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Y entre las sombras un aliado (Vergil)
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Y entre las sombras un aliado (Vergil)
Buscando un alma
A veces es increíble lo que la gente obliga a hacer a otra, lo que un guerrero puede hacer por defender sus principios y defender las tierras a las que le fueron concedidas, el deber de proteger a los seres queridos y cumplir el juramento de lealtad que se a dado cuando te comprometes a algo, la guerrera de Dubhe Alfa esta vez enfrento una situación tal cual que quien la conociera no creería que fuera capaz de ejecutar tal acto, pero al final del día no solo era una persona, era un caballero, un dios guerrero que haría cualquier cosa por proteger el pueblo que le ha sido encomendado, como era costumbre Hilda le había mandado a investigar una serie de casos sucedidos en los alrededores, y en el pueblo debido a diversos enfrentamientos, avistamientos y sospechas de los mismos colonos que habían solicitado a la representante ayuda por ende era trabajo de Astryd llegar a una solución.
Siguió la pista de algo que había causado estragos en el bosque, sobre todo al encontrar algunos cadáveres de animales en el camino, eso no le gustaba en lo absoluto, aun animal para ella representaba un ser viviente el cual algunas veces daba su vida por la supervivencia de quien lo necesitase, pero cuando atentaban sobre su vida sin algún motivo aparente eso hacía que la sangre le hirviera, siguió el rastro unos cuantos kilómetros más, rastrear le resultaba fácil, lo había hecho por 10 años, el seguir sus pasos no eran problema, mientras lo hacía algo más le inquietaba, sentía la presencia de alguien más, alguien que intentaba ocultar su cosmos cosa que era inútil tratándose de Astryd pues podía sentir la mas mínima pisca de vida tal como le había enseñado su padre durante los arduos y duros años de entrenamiento para convertirse en lo que era ahora, una guerrera, una portadora de una armadura al servicio de Odin.
Llego al poblado vecino de los reinos del mismo Asgard, solo para encontrarse con lo que mas temía, el pueblo se encontraba devastado, las cabañas que eran de madera ardían consumiéndose lentamente por el fuego, algunos cuerpos yacían en el suelo con marcas de agresión, no eran muchos por lo que pudo intuir rápidamente que probablemente habían logrado escapar o eso quería creer, el olor a muerte, desgracia y dolor se podían percibir, lo conocía perfectamente, había estado en tantas batallas como para no poder reconocerlo, al acercarse noto lo fresco de los cuerpos, con algo de suerte seguirían cerca lo que daba una oportunidad de detener a los bandidos; los gritos de un pequeño llamaron su atención y corrió tan rápido como sus piernas le permitían con el uso de sus cosmos, aun podía detener los malos tragos de quien estuviera gritando, deseaba poder llegar a tiempo, la nieve brincaba a su lado con cada paso veloz que daba, al llegar ahí estaba un pequeño niño con un perro en brazos que ladraba con fuerza, frente a el un hombre alto y corpulento con una sonrisa siniestra en el rostro, había decapitado a un hombre que al parecer intentaba proteger al niño, un padre que sacrificaba su propia vida sin importar más por que sobreviviera su hijo, un hombre que ahora había muerto.
.
-Como te atreves a arrebatar vidas como si pudieras decidir sobre ellas!- Astryd hablo con un tono serio, seco y sin emoción, algo que no se veía muy a menudo en ella, en su mirada podía verse el fuego arder, un fuego que crecía cada vez más con la idea de cobrar justicia por lo que estaba sucediendo ahora mismo en ese lugar
-¿y quién me lo impedirá? Yo solo vine a cobrar lo que era mío, alguien debe pagar cuando no cumplen con su palabra- soltó aquel hombre con arrogancia
-Yo, yo impediré que vuelvas a cometer tales atrocidades- respondió esta vez con rabia ante la actitud de aquel hombre
-jajaja adelante, podrás con una katana? – Soltó aun con esa arrogancia y palabras burlonas – despídete de tu vida muchacha y me cobrare la de ese niño también
Era imposible que el supiera con quien estaba tratando, Astryd no portaba armadura alguna en esta misión de reconocimiento, no le parecía necesaria lo único que llevaba consigo era su espada, la cual sabía manejar muy bien nuevamente gracias a su padre, la pelirroja estaba enojada ahora, una mirada y un semblante serio lo mostraban, era tiempo de demostrar porque es que había ganado esa armadura de Dubhe Alfa, porque era una de las guerreras más fuertes de Asgard y porque ese hombre no debía subestimar a quien se le posara en frente, esta vez no sería necesario elevar su cosmos, no se trataba de un ser poderoso, solo un bandido, pelearía a su nivel, era lo menos que merecía antes de verle caer.
Capturando un corazón
La joven desenvaino su espada, tomo el mango con ambas manos antes de comenzar, tomo aire, su mirada seguía fija en el individuo , el sujeto parecía prepararse también para lo que venía, ella dio un par de pasos por sobre la nieve, en cuanto Astryd de acerco al hombre este tambien lo hizo comenzando un choque de espadas, dos estoques de frente igual interceptados por el hombre que empujo a Astryd, ella dio un par de pasos hacia atrás para retomar su compostura, el bandido también sabía manejar su espada, la hizo girar un par de veces sobre su mano, quizá para presumir o solo para tomar una mejor posición sobre su contrincante, el gran hombre se avalanzo sobre Astryd con un medio giro tomando impulso para su próximo estoque, Astryd parecía no tener el control de la situación, solo intentando detener su golpes, defensa ante el estoque con gran fuerza, el choque de ambas espadas y su filo hacían que soltaran chismas con cada golpe, el bandido parecía tener el control de la situación, sobre todo cuando giro sobre su eje con su pierna zurda quedando de espalda a Astryd pero lo suficientemente cerca para golpear su pecho con el mango de su espada y un colpe nuevo con su codo, Astryd retrocedió de nuevo por causa de los golpes proporcionados, ella tomo con fuerza la espada y volvió a golpear en dirección al sujeto pero este brinco esquivando su golpe, ella le siguió golpeando de nuevo con su espada la cual el intercepto chocando de nuevo ambas armas, los estoques seguían sacando chispas entre ellos, ninguno parecía retroceder, el brinco sobre el tejado de una de las casas que permanecia intacta por el fuego, ella le sitio sin dificultad, corrió con fuerza de nuevo el igual lo hizo, parecía ser un contrincante formidable, conocía tanto su espada como ella la suya, sus técnicas eran buenas, debía reconocerlo, apareció una tenue sonrisa en su rostro, no había sentido tanta emoción por competir con alguien como ahora; estoco de nuevo, esta vez la espada de Astryd recorrió el filo de la de el bandido haciéndolo retroceder en una par de marometas hacia atrás, tomando distancia entre ellos, aproximadamente 3 metros, ambos parecían haber perdido un poco el aliento, pero eso no detendría a la pelirroja, le debía derrotar a cualquier costo, todo parecía indicar que no se habían hecho daño en esa ultima ejecución, pero ella había logrado una cortadura en su pomulo, causa del choque de espadas, antes