En busca de respuestas [Privado]

Un aun herido Sage caminaba entre la nieve vistiendo poco mas que su tunica y sandalias, su brazo vendado, alguna herida se habia vuelto a abrir en su abdomen por que una mancha de sangre crecia en esa zona. El patriarca se abria paso poco a poco entre la espesa nieve, pero el estado de su cuerpo le hacia imposible el hecho de andar en tan agrestes condiciones.

Habian pasado unas horas desde que Sage habia sentido la presencia de Atenea arribar a Asgard, se encontraba en la frontera de Asgard, en una zona rocosa donde creyo que seria facil esconderse por si alguien se acercaba. El patriaca se recargo en una gran roca para descansar y llevarse la mano a su abdomen esperando detener aquella pequeña hemorragia.

Sage tardo un poco en controlar la hemorragia de la herida y decidio esconderse entre las rocas. Le era muy frustrante no poder usar su cosmos, con el podria escapar mas facil, pero entre los santos de Athena habian dos o tres que lo podrian encontrar a donde fuera que estuviera, incluso en el yomotsu.
Despues de un par de minutos, el hombre de cabellos grices ya se encontraba un poco mejor asi que salto para escapar de aquel lugar, su agilidad era la de un joven asi que salto de roca en roca hasta llegar a la cima, pero al poner un pie en aquel lugar se dio cuenta de que alguien ya lo habia encontrado, volteo la mirada y descubrio que se trataba del santo de plata de Perseo.

El viento comenzaba a soplar, levantando un poco de nieve del suelo, el sol aun brillaba en su cenit pero no faltaba mucho para que comenzara su descenso y ocultrse de las tierras nordicas.

La molestia por parte de Sage se hizo evidente pues no esperaba ser encontrado tan facilmente pero sabia que sus heridas le eran un impedimento, el hombre miro a Nero y hablo
-Escoltarme? tal vez eso te hayan pedido hacer, pero ahora que sabes mi ubicacion no hay motivo para que Muerte Lenta, Saga o incluso Abafica vengan a asesinarme-
Miro al chico pero de pronto su mirada cambio, era triste sin embargo no era arrepentida y despues sus gestos cambiaron a los de un hombre colerico.
-Cuentame, como esta Athena? espero que bien sin embargo estaria mejor si hubiera dejado el santuario a mi cargo, hubiera visto la forma de defenderlo aunque los santos dorados no hubieran aparecido pero prefirio entregarlo a Poseidon-
El mismo Sage no se habia percatado pero en cuanto declamaba su cosmos comenzaba a arder en una intensa aura dorada y victima de su colera, extendio su palma derecha en direccion de Nero y libero un rayo de ken con la intension de dañar al santo de plata.

Escuchar al mismo tiempo:

El viento soplaba entre los árboles mientras comenzaba a caer la noche, la oscuridad comenzaba a hacerse presente y la soledad del bosque producía un eco y un vacío extrañamente tenebroso, el sigilo recorría el basto terreno y un personaje hacía aparición en el lugar, su risa comenzó a escucharse mientras aparecía entre los allegados, su sonrisa demoníaca se dibujaba a medio lado de su rostro, la otra mitad de su cuerpo aún no era perceptible, algunas hojas caían de los árboles y el murmullo del silencio no dejaba de invadir desde cualquier punto, las pisadas podían escucharse desde ángulos que no eran los correctos, y un aire de muerte comenzaba a invadir aquellas tierras...

- Ese cosmos no podía ser de nadie más... Sage, intentando acabar con él no das una buena impresión, te recomiendo que aclares todo, yo no vengo a buscar problemas, pero en ocasiones demonios se apoderan de mi mente y a ellos si que les gustan los problemas -

su cosmos ardió un poco intentando igualar el de Sage, pensamientos diabólicos comenzaba a invadirlo mientras esperaba una respuesta acertada del patriarca, matarlo no era la primera opción, torturarlo si, si bien nunca le respeto o vio como un superior real, tampoco pensó jamás que fuese un traidor pero en caso de que lo fuera estaba dispuesto a dar su vida para arreglar el asunto en nombre de Atenea aunque ella no buscase la venganza, "Muerte" pensaba en mil maneras de llevarla a cabo, sus ojos estaban llenos de odio pero al saber que su diosa estaba bien, su alma portaba una extraña unión entre calma y odio, esa era la razón por la que no había atacado a Sage de entrada y esperaba antes poder solucionar algo con el diálogo, aunque ya pensaba en un par de maneras de atormentarlo o enfrentarlo en caso de que no le convencieran las palabras del que se hacía llamar líder de los santos atenienses.

