Últimos temas
historia
HISTORIA
Li Europan lingues es membres del sam familie. Lor separat existentie es un myth. Por scientie, musica, sport etc, litot Europa usa li sam vocabular.
Li lingues differe solmen in li grammatica, li pronunciation e li plu commun vocabules. Omnicos directe al desirabilite de un nov lingua franca: On refusa continuar payar custosi traductores.
Li lingues differe solmen in li grammatica, li pronunciation e li plu commun vocabules. Omnicos directe al desirabilite de un nov lingua franca: On refusa continuar payar custosi traductores.
Administracion
Nombre Apellido
Nombre Apellido
Nombre Apellido
Nostalgia. —Maina, Libre.
4 participantes
Página 1 de 1.
Nostalgia. —Maina, Libre.
Una fémina de cabellera corta, algo despeinada y de un extravagante color azulino, que aunque con aquel defecto de cabello desordenado era muy codiciada por los hombres de su nuevo hogar, Asgard. Posiblemente ella podía ser la única humana con una belleza similar a la de un dios, muy pocos habían visto su rostro, esto fue el resultado de su propio descuido, los rumores, igualmente, se esparcieron por el lugar cosa que en verdad no le importaba, ignoraba el hecho de la regla sobre utilizar mascaras al ser una fémina y al mismo tiempo Caballero Dorado de Piscis. La misma pisciana había aceptado que su belleza no tenía porque estar escondida detrás de una mascara, por algo tenía aquella belleza y si podía utilizar aquellas facciones en contra del enemigo, lo haría, por el momento dado mientras sus pies le guiaban por el lugar que ahora sería su hogar, Asgard. Ella no agradaba del lugar viera por donde viera, pero tenía que quedarse aquí hasta que el día fuera justo o por lo menos cuando todos los Caballeros Dorados despertaran, incluso aun no siendo el tiempo y con ocho Caballeros Dorados los espectros atacaban a Asgard, agregando que no solo los espectros eran causantes de los problemas en el lugar, de igual manera, después de lo que había escuchado por medio de los sobrevivientes de la invasión había dado por visto que la confianza ya no era una opción, se debía juzgar de todos, no solo de los desconocidos, también de los cercanos, no importante de que tanto lo fueran.
Tan metida en su cabeza, pensando en cosas e imaginando batallas que posiblemente pasarían, incluso el pensar de que tendría que enfrentarse con algún compañero le venía a la mente. Incluso tal vez podría algún día luchar a lado de su maestro y descendiente, Albafica ex Caballero de Piscis, la persona que le ha indicado y ayudado para mejor sus técnicas día a día. Sus ojos por fin miraron con asombro el camino, sus delicados y pequeños pies la habían llevado a un lugar sagrado, las mismas Ruinas de Asgard, lugar en el que el tiempo afecto las estructuras, deteriorando las hasta que la hermosa piedra de la cual fueran formados hasta que se convirtieran en puro polvo que tarde o temprano se uniría al viento. Sus orbes color ámbar se encontraban asombrados, deleitados por la vista que por más destruidas que estuvieran aquellas ruinas, eran hermosas, aquellos orbes inspeccionaban cada detalle, cada grieta, cada estructura de color cal helada. Una pequeña sonrisa se esparció por sus hipnotizantes y carnosos labios, su rostro estaba a la vista, no había mascara que cubriera su fino rostro, estaba sola y de alguna forma u otra rezaba porque a nadie se le ocurriera aparecer incluso alguno de sus colegas.
— Poder descansar un poco de la fatiga y del estrés que se acumula por pensar en que estará pasando fuera de esta región, es agradable, y más si es posible ver tan hermosas ruinas. — Comento hacia si misma, mientras que una suave brisa se colaba por varios mechones de su cabello. Aquella brisa hizo que un pequeño sentimiento de nostalgia cruzara por su rostro, definitivamente, aquellas pesadillas aun la inundaban cuando quería dormir, los monstruos en esos sueños simplemente no la dejaban en paz y por alguna razón no podía luchar contra aquellas sombras. Se sentía vulnerable al cerrar los ojos y no poder hacer algo respecto a ello. No fue mucho cuando un gran cosmos se sintió cerca de ella, estaba segura de quien se trataba pero tampoco quería igualar la inmensidad, aquel cosmos era de un Caballero Dorado. — Buenas Tardes, Maina de Virgo. — Sus labios dejaron salir un cordial saludo, pero no volteo a ver a la amazona, no estaba dispuesta a voltear y mirarle a los ojos por no traer su mascara puesta, ahora si estaba en problemas.
Tan metida en su cabeza, pensando en cosas e imaginando batallas que posiblemente pasarían, incluso el pensar de que tendría que enfrentarse con algún compañero le venía a la mente. Incluso tal vez podría algún día luchar a lado de su maestro y descendiente, Albafica ex Caballero de Piscis, la persona que le ha indicado y ayudado para mejor sus técnicas día a día. Sus ojos por fin miraron con asombro el camino, sus delicados y pequeños pies la habían llevado a un lugar sagrado, las mismas Ruinas de Asgard, lugar en el que el tiempo afecto las estructuras, deteriorando las hasta que la hermosa piedra de la cual fueran formados hasta que se convirtieran en puro polvo que tarde o temprano se uniría al viento. Sus orbes color ámbar se encontraban asombrados, deleitados por la vista que por más destruidas que estuvieran aquellas ruinas, eran hermosas, aquellos orbes inspeccionaban cada detalle, cada grieta, cada estructura de color cal helada. Una pequeña sonrisa se esparció por sus hipnotizantes y carnosos labios, su rostro estaba a la vista, no había mascara que cubriera su fino rostro, estaba sola y de alguna forma u otra rezaba porque a nadie se le ocurriera aparecer incluso alguno de sus colegas.
— Poder descansar un poco de la fatiga y del estrés que se acumula por pensar en que estará pasando fuera de esta región, es agradable, y más si es posible ver tan hermosas ruinas. — Comento hacia si misma, mientras que una suave brisa se colaba por varios mechones de su cabello. Aquella brisa hizo que un pequeño sentimiento de nostalgia cruzara por su rostro, definitivamente, aquellas pesadillas aun la inundaban cuando quería dormir, los monstruos en esos sueños simplemente no la dejaban en paz y por alguna razón no podía luchar contra aquellas sombras. Se sentía vulnerable al cerrar los ojos y no poder hacer algo respecto a ello. No fue mucho cuando un gran cosmos se sintió cerca de ella, estaba segura de quien se trataba pero tampoco quería igualar la inmensidad, aquel cosmos era de un Caballero Dorado. — Buenas Tardes, Maina de Virgo. — Sus labios dejaron salir un cordial saludo, pero no volteo a ver a la amazona, no estaba dispuesta a voltear y mirarle a los ojos por no traer su mascara puesta, ahora si estaba en problemas.
- #OFF:
- Para cualquiera que quiera entrar, por favor esperen a que Maina conteste, claro, si no es mucho pedir. Sin más que decir, gracias. ♥
Denis de Piscis- Nuevo
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 17/09/2014
Re: Nostalgia. —Maina, Libre.
Guerra, una sola palabra, mil y un significados. Desde que tiene consciencia, aquella palabra había sido parte de su vida, como si fuese parte del destino propio, y aún a su corta edad seguía cuestionando el porque de algo tan vil y ruin como esos actos, dominios, poder, petulancia, muerte...Tantas vidas inocentes, sacrificadas sólo por el egoísmo de los Dioses. Habían sido incontables las veces que la fémina de rubios cabellos había cuestionado a Buda en donde al final jamás había obtenido una respuesta, ¿porque los Dioses querían más poder del que apenas podían manejar? ¿Porqué querer dominar a la raza que supuestamente ellos crearon y amaban profundamente? Simplemente no lo comprendía, y tal vez por esos pensamientos podría ser considerada como una blasfema ante lo que Athena profesaba; si, ella era parte de las filas de la mencionada Diosa, ¿pero cuando había mostrado benevolencia para con ellos? Desde su llegada a tierras frías, ni siquiera un rastro de lo que era un pensamiento de la Diosa a la que protegían, ¿se había olvidado de ellos, o realmente se había sometido a Poseidón? Se regañó a si misma, no debía pensar así, no debía dudar de su Diosa, y sin embargo, hacia completamente lo contrario.
ㅡ¿Por que dudas Maina? ¿No estas segura del camino que debes seguir? Las dudas pueden ser tu peor enemigo, si te dejas envolverte, no podrás protegerte de ti misma...
