Raro y celestial don aquel que sepa sentir y razonar al mismo tiempo (Giovanni, Deidra +Libre)

Los acontecimientos resientes daban mucho que pensar y claramente eso era lo que el caballero de Aries hacia al menos por el momento, se encontraba en el primer templo del zodiaco sentado en la entrada con los brazos cruzados y las piernas dobladas sobre la cuales coloco el libro que se encontraba leyendo minutos atrás, bajo su cabeza mientras  colocaba sobre su frente la punta de su dedo pulgar izquierdo, costumbre era la que tenia de quedarse pensante como si estuviese esperando algo. Aun después de lo sucedido seguía con aquella sonrisa que le habia provocado la actitud del caballero de Leo.

Si estaba esperando algo de hecho esperaba a que los interesados y el General pasaran por la primera casa para luego seguirle hasta el templo donde se llevaría acabo la divulgación de la información.

Alzando un poco la mirada hacia el cielo miro el soleado momento, movía su cabeza de lado a lado tal vez aun faltaba tiempo para que alguien pasara por allí muchos se quedaron socializando por decirlo así, otros habían optado por seguir un camino distinto, uno pensaría que Eridan se aburriría de estar haciendo absolutamente nada, tal vez era demasiado sereno, aunque aveces tenia sus momentos nada agradables pero habían dejado de pasar hace tiempo, después de mucho meditarlo se convencería a si mismo de como las cosas debían ser en su persona pero quizá eso no siempre resultaba bien.

-Ha resultado ser un día bastante interesante...Pero las sorpresas seguramente aun no terminan

Emprendiendo el camino se adelanto a las casas del zodiaco, junto a Elpída, la niña que había permanecido con ella desde que dejo el santuario hace un tiempo, no era como si le gustara caminar mucho pero si quería saber los detalles debía estar cerca para escuchar, la mayor parte del tiempo no traía su rostro cubierto con la mascara, la usaba cuando estaba cerca de Athenea o en alguno de los combates en los que participaba y aunque a la niña le daba algo de miedo verla con ese artefacto en su rostro Deidra traía la mascara, se la había puesto al momento de partir e incluso Elpída traía la suya a pesar de que se quejaba demasiado al momento de usarla, la cobra le era fiel a su diosa pero también a si misma y a aquellos en quienes confiaba que fácilmente se podían contar con una sola mano por lo que para ella no era tanta deshonra no portar la mascara, sin ninguna prisa siguió su camino, hasta observar el primer templo.


Se acerco hasta divisar una figura que mas que nada se notaba el color de su vestimenta era mas que obvio que se trataba de un caballero dorado y supuso que era el de Aries, ¿Quien mas estaría en ese templo tan cómodamente si no es el hombre que protegía aquel sitio?

Rápidamente se dio cuenta que era el hombre el cual se había dirigido a Leo minutos atrás y a pesar de eso se detuvo justo antes de pisar el lugar con la pequeña escondida detrás de ella mientras ambas miraban al hombre que estaba sentado allí. -Se nota que se esta divirtiendo Aries, ¿Que es lo que usted esta esperando aquí sin hacer nada?- Fue lo unico que dijo Deidra, cuando observo como la chiquilla de cabellos castaños se separaba para estar frente al caballero dorado y se sentaba allí solamente tratando de mirar al dorado.

-Aries, amico mío. No esperaba verte tan pronto por aqui- O primero que él... Se rasca la nuca, el ragazzo de leo se le ha escapado de las manos.

¡Como un verdadero gato que rehuye a un abrazo de su dueño!

Aún debe subir a su respectivo templo, mas sin embargo ha decidido quedarse un poco en las primeras casas, si bien, se alejó de la reunión fue para evitar algún conflicto sacando al santo de leo del lugar lo mas rápido posible pero pretende informarse aunque sea un poco sobre los acontecimientos siguientes.

El acuariano a simple vista podrá verse como un tipo despreocupado, vamos "un tio de pocas luces" pero actualmente es todo lo contrario. Un hombre que piensa antes de lanzarse al combate y realizar estrategia alguna. Sube las escaleras restantes quedando a un lado de ambas jovencitas, a las cuales saluda con una caravana caballeresca

¿Despues de todo no es eso lo que son? Caballeros

Sonríe de manera galante antes de emitir unas palabras -buon pomeriggio, bellas signo riñas- ¡Ah, tan arraigada costumbre en su persona!

-Me da la impresión que esperamos algo. I o mi sbaglio?- Observa al del signo del carnero, esperando respuesta a su pregunta...

Era el único que comprendía un poco de italiano ¿qué no?