Ahogado en su hogar (Poseidón)

El General Marino estaba al tanto, de la ubicación del dios, al cuál seguía, admiraba, y buscaría proteger, no estaba enterado realmente, del físico de Poseidón, no había interactuado mucho, con aquel que le salvó, pero siempre buscaba servirle, y no ofenderle, por el contrario, buscaba conocerlo bien, para poder agradar con sus acciones a él, no quería ser inoportuno, pero se dirigió al templo del mismo, para hablar, y acercarse más, esperando que el dios lo viese y lo tomara en cuenta de primero, al saber que siempre estaría dispuesto a ayudarle y nunca pensaría en traicionarlo ni nada similar.

La armadura le cubría, llevaba todas y cada una de las piezas de esta en su lugar correspondiente, desde el casco, hasta las botas, con las cuales caminaba, por algunos lugares que tenían bloques de tierra en el fondo del mar, su paso era lento y pacífico, sus ojos eran observadores, y rodeaban la inmensidad del océano, peces, tiburones, ballenas, medusas, sirenas, veía una gran variedad de criaturas, por su puesto, miraba hacia arriba en ocasiones, pensando en el lugar que había nacido, sin embargo, su casa, su hogar, el lugar donde se crió y creció, siempre fue el fondo del océano, la superficie se sentía más cerca de lo que en realidad estaba, el reflejo del la luz no era tan fuerte a esa profundidad, quizá la poca luz que entraba en el agua, era la misma que entraba en su corazón, y esa podía ser la razón de sus sentimientos, los cuales se habían forjado junto a la sangre de los animales marinos, muertos durante todo este tiempo.

Se movió bajo el mar por un par de horas, hasta llegar al hermoso templo, donde adentro de sus paredes, se encontraba descansando, el dios, que fluía en todas las personas y seres vivientes del mundo, tanto fuera del dominio marino como dentro de este.

Al entrar se arrodilló ante la puerta, tras la cual se supone estaba el dios, y con un gesto de sumo respeto, y admiración con el brazo izquierdo atrás, y el derecho sobre su rodilla, sus labios se separaban para dar paso, a las siguientes palabras de Krisaor.

- Soy Bijaksana, señor, disculpe mi osadía al molestarlo, me pregunto si podríamos charlar un poco, tengo un par de dudas que me gustaría aclarar -

El señor de los mares se encontraba en el interior de su templo, un lugar donde las prescencias no podian sentirse desde fuera, puesto que estaba protegido por el cosmo del olimpico desde la era del mito.
El dios se ocupaba de su gran problema, en el interio estaba una esfera al parecer cristalina pero la cual telepaticamente se comunicaba con el dios -De verdad crees que tus marinos pueden hacer algo en contra mia, hermano de zeus y descendencia mia?- El dios miro con severidad a la esfera -Estoy seguro que con uno de mis marinos sera mas que suficiente para el encargo, estas demasiado debil, ademas no olvides que lleva la proteccion de quien te dividio en esas partes- El dios sonrio cuando escucho la voz de uno de sus generales quien pedia una audiencia con el olimpico.
El dios se encamino hacia la puerta y la abrio para dar la cara a la sala donde yacia su trono y en cuyo frente estaba el general de Krisaor. El dios solo vestia una larga tunica blanca ademas de su tridente que lo reconocia como el gobernante de los mares, el dios se sento en su trono y con la seriedad de un ente mayor hablo -Ya estoy aqui, guerrero mio, ahora dime que aqueja a tu corazon y cuales son esas dudas que tienes-

Estando en el templo del dios, arrodillado, esperando su llegada, prestaba atención al silencio del lugar, intentando escuchar los pasos de Poseidón, o tan siquiera percibir su presencia, sin embargo el dios y señor de los mares parecía ser bueno para ocultarse, o definitivamente no se encontraba en ese lugar, pues se había tomado ya su tiempo en salir, y el Genera Marino comenzaba a dudar, pues su dios no era de ausentarse así, por lo menos no a lo que él tenía entendido.

De repente sus pasos comenzaban a resonar, y una figura se veía a la distancia, su túnica blanca era llamativa, y su tridente imponía el respeto, y la autoridad que sólo el dios de los océanos podía imponer, una leve sonrisa se desenvolvió en el rostro del General, su dios estaba ante él de nuevo, le debía haberlo rescatado de las garras de la muerte, y enseñarle a luchar.
- Señor es un placer, espero no interrumpirlo en algo importante - Decía luego de una reverencia, y se levantaba poco a poco mirando al dios que estaba en frente, era un privilegio ver a un dios en persona, y poder charlar con él.