ㅡNo puedo confiar en alguien que predica el amor por sus caballeros, y no haya...nada, ni siquiera un atisbo de su cosmos...un pensamiento.
ㅡLa fe es lo último que se pierde Maina. No tambalees, se firmé en tus convicciones, en lo que has decidido. Recuerda mis palabras y las de tu maestro.
Su cuerpo se tensó ligeramente ante aquellas palabras resonantes en su mente, era cierto, y ella no había puesto objeción alguna cuando se le decidió sería la nueva guardiana de Virgo, aquellos descendientes bajo ese signo, nacidos con la bendición de Buda y ser lo más cercano a un Dios, por ende eran las personas más fieles a Athena, sus consejeros, su mano derecha, y ella allí, titubeando como un ser humano común y corriente, ella no lo era, desde que había nacido.
ㅡJamas estarás sola, yo siempre guiaré tu camino.
De pronto se sintió acalorada, como si el gélido frío asgardiano no tuviese efecto alguno en la dama, aquellas paredes que pertenecían a su dormitorio asignado le ahogaban, aquella charla con Buda la había dejado pensativa, más de lo normal, y no quería quedarse en su habitación a perderse aún más en sus pensamientos. Tan sólo la capa blanca era lo que abrigaba a la fémina del signo de Virgo, portando la armadura, desde encuentros pasados con espectros, se había negado a volver a salir en ropajes civiles, y como amazona dorada, no podía permitirse el trastabillar en algo como eso.
Había lugares que no conocía, y aunque podían ser prometedores, para ese momento, le era totalmente indiferente. Con una gran bocanada de aire soltada por sus labios, dejó caer sus hombros, aún tensa por todo el caos que ocurría en su mente, ella que había asegurado la confianza entre compañeros, ahora era una de las primeras en dudar su posición allí entre las filas de Athena. Apretó sus párpados, como si eso le hiciera sacarse por unos minutos su mal rato, obviando, eso no sucedió, y dejo sólo su mente en blanco.
No necesitaba tener sus párpados abiertos, y como su acción anterior, los mantuvo a cerrados privandose así de la vista. Mirar por donde caminaba no era un problema para ella, sus demás sentidos agudizados eran suficiente para guiarle, las energías que se expandían por todo Asgard eran de gran ayuda, y no precisamente por ser de Dioses guerreros o la poca población de allí, si no por la estructura en si, todo lo que contaba en susurros el lugar, lo que las flores, el césped, el mismo hielo eterno susurraba a cada ráfaga del viento, aquello era sólo basto para olvidar todo y apreciar lo que el mundo regalaba en sus momentos de paz.
Por una breve cuestión de segundo se alarmo al sentir un cosmos cerca, más dejó la idea de que fuese enemigo, sabía de quien se trataba. Desde la arribada a Asgard no había tenido el momento adecuado para intercambiar algún saludo con ella, no eran precisamente como unas perfectas hermanas, pero eran lo más cercano a amigas, entre toda la orden dorada, en donde la desconfianza reinaba a cada uno de los pocos caballeros que habían despertado.
ㅡBuena tarde Denis de Piscis, lamento si he interrumpido tus pensamientos. Creí oportuno venir a dejar un saludo, espero no sea imprudente de mi parte.ㅡ Manteniendo su distancia, y evitando obviar la atención prestada a la dama guardiana de Piscis al sentir que tras su llegada, la fémina de cabello corto y azulado se había puesto tensa, podía sentirlo en el correr de su energía; centró su rostro en un punto muerto, con la mirada aún cegada, en un semblante inexpresivo que sólo podía transmitir calma, como si estuviese pensando o en su defecto meditando, más la realidad era que sólo reconocía el lugar al que había abordado al sentir el cosmos de su compañera, el aroma, las pequeñas grietas abriéndose a cada ráfaga de viento, las piedras chocar unas con otras como si la construcción alrededor pretendiera acomodarse. ㅡAlgo como esto debe lucir el Santuario, ¿no lo crees?ㅡ Era una manera de imaginarlo. Suspiró, como quien lo hace cuando anhelas algo aunque no lo hayas tenido aún. El Santuario, aquel lugar que llamaba hogar aún sin siquiera haberlo visitado, aquel lugar bajo el dominio del Dios de los mares. ¿Cómo sería el templo de Virgo? Sólo había escuchado viejos relatos de su maestro y antecesor, imaginando como es que sería, el regocijo que le llenaría cuando pudiese pisar aquellos bloques de mármol, delinear con las yemas de sus dedos cada uno de los pilares correspondientes al templo mismo, llenar sus fosas nasales del más puro y exquisito aroma del jardín de los Sales Gemelos, y todo aquello era más que sueños lejanos.
ㅡ¿Por que dudas Maina? ¿No estas segura del camino que debes seguir? Las dudas pueden ser tu peor enemigo, si te dejas envolverte, no podrás protegerte de ti misma...
ㅡNo puedo confiar en alguien que predica el amor por sus caballeros, y no haya...nada, ni siquiera un atisbo de su cosmos...un pensamiento.
ㅡLa fe es lo último que se pierde Maina. No tambalees, se firmé en tus convicciones, en lo que has decidido. Recuerda mis palabras y las de tu maestro.
Su cuerpo se tensó ligeramente ante aquellas palabras resonantes en su mente, era cierto, y ella no había puesto objeción alguna cuando se le decidió sería la nueva guardiana de Virgo, aquellos descendientes bajo ese signo, nacidos con la bendición de Buda y ser lo más cercano a un Dios, por ende eran las personas más fieles a Athena, sus consejeros, su mano derecha, y ella allí, titubeando como un ser humano común y corriente, ella no lo era, desde que había nacido.
ㅡJamas estarás sola, yo siempre guiaré tu camino.
De pronto se sintió acalorada, como si el gélido frío asgardiano no tuviese efecto alguno en la dama, aquellas paredes que pertenecían a su dormitorio asignado le ahogaban, aquella charla con Buda la había dejado pensativa, más de lo normal, y no quería quedarse en su habitación a perderse aún más en sus pensamientos. Tan sólo la capa blanca era lo que abrigaba a la fémina del signo de Virgo, portando la armadura, desde encuentros pasados con espectros, se había negado a volver a salir en ropajes civiles, y como amazona dorada, no podía permitirse el trastabillar en algo como eso.
Había lugares que no conocía, y aunque podían ser prometedores, para ese momento, le era totalmente indiferente. Con una gran bocanada de aire soltada por sus labios, dejó caer sus hombros, aún tensa por todo el caos que ocurría en su mente, ella que había asegurado la confianza entre compañeros, ahora era una de las primeras en dudar su posición allí entre las filas de Athena. Apretó sus párpados, como si eso le hiciera sacarse por unos minutos su mal rato, obviando, eso no sucedió, y dejo sólo su mente en blanco.
No necesitaba tener sus párpados abiertos, y como su acción anterior, los mantuvo a cerrados privandose así de la vista. Mirar por donde caminaba no era un problema para ella, sus demás sentidos agudizados eran suficiente para guiarle, las energías que se expandían por todo Asgard eran de gran ayuda, y no precisamente por ser de Dioses guerreros o la poca población de allí, si no por la estructura en si, todo lo que contaba en susurros el lugar, lo que las flores, el césped, el mismo hielo eterno susurraba a cada ráfaga del viento, aquello era sólo basto para olvidar todo y apreciar lo que el mundo regalaba en sus momentos de paz.
Por una breve cuestión de segundo se alarmo al sentir un cosmos cerca, más dejó la idea de que fuese enemigo, sabía de quien se trataba. Desde la arribada a Asgard no había tenido el momento adecuado para intercambiar algún saludo con ella, no eran precisamente como unas perfectas hermanas, pero eran lo más cercano a amigas, entre toda la orden dorada, en donde la desconfianza reinaba a cada uno de los pocos caballeros que habían despertado.
