Donde todo comenzó... (Garm (?) + Libre)

La gélida corriente del aire cruzando por entre los árboles, la espesa nieve que formaba una alfombra difícil de cruzar para aquellos que no la han sentido inmiscuirse en sus pies durante años, la tenue luz que a penas sí podía divisarse en el cielo dado lo lejana que estaba esa tierra de las caricias del sol. Por más que aquel panorama sonara como un sitio lúgubre e inhóspito, aquel viajero tenía una palabra para dicho sitio. Hogar.

- ... Hmp...

BANDA SONORA:

Una larga cabellera ya un tanto mugrosa, una sudadera rota que fallaba en cubrir partes de su torso y pecho, pantalones harapientos parcheados con partes de la prenda previamente descrita, unas botas que todavía cargaban algunos granos de arena de su viaje al desierto, y finalmente un pesado costal de lona que cargaba sobre su hombro. Esa la imagen de aquel sujeto que ahora se adentraba a los bosques. No la apariencia de un guardián o una autoridad de prestigio, sino un simple vago que habita de lo que la naturaleza le brinda. Era precisamente por eso que al hombre lo recorría una gran nostalgia, dado que parecía estar en las mismas condiciones que aquella vez que puso por primera vez pie en el bosque. Pero a pesar de la apariencia tan similar con su yo de hace ya varios ayeres, su experiencia le llevaba demasiado a ese pobre novato que casi moría intentando alimentarse de musgo y rocas.

- "... Parece que la fiesta ya comenzó por que 2 de ellos ya arribaron al palacio. Pero solo siento a 3 haciéndoles frente. ¿Y el resto? Hmp... bueno, confiaré en que ellos pueden hacerse cargo. Yo tengo mi propio pendiente aquí". ¡Oye! ¡Ya llegué! ¡Ven aquí que solo estoy de pasada! Una vez que termine con ustedes volveré a lo que estaba haciendo antes de que me interrumpieran.

Cada palabra, cada oración, era dicha mientras que el vagabundo miraba con atención todo su entorno, confiado que su bosque le advertiría de la presencia enemiga en cuanto estuviera lo suficientemente cerca. Sus sentidos estaban sumamente agudizados, cosa que se revelaría cuando el nudo que amarraba el costal se deshiciera y un intenso lustre color zafiro emergiera de su interior. Y así, parte por parte, una serie de piezas metálicas que conformaban una imponente armadura, se iban acomodando en su lugar correspondiente, en el cuerpo de aquel individuo. Y en el centro de aquel atuendo sagrado, la joya que tanto ambicionaban los emisarios del fin del mundo. La reliquia que el mismo Odín le había encomendado para que protegiera.

-"Y en caso que esta sea la última batalla... no quisiera pelearla en ningún otro lugar más que este." - Comentó luego de ver sus alrededores una vez más y emitir una imperceptible sonrisa por ver su bosque tal y como lo recordaba.


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P.D.:

La situación no era exactamente agradable. Más información había sido la ocultada y ahora seres que amenazaban la destrucción de Asgard, sino es que del mismo mundo iniciaban su ataque contra los Dioses guerreros en busca de los zafiros que ellos tanto resguardaban.

En la cabeza de Alexander pasaban muchas cosas por su mente ahora mismo, pero a pesar de que le hubiese gustado dar tiempo para meditarlas cada una a como es debido, sabía que lo que buscaba esa mujer no era nada bueno...Era el Ragnarok, aquel evento que acabaría con la vida misma.

-"Hmp...Si esto es a lo que nosotros los Dioses Guerreros hemos sido destinados...con gusto lo aceptaré, pelear por mi pueblo es algo que me llenará de orgullo...debo acabar con esa víbora antes de que esto sea muy tarde"

Alexander se acomodó un poco el antifaz de su armadura y movió su capa al momento que se dio media vuelta. Aquel que se le conocía como la sombra de los Dioses guerreros ya había emprendido marcha, algo presuroso pero era normal, no podían dejar a un monstruo como esa mujer libre por Asgard, pero ir así sin plan alguno podría conllevar a varios problemas eventualmente.