de que el sujeto diera retroceso ella había logrado herirlo, su defensa comenzaba a fallar ahora, el sujeto había dado bastante pelea pero era tiempo de acabar con esto, sobre todo al ver esa mirada desquiciada del sujeto mirando a Astryd, le había estado provocando y ella ya había dado suficiente oportunidad, el viento soplo elevando la nieve que cubría el lugar , ambos corrieron a atacarse de nuevo sin piedad, la empuñadura de Astryd parecía debilitarse , el volvió a golpear con el mango de la espada a la guerrera, solo para asentar un estoque lateral el cual ella logro desviar pero no fue suficiente, el golpe hacia sido tan fuerte que no lo desvió por completo recibiendo un corte en su hombro, eso solo fue el detonante para que Astryd se molestara mas, no permitiría que esto terminara así, no dejaría que ese sujeto le ganara tan fácilmente, soltó un grito de furia, dio un par de estocadas mas, la fuerza había aumentado en ella el último golpe provoco que media espada de su contrincante se rompiera, el se mostro sorprendido, titubeo por un momento y fue cuando aprovecho, el momento de duda, sujeto su espada con mas fuerza y mando el filo de su espada directo al corazón
-te lo dije…yo lo impediria y cobraría tu vida- respondió al ver ese rostro sin expresión en el bandido que poco a poco se desvanecía
Todo parecía haberse calmado, la batalla había terminado, la adrenalina de esta evitaba que ella pudiera sentir aun el cansacio y el dolor de sus heridas, giro el rostro buscando al niño el cual no vio, le preocupo el no encontrarlo, comenzaría una carrera en su búsqueda en caso de que algún otro bandido se encontrara cerca, pero no le fue necesario al sentir la presencia del niño que se encontraba escondido detrás de unos barriles vacios abrazando con fuerza a su perro, aun seguía sollozando y se había escondido en cuanto había comenzado la pelea, un niño listo al parecer de Astryd
-ya todo termino pequeño, anda sal de ahí- respondió con un semblante tranquilo y un tono amable en su voz a diferencia de hace un instante antes de pelear con aquel hombre
Percibió de nuevo aquella presencia que le había causado inquietud desde que había comenzado el rastreo, no solo se sentía la energía del niño y del perro, alguien mas esta ahí, no parecía ser nada hostil pero no podía confiar después de lo sucedido
-muéstrate o tendrás el mismo futuro que aquel hombre- respondió con dureza esperando que lo que fuera que le estuviera espiando desde el inicio se mostrara, había vuelto a desenvainar la espada apuntando en dirección a donde sentía esa presencia
A veces es increíble lo que la gente obliga a hacer a otra, lo que un guerrero puede hacer por defender sus principios y defender las tierras a las que le fueron concedidas, el deber de proteger a los seres queridos y cumplir el juramento de lealtad que se a dado cuando te comprometes a algo, la guerrera de Dubhe Alfa esta vez enfrento una situación tal cual que quien la conociera no creería que fuera capaz de ejecutar tal acto, pero al final del día no solo era una persona, era un caballero, un dios guerrero que haría cualquier cosa por proteger el pueblo que le ha sido encomendado, como era costumbre Hilda le había mandado a investigar una serie de casos sucedidos en los alrededores, y en el pueblo debido a diversos enfrentamientos, avistamientos y sospechas de los mismos colonos que habían solicitado a la representante ayuda por ende era trabajo de Astryd llegar a una solución.
Siguió la pista de algo que había causado estragos en el bosque, sobre todo al encontrar algunos cadáveres de animales en el camino, eso no le gustaba en lo absoluto, aun animal para ella representaba un ser viviente el cual algunas veces daba su vida por la supervivencia de quien lo necesitase, pero cuando atentaban sobre su vida sin algún motivo aparente eso hacía que la sangre le hirviera, siguió el rastro unos cuantos kilómetros más, rastrear le resultaba fácil, lo había hecho por 10 años, el seguir sus pasos no eran problema, mientras lo hacía algo más le inquietaba, sentía la presencia de alguien más, alguien que intentaba ocultar su cosmos cosa que era inútil tratándose de Astryd pues podía sentir la mas mínima pisca de vida tal como le había enseñado su padre durante los arduos y duros años de entrenamiento para convertirse en lo que era ahora, una guerrera, una portadora de una armadura al servicio de Odin.
Llego al poblado vecino de los reinos del mismo Asgard, solo para encontrarse con lo que mas temía, el pueblo se encontraba devastado, las cabañas que eran de madera ardían consumiéndose lentamente por el fuego, algunos cuerpos yacían en el suelo con marcas de agresión, no eran muchos por lo que pudo intuir rápidamente que probablemente habían logrado escapar o eso quería creer, el olor a muerte, desgracia y dolor se podían percibir, lo conocía perfectamente, había estado en tantas batallas como para no poder reconocerlo, al acercarse noto lo fresco de los cuerpos, con algo de suerte seguirían cerca lo que daba una oportunidad de detener a los bandidos; los gritos de un pequeño llamaron su atención y corrió tan rápido como sus piernas le permitían con el uso de sus cosmos, aun podía detener los malos tragos de quien estuviera gritando, deseaba poder llegar a tiempo, la nieve brincaba a su lado con cada paso veloz que daba, al llegar ahí estaba un pequeño niño con un perro en brazos que ladraba con fuerza, frente a el un hombre alto y corpulento con una sonrisa siniestra en el rostro, había decapitado a un hombre que al parecer intentaba proteger al niño, un padre que sacrificaba su propia vida sin importar más por que sobreviviera su hijo, un hombre que ahora había muerto.
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-Como te atreves a arrebatar vidas como si pudieras decidir sobre ellas!- Astryd hablo con un tono serio, seco y sin emoción, algo que no se veía muy a menudo en ella, en su mirada podía verse el fuego arder, un fuego que crecía cada vez más con la idea de cobrar justicia por lo que estaba sucediendo ahora mismo en ese lugar
-¿y quién me lo impedirá? Yo solo vine a cobrar lo que era mío, alguien debe pagar cuando no cumplen con su palabra- soltó aquel hombre con arrogancia
-Yo, yo impediré que vuelvas a cometer tales atrocidades- respondió esta vez con rabia ante la actitud de aquel hombre
-jajaja adelante, podrás con una katana? – Soltó aun con esa arrogancia y palabras burlonas – despídete de tu vida muchacha y me cobrare la de ese niño también
Era imposible que el supiera con quien estaba tratando, Astryd no portaba armadura alguna en esta misión de reconocimiento, no le parecía necesaria lo único que llevaba consigo era su espada, la cual sabía manejar muy bien nuevamente gracias a su padre, la pelirroja estaba enojada ahora, una mirada y un semblante serio lo mostraban, era tiempo de demostrar porque es que había ganado esa armadura de Dubhe Alfa, porque era una de las guerreras más fuertes de Asgard y porque ese hombre no debía subestimar a quien se le posara en frente, esta vez no sería necesario elevar su cosmos, no se trataba de un ser poderoso, solo un bandido, pelearía a su nivel, era lo menos que merecía antes de verle caer.
