Perdido en el bosque (Ainhoa+Libre)

La enseñanza que había dejado Edzard sobre ella había sido realmente valiosa, evito por completo la pelea cuerpo a cuerpo lo que le beneficio, no había usado la fuerza ni hirió en ningún momento a alguien mas, siempre fue así y no iba a cambiar por mas que se le dijera, prefería evitar los enfrentamientos, prefería buscar alguna otra ruta que la agresividad, no temía ser considerada una caballero inútil o sin fuerza, había logrado despertar su cosmos con tal fuerza que si realmente fuera necesario usarlo estaría perdido cualquiera que le enfrentase, de eso estaba segura.

El caballero de Megrez Delta le había permitido vagar por los bosques, ayudaría a vigilar, era lo menos que podía hacer cuando estaba en tierras de aliados, no solo el entrenamiento para ser mejor cada día le serviría y seria de ayuda para los demás, era un buen día, el cielo a pesar de su típico color grisáceo estaba despejado, la luz era tenue pero iluminaba perfectamente las afueras, no hacia falta de sol pues los tenues rayos de sol se reflejaban sobre la blancura de la nieve, la temperatura seguía igual que el primer día que llego, gracias a su cosmos evito sentir frió, las botas y todo su peso hacían un ligero crujido sobre el hielo que cubría todo el bosque, aun no se había acostumbrado y no conocía del todo el bosque como su guardián mas aun así la entrada la reconocía perfectamente.

Su buen corazon le distrajo varias veces de sus labores, un conejo atorado debajo de un arbol caido, un pichon que habia caido del arbol y le ayudo a subir de nuevo a su nido para evitar congelarse y un pequeño zorro que tenia su pata en una trampa, para tranquilidad de ella solo era una trampa de cuerda, esta no hacia mas que retenerle, aunque casi le muerde el animalillo eso no aminoro las ganas de ella de liberarlo, los grandes ojos oscuros del zorro le miraron fijamente por un segundo cuando se vio liberado, siseo un poco y se alejo corriendo, lo que le basto para sentirse satisfecha por al menos servir de algo aparte de solo pelear por un objetivo.

Los critos de alguien le alertaron, emprendio una carrera hasta donde provenia los gritos de auxilio solo para encontrar un joven de conflexion media, delgado, de cabello color castaño colgado de cabeza, miro al rededor no habia nada sospechoso, se dio cuenta que era solo un accidente de aquel joven despistado, aseguro su mascara antes de acercarse

-¿Como es que caíste en una trampa como estas? - pregunto con tono cálido y dulce

-y mas aun, podrías liberarte solo cortando un extremo de la cuerda, balancearte hasta llegar al nudo que sujeta todo o bien...esperar a que alguien te rescatara- respondió, afortunadamente tenia la mascara que ocultaba un rostro sonriente por lo gracioso que se veía el joven, aunque no era una desgracia que le causara gracia a el

-Al menos los lobos no te alcanzaran ahi- soltó como ultimo comentario

Sus pasos le dirigieron hacia el árbol donde se encontraba amarrada la cuerda, sus manos se acercaron hacia el amarre soltando la cuerda para que el joven se liberara, esperaba que fuera lo suficientemente rápido para meter las manos y detener el golpe, o al menos estuviera preparado para la caída, aunque algo le decía que debería realizar primeros auxilios apenas tocara el suelo.

Escucho con atención toda la historia que Ernia que contarle el joven de cabello castaño que seguía con,grado de ese árbol, aun así le parecía increíble el como había llegado atan penosa situación, debía tener mas cuidado o terminaría lastimado, eso fue lo que penso , aun así no pudo evitar contener una pequeña risa, fuera de ello le parecía curioso, de no estar ella posiblemente habria estado en problemas si lo pasaba todo el día ahí o si llegase a oscurecer y los animales nocturnos saliera, había pasado el tiempo suficiente en ese bosque nevado para saber que n era el mejor escenario.

Había liberado la cuerda esperando que el joven estuviera listo, al menos ella lo estaría en estar bajo la misma situación, mas se había equivocado, el joven simplemente no metió las manos, calle do de cara en la nieve, lo que produjo cierta preocupación en ella, se acerco rápidamente a el

te encuentras bien?- soltó con preocupación

La presentación del muchacho le indico que se encontraba bien, aparentemente, quedo por un momento sin palabras antes de responder a la presentación

-mi nombre es Ainhoa- luego es bombardeada por unas preguntas mas, tras meditarlo un según do termina por responder y explicar algunas otras.

-se me a permitido ayudar con las rondas de vgilancia, el dios guerrero de Megrez me a dejado,y bueno veras la mascara... desde que la diosa Atenea protege la tierra siempre a tenido guerreros que le ayudan en esa labor pero todos ellos eran hombres, a las mujeres no se les permitía ser como ellos, no fue hasta después que las mujeres también podían ser santos, protectores de la diosa Atenea pero para ello debían renunciar a la feminidad que cada mujer poeta, con la mascara seriamos tratados como iguales antes los caballeros hombres, es a creencia que muchas muneres hemos segundo,es una vergüenza que se nos vea sin la mascara, de ser así, si n hombre llegara a ver nuestro rostro, tendríamos quematarlo- explican con claridad a su duda

Esperaba que eso aclara las dudas de Será quien al parecer le miraba detenidamente

-yo soy santa de bronce de Andromeda, dime ¿que hay de ti, eres  un aprendiz?- soltó con curiosidad

Será escuchó con atención todas las explicaciones, podía sentir la mirada de atención que el dirigía a ella, eso le hacia sentir de sierto mod importante,una explicación como esas no se daban todo los días, era algo que muchos de sus compañeros sabían o comprendían, y con un aprendiz apenas eso estaba en un proceso, el joven le parecía simpático, aunque notaba el nerviosismo en el chico notaba también que podía tener largas conversaciones, en especial si ella le explicaba todo lo que había que saber de los caballeros, no estaba de mas ayudara aquellos que comenzaban recién en el camino.

