Nuevos, Viejos y Leyendas (Ainhoa de Andromeda)

El inframundo... un lugar tenebroso, escalofriante, oscuro y capaz de afectar mentalmente a muchos, entonces ¿Que hacía un dorado en ese sitio? era extraño, no estaba muerto, su cuerpo era tangible y su cosmos ardía con la vivacidad de cualquier dorado que camina entre los vivos, pero debía tener una razón para encontrarse en ese lugar, sentado, mirando fijamente las almas de aquellos que se dirigían a desaparecer por siempre.



Parecía disfrutar del espectáculo, gritos, llantos y sufrimiento, era lo que le agradaba, música para sus oídos, su pasado lo había convertido en esto, luego de ser humillado, maltratado y sufrir grandes traumas en su niñez y adolescencia, al parecer veía con admiración el sufrimiento de otros, pero no de cualquiera, estaba seguro que quienes más sufrían en ese lugar eran aquellos quienes habían cometido actos repulsivos en la tierra, le agradaba saber que "los malos" recibían su merecido, aunque pensaba que cuando le llegase su hora seguramente estaría entre esos no se preocupaba, no le temía a la muerte y en ocasiones le deseaba...
Al pasar un tiempo en el monte Yomotsu, observando aquel majestuoso desfile, decidió volver a las ruinas de Asgard, lugar que le atraía por su olor a sufrimiento, después de todo ya habían muerto diversos soldados en ese lugar, su vida había estado rodeada por la muerte, y ahora no podía evitar sentirse atraído hacía esta...

Al llegar alas ruinas nuevamente, se estiró un poco y se preparó para elevar su cosmos, al parecer estaba listo para entrenar, después de todo, debía hacerlo si quería superar a su adversario aquel a quien no pudo derrotar en el templo de Sagitario...

"Si deseo derrotar a mis adversarios, debo mejorar, quizá alguna técnica nueva no esté de más, debo materializar aquella que he conseguido manifestar en el Hades..."

El santo dorado protector de la constelación de Cáncer, y portador de la cuarta armadura del zodiaco, elevó su cosmos su cabello parecía subir de cierta manera también y una energía oscura parecía emanar de su cuerpo, concentró su cosmos en todo su cuerpo y recordó a todos aquellos a quienes había matado, al mismo tiempo que pensaba en alguna manera diferente de defenderse en batalla, juntó sus manos y un gran muro salió frente a él, parecía medir dos metros de alto y tres de ancho, en el aparecieron los rostros de aquellos a quienes "Muerte" había asesinado en el centro, y más a los lados aquellos enviados al Yomotsu por el santo, el rostro de Dáskalos, de Ullr y el de Raimi sobresalían de el por el centro además del rostro del padre de Cáncer, el cual se asemejaba mucho al del santo, los rostros de Edzard, Shaina y Dohko también aparecían en el muro además de otros rostros menos importantes. El santo disminuyó su cosmos y el muro desapareció...

"Ahora solo debo perfeccionarlo y utilizarlo en batalla, pero creo que ha salido mejor de lo previsto"

Extinguió su cosmos para relajarse un poco, debía seguir entrenando pero algo le había interrumpido...

Spoiler:

Detuvo su entrenamiento, un leve ruido cerca de él lo alertó al saber que recientemente se habían dado cierto tipo de intrusos indeseados en Asgard debía averiguar de quién se trataba, razón por la que decidió acercarse lentamente al lugar del que provino aquel sonido sabía que alguien se encontraba ahí aunque parecía no tener mucho afán de esconderse...

- ¿Quien eres? -

Preguntó, al ver la máscara, entendió que era una chica aunque no sabía que hacía ahí, varias opciones pasaron por su mente, bien podría ser una seguidora de Atenea que ahora se hospedaba en Asgard, o algún seguidor de Poseidón que se había infiltrado con la excusa de servir a la diosa de la guerra en aquellas heladas tierras, fuese cual fuese la razón, debía averiguarlo...

- No sé que haces aquí, pero lo mejor será que te marches, o empezaré a probar mis técnicas con tigo -

Habló tajante y sin interés de caer bien o no a la allegada, le observaba con una mirada penetrante y directa a pesar de que portase su armadura como ya era de esperar su casco se colocaba en alguna de sus manos, dejando su cabeza completamente libre, siempre le pareció burda y sin sentido la idea de que aquel chico que mirase por primera vez la cara de una amazona tuviese que ser el amor de su vida, no creía en reglas tontas impuestas por el santuario pero al parecer si existían aquellos que las respetaban....

Las palabras de la chica resonaban en la cabeza del santo, ahora sabía que ella había estado en aquel ataque al santuario pero, ¿porqué no le vio? ¿Porqué parecía no conocer a ningún dorado? ¿Acaso no había luchado y prefirió salir libre de aquel combate? eso era algo que "Muerte" no entendería y seguramente causaría problemas con ella. Luego del segundo diálogo de la santa de Andrómeda el dorado no pudo evitar reír ante tales palabras su rostro sombrío se llenó de actitud listo para responder a su interlocutora...

- ¿Mi actitud no me llevará a ningún lado? pues es eso lo que me ha mantenido aquí a diferencia de muchos endebles quienes perecieron en el camino, no te considero una amenaza no es por eso que te digo que marches, simplemente no deseo que nadie esté cerca en estos momentos, agradece no ser enemiga, o ya te habría destrozado, por ahora solo te dejaré irte por donde hayas venido -

De repente el dorado comenzó a recapacitar, no era el mejor camino el que estaba llevando con esa chica, los santos debían estar unidos si querían recuperar a Atenea, y aunque no le importase quien pueda morir en el camino, el dorado necesitaba carne de cañon para recuperar a su diosa, así que debía de alguna manera ganarse la confianza de los nuevos, a pesar de lo difícil que sería llevarse bien con quienes ya le conocían...

