenas se fue Maina a quien sabe donde empecé a tener un mal presentimiento de todo esto y a pensar que quizás debí detenerla. Sentía algo de frio...¿será miedo? no recuerdo la última vez que tuve miedo como tal.
-¿Qué es esto? ¿A dónde se fueron? ¡Vuelvan acá!¡No Huyan!-
-Lo siento feo gatito. Pero la señorita se llevo a dormir al bebe super feo desarrollado y a mí me tocó sacar al animal apestoso del jardín así que tendrás que aguantarme un rato- Dije molesto en parte a la preocupación de ese presentimiento aunque a su vez hacer enfadar al león me serviría.
-Arrrggg. Tú eres...GRAAAAAAAAAA- grita antes de lanzarse contra mí a máxima velocidad por lo que lo esquivo con gracia en el último momento y me paro donde él estaba apuntando mis nalgas a él y dándome una nalgada. El león cayo donde yo estaba agrietando el suelo.
-Eso es todo lo que tienes gatito- Le dije con burla. Claro que en realidad el gato no es tan lento y apenas logré evitar el último ataque sin recibir un golpe, pero no podía dejar que supiera eso. Necesitaba enfadarlo más para que se hiciera más torpe y predecible. También empiezo a concentrar mi cosmos rápidamente.
-¡Muere!- Grita antes de lanzarse de nuevo hacia mí por lo que concentró mi cosmos rápidamente. -¡Aguijón infernal!- grito antes de dar un paso al frente y lanzar mi ataque directo a su estomago para lanzarlo muy alto con el golpe.
La piel del león es prácticamente indestructible, así que fuera de quemarle unos cuantos cabellos y causarle dolor no le hice nada.
-¡Len pasa y Len la recibe!- Grito corriendo aprovechando la grana altura que lo lancé que es mayor a la distancia a la vez que vuelvo a concentrar cosmos -¡Aguijón infernal!- Lanzo de nuevo mi ataque al Leon pero mandándolo a la fuente cual rompe con su cuerpo empapándose y haciendo que un enorme chorro de agua se lancé al cielo antes de caer en todos lados. -¡Y anota!¡El gatito está en el fondo!-
El gato se levanta molestó y todo mojado.- Tú bastardo...¡¿Crees que esto es un juego?! ¡¿Crees que estoy para divertirte, gusano?!- Pregunta molesto la criatura a lo que sonrió inocentemente -Por supuesto que no es un juego. Pero no tenía ni idea de cuánto tiempo podría aguantar está pelea si no te bañaba primero, enserio que apestabas…bueno aun apestas, pero es menos peor-
-¡Me has subestimado por ultima vez! GRAAAAA- De pronto lanza un rugido, pero diferente al resto porque siento como si me hubiera golpeado un tráiler mandándome a volar varios metros y mientras caigo veo al león corriendo hacia mí. Parece que se han invertido los papeles. Prontos se lanza hacia mí con la intención de comerme -¡Agujas escarlatas!- Grito lanzando al instante docenas de agujas a la criatura golpeándole la cara y su bocota abierta haciéndole cerrar sus ojos y boca cosa que aprovecho para darle una patada con todo lo que tengo en su nariz usando su impulso para mejorar el mío y alejarme cayendo al suelo de espaldas.
El león se movió intentando abrir los ojos hasta que finalmente lo hizo y me vio con molestia mientras me levantaba entonces alzo su garra y con fuerza golpeo la tierra haciendo que se abra haciéndome caer de un agujero causado por esto de cara de inmediato apunté mis brazos -¡Agujas escarlatas!- grito lanzando más y más para detener su siguiente ataque lo suficiente para enderezarme y saltar hacia atrás.
La criatura se lanzó hacia mí sólo apartando la cara y recibiendo algunos ataques y lanzó su garra hacia mí ya estaba escapando pero era muy tarde por lo que puse mi guardia y me mandó lejos dañando mi armadura y mi brazo. -¡Haaaaa!- grito de dolor mientras vuelo hasta que por fin caigo y logro levantarme.
-¡Eso te ganas por subestimar al gran león de Nemea!- dice enfocando más su vista
-Un pequeño rasguño. Nada que no se esperase de un gato rabioso. Tengo que hacer que te duerman- Digo levantándome. Realmente los protectores de mis brazos están gastados y siento que el rasguño es serio. Hay sangré cayendo, pero ignoro el dolor. He aguantado cosas peores.
-¡Entonces me haré una ultima cena contigo!¡GRAAAA!- Nuevamente ruge enviando una onda de choque hacia mí pero esta vez estaba preparado y salté hacia atrás mientras me cubría con los brazos saliendo volando pero amortiguando algo el golpe, volé varios metros y entonces el león se lanzo a gran velocidad hacia mí por lo que empecé a rodar y saltar a los lados evitando los ataques hasta que terminé aun lado de una caja de arena donde empecé a recolectar rápidamente todo mi cosmos.
-¡Veamos que tal sabes!- Dijo el león antes de lanzarse contra mí.
-¡Tornado escarlata!- Grité en el instante que se lanzó creando a mi alrededor miles de agujas escarlata que formaron un tornado alrededor en el momento que el león estaba por golpearme estampándolo contra la arena y golpeándolo con toda sus agujas en todas partes aunque sin poder traspasar su piel y levantando una nube de polvo por la arena.