-si, veras quería investigar un poco el lugar donde yo había llegado, conocía al caballero de Cáncer que me había hecho pensar muchas cosas por lo que también debía replantearme algunas ideas, entonces lo encontré, parecía renuente a que estuviera en ese lugar así que se negó en un principio a que estuviera ahí,tras dialogar llegamos a la conclusión de que un entrenamiento seria la mejor forma de medir mi potencial y así se me permitiera vigilar los bosques y ayudar un poco tanto a los dorados como a los dioses guerreros y no ser solo una carga-

Le explico rápidamente la situación de como es que había conocido al caballero de Megrez, el joven se encontraba bien así que se levanto de la nieve sacudiendo sus rodillas para quitar el hielo pegado, tendiendo la mano para ayudarle a levantarse, era un joven penoso por lo que busco la forma de hacerle confiar mas

-vamos, caminemos un poco, eso nos quitara un poco el frío, quien te entrena? Un caballero de plata o es uno dorado, a mi me entreno un caballero de plata en la isla de Andromeda, donde obtuve mi armadura tras pasar la prueba del sacrificio- explico caminando por la blanca nieve que sonaba a cada paso

Escucharlo hablar le parecía peculiar, tenia un aire mas jovial y como si no tuviera idea de lo que era ser un caballero, no podía culparlo considerando que el era un aprendiz, al menos eso imaginaba ella al no tener una repuesta fija de el, se avergonzaba y se rascaba seguido la cabeza como si le diera pena el ser un rango inicial, no lo culpaba ella había pasado por el mismo proceso, aun así comenzaba a caer le bien.

-Ya veo, ya encontraras alguien que te ayude a entrenar, un caballero de plata podría ser mas apto, los dorados están mas que ocupados por lo que se así que dudó que puedan- respondió ante la idea

La pregunta de Será le hizo recordar la ardua labor que debió desarrollar durante el periodo de entrenamiento, convenciéndola aun mas que ella y nadie mas era digna de portar esa armadura y sobretodo llevar a cabo su misión protegiendo a la diosa Atenea aunque cierto caballero dorado pensara lo contrario

-bueno la prueba del sacrificio es la ultima etapa del entrenamiento como caballero portador de la armadura de Andromeda, como esta constelación lo rije, la prueba consistía en que aquel que estuviera listo debía ser encadenado a una gran roca a esperar a que subiera la marea y sobrevivir, es como la doncella Andromeda lo hizo, fue muy duro para mi, creí que moriría que no lo lograría,pero durante esa prueba desperté mi sexto sentido, mi cosmos se elevó de una manera increíble,con una fuerza impresionante tanto que logro protegerme de las fuertes olas y sobrevivir ante la marea, solo así fui digna de obtener esta armaduraexplicó mientras continuaba caminando por la nieve, entre los arboles adentrándose en el bosque de a poco, hasta llegar a un claro.

Le resulto extraño ver que Será se mostraba un poco nervioso, no podía entender si era por presencia de una chica o si se trataba de un estado normal de el, de cualquier forma no haría comentario al espectro, prefería conversar de otra cosa, de lo contrario podría avergonsarse mas de lo que ya estaba y ella no deseaba eso, sus pasos le guiaron hasta un claro, estaba despejado, las copas de los arboles cuello follaje no era abundante no cubría nada de ese páramo, un lugar muy lindo a decir verdad, la niebre que cubría la tierra reflejaba luz y hacia ver de ese lugar algo limpio y fresco pese al terrible frío que podría haber,siguió caminando hasta toparse con un gran árbol el cual a diferencia de los demás, este tenia gran follaje y se veía formidable a comparación de los demás

bueno, aun así nunca esta de mas repasar todas aquellas enseñanzas, si ya las sabes entonces debes ser ya apto para portar una armadura de bronce, solo falta el momento indicado, ya lo veras, tendrás esa armadura cuando menos te des cuenta- le motivo un poco con aquellas palabras.

Parecía que los relatos de como es que había conseguido ella su armadura lo desmotivaron un poco, quizá el miedo ano pasar la prueba ffinal para obtenerla le desmotibaba un poco

se que la obtendrás,parece que también te has esforzado mucho, así que arriba esos ánimos,ten confianza en ti mismo y veras que si deseas ganar lo haras- respondió con un tono mas enérgico para animarle

te has columpiado alguna vez?, te mostrare un pequeño truco, hace poco eh logrado conseguirlo, aun sin mi armadura puedo invocar mis cadenas, aunque claro en este momento no te lo puedo mostrar pues traigo la armadura puesta, pero si llegara un momento cuando no la lleve se que ellas estarán ahí para ayudarme, pero ese no es el punto, mis cadenas pueden ser tan largas como lo desee así que podemos hacer un columpio en las ramas de este gran árbol, en Japón lo hacia mucho, con los niños del orfanato, quizá podamos divertirnos un poco asi- le respondió con dulzura como quien trata de animar a un amigo preocupado y ese era su objetivo, hacer que ese nerviosismo bajara un poco

Sora continuo caminando al lado de Ainhoa a través del bosque, sin embargo, se mantenía en completo silencio y con la mirada en el suelo sin poder evitar seguir pensando en lo mucho que la joven Andromeda había tenido que esforzarse para ganar su armadura mientras que el parecía haber sido solo un idiota con suerte, por lo que nuevamente las dudas y la inseguridad acerca de si merecía portar la armadura de Sagitario volvían a atormentarlo...Y eso era algo que la Bronze Saint parecía poder notar, por lo que decidió tratar de animar al joven con algunas palabras de aliento.