Capturando un corazón
La joven desenvaino su espada, tomo el mango con ambas manos antes de comenzar, tomo aire, su mirada seguía fija en el individuo , el sujeto parecía prepararse también para lo que venía, ella dio un par de pasos por sobre la nieve, en cuanto Astryd de acerco al hombre este tambien lo hizo comenzando un choque de espadas, dos estoques de frente igual interceptados por el hombre que empujo a Astryd, ella dio un par de pasos hacia atrás para retomar su compostura, el bandido también sabía manejar su espada, la hizo girar un par de veces sobre su mano, quizá para presumir o solo para tomar una mejor posición sobre su contrincante, el gran hombre se avalanzo sobre Astryd con un medio giro tomando impulso para su próximo estoque, Astryd parecía no tener el control de la situación, solo intentando detener su golpes, defensa ante el estoque con gran fuerza, el choque de ambas espadas y su filo hacían que soltaran chismas con cada golpe, el bandido parecía tener el control de la situación, sobre todo cuando giro sobre su eje con su pierna zurda quedando de espalda a Astryd pero lo suficientemente cerca para golpear su pecho con el mango de su espada y un colpe nuevo con su codo, Astryd retrocedió de nuevo por causa de los golpes proporcionados, ella tomo con fuerza la espada y volvió a golpear en dirección al sujeto pero este brinco esquivando su golpe, ella le siguió golpeando de nuevo con su espada la cual el intercepto chocando de nuevo ambas armas, los estoques seguían sacando chispas entre ellos, ninguno parecía retroceder, el brinco sobre el tejado de una de las casas que permanecia intacta por el fuego, ella le sitio sin dificultad, corrió con fuerza de nuevo el igual lo hizo, parecía ser un contrincante formidable, conocía tanto su espada como ella la suya, sus técnicas eran buenas, debía reconocerlo, apareció una tenue sonrisa en su rostro, no había sentido tanta emoción por competir con alguien como ahora; estoco de nuevo, esta vez la espada de Astryd recorrió el filo de la de el bandido haciéndolo retroceder en una par de marometas hacia atrás, tomando distancia entre ellos, aproximadamente 3 metros, ambos parecían haber perdido un poco el aliento, pero eso no detendría a la pelirroja, le debía derrotar a cualquier costo, todo parecía indicar que no se habían hecho daño en esa ultima ejecución, pero ella había logrado una cortadura en su pomulo, causa del choque de espadas, antes de que el sujeto diera retroceso ella había logrado herirlo, su defensa comenzaba a fallar ahora, el sujeto había dado bastante pelea pero era tiempo de acabar con esto, sobre todo al ver esa mirada desquiciada del sujeto mirando a Astryd, le había estado provocando y ella ya había dado suficiente oportunidad, el viento soplo elevando la nieve que cubría el lugar , ambos corrieron a atacarse de nuevo sin piedad, la empuñadura de Astryd parecía debilitarse , el volvió a golpear con el mango de la espada a la guerrera, solo para asentar un estoque lateral el cual ella logro desviar pero no fue suficiente, el golpe hacia sido tan fuerte que no lo desvió por completo recibiendo un corte en su hombro, eso solo fue el detonante para que Astryd se molestara mas, no permitiría que esto terminara así, no dejaría que ese sujeto le ganara tan fácilmente, soltó un grito de furia, dio un par de estocadas mas, la fuerza había aumentado en ella el último golpe provoco que media espada de su contrincante se rompiera, el se mostro sorprendido, titubeo por un momento y fue cuando aprovecho, el momento de duda, sujeto su espada con mas fuerza y mando el filo de su espada directo al corazón
-te lo dije…yo lo impediria y cobraría tu vida- respondió al ver ese rostro sin expresión en el bandido que poco a poco se desvanecía
Todo parecía haberse calmado, la batalla había terminado, la adrenalina de esta evitaba que ella pudiera sentir aun el cansacio y el dolor de sus heridas, giro el rostro buscando al niño el cual no vio, le preocupo el no encontrarlo, comenzaría una carrera en su búsqueda en caso de que algún otro bandido se encontrara cerca, pero no le fue necesario al sentir la presencia del niño que se encontraba escondido detrás de unos barriles vacios abrazando con fuerza a su perro, aun seguía sollozando y se había escondido en cuanto había comenzado la pelea, un niño listo al parecer de Astryd
-ya todo termino pequeño, anda sal de ahí- respondió con un semblante tranquilo y un tono amable en su voz a diferencia de hace un instante antes de pelear con aquel hombre
Percibió de nuevo aquella presencia que le había causado inquietud desde que había comenzado el rastreo, no solo se sentía la energía del niño y del perro, alguien mas esta ahí, no parecía ser nada hostil pero no podía confiar después de lo sucedido
-muéstrate o tendrás el mismo futuro que aquel hombre- respondió con dureza esperando que lo que fuera que le estuviera espiando desde el inicio se mostrara, había vuelto a desenvainar la espada apuntando en dirección a donde sentía esa presencia
Astryd de Dubhe Alfa- Dios Guerrero
- Mensajes : 89
Fecha de inscripción : 18/04/2014
Re: Y entre las sombras un aliado (Vergil)
–Vergil...-
El albino cerró aquel libro que yacía en su mano al reconocer la voz fémina que le llamaba: Hilda de Polaris.
Dirigió su gélido mirar hacia la hermosa dama de cabellos platinados para prestar total atención a sus palabras.
De esa manera fue que el dios guerrero de Alcor Zeta terminó siguiendo los pasos de la chica de cabellos rojos. Como siempre, mantenía su distancia y era cuidado de no ser visto en ningún momento. Aun no comprendía ¿Por qué mandar a un tigre (o mejor dicho, la sombra de uno) a cuidar de un dragón como la pelirroja?
Recargó la espalda unos instantes tras el tronco de un árbol y exhaló un ligero suspiro. Si, en parte cuestionaba la decisión de la señorita Hilda. Echó un fugaz vistazo sobre su hombro... Seguramente encontraría su respuesta luego que la joven llegase a su destino, o de esa manera pensaba Vergil.
Sin embargo, no supo porque, pero más de una vez tuvo la impresión que Astryd conocía de su presencia en el lugar.
-¿Huh?- El olor de madera quemada fue algo que indudablemente atrajo su atención. Con un ágil salto fue que subió a la rama del árbol para tener una mejor perspectiva de la zona. Al hacerlo no solo se percató de las casas en llamas, sino del nauseabundo olor de la carne humana quemándose... Cerró los ojos por unos instantes y a su memoria llegaron recuerdos de tiempos lejanos, de su no tan grata niñez: Los olores eran los mismos, sin embargo, estos se veían acompañados de desgarradores gritos provenientes de su garganta mientras que, horrorizado veia el cadáver de su madre, junto al de su hermano.
O al menos eso creyó aquel día, pues ahora tenía conocimiento de la existencia de su hermano quien era portador de una armadura muy parecida a la suya.
Abandonó su posición una vez que Astryd se había adentrado al pueblo no debia desviarse u olvidar su objetivo.
Al tocar la nieve, su cuerpo comenzó a desvanecerse. Alcor tuvo que hacer uso de una de sus técnicas para evitar el ser visto por su compañera o un ajeno. Para cuando finalmente llegó a aquel pueblo, el combate ya había iniciado. Fue un ligero momento en el que sintió que lo mejor sería retirarse. Seguramente con ella sería suficiente para la labor. No obstante, fue que se percató de más sujetos en el sitio, y aquello no le agrado en lo absoluto. El viento sopló trayendo hacia él las malas intenciones de aquellos quienes acababa de divisar, y sin perder el tiempo, como felino al asecho fue que atacó a uno de ellos, quienes seguramente, pensaron en tender una emboscada a su compañera.
Rápido e imperceptible, se acercó por la espalda hasta uno. Tensó la diestra e hizo crecer sus garras. Una línea de líquido rojo fue lo que delató la trayectoria de su golpe haciendo que el inerte cuerpo se desplomase en la nieve, llamando la atención de sus compañeros.
-¿¡Pero que!...?- Ambos hombres levantaron la guardia ¡Pobres ilusos! como si fuesen capaces de poder observar a aquella bestia que se esconde frente sus patéticos ojos. Un movimiento fugaz, y Vergil Sostuvo con firmeza a otro más para levantarle violentamente. Despiadado, le rompió el cuello a aquel hombre, pero en su afán por sobrevivir, el mismo logró atinar un puñetazo en el yelmo del dios guerrero, sin ocasionarle daño alguno. Aquel ademan provocó que su técnica desapareciese.
Como si se tratase de un trapo inservible, Vergil arrojó al occiso a un lado, lo hizo con fuerza. No tenía compasión o piedad por aquellos maleantes. Aquel bandido que restaba le miró con terror en el rostro.
El albino solamente se irguió, mientras que levantaba ligeramente el mentón, con claro aire de grandeza - Me has visto...- Sin duda, sería lo último que vería. El miedo no tardó en apoderarse de aquel hombre quien sin pensarlo ni un segundo emprendió la huida. Aunque de nada serviría.
Un fuerte golpe, además de una gran mancha carmín sobre la nieve, fue lo último que se supo de él.
-Ahora...- Colocando la mano diestra sobre su cintura fue que desvió el mirar hasta donde intuía se encontraba Dubhe Alfa. Nuevamente su cuerpo desapareció y emprendió la marcha. Para cuando le encontró ella intercambiaba palabras con un niño, seguramente el único sobreviviente del pueblo y todo gracias a la rápida intervención de la pelirroja. No había mucho que hacer entonces, podría retirarse...
