Y Empieza Todo (Libre)

El día comienza y según lo visto parece que sera excelente, luego de haberse reportado ante la diosa Athena el santo de plata de Perseo se prepara para su primer entrenamiento aquí. Trae puesta la indumentaria adecuada, una camiseta y pantalón blanco, un protector en el hombro derecho de color verde oscuro, mismo color del cinturón y las rodilleras, tiene vendados los antebrazos, un par de botas marrones y una pequeña toalla en la mano. Avanza con paso ligero observando el santuario, mientras por su mente pasa que no se imaginaba llegar estar aquí. En su camino ve que otros caballeros están entrenando, también a los maestros que comienzan la lección del día con sus discípulos, están los maestros que hablan con ellos y otros que prácticamente los arrasan, eso le trae recuerdos a Mirzac de su entrenamiento en Austria por la armadura. Continuando su camino llega a un lugar rodeado de columnas, da un pequeño suspiro y dice..."creo que esta sera mi zona de entrenamiento"... deja la pequeña toalla a un lado y al darse vuelta le llama la atención una gran columna que es la mas sobresaliente del lugar, se acerca lentamente y la comienza a tocar diciendo..."es perfecta"... se estira un poco y le empieza a dar goles y patadas durante varios minutos sin parar. Finalmente deja de hacerlo y se da media vuela dándole la espalda, inmediatamente gira y le da un fuerte golpe con el puño derecho que termina rajando y partiendo la columna en dos, mientras solo atina a mover la muñeca derecha...

Aparentemente para la joven de cabellera negra seria un dia muy largo, en lugar de tener la mañana tranquila para ella sola como era de costumbre un monton de jovenes habian llegado con sus respectivos maestros para entrenar, algo que diferia con ella, no necesitaba de algún instructor o maestro, lo mas cercano a eso habia sido el santo de sagitario y capricornio que pese a la constante negativa de Hikari parecían estar preocupados por ella, incluso le ayudaron a mejorar sus técnicas de combate, esto hizo bufar a la joven por un momento, el solo recordar como su constante actitud cortante y fría había sido derretida fácilmente por la paciencia y actitud de Gusaar le hacia molestar un poco.

La caida de uno de los pilares que estaba en ese lugar fue que le saco de su pensamiento, un joven estaba entrenando y en consecuencia había destruido aquel pilar - Valla hacinado añicos lo poco que queda en pie en este lugar, que gran contribución la tuya- respondió de manera cortante y brusca al sujeto que habia causa de aquel acto.