-Supongo que tienes razón...- Levanta un poco la mirada y esboza una ligera sonrisa. Y es que aunque Ainhoa no sabia aun las verdaderas razones por las que Sora se sentía tan acomplejado...Tenia razón en que debía tener mas confianza en si mismo y seguir esforzándose para demostrar ser digno de su armadura -Gracias...-



Ambos continuaron caminando hasta llegar a lo que parecía ser un pequeño claro del bosque donde pudieron ver un gran árbol en el centro. Ainhoa se quedo mirando aquel árbol unos segundos antes de girarse hacia Sora, preguntándole si alguna vez se había columpiado. El se mostró un poco confundido al principio por la pregunta, pero la joven Andromeda continuo mencionandole acerca de un pequeño truco que había aprendido con sus cadenas, haciendo con ellas un columpio en las ramas del árbol, algo que solía hacer mucho con los niños del orfanato donde creció y con lo que quizás ambos podrían divertirse un poco para despejar la mente del Sagitario de todas esas dudas e inseguridades.

-Heh...Ya veo. Recuerdo que, cuando era mas pequeño solía llevar a mi hermana al parque y empujarla en los columpios...De hecho, creo recordar que mi padre hacia lo mismo conmigo antes de marcharse...- Se muestra un poco melancólico al recordar a su padre, perdiéndose por un momento en sus pensamientos antes de sacudir la cabeza, volviendo a la realidad -L-Lo siento, olvida eso ultimo...Y...Si, creo que...Suena divertido ¿Por que no me muestras ese truco entonces?- Le sonríe en esperando que ella usara sus cadenas para hacer aquel columpio.

La situación entre el santo de Sagitario y ella era algo un tanto peculiar, sobre todo ella con la sensatez de que estaba tratando con un aprendiz, ella intentaba hacer que el joven de pelo castaño no se sintiera tan nervioso,sabía lo difícil que podía ser pasar por un período de entrenamiento, por lo que ella haría mas relajada esta situación, al menos lo intentaría, sonrió debajo de la mascara cuando el le dio la razon , sintió satisfacción al saber que la tenia

-yo nunca tuve hermanos, aunque los niños del orfanato eran como hermanos, aunque no todo salio bien cuando algunos de nosotros fuimos seleccionados para entrenar como caballeros- respondió dando un suspiro

Recordaba a su amiga Kasai la cual siempre se cuidaban la una a la otra, pero las situaciones de la vida habían fracturado esa amistad, tras no haber aparecido los dorados durante la invacion al santuario Kasai había creado una especie de rencor hacia ellos por no apoyarles en momentos de crisis, y ella a diferencia de su amiga podía entender la situación,seguía siendo fiel a Atenea, esta segura que su diosa había hecho las cosas por una cosa, algo que solo los designios de un dios podía comprender, y aunque fuera o no lo mejor debía seguir fielmente a su diosa, salio de sus cabilaciones en cuanto llegaron al arbol, despejo su mente con la conversación, ella mostraría un par de trucos con sus cadenas, fuera lo correcto o no

-bueno, el largo de mis cadenas es ilimitado así que básicamente podemos hacer un balancín aunque no estoy segura si a ellas les agrade, reaccionan solas, pero hagamoslo- respondió

Coloco las cadenas el rededor de una de las ramas mas gruesas, cuando estuvo lista ella se sentó sobre ellas y comenzó a columpiarse

-sabes en el orfanato teníamos uno, pasaba las tardes en el, me gustaba mucho, aunque todo termino cuando debimos comenzar el entrenamiento, pero las tardes en Japón eran sin duda las mas lindas, dime ¿tu de donde eres? Se que los caballeros son de todos lados del mundo- respondió columpiándose un poco

Quien diría que se llevaría tan bien con aquel joven de cabellera castaña, muchos de los santos con los que convivía eran mayores que ella por lo que no podía congeniar tan bien con ellos, aun nacía en ella las ganas de conversar tonterías o de hablar de su natal país, mas sin embargo debía llevar el porte de una amazona al servicio de Atenea, las conversaciones vanas se quedaban atrás, la niñez , la bromas eso era solo para los afortunados jóvenes que no debían dar su vida por su diosa al ser seleccionados; el decir afortunados de no portar armadura no significaba que ellos a su vez también fueran afortunados, el ser elegidos para portar una cloth ya sea oro, plata y bronce era sin duda la mejor fortuna que se pudiera tener sobre los nacientes de las constelaciones correspondientes a su armadura.

-Mira que linda coincidencia, aunque a decir verdad parece que tu tuviste una mejor vida que cualquiera de nosotros, la mayoría éramos huérfanos, quizá por eso fuimos seleccionados, si no lo lográbamos nadie respondería por nosotros- bajo la cabeza ante aquella reflexión posiblemente cierta, sus manos apretaron con fuerza las cadenas con las que se sostenía para no caer mientras se balanceaba.

-Aunque por otro lado creo que debió ser un golpe duro el separarse de tus seres queridos, otra teoría de por qué la mayoría no tenemos padres, quizá para enfocarnos de lleno a entrenar sin preocuparnos por nada más que lograr nuestro objetivo – se pregunto a si misma si era prudente o no preguntar pero al final se lanzaría de lleno.