ㅡBuena tarde Denis de Piscis, lamento si he interrumpido tus pensamientos. Creí oportuno venir a dejar un saludo, espero no sea imprudente de mi parte.ㅡ Manteniendo su distancia, y evitando obviar la atención prestada a la dama guardiana de Piscis al sentir que tras su llegada, la fémina de cabello corto y azulado se había puesto tensa, podía sentirlo en el correr de su energía; centró su rostro en un punto muerto, con la mirada aún cegada, en un semblante inexpresivo que sólo podía transmitir calma, como si estuviese pensando o en su defecto meditando, más la realidad era que sólo reconocía el lugar al que había abordado al sentir el cosmos de su compañera, el aroma, las pequeñas grietas abriéndose a cada ráfaga de viento, las piedras chocar unas con otras como si la construcción alrededor pretendiera acomodarse. ㅡAlgo como esto debe lucir el Santuario, ¿no lo crees?ㅡ Era una manera de imaginarlo. Suspiró, como quien lo hace cuando anhelas algo aunque no lo hayas tenido aún. El Santuario, aquel lugar que llamaba hogar aún sin siquiera haberlo visitado, aquel lugar bajo el dominio del Dios de los mares. ¿Cómo sería el templo de Virgo? Sólo había escuchado viejos relatos de su maestro y antecesor, imaginando como es que sería, el regocijo que le llenaría cuando pudiese pisar aquellos bloques de mármol, delinear con las yemas de sus dedos cada uno de los pilares correspondientes al templo mismo, llenar sus fosas nasales del más puro y exquisito aroma del jardín de los Sales Gemelos, y todo aquello era más que sueños lejanos.
Maina de Virgo- Santo de Oro
- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 10/09/2014
Localización : Buscando alcanzar la iluminación.
Re: Nostalgia. —Maina, Libre.
tsunade se encontraba entrenamdo usando su armadura de tauro se encontraba entrenamdo de una manera muy dura pues era su deber el estar lista para cualquier eventuavlidad en caso de que hubiera que entrar en combate en aquel momento decidio poner en uso uno de sus ataques basicos En ese momento se puso en pose para mostrar una de sus técnicas mas poderosas el gran cuerno de inmediato se puso en posición luego de eso de una manera veloz a la velocidad de la luz libero una poderosa descarga de cosmos que arraso con gran parte de unas colunnas viejas que se encontraban allí desde antaño y antes de que alguno de ellos se diera cuenta de que había realizado una técnica volvió sus manos a la misma pose inicial dando la apariencia de no haber hecho ningún movimiento en esa muestra de velocidad era una de sus habilidades mas inpresionamtes luego de eso agarro una botella de licor y bebio un atrago hasta sentir 2 cosmos porj lo que se tehrmino su botella y fue a ver dondeh veniam aquellos poderosos cosmos hasta que pudo divisar a 2 de sus conpañeras denis de picis y maina de virgo la guerrera de las rosas y la persona mas cercana a los dioses aclaro la voz y hablo
veo que no soy la unica que se encuentra por aqui y que opinam del paisaje donde estamos es herrmoso pero añoro conocer mi casa de tauro y a uds les debe pasar lo mismo no - sonrio amablemente-
veo que no soy la unica que se encuentra por aqui y que opinam del paisaje donde estamos es herrmoso pero añoro conocer mi casa de tauro y a uds les debe pasar lo mismo no - sonrio amablemente-
Invitado- Invitado
Re: Nostalgia. —Maina, Libre.
Sabía que su compañera había llegado al mismo lugar que comenzaba a añorar, la relación de ellas dos era una relación normal, no las mejores amigas o casi hermanas, pero si lo suficiente para llamarse a si mismas amigas. La más baja se dio la vuelta para verle a los ojos, pero eso no fue posible ya que los ojos de su compañera estaban cerrados, y aquel saludo en sí le pareció algo gracioso, seguro Maina estaba dudando, lo sentía en su cosmos, sentía aquella pequeña sensación de duda en el cosmos de la casi dios, aun siendo tan cercana a uno, seguía siendo humana y no la juzgaba, incluso ella, la misma fémina de cabellos azulados dudaba en si era correcto lo que hacia, cuando dudaba iba con su maestro ya que esta en su naturaleza ir a preguntar a una cabeza superior, Albafica, y seguro Maina le entendería, después de todo la amazona de Virgo tenía a su maestro Buda. Maina se había convertido en una persona de confianza y estaba segura que si expresaba lo que sentía con la fémina ella entendería, seguro le daría un consejo como toda virgo.
— No lo es, Maina. De hecho te lo agradezco, apareciste en buen momento. Estoy empezando a sentirme ¿incomoda? ... Ya sabes, esto de pelear por alguien que no conocemos. — Confeso, mientras que se cruzaba de brazos mirando con preocupación a su compañera y sus labios se apretaban uno con el otro formando una fina linea, sabía que estaba mal dudar en sus ideales, pero pelear por alguien que no han tenido el placer de conocer era extraño. Las dos únicas veces que peleo con toda su alma fueron por personas que perdió, sus padres que por desgracia murieron a manos de un espectro y a los niños del orfanato, que ahora le odiaban por ser diferente a ellos, no quería volver a repetir su historia y ser odiada por culpa de por quien luchaba. Al escuchar la segunda frase de la ajena, se dio la vuelta, sus brazos aun estaban cruzados bajo su pecho y sus ojos una vez más observaron con determinación aquellas ruinas, dándose así misma el lujo de mirar los detalles más a fondo, por desgracia tenía que desacordar por primera vez con la amazona, su cabeza negó de manera ligera, dando a conocer que no estaba de acuerdo con ella. — No, creo que el santuario es aun más hermoso que esto y sinceramente, para ser ruinas... Esto deleita la vista. Mi belleza seguro no se iguala a la belleza de un santuario, la de ningún Pisciano. — Argumento, su voz fue suave y por medio de esta se notaba como sus pensamientos la invadían, como quería resolver aquella incógnita. ¿Cómo sera el santuario? ¿Cómo será mi casa? ¿Es aquel lugar... mi Hogar?
De un momento a otro un cosmos más apareció de la nada, pero no se preocupo, para nada, ya que era un cosmos amigable, lo conocía, no podía decir que a la persona dueña de aquel cosmos era si quiera una amiga de ella, pero la había conocido con la poca estadía que llevaba ahí. Tsunade de Tauro, o por lo menos así la conocía. Pudo notar como el suelo tembló por unos segundos y sonidos de rocas cayendo al suelo se hacía notar por sobre los demás ruidos, seguro el toro del zodiaco se encontraba afilando sus cuernos y no le culpaba. Tauro era uno de los Caballeros más fuertes, estaba de acuerdo que necesitaban a ese Toro fuerte y listo para salir a la arena en cualquier momento. No paso mucho tiempo para que Tauro se hiciera presente en donde las dos féminas estaban, una vez más, la pisciana se dio la vuelta para encontrarse con la recién llegada, sonriendo ligeramente ante las palabras que la mayor había comentado, sin duda alguna, la sabiduría regía sobre la mujer de cabellos albinos. — El paisaje es hermoso, Tsunade, y contestando a tu otra pregunta. Si. Lo estoy, quiero conocer mi casa y poder decir que es hermoso, admirar la estructura como admiro estas ruinas pero con un poco más de fervor. Dracmas, como me gustaría conocer el Santuario. — Concluyo, una vez más mostrando como su cabeza volaba y buscaba de alguna forma u otra poder imaginar el magnifico e indescriptible santuario, pero era obvio que tenía que esperar, desgraciadamente, la paciencia no era una cualidad en ella.
— No lo es, Maina. De hecho te lo agradezco, apareciste en buen momento. Estoy empezando a sentirme ¿incomoda? ... Ya sabes, esto de pelear por alguien que no conocemos. — Confeso, mientras que se cruzaba de brazos mirando con preocupación a su compañera y sus labios se apretaban uno con el otro formando una fina linea, sabía que estaba mal dudar en sus ideales, pero pelear por alguien que no han tenido el placer de conocer era extraño. Las dos únicas veces que peleo con toda su alma fueron por personas que perdió, sus padres que por desgracia murieron a manos de un espectro y a los niños del orfanato, que ahora le odiaban por ser diferente a ellos, no quería volver a repetir su historia y ser odiada por culpa de por quien luchaba. Al escuchar la segunda frase de la ajena, se dio la vuelta, sus brazos aun estaban cruzados bajo su pecho y sus ojos una vez más observaron con determinación aquellas ruinas, dándose así misma el lujo de mirar los detalles más a fondo, por desgracia tenía que desacordar por primera vez con la amazona, su cabeza negó de manera ligera, dando a conocer que no estaba de acuerdo con ella. — No, creo que el santuario es aun más hermoso que esto y sinceramente, para ser ruinas... Esto deleita la vista. Mi belleza seguro no se iguala a la belleza de un santuario, la de ningún Pisciano. — Argumento, su voz fue suave y por medio de esta se notaba como sus pensamientos la invadían, como quería resolver aquella incógnita. ¿Cómo sera el santuario? ¿Cómo será mi casa? ¿Es aquel lugar... mi Hogar?
