Determinación y entrega (Nero de Leo)

Aquel valeroso cosmos dentro de su templo no le hizo levantar la guardia pues sabe que se trata de un compañero de armas. Y que sorpresa al saber de quien se trataba en sí, hele ahí en su casa al santo de Géminis, ese hombre que se encontró en las afueras de un pueblo cuando iniciaba su viaje en búsqueda del santuario, pero sobre todo en el tiempo en que no tenía ni la más mínima idea de en lo que se estaba metiendo.

Claro está, que el de cabello celeste le hizo saber un poco las cosas.

Han pasado unas cuantas horas después de la reunión, tiempo que el león dorado aprovecho para descansar aunque sea un poco, dentro de poco se avecina una fuerte contienda. Por ende fue el leve desconcierto que paso por sus blancas facciones.

-Saga- El albino simplemente se detuvo cuando estuvo a una distancia considerable del guardián de la tercera casa ¿Por qué esa mirada y ese porte? -¿Que sucede?- Preguntó con curiosidad. -"¿A que ha venido hasta aquí?"- Pensó, mirándole fijamente. La intuición le decía, que Saga de Géminis se encontraba a la defensiva, la cuestión era que el menor no sabría el por qué, pero de alguna forma siente que ese hombre tiene mucho para decir.

-¿Huh?- El santo de leo echó una mirada sobre su hombro al escuchar los metálicos pasos que se acercaban (vamos, al llevar todos una armadura dicho sonido era difícil que pasara por alto)

Un ligero atisbo de sorpresa cruzó por sus blancas facciones ¿Dos sagas? No... Afiló la mirada, escuchó al de Dragón Marino, Saga es capaz de crear ilusiones y para muestra de ello los "sujetos" que ahora le rodeaban. Miró a su izquierda, luego a su derecha... Suspiró con pesadez.

–Supongo que las palabras sobran entonces.- Sonrió de lado, al parecer el santo guardián de la tercera casa ha venido a combatir contra suya, el por qué suponía de momento no tenia importancia.

Al igual que el de géminis, Nero elevó su cosmos, no va a dejar intimidarse o verse opacado por Saga. -"No soy tan fuerte como Saga, entonces, tendré que ser más rápido... Como el relámpago mismo" - Y debía apurarse, la técnica del otro santo dorado ya ha comenzado. El problema son esas jodidas replicas, si Saga ataca seguramente las copias también, no sabe si lanzaría la misma técnica o si simplemente intenta confundirle, pero algo si es seguro Leo no se va a retractar.

Un fuerte rugido de león se escuchó en la oscuridad, era como si el león de nemea hubiese aparecido de repente en el lugar-Muy bien, si lo que quieres es pelear, yo, Nero de leo ¡Acepto el reto, Saga!- Que irónico era saber que el que ahora iniciaba la agresión era saga y no Nero, como en el pueblo. Extendió su diestra, con la palma abierta y una esfera de luz se mostró en ella. No tardó en lanzar el proyectil hacia arriba, la energía se expandió creando primeramente un gran destello, como el sol mismo para terminar explotando y crear una fuerte onda sónica, el objetivo actual de la técnica seria paralizar a su enemigo. Si tenía éxito, podría neutralizar el inicio del ataque de Saga y proceder con la segunda fase de su ataque.

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Spoiler:

...Una vez más.

El de leo frunció el cejo ¡Mierda! pensó que tenia en esta ocasión al santo de géminis entre su técnica. Aunque, realmente lo tuvo por unos breves instantes, debió ser mas rápido de lo que ya lo era...

-¡!- Su mirada se encontró con la de géminis... Y a decir verdad, lo hizo con sorpresa, es decir, el alto hombre no solamente había sido capaz de eludir su ataque sino también de ver atravesé del mismo y comprender como es que estaba compuesto. -Tch- Masculló retirando de mala gana la mirada del otro, cuando el mayor le soltó el albino retiro la mano de un movimiento un tanto brusco como si el contacto del otro quemase, o algo así.-Ahora si hablas ¿Ah?- Musitó con sorna en la voz. ¿Seria que ahora géminis le diría para que inicio hostilidades? Tomara el consejo, pero de momento y como siempre en su arisca persona, pretenderá restarle importancia, porque, sabe que es completamente cierto lo que el de cabello celeste le esta mencionando.

-¿Y bien? ¿Qué es lo que te trae hasta la casa de leo? porque no creo que te hayas tomado la molestia de venir hasta aca para recriminarme sobre mi jodido comportamiento volatil. ¿No es así, Saga?- Géminis no es una persona que gaste palabras en balde, lo sabe, ni que tampoco desperdicie el tiempo en trivialidades, si le ha incitado a atacarle es por algo. Quizá el combate aún no se termina, pero pese a mostrar su arisco hóstil, el león dorado mantiene la guardia, aliado o no, con Saga jamás se sabia y había que actuar de manera prudente, por irónico y contradictorio que eso sonase tratandose de Nero de Leo.

El león dorado se urgió y miro fijamente al de la constelación de los gemelos. Incluso tuvo la osadía de cruzar los brazos en la espera de la explicación que géminis tendría para el.

Pero algo le decía que, se quedaría aun con la duda de que es lo que había llevado al hombre de cabellos celestes hasta la quinta casa del zodiaco y encararle de esa manera.

Que equivocado estuvo el albino... La expresión de su rostro dio paso a la incredulidad gracias a las palabras de Saga... ¡Que egoísta había sido! en su afán de conseguir sus metas y cumplir su deber no ha parado a pensar en las consecuencias que acarrearían sus decisiones, su persona obviamente no le era tan importante, sin embargo el tener bajo su mando a un grupo, ya era otro caso... Se llevó la diestra a la frente -¡Mierda!-Y fue lo primero que procuró en la misión tras el patriarca: cuidar del grupo que iba con él tanto así que le mencionó a la amazona de cobra que si las cosas se ponian mal huyesen ellos antes mientras que él trataba de arreglar todo por su cuenta.

-Dame un jodido respiro... - Lo peor fue observar el suelo... ¡Saga estaba herido! no era por su culpa, sus técnicas realmente no afectaron ni de broma al guardián de la tercera casa, seguramente ha llegado así desde la pelea con Phebe y los espectros, pues había mencionado algo similar durante la reunión... Saga ni siquiera se tomó un minimo tiempo para atender sus heridas para adentrarse a Leo y darle una buena lección que le haría callar un momento y tragarse sus palabras, así como su jodido orgullo.

-Siempre te las arreglas para darme consejos, ¿ah? Al menos debiste atenderte antes, hombre...-