Sage vio como el chico pudo hacer frente y aguantar su ataque, no era que le impresionara, pero esperaba que lo tratara de evitar y asi darle un espacio para escapar, sin embargo sus posibilidades de escapar habian disminuido drasticamente y se dio cuenta de esto al ver al santo dorado. La cara de Sage cambio mostrando un semblante sereno, volvia a parecer el Patriarca que los habia guiado desde el inicio.
-Si bien Athena me perdonaria sin dudarlo, ahora se que ustedes no. Muerte, conozco tu corazon y por mas fiel que seas a Athena tus impulsos oscuros no se detienen, es curioso, no creo que puedas traicionar a Athena, sin embargo podrias traicionar facilmente a cualquier otro-

Sage cerro los ojos, deslizo las mangas de su tunica, dejando su torso desnudo y amarro su cenizo cabello en una coleta y encendio un poco mas su cosmos.

-Entiendo mi error y por que lo he cometido, sin embargo no pienso volver. Fui poseido por la codicia y para su desgracia, buscare mi redencion a travez de ustedes, asi que empecemos con esto-

Mientras el cosmos de Sage ardia, sus heridas iban sanando al grado de que a unos momentos de haber dicho lo ultimo, ya no habia heridas en su cuerpo.

El patriarca habia recuperado sus fuerzas y vio como el chico se lanzaba hacia el dispuesto a asestarle una patada a lo que solo dibujo una sonrisa y dijo.
-lento!-
En un instante, Sage se encontraba en el aire en direccion a Nero mientras este tambien estaba en el aire despues de su salto. Sage estiro en puño derecho golpeando el estomago del chico e inmediatamente estiro el brazo para alcanzar el brazo sano del chico, lo tomo y lo lanzo de regreso al punto desde donde se habia lanzado, Sage por su parte regresaria al lugar de donde se habia impulsado y dibujaria una sonrisa.

-Y asi esperas detenerme? Sera mejor que intervengas Muerte, o que pensaria Athena si supiera que por tu apatia uno de sus santos murio?-

Sage miro al santo de cancer retandolo

-Si pudieras enternder lo que me pasa....-
Sage de nuevo pudo ver el movimiento del santo, pero esta vez se quedo en su lugar y concentro su cosmos en su palma derecha con la que contendria el golpe del santo de plata quedando ambos bastante cerca.
-Si supieras la clase de sacrificios que se han hecho por tenerme en este puesto y la cantidad de fantasmas que cargo encima, este fue mi ultimo error-

Sage se alejo del lugar de un salto quedando lejos del santo de plata.
-ahora, joven de plata, muestrame de que estas hecho- Sage encendio una vez mas au cosmos junto sus palmas apuntando en direccion de Nero y pronto se creo una esfera de la que emergeria un gran rayo que salio en direccion al santo de plata.
-se acabo la consideracion, aqui termina tu historia, joven de perseo-

El diálogo quedó descartado, Sage comenzó a eleva su cosmos y curar sus heridas era evidente que buscaba luchar, decía buscar redención a través de los santos presentes algo que el dorado no entendía muy bien pero si entendió las intenciones de luchar, encendió su cosmos preparándose para la batalla, debía ver primero de que era capaz Sage así que no interfirió hasta que se dieran los primeros movimientos, observando y calculando la velocidad tanto de Nero como del patriarca. El santo de plata dirigió unas palabras al parecer pensaba que el patriarca estaba poseído o algo similar, sin duda era una posibilidad pero la única manera que tenía "Muerte" de saberlo era mediante la batalla, ajustó su armadura, se tronó el cuello y dibujó su sonrisa siniestra en el rostro, la hora de enfrentar al que pensaba era un traidor había llegado...

Luego de la primer arremetida de Nero, "Muerte" calculó la velocidad de Sage aunque estaba seguro que ese no era su máximo potencial pero quizá sería todo lo que mostraría en el combate, miró al santo de Perseo levantarse de nuevo sin duda poseía la voluntad que debía poseer cualquier santo de Atenea, arremetió por segunda vez contra Sage quién hablaba de manera extraña, al parecer no era lo que todos, o por lo menos la mayoría pensaba de él, el patriarca hizo un movimiento brusco y elevó aún más su cosmos, apuntó a Nero y enseguida disparó, si bien el dorado no era alguien que pudiese interesarse en lo que pasaba a los demás su siguiente acción la realizaría en manera de reto hacia Sage, se movió a gran velocidad interponiéndose entre Nero y el rayo, extendió sus brazos rápidamente y elevó su cosmos mientras gritaba

- ¡Protección de Atenea! -

Una gran aura dorada lo rodeo, era el escudo perfecto para evitar que él y su compañero fuesen heridos por el rayo...

- Bien, es hora de unirme a la batalla, será mejor que sepas lo que haces Sage porque esto no tiene explicación, tu traición a Atenea es cada vez más evidente ahora no hay nada que me detenga en mi deseo de llevar tu cabeza hacia ella -

Su cosmos que se mezclaba entre tonos dorados y negros le rodeaba, este era quizá el momento en que "Muerte" más pensaba en otros antes que en él, solo esperaba que eso no le hiciera débil en la batalla...

Aquel que habia sido el guia de los santos dorados y el hombre mas fiel y cercano a Athena dibujo una sonrisa en su cara de satisfaccion, por fin el santo dorado se habia unido a la pelea. Sage se quedo quieto con los brazos colgando mientras su cosmos se incendiaba y su aura se hacia mas grande.