De un momento a otro un cosmos más apareció de la nada, pero no se preocupo, para nada, ya que era un cosmos amigable, lo conocía, no podía decir que a la persona dueña de aquel cosmos era si quiera una amiga de ella, pero la había conocido con la poca estadía que llevaba ahí. Tsunade de Tauro, o por lo menos así la conocía. Pudo notar como el suelo tembló por unos segundos y sonidos de rocas cayendo al suelo se hacía notar por sobre los demás ruidos, seguro el toro del zodiaco se encontraba afilando sus cuernos y no le culpaba. Tauro era uno de los Caballeros más fuertes, estaba de acuerdo que necesitaban a ese Toro fuerte y listo para salir a la arena en cualquier momento. No paso mucho tiempo para que Tauro se hiciera presente en donde las dos féminas estaban, una vez más, la pisciana se dio la vuelta para encontrarse con la recién llegada, sonriendo ligeramente ante las palabras que la mayor había comentado, sin duda alguna, la sabiduría regía sobre la mujer de cabellos albinos. — El paisaje es hermoso, Tsunade, y contestando a tu otra pregunta. Si. Lo estoy, quiero conocer mi casa y poder decir que es hermoso, admirar la estructura como admiro estas ruinas pero con un poco más de fervor. Dracmas, como me gustaría conocer el Santuario. — Concluyo, una vez más mostrando como su cabeza volaba y buscaba de alguna forma u otra poder imaginar el magnifico e indescriptible santuario, pero era obvio que tenía que esperar, desgraciadamente, la paciencia no era una cualidad en ella.
Denis de Piscis- Nuevo
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 17/09/2014
Re: Nostalgia. —Maina, Libre.
Se encontraba en el lugar ya hacía un tiempo, quería estar solo y descansar, y que mejor lugar para hacerlo que aquel donde se sentía tan bien, donde habían perecido ya varios guerreros, las muertes siempre le daba un aire de encanto a los lugares según el pensamiento de "muerte", sintió una presencia poco antes, un gran cosmo que al parecer derrumbaba unos edificios del lugar, no se preocupó porque estaba algo lejos, y no perturbaba el momento que estaba teniendo... Sabía que eso iba a acabar pero no esperaba que tan pronto, mucho más cerca de él se acerco una chica, que por su puesto, por el estado de relajamiento y pereza que encontraba el dorado era imposible de detectar, así que la chica no se había percatado de su presencia sin embargo el cancerígeno amigo de los dorados perdía su paciencia ya que habían interrumpido su momento a solas...
No pasó mucho tiempo antes de que llegase una tercer persona, cuatro si contaba a la que hacía un rato había liberado su cosmo en aquel lugar, sin embargo aún se encontraba más distanciada de ellos, las chicas se presentaron, ambas eran doradas, "Muerte" se sorprendió al escuchar "Maina de virgo" virgo... de nuevo un santo de virgo, sería extraño ver a otro que no fuese Asmita, la otra parecía ser la de piscis...
"Albafica de piscis, nunca supe que pasó con tigo... supongo que pereciste en tu debilidad al igual que muchos"
Pensó para si mismo, justo cuando estuvo dispuesto a salir escuchó una parte de la conversación que le hizo esperar, hablaban del santuario, y Denis dijo unas palabras que sin duda molestarían a "Muerte Lenta" pues a lo que él entendía estaban hablando mal de su diosa... Inmediatamente en ese momento llegó Tsunade, escuchó un poco más de la conversación y no pudo contenerse, se puso en pie y libero una parte de su cosmos, lo suficientemente significativa para que reconociesen su poder...
- Ustedes... Ustedes no saben nada niñas -
Comenzó en tono despectivo, su armadura relucía como la de cualquier dorado, pero su cosmos la hacía parecer de algún modo, más sombría...
- No conocen el santuario, yo si he estado ahí, aunque si quieren saber como es, deberían ir y averiguarlo, excepto tu niña azul, pues si no quieres pelear por alguien a quien no conoces... -
Su mirada se enfocó en la chica de cabellos azules restándole importancia 0 a su falta de máscara o su posible gran belleza pues ella fue quien se había dirigido de tal manera a Athenea lo que era un insulto grave para "Muerte" aunque no dijo nada en contra de la diosa en realidad, pero al parecer el dorado no andaba de buenas y solo bsucaba una excusa para armar líos.
- Entrega tu armadura y vete, ya han perecido muchos en batalla, y tu serás la siguiente si no pones a tu diosa en primer lugar, recuerda que por ella estamos aquí, ella es la que decidió que fuésemos dorados, aunque aún me pregunto como eligen a niñas como ustedes -
Su comentario iba a caer mal eso era seguro, no sabía como reaccionarían las 3 chicas, aunque no le preocupaba mucho, estaba expectante de lo que dirían sobre todo la amazona de virgo, pues conociendo la paz que irradiaba a su antecesor, era de esperar que fuese la que más mantuviera la compostura en ese momento, pero "Muerte" ponía a prueba la paciencia de ella y era bueno para eso...
No pasó mucho tiempo antes de que llegase una tercer persona, cuatro si contaba a la que hacía un rato había liberado su cosmo en aquel lugar, sin embargo aún se encontraba más distanciada de ellos, las chicas se presentaron, ambas eran doradas, "Muerte" se sorprendió al escuchar "Maina de virgo" virgo... de nuevo un santo de virgo, sería extraño ver a otro que no fuese Asmita, la otra parecía ser la de piscis...
"Albafica de piscis, nunca supe que pasó con tigo... supongo que pereciste en tu debilidad al igual que muchos"
Pensó para si mismo, justo cuando estuvo dispuesto a salir escuchó una parte de la conversación que le hizo esperar, hablaban del santuario, y Denis dijo unas palabras que sin duda molestarían a "Muerte Lenta" pues a lo que él entendía estaban hablando mal de su diosa... Inmediatamente en ese momento llegó Tsunade, escuchó un poco más de la conversación y no pudo contenerse, se puso en pie y libero una parte de su cosmos, lo suficientemente significativa para que reconociesen su poder...
- Ustedes... Ustedes no saben nada niñas -
Comenzó en tono despectivo, su armadura relucía como la de cualquier dorado, pero su cosmos la hacía parecer de algún modo, más sombría...
- No conocen el santuario, yo si he estado ahí, aunque si quieren saber como es, deberían ir y averiguarlo, excepto tu niña azul, pues si no quieres pelear por alguien a quien no conoces... -
Su mirada se enfocó en la chica de cabellos azules restándole importancia 0 a su falta de máscara o su posible gran belleza pues ella fue quien se había dirigido de tal manera a Athenea lo que era un insulto grave para "Muerte" aunque no dijo nada en contra de la diosa en realidad, pero al parecer el dorado no andaba de buenas y solo bsucaba una excusa para armar líos.
- Entrega tu armadura y vete, ya han perecido muchos en batalla, y tu serás la siguiente si no pones a tu diosa en primer lugar, recuerda que por ella estamos aquí, ella es la que decidió que fuésemos dorados, aunque aún me pregunto como eligen a niñas como ustedes -
Su comentario iba a caer mal eso era seguro, no sabía como reaccionarían las 3 chicas, aunque no le preocupaba mucho, estaba expectante de lo que dirían sobre todo la amazona de virgo, pues conociendo la paz que irradiaba a su antecesor, era de esperar que fuese la que más mantuviera la compostura en ese momento, pero "Muerte" ponía a prueba la paciencia de ella y era bueno para eso...
"Muerte lenta"- Santo de Oro
- Mensajes : 116
Fecha de inscripción : 09/02/2014
Re: Nostalgia. —Maina, Libre.
Se encontraba paseando como de costumbre, el santo Dorado de Aries quien escucho unas melodiosas voces a la distancia, pudo notar que se traban de dos personas que el ya conocía las jóvenes Amazonas de Virgo y Tauro, sin embargo escucho una tercer y cuarta voz la de una joven que el no conocía y la de un hombre que el ya había visto pero jamas había entablado una conversación directa con el, se acerco al grupo de personas y con una sonrisa les dio un saludo cálido, escucho las palabras que provenían de la joven,Eridan se percato de que se trataba de la Amazona Dorada de Piscis, la identifico rápidamente pues era de las pocas personas que habían llegado hace poco y el Ariano no conocía. El Caballero de cáncer, su identidad la identifico por la armadura que portaba pronuncio palabras muy convincentes en cuanto a lo que estaba pasando, pues, le estaba recalcado a la Amazona de Piscis lo que pasaría si titubeaba en batalla.-Dejarse llevar por la vanidad es un gran error joven mujer, pues si usted cree que puede ganar con una mirada atractiva se equivoca...Se lucha aunque no se quiera y si usted se rendirá en el momento en el que un ataque enemigo logre alcanzar su rostro...Creo que le hace falta entrenar mas. Athena, se supone que los caballeros dorados estamos aquí para protegerla a ella...Pero también a las personas inocentes y si usted duda en proteger a la Diosa entonces proteja a los humanos...A las personas inocentes.