-¿Sabes algo sobre tu padre? Muchos santos tanto de plata como de bronce llegamos a estas tierras tras la batalla que se desato entre los dorados y los generales marinos, tu padre pudo haber llegado con algunos heridos o a de estar rondando por los salones del palacio – sugirió como una loca idea- ¿qué armadura portaba tu padre?- alzo la mirada y observo detenidamente  al joven.

La conversación seguía fluyendo y con ello el movimiento vaivén del columpio que había improvisado, sintió el empuje de Sora lo que le hizo soltar una sonrisa, gesto que nadie más que ella sabia como se veía, un gesto que nadie conocería, las sensaciones regresaron a ella como cuando apenas tenía 7 años y pasaba esas tardes columpiándose en el árbol del jardín trasero del orfanato.

-sí, lo es- soltó, seguía aferrada a las cadenas para no caer mientras se columpiaba, su cabello se movía igual con el movimiento, se estaba divirtiendo como no lo hacía ya en bastante tiempo.

- ¿tenias algún pasatiempo antes de dedicarte de lleno a tu entrenamiento?- soltó con curiosidad.

Siempre había tenido esa duda, que era de los demás antes de comenzar su entrenamiento, no podía preguntarlo abiertamente pues por lo que había podido observar y asimilar ninguna vida anterior que no fuera el entrenamiento al que se sometían era más importante, pero él como parecía recién comenzar posiblemente obtendría una respuesta.

Sora no pudo evitar sentirse un poco culpable al escuchar decir a Ainhoa que el probablemente tuvo una mejor vida que ella, especialmente cuando menciono que probablemente la razón por la que ella y otros huérfanos fueron seleccionados para convertirse en Santos era por que, en caso de que fallaran, no habría nadie que los extrañara...Recordandole una vez mas lo dura que era la realidad para aquellos cuyo destino era servir a Athena. Por un momento pensó que la Santa de Andromeda encontraría injusto que el si hubiera tenido una familia a diferencia de ella...Pero en vez de eso, ella simplemente pensó que para el debió haber sido muy difícil el haber tenido que separarse de su familia y dejar su antigua vida atrás...Y a decir verdad lo fue pues a pesar de que muchas veces su hermana menor podía parecerle extremadamente molesta...No podía evitar extrañarla algunas veces al igual que a su madre...Sin embargo, cada vez que sentía aquella sensación de nostalgia, recordaba la promesa que le había hecho ambas de que regresaría.

-No lo se...- Dice luego de pensar un poco en las palabras de Ainhoa acerca de por que pensaba que la mayoría de los que se convertían en Santos eran huérfanos que entrenaban desde pequeños -Yo pienso que la verdadera fuerza viene de cuando tienes a algo...O a alguien importante a quien proteger...-

Tras decir esas palabras, el Joven Sagitario no pudo evitar pensar en su padre, pues conforme pasaba mas tiempo en las heladas tierras de Asgard lograba comprender un poco mas los verdaderos motivos por los que su padre lo abandono, dándose cuenta que no había sido por que no lo amara a el o a su familia como había pensado todos estos años...Sino todo lo contrario...Por lo que cada vez deseaba saber mas de el, preguntándose que clase de Santo había sido y mas importante aun...Si aun seguía con vida hasta que las palabras de Ainhoa lo sacaron de sus pensamientos, preguntándole si sabia algo acerca de su padre y de la armadura que portaba, queriendo ayudarlo un poco luego de haber escuchado su historia.

-La verdad es que no se nada mas que lo que mi madre me contó sobre el...Ni siquiera se cual era su constelación por lo que realmente no sabría en donde comenzar a buscar...- Suspira, bajando un poco la mirada -A veces incluso pienso que lo mas probable es que haya muerto durante la invasión al Santuario...Aunque, parte de mi quiere creer que el aun esta vivo en algún lugar...-

El Santo de Oro continuo empujando a la Santa de Bronce en aquel columpio que había improvisado con sus cadenas en un árbol. Parecía estarlo disfrutando pues a pesar de que su rostro permanecía oculto por su mascara, la forma en la que se inclinaba un poco hacia atrás y se aferraba con mayor fuerza a sus cadenas para no caer conforme el la empujaba cada vez mas fuerte era suficiente para que se diera cuenta de que realmente se estaba divirtiendo, por lo que el no pudo evitar sonreír mientras cerraba sus ojos disfrutando del momento hasta que ella volvió a hablar, esta vez preguntandole acerca de sus pasatiempos antes de convertirse en Santo.

-Bueno yo...- Se frota de nuevo la cabeza un poco avergonzado -Llevaba una vida relativamente normal...Mi preocupación mas grande era aprobar mis exámenes parciales. En cuanto a mis pasatiempos...Bueno, pasaba la mayoría del tiempo escuchando música, leyendo manga o jugando videojuegos...-

Una vez que Sora menciono Manga y Videojuegos, ya no pudo parar y continuo hablando acerca de sus historias favoritas, el como siempre admiraba a sus protagonistas y el como nunca se rendían sin importar la situación y lo mucho que el deseaba ser como ellos cuando eran niños y aunque muy probablemente Ainhoa no entendería la mitad de todo lo que estaba diciendo en ese momento, sus ojos brillaban conforme seguía contándole emocionado acerca de sus personajes favoritos y es que, por primera vez desde que había llegado a Asgard, podía dejar sus miedos, dudas e inseguridades atrás y disfrutar de la compañía de la joven Andromeda pues gracias a que ella creía que el solo era un aprendiz, eso le permitía no preocuparse por no actuar de la forma en la que se supone que un Santo Dordo debía comportarse, pudiendo simplemente ser el mismo...Un chico torpe que amaba la música, el leer manga y jugar videojuegos.