Aquellas palabras lograron sorprenderle ¿Cómo es que se habia percatado de su presencia? No ha cometido error alguno.
Por un instante, la brisa sopló trayendo consigo un poco de nieve. Si se era muy observador uno podría percatarse que en cierta parte del lugar aquellos copos de nieve parecían chocar contra algo, o alguien... –Despeja toda hostilidad de tu persona, Dubhe Alfa- Musitó con su característico serio hablar -Mostrarme es algo que no puedo hacer. No al menos de momento. Mas haz de saber que vengo en nombre de la señorita Hilda.- Y aunque su silueta estuviese escondida a la vista llevó el mirar hasta el pequeño... –Antes que nada, he de suponer debemos ponerle a salvo. Claro está, si es que no quieres atender tus heridas primero.-
El albino cerró aquel libro que yacía en su mano al reconocer la voz fémina que le llamaba: Hilda de Polaris.
Dirigió su gélido mirar hacia la hermosa dama de cabellos platinados para prestar total atención a sus palabras.
De esa manera fue que el dios guerrero de Alcor Zeta terminó siguiendo los pasos de la chica de cabellos rojos. Como siempre, mantenía su distancia y era cuidado de no ser visto en ningún momento. Aun no comprendía ¿Por qué mandar a un tigre (o mejor dicho, la sombra de uno) a cuidar de un dragón como la pelirroja?
Recargó la espalda unos instantes tras el tronco de un árbol y exhaló un ligero suspiro. Si, en parte cuestionaba la decisión de la señorita Hilda. Echó un fugaz vistazo sobre su hombro... Seguramente encontraría su respuesta luego que la joven llegase a su destino, o de esa manera pensaba Vergil.
Sin embargo, no supo porque, pero más de una vez tuvo la impresión que Astryd conocía de su presencia en el lugar.
-¿Huh?- El olor de madera quemada fue algo que indudablemente atrajo su atención. Con un ágil salto fue que subió a la rama del árbol para tener una mejor perspectiva de la zona. Al hacerlo no solo se percató de las casas en llamas, sino del nauseabundo olor de la carne humana quemándose... Cerró los ojos por unos instantes y a su memoria llegaron recuerdos de tiempos lejanos, de su no tan grata niñez: Los olores eran los mismos, sin embargo, estos se veían acompañados de desgarradores gritos provenientes de su garganta mientras que, horrorizado veia el cadáver de su madre, junto al de su hermano.
O al menos eso creyó aquel día, pues ahora tenía conocimiento de la existencia de su hermano quien era portador de una armadura muy parecida a la suya.
Abandonó su posición una vez que Astryd se había adentrado al pueblo no debia desviarse u olvidar su objetivo.
Al tocar la nieve, su cuerpo comenzó a desvanecerse. Alcor tuvo que hacer uso de una de sus técnicas para evitar el ser visto por su compañera o un ajeno. Para cuando finalmente llegó a aquel pueblo, el combate ya había iniciado. Fue un ligero momento en el que sintió que lo mejor sería retirarse. Seguramente con ella sería suficiente para la labor. No obstante, fue que se percató de más sujetos en el sitio, y aquello no le agrado en lo absoluto. El viento sopló trayendo hacia él las malas intenciones de aquellos quienes acababa de divisar, y sin perder el tiempo, como felino al asecho fue que atacó a uno de ellos, quienes seguramente, pensaron en tender una emboscada a su compañera.
Rápido e imperceptible, se acercó por la espalda hasta uno. Tensó la diestra e hizo crecer sus garras. Una línea de líquido rojo fue lo que delató la trayectoria de su golpe haciendo que el inerte cuerpo se desplomase en la nieve, llamando la atención de sus compañeros.
-¿¡Pero que!...?- Ambos hombres levantaron la guardia ¡Pobres ilusos! como si fuesen capaces de poder observar a aquella bestia que se esconde frente sus patéticos ojos. Un movimiento fugaz, y Vergil Sostuvo con firmeza a otro más para levantarle violentamente. Despiadado, le rompió el cuello a aquel hombre, pero en su afán por sobrevivir, el mismo logró atinar un puñetazo en el yelmo del dios guerrero, sin ocasionarle daño alguno. Aquel ademan provocó que su técnica desapareciese.
Como si se tratase de un trapo inservible, Vergil arrojó al occiso a un lado, lo hizo con fuerza. No tenía compasión o piedad por aquellos maleantes. Aquel bandido que restaba le miró con terror en el rostro.
El albino solamente se irguió, mientras que levantaba ligeramente el mentón, con claro aire de grandeza - Me has visto...- Sin duda, sería lo último que vería. El miedo no tardó en apoderarse de aquel hombre quien sin pensarlo ni un segundo emprendió la huida. Aunque de nada serviría.
Un fuerte golpe, además de una gran mancha carmín sobre la nieve, fue lo último que se supo de él.
-Ahora...- Colocando la mano diestra sobre su cintura fue que desvió el mirar hasta donde intuía se encontraba Dubhe Alfa. Nuevamente su cuerpo desapareció y emprendió la marcha. Para cuando le encontró ella intercambiaba palabras con un niño, seguramente el único sobreviviente del pueblo y todo gracias a la rápida intervención de la pelirroja. No había mucho que hacer entonces, podría retirarse...
Aquellas palabras lograron sorprenderle ¿Cómo es que se habia percatado de su presencia? No ha cometido error alguno.
Por un instante, la brisa sopló trayendo consigo un poco de nieve. Si se era muy observador uno podría percatarse que en cierta parte del lugar aquellos copos de nieve parecían chocar contra algo, o alguien... –Despeja toda hostilidad de tu persona, Dubhe Alfa- Musitó con su característico serio hablar -Mostrarme es algo que no puedo hacer. No al menos de momento. Mas haz de saber que vengo en nombre de la señorita Hilda.- Y aunque su silueta estuviese escondida a la vista llevó el mirar hasta el pequeño... –Antes que nada, he de suponer debemos ponerle a salvo. Claro está, si es que no quieres atender tus heridas primero.-
blablabla~- Dios Guerrero
- Mensajes : 31
Fecha de inscripción : 10/12/2014
Re: Y entre las sombras un aliado (Vergil)
Astryd intentaba convencer al niño y su perro que salieran de aquel escondite donde se habían metido, realmente agradecía que se hubiera ocultado ahí, no se perdonaría de haberle dañado durante aquel enfrentamiento, pues su labor como diosa guerrera era proteger al más débil , pero ahora debía hacerse cargo del como el único sobreviviente, esto enfurecía internamente a la pelirroja que estaba segura que de llegar antes habría evitado todo esto, pero eso ya no estaba en sus manos, quizá el hacer las cosas sola era peor que hacerlas en compañía, un hombro de donde apoyarse de vez en cuanto le vendría bien, pero ella no deseaba que ninguno de sus compañeros fuera lastimado lo que le hacía entrar en un gran dilema con respecto a la ayuda o no, sobre todo en una labor tan sencilla como proteger una aldea, sabía que Edzard se encontraba ocupado con procurar proteger el perímetro del bosque, Pavel rodeaba toda la zona de las montañas y Liraz resguardaba la zona de la cascada, ahí donde en un principio habían aparecido los primeros invasores y no se llevaba bien del todo con Alexander que probablemente estuviera abasteciendo al pueblo de Asgard, quedando como deber único a Astryd de vigilar los pueblos mas cercanos a Asgard
Y ahora se encontraba intentando convencer a un pequeño que saliera, informándole que todo había acabado, se había arrodillado a su altura para invitarlo a salir antes de percatar la presencia de lo que parecía ser un hostil, ella sin dudarlo un momento empuño su espada en dirección a donde se encontraba la presencia, lanzando una amenaza, aun con sus heridas la joven guerrera era capaz de seguir peleando y si era necesario lo haría, el viento soplo lentamente pero lo suficiente para levantar una tolva de nieve, la presencia de aquel intruso se hacía visible ligeramente delatado por el choque de la nieve sobre su cuerpo, el semblante serio seguía en el rostro de Dubhe Alfa, mostraba hostilidad de su parte, la cual se desvaneció con las palabras del desconocido.