-Muerte, por favor no cuestiones las decisiones de nuestra Diosa pues si ella las a elegido alguna razón debe tener, quizás y en algún momento muestren su verdadero poder...Inclusive si hay personas que no lo parecen dentro de las tropas, seguramente fueron elegidas para portar la armadura dorada.
-Muerte, por favor no cuestiones las decisiones de nuestra Diosa pues si ella las a elegido alguna razón debe tener, quizás y en algún momento muestren su verdadero poder...Inclusive si hay personas que no lo parecen dentro de las tropas, seguramente fueron elegidas para portar la armadura dorada.
- Aviso:
- Hola Buenos Días a todos por aquí, solo quería decirles no pude evitarlo así que
entre a su tema para pasar un buen rato, espero no les moleste y si es así me retiro tan rápido
como llegue.
Saludos
Eridan de Aries- Santo de Oro
- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 25/08/2014
Localización : Tierritorio Atheniense
Re: Nostalgia. —Maina, Libre.
ㅡYa entiendo...te aseguro que no eres la única. Pero es preferible dejar nuestros pensamientos dentro.ㅡ El saber es una virtud entre cualquier Virgo, así como también el ser prudente entre lo que debe expresarse y lo que no, pues aunque no había tomado tanta importancia a los cosmos que había sentido alrededor, conforme al pasar de los segundos podía sentir cada uno de estos yendo en aumento, como si quisieran hacerse de notar, podía asegurar que serían miembros de la orden más antiguos a las dos damas presentes.
Antes de pronunciar palabra alguna, una voz más se unió a las féminas Amazonas, torciendo una sonrisa de lado, alguien más que añoraba el poder visitar el santuario, aquel lugar de hogar y protección para toda la orden Ateniense, ¿cómo estaría ahora? ¿Vuelto entre agua? Eran tantas cuestiones que le pasaban por la mente, y muchas las ocasiones sólo los sueños eran parte de sus imágenes mentales de lo que podría ser tal majestuoso lugar. Y nuevamente estaba en silencio.
Aunque el cosmos que poda sentir uniendose en presencia de las tres damas tenía cierta similitud a las de ellas, había algo que le perturbaba, como acto reflejo, ladeo ligeramente el rostro, tal sin mostrar expresión, dentro de si buscaba identificar algo en ello, y era lamentable, pues al no conocer todos los miembros de la orden dorada, no podía asegurar de quien se trataba, más no era de confirmar que era amigo pero tampoco enemigo, ¿un tanto de ambas?
Por un momento se tensó, atendiendo a cada una de sus palabras pronunciadas con aquel desdén despectivo, y no le culpaba, si ella, una semi divinidad también dudaba, no debía siquiera ser digna para atreverse a llevarle la contraria al caballero, más por otro lado era humana, y el dudar era una cualidad muy común entre los mortales. Despego sus labios, con el fin de hablar nuevamente, más no tardó segundos en volverlos a cerrar cuando otra presencia más había arribado en conjunto a los cuatro y presentes.
ㅡ"Como una reunión dorada...aunque data en ser todo, menos una reunión."
Agradecía interiormente y totalmente la intervención del joven de Aries, tomando aquellas palabras como una manera de amenizar la situación, aunque sospechaba y podía asegurar que eso sería difícil, sería descarado decir que la situación dotaba por ser interesante, tantos puntos de vista y modos de pensar diferentes, si por sólo cruzar palabras era así, ¿cómo sería en campo de batalla? ¿Se dejarían atrás los prejuicios y se cuidarían las espaldas como compañeros de armas protectores de la justicia? ¿O sólo dejarles perecer por si solos sin importarles la supuesta ideología de compañerismo?
Sólo un suave respiro salió de sus labios, no permitiéndose titubear en algo así, ya lo había hecho antes, y su maestro nuevamente le había iluminado, no era permitido volver a dudar.
ㅡUna disculpa por nuestra insolencia.ㅡ Si, hablaba de manera grupal por aunque ella no haberlo expresado, lo había pensado y eso la hacia sentir culpable. ㅡEs cierto, somos jóvenes, 'niñas' si usted quiere. Y tal vez lo tome usted como excusa, joven caballero, pero no puede culparnos por dudar, siempre esta permitido el beneficio de la duda para todo mortal, claro, tampoco está bien para alguien que dice estar en las filas de Athena y haberle jurado lealtad. Somos inexpertas, nuevas en esto si quiere decirle así, no pido de nos perdone tal osadía, sólo se nos comprenda.ㅡ Había girado su rostro hacia el joven que se había dirigido a su compañera rosa venenosa, por el contrario sus palabras habían salido con la más profunda calma y seriedad.
ㅡY vuelvo a ser osada, pues, aunque se dude de nuestra estancia aquí y el portar la armadura, muchas hemos sido elegidas por la armadura misma y por tal, entregarla sin que esta nos rechace, no sería posible, por otro lado, sin orden directa de la sagrada Athena o el patriarca, tampoco podría ser entregada.ㅡ Y aunque la situación fuese de cierto modo algo tensa, se permitió el esbozar una suave sonrisa. Dejándose caer en un pilar que parecía haber sido roto por la mitad en mucho tiempo atrás, quedando sentada allí.
El aire frío se coló por la dorada armadura, haciéndole erizar la piel, aquel paisaje podía considerarse hermoso pese aún a la situación que se estaba desarrollando, pero para la dama de Virgo, era algo más para que aprender.
ㅡLlenar el lugar de nuestros antecesores, es algo muy lejano para nosotras ni tampoco pretendemos se nos compare...pero os aseguro que habremos de ganar nuestro lugar por si solas, y nuestra lealtad a hacia nuestra sagrada Diosa, no se prestara a duda alguna. Si habremos de luchar por ella, por los humanos...así será.ㅡ Y aunque su rostro no tuviese más expresión que sólo su sonrisa, tenía aquel peso sobre sus hombros, saber que cargaba con la historia de su antecesor a su espalda y que para aquellos que eran antiguos de la orden dorada y habrían tenido alguna interacción con su antecesor, no podrían aún verla con buenos ojos como portadora de Virgo, y de eso ella estaba consciente.
Antes de pronunciar palabra alguna, una voz más se unió a las féminas Amazonas, torciendo una sonrisa de lado, alguien más que añoraba el poder visitar el santuario, aquel lugar de hogar y protección para toda la orden Ateniense, ¿cómo estaría ahora? ¿Vuelto entre agua? Eran tantas cuestiones que le pasaban por la mente, y muchas las ocasiones sólo los sueños eran parte de sus imágenes mentales de lo que podría ser tal majestuoso lugar. Y nuevamente estaba en silencio.
Aunque el cosmos que poda sentir uniendose en presencia de las tres damas tenía cierta similitud a las de ellas, había algo que le perturbaba, como acto reflejo, ladeo ligeramente el rostro, tal sin mostrar expresión, dentro de si buscaba identificar algo en ello, y era lamentable, pues al no conocer todos los miembros de la orden dorada, no podía asegurar de quien se trataba, más no era de confirmar que era amigo pero tampoco enemigo, ¿un tanto de ambas?
Por un momento se tensó, atendiendo a cada una de sus palabras pronunciadas con aquel desdén despectivo, y no le culpaba, si ella, una semi divinidad también dudaba, no debía siquiera ser digna para atreverse a llevarle la contraria al caballero, más por otro lado era humana, y el dudar era una cualidad muy común entre los mortales. Despego sus labios, con el fin de hablar nuevamente, más no tardó segundos en volverlos a cerrar cuando otra presencia más había arribado en conjunto a los cuatro y presentes.
ㅡ"Como una reunión dorada...aunque data en ser todo, menos una reunión."
Agradecía interiormente y totalmente la intervención del joven de Aries, tomando aquellas palabras como una manera de amenizar la situación, aunque sospechaba y podía asegurar que eso sería difícil, sería descarado decir que la situación dotaba por ser interesante, tantos puntos de vista y modos de pensar diferentes, si por sólo cruzar palabras era así, ¿cómo sería en campo de batalla? ¿Se dejarían atrás los prejuicios y se cuidarían las espaldas como compañeros de armas protectores de la justicia? ¿O sólo dejarles perecer por si solos sin importarles la supuesta ideología de compañerismo?