- Verá, y espero que entienda, debo mi vida a usted, y no me preocupa morir por su causa, fui uno de los que ayudó en aquella invasión al santuario, y tomamos posesión de este, pero ahora señor mío, la duda me ha llenado, y me pregunto, ¿Cuál será el próximo movimiento? - Preguntó algo indiscreto, y sin querer faltar el respeto a su dios, pero con las ansias de saber, que podría deparar el futuro.

- Ya sabe lo que dicen, "en guerra avisada, mueren menos soldados" y espero evitar, las bajas de mis compañeros -

El señor de los mares miro al genral mientras escuchaba sus palabras, su mirar era sereno y con atencion hacia su guerrero. Al terminar de hablar, el dios le sonrio y con calma le contesto -Entiendo lo que dices, asi como tu impaciencia, sin embargo no tienes de que preocuparte aun ya que aun no hay rastros de los doce santos dorados y a pesar de que ha habido un incidente en el santuario que concluyo en la muerte de un santo de plata, los santos que lo acompañaban han dicho que se trataba de un espectro de Hades, sin embargo ellos aun no son un problema ya que su dios no ha despertado aun, asi que no tendran una razon para un ataque directo, sin embargo, deberas informar a tus compañero que si ven a alguno deberan matarlo de inmediato- El dios cerro los ojos y tomo un respiro mirando de reojo a la sala de donde habia salido hace un momento -Pero de momento hay asuntos que me tienen con mayor pendiente y es que se trata de una fuerza mas alla de la de los dioses, sin embargo no es algo por lo que tengas que preocuparte- le dijo el dios lleno de serenidad.

"¿Espectros?"

Con gran duda e intriga ante lo escuchado, bajaba su cabeza, pensando en las palabras de Poseidón, y analizando lo que le había dicho, sobre su inquietud, al parecer los espectros eran ahora enemigos, pero el Marino no entendía el porqué ellos atacaban, acaso no sabían que el santuario estaba bajo las ordenes de Poseidón, ¿o de verdad querían guerra contra dorados y marinos? lo que dividiría por completo el mundo, y causaría un caos total, al enfrentarse las tres grandes fuerzas bajo el cielo, Poseidón debía idear una gran estrategia, y estar totalmente preparado, para lo que pudiese venir, pues un ataque de esta magnitud era de tener cuidado, los espectros se declaraban como enemigos.

- No pensé, que los espectros, quisieran ser enemigos de los marinos también, pero puede estar seguro, que acabaremos con todos ellos si es necesario, por otro lado, mi señor Poseidón, debemos estar preparados, no se sabe cuando puedan despertar los dorados, y con que poder vengan -

Terminaba de mencionar lo anterior, cuando escuchó las palabras de su dios, ¿una fuerza más allá de los dioses? al escuchar esto Bijaksana no pudo evitar dar mente a esa frase, llegando a su mente ya, a lo que podía referirse el dios de los mares.

"Una fuerza más allá de los dioses, solo pueden ser... los titanes"

Mostrando un gesto de total preocupación en su rostro pensó en estos seres, sabía que si se llegaban a manifestar, el problema sería aún más serio, y las bajas inevitables, debía encontrar, alguna manera de decirle esto a sus compañeros, pero sólo a los marinos, de los que estaría seguro, darían su vida por Poseidón, además estaba en la obligación de dar alerta sobre los espectros también.

- Idolatrar a alguien es admirar los logros de alguien que ha hecho algo más o mejor que tú. Y por eso te admiro mi señor, por que has conseguido llegar, hasta aquí, y sé que aún podemos llegar más lejos, pero enserio, ¿cree que no debo preocuparme por los titanes? -

El dios de los mares cerro sus ojos y puso un semblante tranquilo acompañado de una ligera sonrisa -Desde la era mitologica siempre ha sido una guerra por controlar la tierra y es por eso que quien controle la tirra tendra de enemigo al olimpo entero, en especial Hades y mas en estos momentos pues su ejercito de espectros carece de su Dios- sin cambiar el semblante cambiaria el tema de comversacion -y en efecto se trata de los titanes, o almenos de uno de ellos. Al parecer desde hace miles de años Cronos ha intentado escapar del tartaro donde fue condenado por decreto de Zeus y despues de tanto tiempo de intentarlo lo lograria. Con la ayuda de los otros titanes, Cronos lograria escapar del tartaro, bueno, al menos una parte de el lo hizo y aprovecho el momento de nuestra invasion al santuario para atacar este lugar y tratar de apoderarse de el y asi liberarse asi como liberar a sus hermanos, espero entre las sombras a que Atenea y yo pelearamos, su idea original era atacar al dios que resultara victorioso aprovechando su debilidad debido a la pelea, pero no contaba con que Atenena se rendiria sin soltar un solo golpe, supongo que Atenea sabia de la presencia de Cronos y decidio sacrificar el santuario por un bien mayor. La pelea contra Cronos fue corta, el no contaba con todo su poder y se enfrentaria a uno de los tres grande olimpicos, pero no pude encerrarlo, solo logre dividir su escencia en cinco partes para poder capturarlo y regresarlo al Tartaro, pero esos fragmentos se dispersaron por el mundo asi que es mi deber, asi como el suyo, encontrar esas partes y traerla aqui- El dios miro al general marino esperando ver la expresion de su subordinado.