-Hmp, al menos no tiene zafiro de Odín que perder, porque si se encuentra a esa mujer él solo, puede darse por muerto. --se acomoda la capa de su armadura- habrá que alcanzarlo antes de que todo esto empeore.

Rápidamente el enmascarado comenzó a emprender marcha al palacio, sin embargo,  ahora más que nunca las palabras que le dijeron taladraban su cabeza, una fuerza mayor había aparecido como lo se le dijo, y si cometían un error, el apocalíptico evento como Ragnarok se completaría


-"Un peligro mayor...¿Se habrá referido a esto?..Quizás, tiene sentido..Hmmmm...bueno, no importa, mayor o no, debo...¿hmp?-Siente un cosmo familiar por el área-...Así que, sigues con vida, es bueno saberlo, será mejor que lo ponga al tanto antes de que terminen emboscándolo

Rápidamente Alexander hizo una pequeña desviación para cambiar su trayectoria y adentrarse aun más en el bosque.  En su trayecto algo lo sorprendió, un llamado de parte de su compañero, como si invitara a que lo ataquen...Normalmente se sorprendería por la actitud tan...estruendosa de su compañero, pero seguro tenía un plan, cuando se hablaba de Edzard, siempre había un porqué de las cosas.

-"¿Que planeas Edzard?...Quizás...Hmp, creo que tiene sentido si me pongo a pensarlo detalladamente..."

El hombre dio unos saltos entre los árboles y notó al Dios guerrero de Megrez Delta preparado para pelear...cosa que lo extrañaba, se suponía que aquella serpiente se dirigía al palacio, no estaba seguro de que pensar sobre el comportamiento de su compañero, quizás sabía algo que ellos no, quizás se había vuelto loco, o simplemente no estaba bien informado, sea lo que sea, debía ver cuál era la respuesta.

-Edzard, siempre tan puntual -dice sarcástico mientras salta de un árbol para descender frente a su compañero-Debería aprovechar para ponerte al tanto del ser que amenaza con la destrucción de la vida como la conocemos...pero creo que ya estás un poco al tanto...mi pregunta es ¿Cómo?, y me supongo que a aquel que estás buscando es esa mujer conocida como Jormundgander

-Hmp... Alexander. - Fue la esperada reacción del Dios guerrero de Megrez al ser recibido por su compañero en armas, por que quien sea que conociese a Edzard, no esperaría una efusiva muestra de emoción de su parte, especialmente en un contexto tan turbio como lo era una lucha contra seres de poderes descomunales. - -¿Mujer?

Se llevó la mano a la barbilla y comenzó a hacer memoria de los eventos transcurridos en el desierto del Ryn, donde se enteró del combate que tendría cede en las tierras a las cuales pertenecía. Se enfocó en recordar los atributos que podrían hacerle pensar que la persona con la que conversaba fuera del género femenino, pero por más que trataba de recordarlo, a el le parecía que el individuo con quien había entablado conversación era un hombre. Eso, o los ropajes que portaba ocultaban muy bien su género.

-No recuerdo haberme encontrado con ninguna mujer. Pero siendo justos, me encontré con una persona encapuchada, por lo que pude haber confundido su género... En cualquier caso, sea cual sea el género de quien me haya dado mi "invitación" el punto es que ya estoy aquí y por lo visto la pelea ya comenzó por como siento las cosas en el palacio. Se que no eres precisamente el más colaborador de entre nosotros pero ¿No crees que te necesiten allá?