Sora expresaba su pensar lo que le parecía bien a ella, a como el había aparecido ante ella y como se estaba comportando ahora había un gran cambio, los nervios del chico habían desaparecido por lo que se daba por satisfecha, logrando hacer de lado las responsabilidades como caballero, ahora eran solo unos jóvenes charlando como quien lo hace después de una película o cuando pasaba una tarde en la comodidad de su casa, ella había perdido ya bastante cosas como esas, teniendo solo lo justo nunca exigió ni obtuvo lujos como para decir que lo que estaba pasando ahora en el palacio fuera algo malo, ella también lo estaba pasando bien.

-Sora, no solo se trata de eso- respondió ante la primera idea- yo me considero fuerte para mi nivel claro y no tengo esa fuerza por haber querido proteger a alguien no al menos a alguien ayegado si a eso te refieres al decir sobre alguien importante, aunque bien es la base para permanecer de alguna manera con la voluntad en alto no quiere decir se sea el motivo por el que la fuerza sea mayor o no, eso se gana con la experiencia, con la convicción sobre tus objetivos y sobre todo por la pasión por lo que haces , todos peleamos por una causa y al menos yo es por ayudar a mantener la paz en esta tierra tal y como la diosa Atena lo profesa-respondio con convicción dando su punto de vista.

Ella seguía meciéndose lentamente en el columpio improvisado hasta que sintió que sus cadenas de alguna manera se estaban quejando, detuvo su movimiento clavando los talones en la nieve amortiguando el movimiento hasta detenerse por completo, posteriormente se levanto de ellas y las regreso a tu tamaño original mientras prestaba atención a las palabras de Sora, podía entender todo lo que decía hasta cierto punto, lo que el llamaba mangas y videojuegos, aunque ella nunca habia tenido algo asi en sus manos habia vivido en la calle mucho tiendo viendo los aparadores que se iluminaban cada noche mostrando todo esos juguetes llamativos y todos aquellos lujos que ella en la vida pudiera tener, eso nunca le molesto, siempre tenía un lugar donde llegar a dormir, un pan para meterlo a su boca y tenia compañía, todos esos niños huérfanos que estaban con ella hasta que conseguían una familia adoptiva o como lo fue ella eran seleccionados para comenzar un entrenamiento.

-eso suena realmente divertido, yo tenía muñecos de trapo o un poco de tiza para dibujar en el suelo, tuviste una buena vida Sora, aprovecha tu entrenamiento y estoy segura de que algún día podrás ser alguien importante- respondió con emoción en su tono.

-Extrañas algo de Japon aparte de tu familia obviamente, realmente desearías regresar a esa vida de escuela y mangas que me platicas o de verdad no te arrepientes de elegir este camino de ser santo? Si tuviera tu vida lo pensaría dos veces – respondió.

Ella de alguna manera podía celar la vida de Sora al no tener nada ella, al quitarse el mismo pan de la boca por darle a alguien más porque realmente no tenia, si ella estuviera en su lugar quizá habría reconsiderado dos veces el convertirse en portadora de armadura, pero no podía negar que estaba disfrutando ser una santa, consideraba que ella había nacido para esa tarea, por ello no se arrepentía de haber llegado hasta aquí de esa manera aunque el anhelo por tener algo como lo que tuvo el no desaparecía completamente.

Recogió sus cadenas que le exigían de una manera silenciosa que era suficiente lo que había hecho con ellas, debía regresar de nuevo a su realidad, era una santa de Atena y debía comportarse como tal, realizo un mueca debajo de su mascara, su mente se negaba a regresar a la realidad al menos por lo que restaba la tarde, en otro momento no tendría la oportunidad de conversar de esta manera no al menos temas de carácter corriente, siempre habría conversación entre sus compañeros pero no de un carácter personal, tenia la certeza de que serian siempre con respecto a su deber, la edad quizá era un limitan te en ese momento, mucho tiempo había practicado, peleado dejándose vencer pues prefería no levantar nunca una mano en contra de con quien peleaba, algo que por mucho tiempo le llevo a tener decepcionado a su maestro y este momento le hizo recordarlo.

https://www.youtube.com/watch?v=-Hq0-47hyds&list=RDcugHIDNW4Wg&index=26

-Sabes...- se detuvo, miro al cielo donde comenzaba a vislumbrarse lentamente las estrellas en el firmamento, era tenue pues aun se conservaba los rayos naranja en el cielo rezagados entre las nubes, suspiro antes de continuar, no por ser difícil de expresar , esta vez no estaba segura de contar algo personal aunque el parecía meritar lo  esta vez.