Sólo un suave respiro salió de sus labios, no permitiéndose titubear en algo así, ya lo había hecho antes, y su maestro nuevamente le había iluminado, no era permitido volver a dudar.
ㅡUna disculpa por nuestra insolencia.ㅡ Si, hablaba de manera grupal por aunque ella no haberlo expresado, lo había pensado y eso la hacia sentir culpable. ㅡEs cierto, somos jóvenes, 'niñas' si usted quiere. Y tal vez lo tome usted como excusa, joven caballero, pero no puede culparnos por dudar, siempre esta permitido el beneficio de la duda para todo mortal, claro, tampoco está bien para alguien que dice estar en las filas de Athena y haberle jurado lealtad. Somos inexpertas, nuevas en esto si quiere decirle así, no pido de nos perdone tal osadía, sólo se nos comprenda.ㅡ Había girado su rostro hacia el joven que se había dirigido a su compañera rosa venenosa, por el contrario sus palabras habían salido con la más profunda calma y seriedad.
ㅡY vuelvo a ser osada, pues, aunque se dude de nuestra estancia aquí y el portar la armadura, muchas hemos sido elegidas por la armadura misma y por tal, entregarla sin que esta nos rechace, no sería posible, por otro lado, sin orden directa de la sagrada Athena o el patriarca, tampoco podría ser entregada.ㅡ Y aunque la situación fuese de cierto modo algo tensa, se permitió el esbozar una suave sonrisa. Dejándose caer en un pilar que parecía haber sido roto por la mitad en mucho tiempo atrás, quedando sentada allí.
El aire frío se coló por la dorada armadura, haciéndole erizar la piel, aquel paisaje podía considerarse hermoso pese aún a la situación que se estaba desarrollando, pero para la dama de Virgo, era algo más para que aprender.
ㅡLlenar el lugar de nuestros antecesores, es algo muy lejano para nosotras ni tampoco pretendemos se nos compare...pero os aseguro que habremos de ganar nuestro lugar por si solas, y nuestra lealtad a hacia nuestra sagrada Diosa, no se prestara a duda alguna. Si habremos de luchar por ella, por los humanos...así será.ㅡ Y aunque su rostro no tuviese más expresión que sólo su sonrisa, tenía aquel peso sobre sus hombros, saber que cargaba con la historia de su antecesor a su espalda y que para aquellos que eran antiguos de la orden dorada y habrían tenido alguna interacción con su antecesor, no podrían aún verla con buenos ojos como portadora de Virgo, y de eso ella estaba consciente.
- Spoiler:
- No, descuida Eridan, se bienvenido al tema, jiji entre más, mejor.
Maina de Virgo- Santo de Oro
- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 10/09/2014
Localización : Buscando alcanzar la iluminación.
Re: Nostalgia. —Maina, Libre.
luego de que en la conversacion callera un cosmos sumamente tenebroso que la guerrera de tauro pudo identificar como del caballero de cancer hizo una mueca de fastidio por como se dirigia a ellas con un machismo desmesurado algo que no toleraba en los honbres eran que fueran sumamente machistas y ese comentario aunque aún me pregunto como eligen a niñas como ustedes le callo como un baldazo de agua fria en la cabeza apreto un puño era un conpleto grosero el dirigirse asi a sus camaradas de armas hasta que la presencia de otro caballero un cosmo calido y gentil la hizo reconocer a otro de sus conpañeros eridan de aries por el cosmos tan diferente al del caballero de cancer tanto como el dia y la noche hizo una sonrisa y un leve sonrojo se noto en su blanca piel lo miro y decidio dar su opiniom respecto al tema de la conversacion el cual era sumamente conplejo desde el punto de vista que se lo viera tomo aire y hablo
hola muerte como has estado un hola no vendria mal en tu oracion si es que tienes algo de educacion y dejame aclararte algo somos tan capaces como cualquiera que porta la armadura dorada y eso lo probaremos en batalla ya que a pesar de todo mostraremos nuestra fidelidad a athena por cierto disculpame eridan por no saludarte pero estaba hablando c on el grosero de muerte que sus palabras sonarian un tanto mejor si fuera un poco mas cordial pero pedir eso es como pedirle peras al olmo - sonrio burlonamente por la cita-
hola muerte como has estado un hola no vendria mal en tu oracion si es que tienes algo de educacion y dejame aclararte algo somos tan capaces como cualquiera que porta la armadura dorada y eso lo probaremos en batalla ya que a pesar de todo mostraremos nuestra fidelidad a athena por cierto disculpame eridan por no saludarte pero estaba hablando c on el grosero de muerte que sus palabras sonarian un tanto mejor si fuera un poco mas cordial pero pedir eso es como pedirle peras al olmo - sonrio burlonamente por la cita-
Invitado- Invitado
Re: Nostalgia. —Maina, Libre.
Un sentimiento de alivió había inundado a la menor al escuchar como la voz de la amazona de Virgo coincidía con su opinión, aunque admitía que era buena la idea de mantener aquel pensamiento solo para ellas. Por alguna razón poco a poco pudo sentir varios cosmos reuniéndose con las tres presentes y al escuchar las voces de otros dos individuos realmente la saco de su propia realidad, en verdad se había sorprendido por el excelente tiempo que habían tomado para ir a darle una pequeña lección, ciertamente, nadie podía dudar en aquel lugar o por lo menos contar algún secreto al aire libre, porque muchos oídos escuchaban y muchos ojos observaban. Escucho con clara determinación cada palabra del Santo Dorado de Cancer, no podía negar que tenía razón incluso ella llegaba a dudar del porque había sido escogida pero de igual forma, aunque dudara, luchaba no solo por la diosa Atena pero por los humanos que ella protegía cada Guerra Santa, Denis luchaba por muchas vidas inocentes y una diosa, razón por la cual aun conservaba la armadura. Escucho en silenció cada palabra, incluso llego a alzar una de sus cejas al escuchar la última frase, Denis estaba segura de que lo merecía, no iba a negar que había cometido un error al hablar de aquella forma de la diosa que protegía, pero en ningún momento había faltado al respeto a la diosa, solo dudaba, una duda era valido para cualquier ser humano ya que ninguno, vivo o muerto, podía ser perfecto y no dudar de vez en cuando. La última frase resonó en su cabeza tomándola como una ofensa.
La segunda voz, el Santo Dorado de Aries, claramente las armaduras revelaban quienes eran ellos, pero por desgracia la joven de cabellos azulados no conocía el nombre de aquellos dos jóvenes. Al igual que había hecho con el discurso de "Muerte Lenta" ; presto atención a lo que el santo de Aries tenía que decir, mantuvo una postura de respeto, pues claramente ellos eran mayor que ella y tenía que mostrarse por lo menos respetuosa a ambos. Sin embargo, las palabras del ariano le habían llegado, ciertamente, pelear por la gente inocente sería su gran prioridad hasta poder conocer a Atena. Sabía, que aquí el malo eran Poseidón y Hades, no dudaría en proteger a lado de Atena y los demás santos para proteger a la tierra, lucharía por ellos y por su propia vida, ya que los inocentes no merecían morir por una lucha egoísta entre dioses. Se mostró tensa más no nerviosa o incluso preocupada, como humana sabía que no era perfecta y que no podía hacer más que tomar las consecuencias a sus palabras, a sus pensamientos y aquellos discursos o "regaños" eran la mejor forma de hacerla entender, volverla a su sentido para pelear por las vidas inocentes. Los propios labiales se abrieron un poco para poder defenderse y dar razón a los puntos establecidos, pero una voz femenina proveniente de la amazona de Virgo hizo que los cerrara para poder escuchar el discurso de la aproximada a un dios.