Preguntó Edzard sereno a pesar de lo tensa de la situación. Se preocupaba por quienes estuvieran combatiendo en los alrededores del palacio, pero estaba al tanto que el apoyo de algún otro Dios guerrero sería más viable que el suyo. Claro que se olvidaría de dicha cautela si sentía en sumo peligro los cosmos de sus compañeros, pero como el único cosmos que iba en descenso era de alguien que no conocía en absoluto, pensó que pudiera tratarse de un nuevo recluta como tantos otros ha visto desfilar en las fuerzas de los Dioses, sirviesen a Odín o a Athena.

-Si voy a combatir, prefiero que sea en mis términos. Así que mientras yo espero a mi cita ¿Qué tal si ayudas al resto? Claro que si te disgusta tanto dicha labor, bien pudieras mantenerme al tanto de que ha pasado en mi ausencia. -Comentó mientras seguía reconociendo los cosmos de sus compañeros y comparándolos con los invasores, enterándose que hasta el momento varios se encontraban fuera de peligro, mas no sabría por cuanto tiempo.

Enfrascado completamente en el nivel de análisis tan detallado de su compañero, el Dios guerrero de Megrez debía dar crédito a la maravillosa mente de su compañero. Pasos e instrucciones que si se decían de forma aislados sonarían completamente ridículos, como parte de un todo, enlazados entre sí, era asombroso el gran sentido que tenía, además de que, como mostraban sus impecables cálculos en la nieve, estaba por encima de cualquier duda que iba a funcionar. ¿Acaso había algo que aquel hombre no tomara en cuenta? a decir verdad sí... El tiempo.

- Alexander, deberías apresurarte, siento que nuestros compañeros ya...

Pero Merak Beta hizo caso omiso a la advertencia de su compañero y siguió explicando su plan, posiblemente bajo la excusa que terminaría pronto. En cualquier caso, una vez terminado su magistral estratagema, fue posible sentirse una magnánima manifestación de cosmos en dirección al palacio, 3 cosmos aliados repeliendo a las 3 agresivas entidades que luego de mostrar un nivel más allá de lo imaginado por breves segundos, se marcharon de forma tan espontánea y anticlimatica como llegaron, dejando a 2 buenos camaradas muertos y a un desconocido debilitado en la entrada del palacio siendo atendido por una presencia desconocida que en ese momento a Edzard no le interesaba descubrir.

BANDA SONORA:

- Hmp... Eso fue desafortunado. Pero parece que mi presencia tampoco es requerida aquí. Este es el adiós entonces Alexander. Te deseo buena fortuna en tu porvenir y que logres poner atrás este triste episodio.  

Mencionó el peli violeta para inmediatamente dar media vuelta y volver por donde vino. A final de cuentas, todo había sido no más que una perdida de tiempo. Como lo suponía, su mente y corazón todavía no estaban listos para regresar a su tierra, impidiéndole tomar el riesgo y unirse a las filas de los einherjars como sus compañeros Liraz y Pavel. Pese a que en el fondo se lamentaba sumamente su pérdida, una parte de él se sentía aliviada de saber que finalmente se habían librado de tener que lidiar con los males de este mundo. De vivir en una tierra donde los problemas parecen jamás cesar. Pero él no. El seguía allí por una u otra razón, y estaba dispuesto a descubrir cual era, aunque eso implicara que terminara uniéndose a sus compañeros caídos.

- "Mis amigos lograron impedir el Ragnarok... pero eso no significa que el mundo esté a salvo. Especialmente por esos temibles cosmos que sentí en mi camino hacia aquí. Si no he de encontrar mi fin en esta batalla, es por que hay otra esperándome...".   - Se dijo a sí mismo mientras tocaba delicadamente el collar que alguna vez se le había hecho entrega por alguien que no volvería a ver en esta vida, conteniendo como siempre sus emociones tras un rostro lleno de apatía e indiferencia. Como deseaba agradecerle personalmente una vez más por esa breve amistad y tal vez algún día, en las filas del Valhalla, disculparse por no haber llegado a tiempo.

- Hmp...