Las dudas que afligen al corazón/Rol Relámpago (Privado: Poseidón)

El dios entro a la sala del patriarca portando su armadura divina y su tridente, se coloco a un lado del trono mostrando una actitud regia y miro a la santia y le dijo en un tono sereno.

-Santia de plata, debo decirte que estas no son maneras de entrar a ver a tu dios, sin embargo pasare esta ofensa por alto, dime, en que puedo ayudarte?-

El dios le miro en espera de una reapuesta por parte de la santia.

La presencia del Dios de los Mares se hizo presente de un momento a otro en la sala, era imposible para Asuka ignorar la imponente presencia de este. A pesar de haber pedido disculpas con anticipación, pudo notar un poco de enojo por parte del Dios, Asuka no pudo evitar tragar algo de saliva.

—En primer lugar, pido disculpas por no haber estado en la reunión con los Santos de Atenea. A pesar de eso, mi lealtad sigue estando con usted Señor Poseidon —dijo con voz convencida, y eso era así. —Lo que me molestas es colaborar con los subordinados de esa Diosa...¿No será posible que solo me envié a trabajar con los Marinos o Santos leales a usted? —preguntó aun con la cabeza abajo.

El dios miro mas compresivo a la santia mientras oia su pregunta y le respondio con calma.

-Cronos es un rival con un poder mas alla de lo conocido, todos nuestros guerreros no bastarian para detenerlo, es por eso que necesitamos de los santos atenienses. Dime Asuka, cual es tu molestia?-

pregunto el dios con cierta curiosidad.

Eso ya se lo habían dicho, que Cronos era más poderoso de lo que su imaginación alcanzaba a crear. la situación meritaba dicha alianza pero Asuka se negaba rotundamente a colaborar con los Santos de Atenea. —Mi molestia...es específicamente los Santos de Oro, que se atrevieron a abandonarnos hace ya un tiempo cuando se invadió al Santuario —dijo con voz algo turbulenta, haciéndose notar su resentimiento. No podía alzar la voz y eso Asuka lo sabía, no estaba enfrente de cualquiera, era un Dios y se merecía el respeto. —Es por eso que si trabajo con uno de ellos, seguramente me descontrole...

El dios miro a la santia, podia notar su pesar, la rabia era evidente y el dios debia hacer algo o seguramente moriria en batalla.

-Entiendo tu forma de ver la situacion, te sientes decepcionada pero supongo que no has entendido la situacion-

El dios la miro y le contesto.

-Nuestras fuerzas nunca invadieron el santuario. Atenea y yo conociamos la amenaza de Cronos y al no saber de ningun santo dorado, ella dejo el santuario en mis manos mientras partia al olimpo para avisar sobre la situacion de Cronos y pedir ayuda. La supuesta guerra que perdieron los atenienses por culpa de los dorados fue un plan fallido de parte del patriarca, quien culpo a los santos dorados quienes no estaban despiertos aun-

Poseidon sentia que la ira de su ahora subordinaba se debia a la desinformacion y aquella historia que Sage les habia hecho creer a muchos santos.

Asuka no creía lo que había escuchado, no lo aceptaba, se negaba a entender, todavía no salía de su asombro. Tanto que elevó la mirada hacia la figura de Poseidon.—¿Q-que? —dejo escapar de su boca. —¡Nos mintió! —espeto en voz alta en referencia hacia el Patriarca...y en ese momento era cuando las dudas comenzaban a llegar a la mente de Asuka...si lo que decía Poseidon era verdad ¿Su camino estaba equivocado? Con solo pensar eso llevo sus manos a la cabeza. —Es todo una farsa... —dijo al mismo tiempo que se mordía el labio inferior.

El dios de los mares habia desatado una tempestad en el corazon de la santia y lo sabia, por eso intento ayudarla.

-Asi es, sin embargo Sage pago con su vida sus errores, parece que al final el fue quien decidio su castigo. Y si, parece que todo es mentira, pero realmente todo depende de ti, tu decides que es verdad y mentira en ti, pero la muerte de Sage te deja sin un blanco para canalizar tu odio asi que lo mas sabio es elegir un camino. Le he pedido a Atenea que retire su bendicion sobre las armaduras de bronce y plara para que cada uno decida a quien servir, asi que aclara tu mente, la batalla que se aproxima te requiere centrada-

Los ojos azulados de Asuka se posaron sobre Poseidon que le habló, su intención era ayudarla y se notaba en sus palabras, pero en ese momento la mente de la Santa de Plata se encontraba muy conflictiva para intentar comprender aquello que decía el Dios. "Todo por lo que pase para nada..." se decía a si misma, su orgullo había sido herido en lo más profundo. —Oh, si tengo un blanco a quién dirigir mi odio...Ya lo he dicho, sigo de su lado Señor Poseidon, no pienso volver con Atenea —dijo con una voz aparentemente calmada, pero no lo estaba realmente en su interior. Hizo una reverencia de despedida y se dio la media vuelta, alejándose por donde vino. —Gracias... —terminó por decir, pero lejos estaba de sonar "agradable" pero de un modo u otro, el Dios le abrió los ojos a la Santa. Algo se rompió en Asuka durante esa charla...