Estaba cansado. Esa era mi mejor técnica, pero sabía que no podría matarlo y pronto se noto que era cierto. La gran bestia se levantaba del polvo sin ninguna aguja en el cuerpo…pero unas en los ojos, orejas y otras tantas en la nariz así como polvo alrededor. Rápidamente me desprendí de mi armadura y luego en un instante de mi camisa sudada antes de volverme a cubrir con mi armadura la cual agarro con la cola de escorpión de mi yelmo.
-GRAAAAAAA- grito con furia el león lanzando otra onda de choque a donde estaba golpeándome de nuevo y está ves por sorpresa dándome en la cabeza y haciéndome sangrar de esta un poco.
-¡Tú!¡MALDITO!- dice antes de lanzarse hacia mí al parecer movido por el sentido del olfato que le queda. Probablemente ni puede escucharme ya, pero soy demasiado hablador en combate para que eso me importe.
-¿Por qué te enojas?- Digo saltando a un lado y empezando a correr a la zona arbolada del parque -Todo gato necesita su caja de arena y considerando tus quejidos estaba seguro de que tenias una grande trabada en el culo. Te hice un favor- Digo mientras evado sus ataques. -Aunque creo que debí meterte en la caja y después bañarte, ahora estás más sucio. Lo siento, no me dejan tener mascotas donde vivo así que no sabía. Pero te recompensare sacándote a pasear- Digo con una sonrisa pese a que no me escuche.
El león no dijo nada, me empezó a perseguir por la zona arbolada chocando contra todos los árboles partiéndolos uno por uno y siendo detenido un poco en su avance por esto y los que les caian encima, pase a que no me gusta meterme con la naturaleza sigo con esto dando vueltas alrededor buscando pasar por el mismo lugar por diferentes caminos mientras la persecución continua. A veces lanza sus poderosos rugidos pero los evado mientras corro me aseguro de mirarlo detenidamente, en particular su quijada pues cada que va lanzar uno hay momento de tensión y movimiento en su quijada, además de su forma. Es
-¡DEJA DE HUIR COBARDE!-
Apenas el León llega a la parte donde estuve paseándome antes lanzo mi camisa hacia él y grito mientras concentro mi cosmos -¡Hecho!- Mi olor acercándose le hizo abrir la boca y lanzar una gran mordida a la prenda cual destroza en sus labios a la vez que me acerco aprovechando el olor de está.
-¡Pero qué--.! Dijo la bestia antes de sentir como mi brazo entraba por su boca hasta su garganta de pronto. -¡Aguijón infernal!- grito lanzando en el interior de su garganta una de mis técnicas más fuertes lanzando una oleada de fuego entra como un poderoso ariete entrando por su garganta y llegando desbaratando todo en su interior, órganos, estomago, vía respiratorias. Todo lo que no destroce mi ataque se verá afectado por los poderes venenosos de mi cosmos de escorpio. Gracias a la camisa y a la ruta trazada en este punto una y otra vez no me olio venir.
-Duerme bien, lindo gatito. Duerme bien León de Nemea. - Digo antes de retirar mi brazo. El León de Nemea fue un rival digno. Sin duda merecía una pelea más directa y honorable a la que le di pero era un rival que no podía vencer por esos medios y más que nada, soy Len de Escorpio y los escorpiones no juegan limpio se esconden y esperan la oportunidad para vencer a sus enemigos con un piquete mortal.
El león de Nemea queda parado quieto lanzando humo de su boca hasta que finalmente cae al suelo. Su exterior se ve tan impecable como siempre y las agujas que sobresalían de sus orificio desaparecen dejando una imagen digna de la potente bestia. Me inclino a delante en reverencia antes de tomar a la bestia muerta y jalarla a un mejor lugar.
Limpio y trato mis heridas en los brazos, cabeza y los brazos lo mejor que puedo antes de regresar con el cuerpo de la bestia. Me duele el cuerpo y podría usar un descanso. Miro a donde estaba Maina preocupado esperando que regrese pronto. Mantengo mi armadura puesta por si eso pasa. Esperé tranquilamente unos 30 minutos y nada, luego algo más recuperado pero aun adolorido empiezo a trabajar para destrozar el interior del Leon de nemea porsu boca destrozando sus huesos si tengo que trabajando por un rato para sacar todo su interior por su boca. Su piel es indestructible, pero todo lo demás no. Toma un buen rato hasta que llega la noche y me doy cuenta de que si Maina está bien entonces debió regresar al santuario. Entierro todo lo que saque del interior de león en un hoyo a modo tumba y pongo el resto en la carreta.
La piel de Nemea será un excelente para mi cama. Al menos una puñalada mientras duermo no me matará. Quizás luego encuentre algo que pueda cortarla y así me pueda hacer unos pantalones y una malla protectora que vaya bajo mi armadura.
-Bueno. Vamos a casa y darle una visita a Maina. Seguro que llorará de alegría al ver al sexy yo de nuevo.- Dijé como si tal cosa fuera posible aunque imaginando como seria mientras subo al lugar del chofer en la carreta -Espero que mi diosa Athena no tenga otros 11 trabajitos para mí.¡ARRRE!- Agite las cuerdas y en un instante los caballos empezaron a correr como poseídos por los demonios -¡Noo!¡Esperen!¡No tan rápido!Con cuidado!¡Noooo!
El gran Len de escorpio, o sea yo, salió de la ciudad teniendo una batalla aun más difícil que contra el León de nemea pero contra los caballos de su carreta que mientras corrían hacia afuera de la ciudad sin control estuvieron cerca de destrozar todo lo que el León de Nemea no destrozo y estaba en su camino. Sin ninguna duda necesito aprender a mantener calmados a los caballos antes de que me mate en esta carreta.
Len de Escorpio- Santo de Oro
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