- Bien, te creo tu tono de voz parece sincero, supongo que si estás del lado de Atenea, pero los defensores de Atenea no pueden ser débiles, así que te probaré un poco, antes de eso responderé a tu duda, muchos dorados han sido débiles, no han tenido lo que se requiere para estar en batalla ser frío y despiadado es necesario solo así sobrevives, y la mejor prueba somos los únicos dorados que hemos sobrevivido desde el principio, sé que la unión debe ser prioridad ahora pero tampoco esperes que todos nos llevemos bien o nos protegamos entre nosotros, en fin ese tema quedará para otra ocasión... si es que logras sobrevivir -

Muerte se acercó aún más a la chica y comenzó a elevar su cosmos preparando la prueba para Ainhoa solo quería saber de que podía ser capaz a quien tenía de frente, golpeó con fuerza el suelo con su pie derecho provocando que varias piedras se elevaran con el mismo pie acomodó una y la pateó con fuerza en dirección a la chica de cabello verde esperando ver su reacción.

La discusión con aquella niña había comenzado, al parecer sus pensamientos diferían por mucho, ella no parecía ser agresiva, fría ni denotaba tener otras tantas características que el dorado de Cáncer si poseía pero el santo no se detendría ahí, si bien el discutir con una chica mucho menor que él no era algo bien visto, eso no le interezaba por lo que continuaría hablando e intentaría establecer su punto.

- Sobreviviste, sí, pero ¿luchaste? es fácil sobrevivir a una guerra en la que no se participa de esos ya hay muchos, no puedo confirmar que hayas combatido así que mis palabras pueden no estar equivocadas -

Sonrió de medio lado como si se sintiera satisfecho de su respuesta, luego de eso comenzaría la prueba, esperó a ver la reacción de Ainhoa la cuál utilizó una de sus cadenas para evitar el impacto Muerte borró la sonrisa de su cara y dio la espalda a Andrómeda.

"Que decepción" - Existían diversas maneras de actuar, el protegerte de la piedra solo demuestra que no atacarías a un enemigo, solo esperaría a que su ataque llegue para defenderte, si hubieses esquivado la piedra solo mostrarías querer evitar un conflicto, por el contrario, pudiste destrozarla con una de tus cadenas eso demostraría que atacas sin temor y directo al problema, y si hubiese tomado la piedra en tu mano entonces diría que tomas las riendas del problema aunque sea difícil de controlar, pero solo pareces querer protegerte de los problemas, sin duda no eres lo que esperaba -

Se apartó del lugar en el que estaba lentamente hasta quedar a unos 8 metros de Ainhoa cruzado de brazos aún dándole la espalda, no sabía si ella decidiría irse, si pediría otra prueba o que pasaría por la mente de esa chica, el era así alguien frío y sin interés si bien pensaba que los santos deberían unirse más para poder recuperar a Atenea pero no podía estar al lado de aquellos a quienes consideraba débiles, y hasta el momento esa chica pertenecía a ese basto grupo de soldados a los que no respetaba de esa manera.

Se cruzó de brazos escuchando todas y cada una de las palabras de Ainhoa, mientras miraba hacia otro lado esperando encontrar las palabras que hicieran silenciar a esa chica, intentaba quedarse callado pero simplemente no podía, aunque fuese con algo corto tenía que contestar, no podía dejar que ella dijese la última palabra.

- tu le llamas a eso pelear yo le llamo cobardía, pero cada quién tiene sus pensamientos, por lo menos los míos me han hecho más fuerte -

luego vino la parte de la prueba en la cual el resultado no era el esperado por cáncer, así que dio su discurso, el cual sin duda no utilizaba las mejores palabras pero esperaba dar la idea principal, como era de esperar cuando terminó vino la replica por parte de la chica a la cual escuchaba pero no lograba entender, ¿que quería lograr con lo que estaba diciendo? era extraño pero esta vez "Muerte" no sintió la necesidad de responder. Luego de las palabras de Ainhoa vinieron otras más a las cuales esta vez el dorado si respondería.

- Pides mucho niña, alguien que no esta acostumbrado a socializar no podría unir a tantos santos, aunque tu no eres muy diferente tampoco, ni si quiera te has presentado, supongo que no hay nada más que hacer por aquí, mañana partiré a un lugar algo alejado y debo marcharme, a menos que aún tengas algo más que decir... -

Esperó un momento antes de marcharse por completo para saber si ella deseaba agregar algo más pero de no ser así se iría por completo de las ruinas buscando donde pasar la noche para al día siguiente marcharse al famoso Cabo Sunion

off: debí haber cerrado este tema desde un inicio pero se me olvidaba, lo ciento

Ruinas de Asgard ∞ "Muerte Lenta" ∞ Un par de dias despues de el encuentro con Edzard

Las palabras de muerte lenta tenian razon,cada uno tomaba su manera de ver las cosas, y ella continuaría su camino pese a que algunos no estuvieran de acuerdo, el sermon continuaba a voz del santo dorado mas ya era tarde para oidos sordos, había tenido un mal sabor de boca con aquel santo dorado pero ya no había mas que argumentar en ese momento, habia reaccionado ella mal ante un ataque simple, pero aprenderia de sus errores, la proxima vez que viera a ese santo estaria preparada para lo que viniese si le ponia nuevamente a prueba pero ella podía suponer que no habría una segunda vez, el ya había visto suficiente de ella y no había captado la atención de este -Bien hecho Ainhoa bonita primera impresión, así nunca se te tomara en cuenta para asuntos de importancia- se reprocho a si misma sentada en aquel pilar en ruinas viendo partir al santo de oro luego de tan peculiar encuentro

Creado por Euphoria