No se trataba de ningún extraño, reconocía poco esa voz, una muy parecida a la de un dios guerrero, ante las palabras de no poder mostrarse confirmo lo que Astryd estaba cavilando, se trataba de uno de los dioses guerreros, no cualquiera la sombra de Mizard zeta o eso creía, nunca había tratado directamente con él, le conocía por la cercanía que ella tenía con Hilda pero no le trataba así que solo le conocía superficialmente, los músculos de la pelirroja se relajaron, bajando su espada que por un momento empuñaba con fuerza, no insistió ante la idea de que se mostrara su compañero, sabía que no lo haría, era literalmente la sombra de su gemelo de armadura
-No insistiré ante la idea caballero de Alcor Zeta, te conozco y de no ser necesario no lo haras, debo decir que no esperaba ayuda, tu presencia es una sorpresa para mi, mas e de agradecer en su momento a nuestra señora Hilda por proporcionarme ayuda en esta misión – respondió con rectitud
-mis heridas no son prioridad, el bienestar de este pequeño si, aun no hemos terminado con la misión, al menos hasta tener a este niño a salvo, si no te molesta, viajaremos hasta el próximo pueblo, en busca de quien pueda cuidar de el, en caso contrario puedo ir yo sola- respondió de nuevo
Ahí estaba el orgullo de la guerrea de Dubhe, ella podía hacer las cosas sola sin entrometer a nadie más como siempre se le había enseñado, durante su entrenamiento su padre le enseño que podía hacer las cosas ella sola sin depender de nadie, quizá ahí la razón por la que casi nunca involucraba a sus compañeros de armas a no ser que fuera una misión mayor a ella, tampoco es como si se le pudiera culpar, ella lo hacía instintivamente como se le había inculcado en el pasado
El niño al fin salió solo para ocultarse en las faldas de Astryd, ella en un gesto amable paso su mano sobre la cabeza del pequeño que parecía no entender a quien es a quien le estaba dirigiendo la palabra la guerrera- te llevaremos a un nuevo hogar, lamento lo sucedido con tu familia y el lugar donde vivías, pero no puedes estar solo, así que te llevaremos a un pueblo cercano, buscaremos quien te cuide- respondió con cautela, aunque el niño no parecía estar conforme con la idea que Astryd había dado- andando- fue la última palabra de la joven
Comenzaron a andar, Astryd en silencio y por ende los demás también, no esperaba gran conversación con su compañero de armas que aun seguía invisible ante el mundo aunque ella bien podía escuchar las pisadas en la nieve, tenues y ligeras pero pisadas al fin, lograban camuflarse un poco entre las de ella y las del niño que parecía tener que correr un poco para seguirles el paso, el perro corría de un lado a otro, un par de metros al frente y luego regresaba solo para recibir las caricias de su pequeño amo, ella solo observaba, parecía ser un viaje de al menos un día por lo que pronto tendría que preocuparse por buscar un lugar donde descansar, o al menos donde el pequeño pudiera descansar, aunque al final solo lo tomaría en brazos y ella continuaría el camino sin detenerse a no ser que Vergil objetara algo al respecto.
Y ahora se encontraba intentando convencer a un pequeño que saliera, informándole que todo había acabado, se había arrodillado a su altura para invitarlo a salir antes de percatar la presencia de lo que parecía ser un hostil, ella sin dudarlo un momento empuño su espada en dirección a donde se encontraba la presencia, lanzando una amenaza, aun con sus heridas la joven guerrera era capaz de seguir peleando y si era necesario lo haría, el viento soplo lentamente pero lo suficiente para levantar una tolva de nieve, la presencia de aquel intruso se hacía visible ligeramente delatado por el choque de la nieve sobre su cuerpo, el semblante serio seguía en el rostro de Dubhe Alfa, mostraba hostilidad de su parte, la cual se desvaneció con las palabras del desconocido.
No se trataba de ningún extraño, reconocía poco esa voz, una muy parecida a la de un dios guerrero, ante las palabras de no poder mostrarse confirmo lo que Astryd estaba cavilando, se trataba de uno de los dioses guerreros, no cualquiera la sombra de Mizard zeta o eso creía, nunca había tratado directamente con él, le conocía por la cercanía que ella tenía con Hilda pero no le trataba así que solo le conocía superficialmente, los músculos de la pelirroja se relajaron, bajando su espada que por un momento empuñaba con fuerza, no insistió ante la idea de que se mostrara su compañero, sabía que no lo haría, era literalmente la sombra de su gemelo de armadura
-No insistiré ante la idea caballero de Alcor Zeta, te conozco y de no ser necesario no lo haras, debo decir que no esperaba ayuda, tu presencia es una sorpresa para mi, mas e de agradecer en su momento a nuestra señora Hilda por proporcionarme ayuda en esta misión – respondió con rectitud
-mis heridas no son prioridad, el bienestar de este pequeño si, aun no hemos terminado con la misión, al menos hasta tener a este niño a salvo, si no te molesta, viajaremos hasta el próximo pueblo, en busca de quien pueda cuidar de el, en caso contrario puedo ir yo sola- respondió de nuevo
Ahí estaba el orgullo de la guerrea de Dubhe, ella podía hacer las cosas sola sin entrometer a nadie más como siempre se le había enseñado, durante su entrenamiento su padre le enseño que podía hacer las cosas ella sola sin depender de nadie, quizá ahí la razón por la que casi nunca involucraba a sus compañeros de armas a no ser que fuera una misión mayor a ella, tampoco es como si se le pudiera culpar, ella lo hacía instintivamente como se le había inculcado en el pasado
El niño al fin salió solo para ocultarse en las faldas de Astryd, ella en un gesto amable paso su mano sobre la cabeza del pequeño que parecía no entender a quien es a quien le estaba dirigiendo la palabra la guerrera- te llevaremos a un nuevo hogar, lamento lo sucedido con tu familia y el lugar donde vivías, pero no puedes estar solo, así que te llevaremos a un pueblo cercano, buscaremos quien te cuide- respondió con cautela, aunque el niño no parecía estar conforme con la idea que Astryd había dado- andando- fue la última palabra de la joven
Comenzaron a andar, Astryd en silencio y por ende los demás también, no esperaba gran conversación con su compañero de armas que aun seguía invisible ante el mundo aunque ella bien podía escuchar las pisadas en la nieve, tenues y ligeras pero pisadas al fin, lograban camuflarse un poco entre las de ella y las del niño que parecía tener que correr un poco para seguirles el paso, el perro corría de un lado a otro, un par de metros al frente y luego regresaba solo para recibir las caricias de su pequeño amo, ella solo observaba, parecía ser un viaje de al menos un día por lo que pronto tendría que preocuparse por buscar un lugar donde descansar, o al menos donde el pequeño pudiera descansar, aunque al final solo lo tomaría en brazos y ella continuaría el camino sin detenerse a no ser que Vergil objetara algo al respecto.
Astryd de Dubhe Alfa- Dios Guerrero
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Fecha de inscripción : 18/04/2014
Re: Y entre las sombras un aliado (Vergil)
Vergil afiló la mirada, sin dejar de observar en todo momento a la fémina de cabellos rojizos. ¿Así que sabía de quien se escondía de dicha manera? Aquello no era realmente del agrado del dios guerrero, no obstante al reconocerle se ahorraba de muchas explicaciones sin sentido e innecesarias.
Aunque Astryd no pudiese mirarle, Vergil cruzó los brazos a la altura de su pecho, haciendo memoria de cuantas veces es que se había encontrado con la diosa guerrera. Sin embargo, llegó a la conclusión que por la relación tan cercana que mantiene con la dama de Polaris era que sabía de su existencia.... Y seguramente, de la de su hermano gemelo. –Se pretendía que fuese de esa manera. No saber que poseías refuerzo alguno. Sin embargo, no comprendo como es que te has percatado de mi presencia- Seria extraño y gracioso sin duda alguna el ver como la mujer dedicaba palabras al mismo viento, o de esa forma seria para algún ajeno a lo que acontece en el palacio valhalla.