En tercer discurso, o mejor dicho la justificación que un humano tenía salía de los labios de su compañera, asintió a las palabras de sabiduría que salían de ella, una sonrisa casi invisible se poso en los labios de la más joven y observo con determinación a la rubia de ojos parcialmente sellados por sus parpados. La culpable se mantenía en silencio no queriendo interrumpir a la rubia, pero al momento en que ella termino la Amazona de Tauro, se encogió un tanto de hombros al comentario, no fueron las mejores palabras que podría haber utilizado ya que lo que menos estaba buscando la pisciana era una pelea entre compañeros dorados, mucho menos en aquellas ruinas que admiro desde un principió. Al fin fue su turno de hablar, sus brazos se cruzaron por sobre su pecho mientras que sus ojos se dirigieron a "Muerte Lenta" con una seria expresión en el rostro. — Tiene razón en muchos aspectos, Caballero de Cancer pero en ningún momento tuve la intención de faltar a la diosa Athena, no podría aunque quisiera. — Aclaro la fémina mientras la sonrisa en sus labios se ampliaba un poco más, siendo sincera mediante aquella sonrisa. — Me disculpo por mis pensamientos y frases imperfectas, pero soy humana, puedo dudar de la diosa más no de mi lealtad hacia ella. Athena a protegido a los humanos durante siglos, yo igual lo haré por los siglos que me toque vivir... hasta que mi cuerpo no pueda más y sea derrotado. También tengo derecho a ver el santuario, usted no me puede privar de ello. — Su mirada se desvió hacia Eridan, ya que no tenía más que decirle a "Muerte Lenta".
— En cambio a usted, Caballero de Aries. Yo no pretendo ganar una batalla por medio de la belleza, yo planeo ganar por medio de mis ataques, por medio de mi objetivo que es proteger a la raza humana y si tengo que proteger a Athena para poder plasmar una sonrisa de victoria en mi rostro, la protegeré a ella cueste lo que cueste. Pero como ya mencione, soy humana y para mi pelear por alguien que no conozco es extraño, más lo haré porque se que es lo correcto. — La voz de la más joven se mostró más respetuosa con Eridan que con "Muerte Lenta" por el simple hecho de aquella frase que claramente le había molestado. —Como Maina de Virgo a plasmado, muchas hemos sido elegidas por la misma armadura. Me gustaría que aunque hayamos hecho el error de dudar, se nos respete como amazonas de las armaduras doradas, no me gusta que por el hecho de ser menor o incluso ser una fémina se nos discrimine de tal manera. — Comento más que nada por las palabras de "Muerte Lenta" ; no podía negar que le había molestado.
La segunda voz, el Santo Dorado de Aries, claramente las armaduras revelaban quienes eran ellos, pero por desgracia la joven de cabellos azulados no conocía el nombre de aquellos dos jóvenes. Al igual que había hecho con el discurso de "Muerte Lenta" ; presto atención a lo que el santo de Aries tenía que decir, mantuvo una postura de respeto, pues claramente ellos eran mayor que ella y tenía que mostrarse por lo menos respetuosa a ambos. Sin embargo, las palabras del ariano le habían llegado, ciertamente, pelear por la gente inocente sería su gran prioridad hasta poder conocer a Atena. Sabía, que aquí el malo eran Poseidón y Hades, no dudaría en proteger a lado de Atena y los demás santos para proteger a la tierra, lucharía por ellos y por su propia vida, ya que los inocentes no merecían morir por una lucha egoísta entre dioses. Se mostró tensa más no nerviosa o incluso preocupada, como humana sabía que no era perfecta y que no podía hacer más que tomar las consecuencias a sus palabras, a sus pensamientos y aquellos discursos o "regaños" eran la mejor forma de hacerla entender, volverla a su sentido para pelear por las vidas inocentes. Los propios labiales se abrieron un poco para poder defenderse y dar razón a los puntos establecidos, pero una voz femenina proveniente de la amazona de Virgo hizo que los cerrara para poder escuchar el discurso de la aproximada a un dios.
En tercer discurso, o mejor dicho la justificación que un humano tenía salía de los labios de su compañera, asintió a las palabras de sabiduría que salían de ella, una sonrisa casi invisible se poso en los labios de la más joven y observo con determinación a la rubia de ojos parcialmente sellados por sus parpados. La culpable se mantenía en silencio no queriendo interrumpir a la rubia, pero al momento en que ella termino la Amazona de Tauro, se encogió un tanto de hombros al comentario, no fueron las mejores palabras que podría haber utilizado ya que lo que menos estaba buscando la pisciana era una pelea entre compañeros dorados, mucho menos en aquellas ruinas que admiro desde un principió. Al fin fue su turno de hablar, sus brazos se cruzaron por sobre su pecho mientras que sus ojos se dirigieron a "Muerte Lenta" con una seria expresión en el rostro. — Tiene razón en muchos aspectos, Caballero de Cancer pero en ningún momento tuve la intención de faltar a la diosa Athena, no podría aunque quisiera. — Aclaro la fémina mientras la sonrisa en sus labios se ampliaba un poco más, siendo sincera mediante aquella sonrisa. — Me disculpo por mis pensamientos y frases imperfectas, pero soy humana, puedo dudar de la diosa más no de mi lealtad hacia ella. Athena a protegido a los humanos durante siglos, yo igual lo haré por los siglos que me toque vivir... hasta que mi cuerpo no pueda más y sea derrotado. También tengo derecho a ver el santuario, usted no me puede privar de ello. — Su mirada se desvió hacia Eridan, ya que no tenía más que decirle a "Muerte Lenta".
— En cambio a usted, Caballero de Aries. Yo no pretendo ganar una batalla por medio de la belleza, yo planeo ganar por medio de mis ataques, por medio de mi objetivo que es proteger a la raza humana y si tengo que proteger a Athena para poder plasmar una sonrisa de victoria en mi rostro, la protegeré a ella cueste lo que cueste. Pero como ya mencione, soy humana y para mi pelear por alguien que no conozco es extraño, más lo haré porque se que es lo correcto. — La voz de la más joven se mostró más respetuosa con Eridan que con "Muerte Lenta" por el simple hecho de aquella frase que claramente le había molestado. —Como Maina de Virgo a plasmado, muchas hemos sido elegidas por la misma armadura. Me gustaría que aunque hayamos hecho el error de dudar, se nos respete como amazonas de las armaduras doradas, no me gusta que por el hecho de ser menor o incluso ser una fémina se nos discrimine de tal manera. — Comento más que nada por las palabras de "Muerte Lenta" ; no podía negar que le había molestado.
- #OFF:
- Una enorme disculpa por no haber contestado mucho antes. Lo siento, los estudios me tenían como esclava ;;
Denis de Piscis- Nuevo
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 17/09/2014
Re: Nostalgia. —Maina, Libre.
Poco a poco las respuestas fueron llegando a muerte, de entre otros 4 dorados en el lugar no esperaba que uno tuviese aunque sea en una parte la capacidad de compartir opinión con el dorado de cáncer, sabía que eso no se solía ver, le sorprendió el arribo de Eridan, las palabras del mismo bastaron para que "Muerte" desease verlo en batalla, necesitaba comprobar si era más poderoso que su antecesor, aunque tampoco es que Shion hubiese hecho mucho para con sus compañeros, al menos eso consideraba "Muerte"...
- No cuestiono, afirmo que comete errores, ya los ha cometido antes, tantos dorados y son pocos los que han servido para algo, hasta el momento a excepción de Saga, Dégel y yo, primeros y únicos en portar estas armaduras, los demás no han tenido la habilidad de sobrevivir, a pesar que existen otros de los que simplemente no se volvió a saber nada, pero estoy seguro que Atenea se equivocó al escogerles, quizá un par de otros dorados que han perecido contra rivales fuertes son capaces de ser tomados en cuenta, escoge a los débiles pensando que se harán fuertes, pero muchos no llegan a llenar las expectativas -
Muerte se dirigió a Eridan, le decía todo eso pues quería ver como reaccionaba él ante algo así, quizá entrara en razón o quizá intentase dar un puñetazo a Muerte, quien estaba acostumbrado a que le mirasen como le miraban las chicas presentes en las ruinas de Asgard, por su puesto sin contar con la amazona de virgo quién permanecía con sus ojos cerrados, pero quien también dirigía su diálogo a Muerte...
Muerte miraba a Maina de un modo diferente a las otras chicas, no podía evitar pensar en el anterior dorado de virgo, algo en ella le recordaba a él, Cáncer silenció su boca, hasta que virgo terminase de hablar.
-Bien, parece que terminaste... -
Muerte no pudo continuar, rápidamente Tsunade lo interrumpió, una sonrisa siniestra se manifestó en el rostro de muerte, quién dirigió su mirada a tauro, prestando atención también a lo que esta decía...
- ¿Algo más? -
En efecto, faltaba más, ahora sería el turno de Denis de responder, e intentar defenderse pues fue a quién Muerte y Eridan atacaron de cierto modo, si se puede llamar así, a las palabras que le habían dirigido en un principio a la hermosa chica de piscis.