-Yo por un tiempo creí que no merecía la armadura, fui la decepción de mi maestro, siempre me ganaban en una batalla puesto que nunca levante una mano en contra de ellos, muchos incluso creían que era una equivocación mi presencia en la isla Andromeda, eso era algo que de alguna manera me afectaba, pero no terminaría haciendo algo que al final no me gustaba, no me iba a terminar comportando como todos esperaban que me comportara por el simple hecho de ser una aprendiz para caballero, no necesitaba demostrar ser ruda ni mucho menos tan fuerte con ellos, sabia lo que quería y yo no descansaría hasta conseguirlo, mi bandera era siempre blanca, no necesitaba la violencia eso me quedaba claro, el ser caballero me motivaba cada día, cada mañana despertaba con ese objetivo, llegar a servir a Atena y defender su causa como ella lo hace, de una manera pacifica y armónica, tiempo después demostré ser capaz, y sabes no fue siguiendo las expectativas de los demás, no fue guiándome por lo que los demás pensaban que debía hacerse para despertar el cosmos, no fue de la manera en la que mis compañeros buscaban llegar al camino, yo marcaba mi propio camino, claro , sin desviarme de mi verdadero objetivo el cual era servir a la diosa Atena portando una armadura - relato aun con la mirada clavada en aquel cielo

-No son lindas las noches en Asgard?- le pregunto a Sora, no había mas que hablar ni relatar, no ahora, el había contado un poco de su vida, ella también lo había hecho como si fueran conocidos de hace mucho tiempo, cruzo los brazos por inercia para cubrirse un poco del frió, no se acostumbraba del todo a las heladas noches que caían en tierras nórdicas, pero aun así le encantaba ver las estrellas que resplandecían en el cielo oscuro cada noche, podía ver su constelación adornando con orgullo el cielo, verle siempre le motivaba a continuar el camino por mas difícil que le pareciera en ocasiones

Sora escucho sorprendido como la joven portadora de la armadura de Andromeda se abría con el, confesandole que hubo un tiempo en el que ella se sentía exactamente como el. Pensando que no era digna de portar su armadura y sintiendo que era una decepción para su maestro y para los demás, que no tenia lo necesaria para ser una Santa...Que su presencia en la Isla Andromeda había sido un error por su naturaleza pacifista. Sin embargo, a pesar de que no podía evitar sentirse afectada por esos sentimientos, aun así Ainhoa jamas se rindió y siguió adelante siempre fiel a sus convicciones y sin darle la espalda a sus Ideales sin prestar atención a lo que los demás pudieran pensar de ella, pues en su corazón creía que ser un Santo no era solo cuestión de fuerza...Eventualmente ganándose el derecho de portar la armadura de Bronce de Andromeda siendo guiada no solo por la idea que tenían otros acerca de como debía ser un Santo...Sino por si misma, siguiendo su propio camino.

-W-Wow...- Dice mirándola lleno de asombro.

El Santo de Sagitario se había quedado completamente sin palabras tras haber escuchado todo eso...Jamas se hubiera imaginado que Ainhoa también hubiera experimentado los mismos sentimientos de duda e inseguridad que el ahora mismo estaba sintiendo...Y eso solo lo hacia admirarla por su fortaleza y determinación. Realmente se alegraba de haberse perdido en el bosque y haber quedado colgado de aquella trampa, pues de lo contrario tal vez no la hubiera conocido...Y es que en ella había encontrado no solo a alguien con quien podía hablar sin temor  a quedar mal por no actuar como se supone que debería actuar un Santo Dorado o por ser todavía un novato...Sino a alguien en quien verdaderamente podía confiar y con quien podía abrirse totalmente. Por eso el también se esforzaría y seguiría adelante sin darse nunca por vencido, decidido a seguir su propio camino y convertirse en un Santo Dorado a su manera.

-Gracias...- Una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios mientras continua mirándola -Me siento mucho mejor después de haber hablado contigo...Ai-chan-

Levanta también su mirada hacia el Cielo y, al igual que la joven enmascarada de cabello verde, contempla las estrellas que adornaban el cielo nocturno de Asgard, tratando de buscar entre ellas la constelación de la armadura que lo había elegido como su portador...Solo para rendirse luego de unos minutos al darse cuenta de que sus conocimientos Astronómicos son prácticamente nulos, por lo que agacha un poco la cabeza y suspira resignado, volviendo a dirigir su mirada hacia Ainhoa cuando esta le pregunta si no le parecían lindas las noches en Asgard.

-Bueno...A decir verdad tiene muy poco tiempo que llegue aquí...Pero...- Vuelve a levantar su mirada hacia las estrellas -Ahora que lo mencionas...Es verdad...Son muy hermosas-

Ambos se quedaron en completo silencio por un poco mas de tiempo, simplemente disfrutando de la hermosa vista que les ofrecía el cielo estrellado hasta que los dos empezaban a sentir como la temperatura comenzaba a descender a causa de la noche. Sora pensó que lo mejor seria regresar al palacio, pues el ya había experimentado en carne propia como eran las heladas noches en Asgard, así que se giro hacia Ainhoa para proponerle que volvieran, notando como ella se cubría con ambos brazos y se frotaba el cuerpo...Por lo que se quito su chamarra y dio algunos pasos hasta colocarse detrás de ella.

-Toma...- La cubre con su chamarra y le coloca ambas manos sobre los hombros -Las noches aquí pueden ser bastante frías...¿Por que no volvemos al palacio?-

                           Forever Love


Cada momento que hablaba se soltaba cada vez mas, confesaba a un completo extraño como es que llego a sentirse en un momento cuando su entrenamiento como santa de bronce habia comenzado, su naturaleza pacifica parecia no presentar ningun tipo de potencial en ella, mas poco a poco logro salir adelante, se debia aclarar que su amiga Kasai tenia que ver mucho en ello, le defendia cuando ella no podia hacerlo por sus propios medios, incluso aun cuando ella no lo pedia ni parecia necesitarlo, Kasai siempre estaba ahi para ella, tal como si fuera una hermana, ella por su parte no sabia muchas de las veces como tratar a la extrovertida de su amiga, callaba muchas cosas por no buscar una pelea entre ellas o hacer que se molestara, cual fuere que fuere la situacion ella ahia a prendido a defenderse, a pelear a elevar su cosmos si ningun problema siendo descubierta por su maestro y entrenador, desde el momento en demostrar que podia llegar a sobresalir sin necesidad de la violencia fue que parecian comprenderla y eso presisamente es lo que le transmitia al joven muchacho que le acompañaba aun cuando estuviera callendo ahora el sol en las tierras nordicas.