"Lo sabía"
Escuchaba una por una las palabras de su Dios, mientras se sorprendía poco a poco por algunas palabras que escuchaba sobre todo al oír:

Poseidón escribió:pero no contaba con que Atenena se rendiria sin soltar un solo golpe, supongo que Atenea sabia de la presencia de Cronos y decidio sacrificar el santuario por un bien mayor.

sorprendido por esas palabras, le hacían pensar que Atenea estaba más preparada que su Dios, y que el haber ganado la batalla y quedarse con el santuario, no era nada significativo, pues una lucha aún más peligrosa y completamente más importante estaba por venir.
- Eso quiere decir que Atenea tiene más conocimiento del que esperabamos, y se prepara bien para lo que viene, aún no sabemos que tan poderosos sean o serán los nuevos santos dorados, pero si su diosa estaba tan preparada, ha de haberlos escogido bien, y será un escenario complicado el enfrentarlos -
De repente algunas ideas pasaban por su mente, al parecer Cronos no había logrado su cometido, pero pensaba que quizá era mejor no juntar los fragmentos, pues él podría liberarse de nuevo, y sin duda si consiguiese liberar a su ejército, sería el combate más difícil que se podría enfrentar.
- Y si lo peor llega a suceder, ¿deberemos unir fuerzas con los guerreros de Atenea, para enfrentar este reto? -
Preguntaba intrigado, era algo con lo que no estaría del todo deacuerdo sin embargo estaba conciente del poder del enemigo, y si este se desatase, los problemas serían mayores a cualquiera enfrentado anteriormente.
- Hemos de aliarnos a nuestros enemigos, para derrotar a nuestro enemigo -

El dios se levantaria de su lugar y miraria a su guerrero -Esto a lo que ustedes llaman guerras santas es algo mas alla de una simple guerra. No debes preocuparte tanto nada es lo que parece, al final quien sea mas apto sera quien gobernara la tierra, puede que los santos dorados sean fuertes, pero solo triunfaran si son mas fuertes que ustedes, asi que en lo unico que deberias pensar seria en ser mas fuerte que los caballeros dorados, por Hades y su ejercito no me preocuparia, El no busca dominar el mar, ademas desde la era mitologica ya ha fijado a su rival, nosotros navegaremos con la corriente y dejaremos que nos muestre el camino- el dios dedico una mirada calida a su guerrero y dio la espalda al mismo -He disfrutado de esta charla y mucho, deberias dejar de pensar en las probabilidades, las razones detras de los conflictos de los dioses estan mas alla de tu comprendimiento, tu mision es servir a tu dios-  dicho esto Poseidon se alejaria a paso lento desapareciendo por el mismo lugar por donde habia entrado.

"Ser más fuerte que mis enemigos, pero no conozco la fuerza de ellos, un panorama complicado"

Poseidón dedicaba sus últimas palabras a Bijaksana antes de marcharse, el general le escuchaba con atención, y entendía algo que no había analizado anteriormente. Hades no es una amenaza para los mares, sin embargo, al estar Poseidón con el dominio terrenal, y Hades buscar este dominio, la posibilidad de una guerra entre Hades y Poseidón no dejaba de ser posible, ahora vería a cualquiera que no fuese subdito del Dios de los mares como un enemigo.

Las últimas palabras calaron en la mente de Bijaksana, quien entendió que su Dios le estaba poniendo un techo, era algo decepcionante para él, pero debía mantener la calma y entender a Poseidón, mientras el general miraba como Poseidón se marchaba, se puso sobre una de sus rodillas, y despidió a su Dios con sumo respeto.

- Nos vemos mi Dios, intentaré estar tranquilo como lo solicita -

Decía con un tono de voz tranquilo, mientras le veía marcharse, pensando en irse él también, pues no tenía que más hacer ahí se marchó lentamente con algún pensamiento profundo en él.

"Debemos aceptar el destino que nos toca, pero debemos buscar superar el punto más alto que el mismo nos ponga"