Aunque tras escuchar aquellas palabras, el alto hombre suspiró con pesadez. Era tan típico de la chica el actuar de dicha manera, y por ende no había tampoco mucho que hacer u oponerse ante su petición, pues, técnicamente ha de seguirle como protección (aunque, vamos, ya se ha demostrado con anterioridad que la muchacha realmente no necesita quien cuide de su espalda) –Bien...- Con frívola voz fue que estuvo de acuerdo con aquella idea.
Hilda le ha encargado cuidar de la pelirroja y solamente se ha de limitar a hacerlo, y por ende, seguirle el paso hasta el pueblo siguiente. Además, nada aseguraba que ya no quedasen más de aquellos individuos cerca de la zona.
Afortunadamente el terreno no hacia tan difícil el andar, no obstante, como costumbre en su persona mantenía su distancia sobre la de la santo de Duphe Alfa... Precisamente, siguiendo sus pasos para camuflar los propios. Igual, seguramente el pequeño no sabría que alguien se haya con ellos ¿verdad?
De un ágil movimiento fue que se puso a la par de la mujer, tan solo para musitar en un tono apenas audible... -¿Qué harás con el chico?- Y desvió el azul mirar hacia el mencionado – Es decir, de no conseguir quien se haga cargo de su persona en el pueblo. No haz cavilado acerca de lo mismo ¿cierto? - Quizá era una manera fría de pensar las cosas (digno de su persona) sin embargo, no era tan fácil que alguien decidiese hacerse cargo del pobre infante, así como si nada.
El mismo sabe cómo es eso, pues lo vivió en carne propia, claro está hasta que su antiguo maestro le dio cobijo y lo tuvo bajo su tutela.
¿A cuánto tiempo quedaría el pueblo siguiente? Era probable que no cerca... La compañía no es algo de lo que disfrute el dios guerrero de Alcor Zeta, sin embargo, ha de resignarse. Solo... se dedicaría a brindarle una que otra palabra y seria todo. Al menos, para responder las interrogantes que ella pudiese tener. Sin embargo, la duda aun rondaba en su mente... ¿Cómo es que ella es capaz de percibir su presencia? Es la primera vez que aquello ocurría, y por ende no dejaba de intrigarle aquello.
Sí que la pelirroja había captado su atención, algo difícil de hacer en su persona…
Aunque Astryd no pudiese mirarle, Vergil cruzó los brazos a la altura de su pecho, haciendo memoria de cuantas veces es que se había encontrado con la diosa guerrera. Sin embargo, llegó a la conclusión que por la relación tan cercana que mantiene con la dama de Polaris era que sabía de su existencia.... Y seguramente, de la de su hermano gemelo. –Se pretendía que fuese de esa manera. No saber que poseías refuerzo alguno. Sin embargo, no comprendo como es que te has percatado de mi presencia- Seria extraño y gracioso sin duda alguna el ver como la mujer dedicaba palabras al mismo viento, o de esa forma seria para algún ajeno a lo que acontece en el palacio valhalla.
Aunque tras escuchar aquellas palabras, el alto hombre suspiró con pesadez. Era tan típico de la chica el actuar de dicha manera, y por ende no había tampoco mucho que hacer u oponerse ante su petición, pues, técnicamente ha de seguirle como protección (aunque, vamos, ya se ha demostrado con anterioridad que la muchacha realmente no necesita quien cuide de su espalda) –Bien...- Con frívola voz fue que estuvo de acuerdo con aquella idea.
Hilda le ha encargado cuidar de la pelirroja y solamente se ha de limitar a hacerlo, y por ende, seguirle el paso hasta el pueblo siguiente. Además, nada aseguraba que ya no quedasen más de aquellos individuos cerca de la zona.
Afortunadamente el terreno no hacia tan difícil el andar, no obstante, como costumbre en su persona mantenía su distancia sobre la de la santo de Duphe Alfa... Precisamente, siguiendo sus pasos para camuflar los propios. Igual, seguramente el pequeño no sabría que alguien se haya con ellos ¿verdad?
De un ágil movimiento fue que se puso a la par de la mujer, tan solo para musitar en un tono apenas audible... -¿Qué harás con el chico?- Y desvió el azul mirar hacia el mencionado – Es decir, de no conseguir quien se haga cargo de su persona en el pueblo. No haz cavilado acerca de lo mismo ¿cierto? - Quizá era una manera fría de pensar las cosas (digno de su persona) sin embargo, no era tan fácil que alguien decidiese hacerse cargo del pobre infante, así como si nada.
El mismo sabe cómo es eso, pues lo vivió en carne propia, claro está hasta que su antiguo maestro le dio cobijo y lo tuvo bajo su tutela.
¿A cuánto tiempo quedaría el pueblo siguiente? Era probable que no cerca... La compañía no es algo de lo que disfrute el dios guerrero de Alcor Zeta, sin embargo, ha de resignarse. Solo... se dedicaría a brindarle una que otra palabra y seria todo. Al menos, para responder las interrogantes que ella pudiese tener. Sin embargo, la duda aun rondaba en su mente... ¿Cómo es que ella es capaz de percibir su presencia? Es la primera vez que aquello ocurría, y por ende no dejaba de intrigarle aquello.
Sí que la pelirroja había captado su atención, algo difícil de hacer en su persona…
blablabla~- Dios Guerrero
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Fecha de inscripción : 10/12/2014
Re: Y entre las sombras un aliado (Vergil)
El andar de la pelirroja continuaba a grandes zancadas por el páramo cubierto recientemente por la nieve, el viento jugueteaba alzando ligeras ventiscas de copos que se encontraban sueltos aun sin compactarse, la temperatura no había cambiado desde aquel encuentro de espadas, al menos ella no sentia aquel frio que continuaba haciendo, su cuerpo se habia acostumbrado ya a las heladas tierras nordicas, no podia ver a su compañero mas si podia sentirlo y eso le bastaba, el silencio reinaba en el lugar, sabia perfectamente que el no era de muchas palabras, tampoco lo forzaría a hacer algún tipo de conversación, decidió que solo el tiempo marcaría el destino.
-No necesitas saberlo compañero, es parte de mi y de lo que soy, pero alegrate es la magia de la naturaleza y lo que a logrado una ligera nocion de la existencia de un ser que aunque prefiere estar a las sombras a veces necesita que se le reconosca - solto tranquilamente mientras seguia su andar
El pequeño niño seguia los paso de Astryd con dificultad, requeria de un trote ligero para alcanzarla, no fue algo que la guerrera de Dubhe Alfa se percatara por la falta de costumbre de tratar con niños, incluso el perro habia dejado su constante vaiven solo para acompañar al infante que se resagaba, no fue hasta ese entonces que Astryd tomo en cuenta lo que estaba pasando,si seguia esperandolo nunca llegarian a donde tenian que hacerlo, detuvo su paso y se agacho dandole la espalda al pequeño
-Vamos, no podemos dejarte solo, eres el personaje principal en esta travecia por los inospitos terrenos Asgardianos- respondio con un tono calido y amable al infante
"no llegaremos a este paso, mas no te puedo dejar solo en estos momentos"- prenso la pelirroja mientras el niño subia a su espalda como ella le habia indicado, la noche comenzaba a caer sobre ellos, los ultimos rayos de luz carmesi iluminaban el orizonte escondiendose entre los pontes lejanos que adornaban el inospito panorama, pareciese que andaban solo Astryd y el pequeño pues como era de esperarse nadie se imaginaria la presencia del albino si el no deseaba ser visto, solto una sonrisa entre sus labios ante aquella tonta idea e imagino una situacion donde algun bandido que le acechase buscara aprovecharse de una mujer y un niño, encontrandose con la sorpresa de que no era una mujer cualquiera o que su compañero se encargara de darle fin a su vida sin siquiera saber que es lo que le habia pasado.