Ella recibio un gesto de admiracion lo que provoco que se sientiera orgullosa de lo que era y no lo que los demas podrian esperar de ella, el portar la armadura de Andromeda era muestra de ello, entendia y tenia como determinacion ese concepto, de alguna u otra forma seguia el camino de un santo de virgo, un santo que se decia que sin llegar a ser agresivo como sus compañeros era uno de los seres con mayor capacidad para proteger los ideales de la diosa Atenea, recibio un agradecimiento de parte del castaño, lo que le hizo sentir bien, un gracias siempre era bien recibido

-Es bueno que haya servido de algo para lograr motivarte, como te vengo diciendo desde un inicio, siempre da lo mejor de ti y veras que tus esfuerzos te daran la victoria que esperas, ya sabes un escalon a la vez para llegar a la cima de toda meta- respondio con tranqulidad

Su mirada regreso al firmamento estrellado, ver tantas estrellas y constelaciones le daban una terrible nostalgia, le hacian pensar a cuantos caballeros de plata y bronce no habia dejado atras por la determinacion de servir ciegamente a una diosa que a palabras de muchos los habia dejado a su suerte cuando mas se le necesitaba y mas cuando ella no se esforso por convencerles de lo contrario, su corazon decia la verdad y estaba segura que no habia tomado la desicion incorrecta aunque eso implicara dejar a la persona mas importante en ese momento para ella.

- tan hermosas como las estrellas y constelaciones que les adornan, todas ellas que rijen a cada uno de los santos atenienses esten o no con nosotros - proclamo con pesadez en sus palabras, sus pensamientos que le habian traido esa nostalgia en un santiamen aun no desaparecia

-muchas gracias- respondio tomando con ambas manos la chamarra que ahora cubria sus hombros, tienes razon volvamos al palacio o el que se enferme sera otro

Comenzo a caminar esperando que su compañero le siguiera el paso, era un poco dificil caminar por sobre la nieve espesa dado que sus pies lograban enterrarse un poco en la nieve haciendo de esto un caminar pesado y mas lento de lo normal

-Sabes, siempre me gusto jugar con la nieve en esos dias en japon cuando llegaba a nevar pero el tenerla todo el tiempo comienza a molestarme un poco, lo que me hace pensar y darme cuenta que uno no valora lo que tiene cuando lo tiene si no que hasta que lo pierde, nos hace unas personas muy egoistas, creemos que como seres humanos tenemos el derecho de proclamar lo que creamos nuestro cuando realmente solo es prestado - respondió analizando un poco, sirviendo también de conversacion en el camino de regreso y que este no fuera tan silencioso o de lo contrario seria incomodo -me refiero a las calurosas tardes de verano que cuando estan nadie las quiere, ahora las extraño

La conversación era amena, muchas cosas habían salido a relucir en aquel instante, deseaba que esto no tuviera fin pero debía aceptarlo, la noche solo marcaba el fin de este momento cosa que quizá tenia que aceptar de cualquier forma, el frió se hacia presente en ese lugar, la temperatura descendía constantemente, de no ser por Sora ella estaría muriendo de frio, su paso se tornaba lento y con dificultar a causa de la nieve, sus pies terminaban enterrados entre la nieve lo que le resulto extraño, no le habia sucedido en algun otro momento a menos que hubiera nevado pero no habia visto dicha naturaleza presentarse en el lugar como para llegar a una conclusión como ta, caminaron un par de metros, ella seguía peleando a cada paso, sin duda algo raro ya que no habia sucedido anteriormente lo que la mantenía desconcertada, su mirar debajo de la mascara se poso en el rostro de Sora quien se ofrecía a ayudarle, una sonrisa se torno en su rostro, una sonrisa que se perderia en ese pedazo de metal que le cubria el rostro y que probablemente lo haria indefinidamente.

Las manos de ella tomaron con fuerza las de Sora, pretendía no caer en la nieve con esa ayuda, podia sentir la calidez entre sus dedos, no podia negar que se sentía bien muy a pesar de no saber como es que habia terminado en una situación como tal, el al igual que ella parece haberse incomodado al tomarse de las manos lo que provoca que suelte una pequeña y ligera risa pareciendo le rara la situación escondido asi su reacción nerviosa

-Descuida, no tengo problema, mas bien gracias por ayudarme - negó con la cabeza lentamente y respondió emotiva mente, volvió a guardar silencio mientras escuchaba atentamente las explicaciones de Sora y su vida antes de ser un caballero

A ella le parecia que a Sora le habian arrebatado la mejor vida que pudo haber tenido al convertirse en caballero, intento ponerse en su situacion, pero siempre llegaba a la misma conclusion simplemente no lo hubiera aceptado, una de las razones posibles era por no tener realmente nada de lo que Sora tenia, no podia negar lo feliz que podia haber llegado a ser a lado del apoyo de su amiga Kasai y que a pesar de tener lo basico realmente nunca le falto nada,apresiava y valoraba todo aquello, pensaba mientras andaba guiando a Sora de vuelta al palasio.