- Se escudan en una excusa sin validez, eso resalta más su incompetencia para portar lo que llevan en sus hombros, creo que no saben en que se han metido, imperfectas... una excusa como esa no tiene sentido, todos son imperfectos hasta los dioses, pero humanos no somos, dejamos de serlo en cuanto la armadura se unió a nosotros, ahora somos santos no simples humanos, dejamos eso muy atrás, los humanos pueden dudar y ser tontos, nosotros no tenemos tiempo para eso, debemos estar seguros de lo que defendemos y ser consientes de lo que buscamos, si piensan que así podrán continuar con vida en el campo de batalla andan más lejos del pensamiento adecuado de lo que creí, pero eso es algo que ya deberán averiguar cuando les toque ver la muerte de frente, esto va para todos ustedes novatos, Cuando vean a un dios guerrero, a un marino o a un espectro dudar de su convicción, matenle, pueden estar seguros de que es alguien débil, por otro lado, deben saber que no se les discrimina por ser mujere, si les digo niñitas es porque eso reflejan ser, me gustaría que muestren lo contrario, ya sea en el campo de batalla o bien aquí mismo-
Luego de su largo y agotador pero conciso discurso, se acercó a Tsunade al mencionar sus últimas palabras, se arriesgaba mucho pues sabía que la amazona de taura, era quizá de los presentes quién menos controlaría su temperamento, pero si esta lo atacaba tendría una razón más para reafirmar sus pensamientos sobre ellas...
- No cuestiono, afirmo que comete errores, ya los ha cometido antes, tantos dorados y son pocos los que han servido para algo, hasta el momento a excepción de Saga, Dégel y yo, primeros y únicos en portar estas armaduras, los demás no han tenido la habilidad de sobrevivir, a pesar que existen otros de los que simplemente no se volvió a saber nada, pero estoy seguro que Atenea se equivocó al escogerles, quizá un par de otros dorados que han perecido contra rivales fuertes son capaces de ser tomados en cuenta, escoge a los débiles pensando que se harán fuertes, pero muchos no llegan a llenar las expectativas -
Muerte se dirigió a Eridan, le decía todo eso pues quería ver como reaccionaba él ante algo así, quizá entrara en razón o quizá intentase dar un puñetazo a Muerte, quien estaba acostumbrado a que le mirasen como le miraban las chicas presentes en las ruinas de Asgard, por su puesto sin contar con la amazona de virgo quién permanecía con sus ojos cerrados, pero quien también dirigía su diálogo a Muerte...
Muerte miraba a Maina de un modo diferente a las otras chicas, no podía evitar pensar en el anterior dorado de virgo, algo en ella le recordaba a él, Cáncer silenció su boca, hasta que virgo terminase de hablar.
-Bien, parece que terminaste... -
Muerte no pudo continuar, rápidamente Tsunade lo interrumpió, una sonrisa siniestra se manifestó en el rostro de muerte, quién dirigió su mirada a tauro, prestando atención también a lo que esta decía...
- ¿Algo más? -
En efecto, faltaba más, ahora sería el turno de Denis de responder, e intentar defenderse pues fue a quién Muerte y Eridan atacaron de cierto modo, si se puede llamar así, a las palabras que le habían dirigido en un principio a la hermosa chica de piscis.
- Se escudan en una excusa sin validez, eso resalta más su incompetencia para portar lo que llevan en sus hombros, creo que no saben en que se han metido, imperfectas... una excusa como esa no tiene sentido, todos son imperfectos hasta los dioses, pero humanos no somos, dejamos de serlo en cuanto la armadura se unió a nosotros, ahora somos santos no simples humanos, dejamos eso muy atrás, los humanos pueden dudar y ser tontos, nosotros no tenemos tiempo para eso, debemos estar seguros de lo que defendemos y ser consientes de lo que buscamos, si piensan que así podrán continuar con vida en el campo de batalla andan más lejos del pensamiento adecuado de lo que creí, pero eso es algo que ya deberán averiguar cuando les toque ver la muerte de frente, esto va para todos ustedes novatos, Cuando vean a un dios guerrero, a un marino o a un espectro dudar de su convicción, matenle, pueden estar seguros de que es alguien débil, por otro lado, deben saber que no se les discrimina por ser mujere, si les digo niñitas es porque eso reflejan ser, me gustaría que muestren lo contrario, ya sea en el campo de batalla o bien aquí mismo-
Luego de su largo y agotador pero conciso discurso, se acercó a Tsunade al mencionar sus últimas palabras, se arriesgaba mucho pues sabía que la amazona de taura, era quizá de los presentes quién menos controlaría su temperamento, pero si esta lo atacaba tendría una razón más para reafirmar sus pensamientos sobre ellas...
"Muerte lenta"- Santo de Oro
- Mensajes : 116
Fecha de inscripción : 09/02/2014
Re: Nostalgia. —Maina, Libre.
No te preocupes Tsunade aunque no entiendo el porque te dejas llevar por los comentarios de Muerte, creo que lo conoces desde mas tiempo que yo conociendo al santo de Cáncer, pero bueno eso no es de importancia, solo te pido de la manera mas atenta que no te tomes tan personales las palabras de Muerte, seguramente su intención no era ser grosero con ninguna de ustedes.-Aries observo como la joven amazona de piscis lo miraba y después le dirigió la palabra, al terminar ella de hablarle el hombre respondió.-Pues aunque usted me este diciendo eso en este momento mis ojos me dicen lo contrario...Estoy seguro que en algún instante un pensamiento vanidoso recorrió su mente..En fin eso no es de importancia al contrario me alegra escuchar de su boca que esta segura de lo que desea.
Su mente y su vista se dirigieron al caballero de Cáncer. Escucho atentamente y después camino hacia un pilar para recargar su espalda mientras mantenía los brazos cruzados.-Ya veo, así que esa es su forma de pensar...No esperaba mas del Caballero Dorado de Cáncer, No puedo decir que estoy de acuerdo con usted pero al menos se que tiene algo de razón.
Callo y dejo que el silencio se notara a su alrededor, mientras Muerte seguía con la conversación.
Su mente y su vista se dirigieron al caballero de Cáncer. Escucho atentamente y después camino hacia un pilar para recargar su espalda mientras mantenía los brazos cruzados.-Ya veo, así que esa es su forma de pensar...No esperaba mas del Caballero Dorado de Cáncer, No puedo decir que estoy de acuerdo con usted pero al menos se que tiene algo de razón.
Callo y dejo que el silencio se notara a su alrededor, mientras Muerte seguía con la conversación.
Eridan de Aries- Santo de Oro
- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 25/08/2014
Localización : Tierritorio Atheniense
Temas similares
» Una noche libre (Korra+Libre)
» Una lección de vida[Maina]
» Una lección de verdad [Maina]
» [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
» Un tranquilo día en las montañas. [Maina de Virgo]
» Una lección de vida[Maina]
» Una lección de verdad [Maina]
» [Misión]Una lección de Mitología[Maina]
» Un tranquilo día en las montañas. [Maina de Virgo]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Mar Dic 08, 2015 2:54 am por Invitado
» Central de misiones 3.0
Lun Nov 16, 2015 3:50 pm por Azor Ahai EUC
» Prologo -Capitulo 4- Actualmente
Lun Nov 16, 2015 3:27 pm por Azor Ahai EUC
» Registro de Avatar
Dom Nov 15, 2015 7:38 pm por Azor Ahai EUC
» Registro de Armaduras
Dom Nov 15, 2015 9:07 am por Azor Ahai EUC
» Censo octubre 2015
Dom Nov 15, 2015 9:05 am por Azor Ahai EUC
» Arrasando con la base enemiga (LIBRE)
Jue Oct 29, 2015 11:38 am por Hyperion de Ébano
» La efímera luz de la destrucción *Visto*(Privado: Saga)
Lun Oct 12, 2015 9:24 pm por Phebe el brillante
» La cruz en tu camino
Jue Sep 10, 2015 9:48 pm por Jerico de cruz del sur
» Austenland {Cambio de botón - Elite}
Lun Ago 31, 2015 10:39 pm por Invitado
» llega un nuevo Santo de bronce
Miér Ago 26, 2015 11:11 pm por Ryuko de Pegaso
» Game Threads → Garuda.
Sáb Ago 22, 2015 10:34 am por Suikyo de Garuda
» Y por si fuera poco ahora son dos ( Capricornio y Sagitario)
Vie Ago 21, 2015 10:46 am por Hikari de Cuervo
» Las Estrellas nacieron para los Humanos [ Mision - Libre - 3 puestos ]
Miér Ago 19, 2015 10:36 am por Crios de las galaxias
» Ausencia en busca de la iluminación (?).
Mar Ago 18, 2015 3:10 am por Maina de Virgo