Vergil se posicionaba a la altura de la joven pelirroja solo para soltarle una interrogante lo que le hiso pensar la situacion, no tenia una respuesta para ello, su rostro cambio a unos rasgos inseguros, con duda y preocupacion.
-Ya encontraremos a alguien, alguien cuidara de el, si no aun queda una sola opcion- respondio con seriedad aunque la incertidubre ante esa cuestion permanecia en su rostro.
Habria una alternativa que pudiera funcionar aunque no le agradaba del todo pero de ser necesario deberia recurrir a pedir ayuda a uno de sus compañeros de armas, sabia que no lo haria por ella si no por el bien del joven, el respetaba y veia por el bien del pueblo Asgardiano aun por encima del suyo propio, eso es lo que le habia mostrado siempre asi que supuso que encontraria una respuesta positiva solo como solucion a un panorama deplorable,observo desde el rabillo del ojo al niño y se percato de una cosa la cual no habia tomado a consideracion
-¿como te llamas pequeño?- pregunto con curiosidad
Afton respondio soltando un bostezo tras recitar su nombre, miro de soslayo en la direccion en la que se encontraba su albino compañero
-creo que sera mejor si descansamos un poco,buscaremos donde pasar la noche- soltó con firmeza, no lo hacia por ella o el si no por Afton que merecía un descanso luego de lo que había pasado.
No espero a tener respuesta del peliblanco para buscar un lugar despejado donde poner al pequeño a salvo, tras indicar que esperace en ese lugar sin moverse busco algunas ramas secas, pasto seco y corteza que le ayudara a crear una fogata que mantuviera en calor a Afton, tras unos minutos recolectando algo de material para el fuego regreso junto al niño, el cual se sobaba lentamente su estomago en señar de tener hambre, la pelirroja indico al infante que en cuanto tuviera algo de fuego estaria dispuesta a buscar algo que cazar a no menos que su compañero estuviera dispuesto a hacerlo por ella
-podrias cazar algo para esta noche?- solto al aire- aunque yo bien lo puedo hacer si decides no hacerlo - volvio a hablar al portador de Alcor zeta, no pretendia forzarlo a hacer algo de lo que no estuviera dispuesto a hacer, despues de todo las ordenes de Hilda eran "proteger" a Astryd mas no hacerse cargo de un chiquillo que por capricho de la pelirroja le impusiera a ver por su bienestar
-No necesitas saberlo compañero, es parte de mi y de lo que soy, pero alegrate es la magia de la naturaleza y lo que a logrado una ligera nocion de la existencia de un ser que aunque prefiere estar a las sombras a veces necesita que se le reconosca - solto tranquilamente mientras seguia su andar
El pequeño niño seguia los paso de Astryd con dificultad, requeria de un trote ligero para alcanzarla, no fue algo que la guerrera de Dubhe Alfa se percatara por la falta de costumbre de tratar con niños, incluso el perro habia dejado su constante vaiven solo para acompañar al infante que se resagaba, no fue hasta ese entonces que Astryd tomo en cuenta lo que estaba pasando,si seguia esperandolo nunca llegarian a donde tenian que hacerlo, detuvo su paso y se agacho dandole la espalda al pequeño
-Vamos, no podemos dejarte solo, eres el personaje principal en esta travecia por los inospitos terrenos Asgardianos- respondio con un tono calido y amable al infante
"no llegaremos a este paso, mas no te puedo dejar solo en estos momentos"- prenso la pelirroja mientras el niño subia a su espalda como ella le habia indicado, la noche comenzaba a caer sobre ellos, los ultimos rayos de luz carmesi iluminaban el orizonte escondiendose entre los pontes lejanos que adornaban el inospito panorama, pareciese que andaban solo Astryd y el pequeño pues como era de esperarse nadie se imaginaria la presencia del albino si el no deseaba ser visto, solto una sonrisa entre sus labios ante aquella tonta idea e imagino una situacion donde algun bandido que le acechase buscara aprovecharse de una mujer y un niño, encontrandose con la sorpresa de que no era una mujer cualquiera o que su compañero se encargara de darle fin a su vida sin siquiera saber que es lo que le habia pasado.
Vergil se posicionaba a la altura de la joven pelirroja solo para soltarle una interrogante lo que le hiso pensar la situacion, no tenia una respuesta para ello, su rostro cambio a unos rasgos inseguros, con duda y preocupacion.
-Ya encontraremos a alguien, alguien cuidara de el, si no aun queda una sola opcion- respondio con seriedad aunque la incertidubre ante esa cuestion permanecia en su rostro.
Habria una alternativa que pudiera funcionar aunque no le agradaba del todo pero de ser necesario deberia recurrir a pedir ayuda a uno de sus compañeros de armas, sabia que no lo haria por ella si no por el bien del joven, el respetaba y veia por el bien del pueblo Asgardiano aun por encima del suyo propio, eso es lo que le habia mostrado siempre asi que supuso que encontraria una respuesta positiva solo como solucion a un panorama deplorable,observo desde el rabillo del ojo al niño y se percato de una cosa la cual no habia tomado a consideracion
-¿como te llamas pequeño?- pregunto con curiosidad
Afton respondio soltando un bostezo tras recitar su nombre, miro de soslayo en la direccion en la que se encontraba su albino compañero
-creo que sera mejor si descansamos un poco,buscaremos donde pasar la noche- soltó con firmeza, no lo hacia por ella o el si no por Afton que merecía un descanso luego de lo que había pasado.
No espero a tener respuesta del peliblanco para buscar un lugar despejado donde poner al pequeño a salvo, tras indicar que esperace en ese lugar sin moverse busco algunas ramas secas, pasto seco y corteza que le ayudara a crear una fogata que mantuviera en calor a Afton, tras unos minutos recolectando algo de material para el fuego regreso junto al niño, el cual se sobaba lentamente su estomago en señar de tener hambre, la pelirroja indico al infante que en cuanto tuviera algo de fuego estaria dispuesta a buscar algo que cazar a no menos que su compañero estuviera dispuesto a hacerlo por ella
-podrias cazar algo para esta noche?- solto al aire- aunque yo bien lo puedo hacer si decides no hacerlo - volvio a hablar al portador de Alcor zeta, no pretendia forzarlo a hacer algo de lo que no estuviera dispuesto a hacer, despues de todo las ordenes de Hilda eran "proteger" a Astryd mas no hacerse cargo de un chiquillo que por capricho de la pelirroja le impusiera a ver por su bienestar
Astryd de Dubhe Alfa- Dios Guerrero
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Fecha de inscripción : 18/04/2014
Re: Y entre las sombras un aliado (Vergil)
Mientras la pelirroja se disponía a buscar todo para el fuego, el de hebras platinas simplemente recargo la espalda en un árbol, y pese a lo que sus instintos le mencionaban, permaneció cuidando del niño...
Así es, no puede evitar en parte sentirse reflejado en el chiquillo, sin embargo, sabe que el tendrá mejor suerte que la que él tuvo de niño. Ahora, seguramente en el pueblo encontrarían a alguien que le ayudase y le brindara un hogar... un nuevo inicio.
-¿hm?- Sin duda alguna se vería bastante extraño el como la diosa guerrera le hablaba al viento. Suspiro con pesadez. -Bien...- Tras mencionar esa simple palabra, el de ojos azules se retiró del sitio.
Al menos podría escudar dicha acción con que también lo hacía por su beneficio. Vaya que el de Alcor Zeta tenía una personalidad bastante difícil, igual no pretende que alguien le comprenda, ya que sin duda seria difícil.