Su mirada volvio a posarse sobre Sora cuando este le pregunto sobre su opinion acerca de lo que deberia representar un caballero dorado, realmente no se habia puesto a pensar que es lo que se necesitaba para ser un santo dorado pero trato de pensar un poco en ello

-Santos dorados?.... bueno es complicado decir que es lo que pienso sobre un santo dorado, no estuvieron ahi cuando se les necesitaba mas aun asi yo creo que por alguna razon fue que sucedio aquello, no culpo a mi diosa pues de estar en sus manos quiza haya hecho algo mas para despertarlos, pero no fue asi, muchos piensan que no merece ser diosa por dejarnos en ese lugar solos sin su resguardo y sin el de los dorados, pero la verdad es que no se puede juzgar a los designios de nuestros dioses por eso no puedo juzgar a los dorados, sin embargo si te puedo decir que es lo que se podria esperar, sinceramente no espero ver de un dorado la fuerza, ni el poder, si no las convicciones que este puede llegar a demostrar, la inteligencia y prudencia ante alguna situacion complicada, la debocion a su diosa y mas importante el amor por el ideal de Atenea es lo que podria esperar el poder es lo de menos, puedes tener el poder que uno esperaria de un dorado pero si no lo sabes utilizar nada servira- respondio ante la interrogativa de Sora

-tu que crees?- regreso la pregunta a Sora cuando ella termino

Ella y Sora caminaron en dirección al palacio luego de una larga y placentera conversación una de la que quizá la santa no se olvidaría dada la tranquilidad que esta había presentado para ella, una conversación que se había hecho entre dos personas comunes y corrientes sin la responsabilidad de ser un santo o los deberes que se tenia para con la diosa ateniense, una charla donde solo eran dos jóvenes de relativamente la misma edad que compartían puntos de opinión tal cual lo haría la generación de ellos, en la escuela, en un parque, entre amigos algo sin duda peculiar quitando de en medio su misión por la que habían nacido desde un principio; la sensación que había causado Sora sobre ella al haber tomado su mano aun seguía presente, se llego a preguntar si asi se sentía aquella sensación y sentimiento del que todos en algún momento llegaban a expresar haber sentido, mas no le pareció ser algo coherente dado que solo había sido una vez y recién conocía a aquel joven de pelo castaño, bufo por lo bajo a aquella contradictoria idea y sensación de ese momento, mientras sigue caminando

El discurso que ella brindo a Sora aparentemente lo habia puesto pensativo lo que dejo una pausa prolongada, dejando solo el ruido de la nieve aplastada por los pasos de los dos jóvenes, aunque hacia frio no habia viento helado que corrompiera y carcomiera hasta los huesos lo que agradecía internamente, estuviera el tiempo que estuviera no se acostumbraría del todo al clima de aquellas tierras heladas nordicas, pero mas aya de preocuparse por ella se preocupaba por Sora quien amablemente le habia brindado su chamarra dejándolo desprotegido, solo esperaba que el clima no hiciera daño a su salud, ella comenzaba a preocuparse por el joven como era de acostumbrarse en su forma de ser, siempre viendo por los demas antes que de ella misma, habia intentado devolverle un par de veces la chamarra solo para que al menos se regularan los dos y no solo uno en cuanto a la temperatura pero habia obtenido solo negativas por parte del santo dorado, que preferia que ella la portara y entrara en calor.

La respuesta a su pregunta habia llegado al fin, escucho atentamente cada aspecto que Sora tomaba en cuenta, siendo muy parecida su respuesta con la que habia dado ella, solto una sonrisa que se perderia detras de esa mascara que portaba, esa conversacion al final habia logrado hacer que el camino se acortara, cuando menos dio cuenta ya se encontraba a las afueras del palacio, esa hermosa y gran estructura que se alzaba con orgullo y esplendor, no podia dejar de admirar aquel lugar con tanto detalle de tipo vikingo con grandes estructuras de roca solida, asi como las grandes barreras que protegian al frio y escarchado palasio

Habia pasado sin duda un buen dia,por ende queria agradecerle de alguna manera, un simple gracias probablemente no seria suficiente para lograr equiparar lo que esa tarde habia representado para ella, tenia que marcharse a su habitacion, eso estaba mas que claro pero no sin antes una compensacion de su parte

-No hay por que agradecer Sora, por eso quiero compensar el fantastico dia que me has hecho pasar, fuera de un dia como santo , antes de marcharme quiero que me hagas un ultimo favor- paso saliva pesadamente antes de hablar de nuevo- quiero que cierres los ojos y por ningun motivo los abras pase lo que pase - pidio y exigio de manera no brusca

Haba interrumpido las palabras de Sora a cambio de la peticion la cual hizo sin ningun problema, en cuando el joven caballero hubo cerrado los ojos ella se aseguro que estuvieran bien cerrados, observo por un momento antes de dirigir sus manos a su rostro donde se encontraba puesta su mascara, la retiro mostrando al vacio su rostro, las estrellas eran testigos de lo que estaba ocurriendo, sus ojos almendrados color ambar se posaron en Sora quien permanecia cerrando los ojos con fuerza para no abrirlos por cualquier cosa como ella le habia solicitado

-Esto es solo muestra de agradecimiento por hacermhabiaar un buen rato, no había estado asi desde aquellos dias con Kasai y ni en esos momentos me senti tan bien como ahora, gracias Sora- explico acercandose al joven de cabellera castaña, le dio un beso en la mejilla antes de ponerse de nuevo la mascara

- es tiempo de irme, adiós Sora- respondió aceleradamente pues no pretendía quedarse mas tiempo, no sabría como lidiar con la situación y ya había tomado demasiado arrebatamiento de su parte el quitarse su sagrada mascara, dio media vuelta y se encamino al interior del palacio sin voltear atrás