Y ahí, escondido entre la yerba fue que le observo: Era un cervatillo no muy grande ni robusto... Era perfecto. El pobre animal movió las orejas y levanto la cabeza, no podía ver al depredador que el asechaba, pero si olerlo y sentirlo, el pobre animal se echó a correr como su instinto le indicaba... Aunque de nada sirvió, el santo de Alcor le alcanzo y de un fiero movimiento lo mato y sin sentir ningún tipo de remordimiento.
Ni hablar, no habría forma de llevarlo sin dejarse ver. Suspiro con pesadez echándose al hombro al cervato, y camino hasta donde se encontraba aquel par...
Frente a ambos apareció la silueta del alto hombre, ataviado en armadura platina, aunque sus facciones aun permanecían ocultas en parte por su yelmo. –... - Colocó al cervato en el suelo, cerca de la pelirroja. –No pretenderás que también lo prepare ¿o sí?- Le echó una rápida mirada al niño de reojo.
Así es, no puede evitar en parte sentirse reflejado en el chiquillo, sin embargo, sabe que el tendrá mejor suerte que la que él tuvo de niño. Ahora, seguramente en el pueblo encontrarían a alguien que le ayudase y le brindara un hogar... un nuevo inicio.
-¿hm?- Sin duda alguna se vería bastante extraño el como la diosa guerrera le hablaba al viento. Suspiro con pesadez. -Bien...- Tras mencionar esa simple palabra, el de ojos azules se retiró del sitio.
Al menos podría escudar dicha acción con que también lo hacía por su beneficio. Vaya que el de Alcor Zeta tenía una personalidad bastante difícil, igual no pretende que alguien le comprenda, ya que sin duda seria difícil.
Y ahí, escondido entre la yerba fue que le observo: Era un cervatillo no muy grande ni robusto... Era perfecto. El pobre animal movió las orejas y levanto la cabeza, no podía ver al depredador que el asechaba, pero si olerlo y sentirlo, el pobre animal se echó a correr como su instinto le indicaba... Aunque de nada sirvió, el santo de Alcor le alcanzo y de un fiero movimiento lo mato y sin sentir ningún tipo de remordimiento.
Ni hablar, no habría forma de llevarlo sin dejarse ver. Suspiro con pesadez echándose al hombro al cervato, y camino hasta donde se encontraba aquel par...
Frente a ambos apareció la silueta del alto hombre, ataviado en armadura platina, aunque sus facciones aun permanecían ocultas en parte por su yelmo. –... - Colocó al cervato en el suelo, cerca de la pelirroja. –No pretenderás que también lo prepare ¿o sí?- Le echó una rápida mirada al niño de reojo.
blablabla~- Dios Guerrero
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Fecha de inscripción : 10/12/2014
Re: Y entre las sombras un aliado (Vergil)
La pelirroja cuidaba del infante, preparaba una fogata lo suficientemente acogedora para que el niño pudiera calentarse,el niño en espera de algo de comer seguía bostezando, de alguna manera le remontaba a esas noches en el bosque con su padre tras un duro entrenamiento en el cual si ella no había demostrado un desempeño formidable debía olvidarse de su cena, la pelirroja podía vislumbrar esos recuerdos consumirse en el fuego como la leña que alimentaba este.
Afton con una muestra de el cansancio en su pequeño cuerpo recargaba su cabeza sobre el hombro de la diosa guerrera, realmente no sabia como cuidar al niño pero pudo llegar a la conclusión que no seria muy diferente como lo hacían las madres de la naturaleza como osos o ardillas; acomodo al pequeño en sus piernas esperando que estuviera mas cómodo de esa manera, instintivamente paso su mano diestra por encima de su cabello para tranquilizarlo.
-pronto llegara la comida - le explico al joven sin dejar de pasar su mano sobre su cabeza
El ruido alerto a la joven guerrera, su mirada se dirigió a donde provenía lista para atacar si fuera necesario, tenso sus hombros un momento y enarco los ojos , estando en un lugar aun hostil cualquier probabilidad podría ser valida aun sabiendo que su compañero también se encontraba cerca, relajo su cuerpo al notar que se trataba de Alcor zeta, un cervatillo seria la cena, no pudo evitar mostrar una sonrisa ante las palabras toscas del peliblanco.
-- para nada, ya has hecho suficiente- respondió amablemente
La joven movió con delicadeza al muchacho que seguía bostezando, le indico que debía esperar un poco a que estuviera listo, tomando su espada , tomo la pierna del animal muerto y de un solo movimiento la desprendió del cuerpo, pronto despojo la piel de la carne y termino arrojándola al fuego, ahi estaría lista en unos minutos, volvio a sentarse a un lado del chico y come zo esta a cantarle una nana que su madre le habia enseñado antes de morir y que aun recordaba con cariño
Esto sabia que ayudaría al niño a calmarse, con lo que no contaba es que al final terminara durmiéndose con la cabeza recargada en las piernas de la pelirroja, ahora literalmente se encontraba sola con el albino
-por que te ocultas?- pregunto con curiosidad, podía entender que era el dios guerrero de la sombra, que su destino era estar oculto a lado de su armadura gemela así como la doble estrella de su constelación, mas no creía ella que fuera estrictamente necesario o encontraba una razón real por la que siempre debiera estar oculto.
Afton con una muestra de el cansancio en su pequeño cuerpo recargaba su cabeza sobre el hombro de la diosa guerrera, realmente no sabia como cuidar al niño pero pudo llegar a la conclusión que no seria muy diferente como lo hacían las madres de la naturaleza como osos o ardillas; acomodo al pequeño en sus piernas esperando que estuviera mas cómodo de esa manera, instintivamente paso su mano diestra por encima de su cabello para tranquilizarlo.
-pronto llegara la comida - le explico al joven sin dejar de pasar su mano sobre su cabeza
El ruido alerto a la joven guerrera, su mirada se dirigió a donde provenía lista para atacar si fuera necesario, tenso sus hombros un momento y enarco los ojos , estando en un lugar aun hostil cualquier probabilidad podría ser valida aun sabiendo que su compañero también se encontraba cerca, relajo su cuerpo al notar que se trataba de Alcor zeta, un cervatillo seria la cena, no pudo evitar mostrar una sonrisa ante las palabras toscas del peliblanco.
-- para nada, ya has hecho suficiente- respondió amablemente
La joven movió con delicadeza al muchacho que seguía bostezando, le indico que debía esperar un poco a que estuviera listo, tomando su espada , tomo la pierna del animal muerto y de un solo movimiento la desprendió del cuerpo, pronto despojo la piel de la carne y termino arrojándola al fuego, ahi estaría lista en unos minutos, volvio a sentarse a un lado del chico y come zo esta a cantarle una nana que su madre le habia enseñado antes de morir y que aun recordaba con cariño
Ai! Laurie lantar lassi súrinen
inyalemíne rámar aldaron
inyali ettulielle turme márien
anduniesse la míruvórion
Varda telúmen falmar kírien
laurealassion ómar mailinon.
Elentári Vardan Oiolossëan
Tintallen máli ortelúmenen
arkandavá-le qantamalle túlier
e falmalillon morne sindanórie
no mírinoite kallasilya Valimar.*
inyalemíne rámar aldaron
inyali ettulielle turme márien
anduniesse la míruvórion
Varda telúmen falmar kírien
laurealassion ómar mailinon.
Elentári Vardan Oiolossëan
Tintallen máli ortelúmenen
arkandavá-le qantamalle túlier
e falmalillon morne sindanórie
no mírinoite kallasilya Valimar.*
Esto sabia que ayudaría al niño a calmarse, con lo que no contaba es que al final terminara durmiéndose con la cabeza recargada en las piernas de la pelirroja, ahora literalmente se encontraba sola con el albino
-por que te ocultas?- pregunto con curiosidad, podía entender que era el dios guerrero de la sombra, que su destino era estar oculto a lado de su armadura gemela así como la doble estrella de su constelación, mas no creía ella que fuera estrictamente necesario o encontraba una razón real por la que siempre debiera estar oculto.
Astryd de Dubhe Alfa- Dios Guerrero
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