-Les dire que me sucede, como les dije hay demasiados fantasmas en mis hombros pero eso nunca habia importado, incluso podria superar el hecho de la mala desicion que tome al intentar tomar el santuario-

Sage comenzo a andar hacia los dos santos con un paso demasiado pausado y un rostro completamente serio.

-Cualquier patriarca ha soportado eso y mas pero lo que me destrozo fue el encuentro con Atavaka, sus ataques no solo pretendian aturdirme, sus ataques penetraron mas alla de mi cerebro y se quederon ahi, causando dolor todo el tiempo y recordandome lo que hice-

A unos tres metro, Sage se lanzo a la velocidad de la luz, su movimiento cargaba tanta furia que sonaba como un relampago, con su brazo izquierdo golpeo la defenasa de muerte esperando desquebrajarla pero con la inercia del movimiento que tenia, giro hacia hacia la izquierda y hacia adelante de tal manera que al completar los 360 grados ya estaba frente al santo de plata, con la fuerza del giro lanzo lanzo un puñetazo con la derecha y a pesar de no ser la posicion mas comoda, el patriarca era un peleador ambidiestro excelente y aunado a la gran cantidad de cosmos que liberaba, asestaria un terrible golpe que lanzaria a Nero varios metros atras.

Sage volveria a quedar firme a espaldas de Muerte con su cosmos ardiendo aun.

Luego de utilizar su técnica para defenderse tanto a él como a Nero, observó a Sage caminar despacio hacia ellos, encendiendo su  cosmos se preparó para pasar a la ofensiva, pero el patriarca se movió con mayor velocidad y arremetió contra Nero luego de haber roto el escudo que había formado el dorado con su cosmos, pero "Muerte" no se impresionaría ni quedaría parado, al ver que Sage atacaba a Nero el dorado preparaba su ataque para golpear al patriarca quien estaría distraído atacando al joven de cabellos blancos.

- ¡Razón de locura! -

Intentó golpear a Sage con su técnica, la cual atacaba directo a la mente, quería mostrarle que esos fantasmas que cargaba no eran nada quizá comparados al hecho de lo que vivió el dorado en su niñez....

- Nero, sigue luchando, no dejes de intentar golpearlo, busca su punto débil, intenta recordar donde tenía las heridas que dejó su última batalla -

Su rival era fuerte y lo admitía, necesitaría de Nero para poder debilitarlo, en caso de que su técnica funcionase y calara en Sage, tendrían el tiempo suficiente para arremeter en contra de él, "Muerte" se abalanzó con sus puños ardiendo en cosmos intentaría golpear el abdomen con su puño derecho, para luego con el izquierdo golpear la quijada del patriarca, con la furia y euforia que le causaba el pensar en Sage como un "traidor de Atenea"

Justo cuando Sage golpeaba a Nero fue alcanzado por el ataque del santo de oro y rapidamente las imagenes vinieron a su mente sin embargo esta ya habia sido golpeada por Atavaka antes y de alguna manera le hacia inmune, sin embargo lo diatrajo una centesima de segundo que basto para ser golpeado por muerte y rematado por Nero lanzandolo hacia atras.

A medio camino, el antiguo santo recobro compostura y detuvo su trayectoria clavando sus pies en el suelo. Sage sonrio
-No es mala tu tecnica Muerte, pero como te dije, lo que sea que me hizo Atavaka llego mas profundo-
Sage continuo ardiendo su cosmos y aquella aura seguia resplandeciendo a su alrededor.
-Necesito irme de aqui cuanto antes, asi que acabare con ambos de una vez-

Sage junto sus palmas una contra otra como si rezara, una extraña energia se apodero del lugar y de las entrañas de la tierra comenzaron a emerger orbes traslucidos.

-Cada orbe que ven aqui, es un alma que yo he invocado, estas almas me pertenecen ya que fueron vidas de aquellos que hace mas de doscientos años trataron de atacar a Athena y como santo de cancer, al matarlos recopile sus almas para un ataque como este.-

Los orbes tomaron formas de craneos y despues fueron envueltos en un fuego azul que no emanaba luz o calor.

-Es hora de acabar con esto. DESTRUCCION ESPIRITUAL!!!-

Con un ademan de la mano lanzo aquellas almas llamaeantes contra sus rivales, varias decenas de estas se lanzaron sobre los enemigos.

-No se preocupen por que este ataque no les hara daño, al menos no fisico, cada alma esta incendiada con fuego fatuo, por lo tanto cada golpe que reciban dañara directamente su alma, cada golpe los desgastara hasta que su alma sea eliminada-

Sage se limito a ver como era que los santos enfrentaban un ataque de ese tipo

La técnica de "Muerte" no había funcionado como el deseaba sin embargo lograron impactar a Sage y eso era suficiente por el momento, el dorado acomodó su postura nuevamente, al escuchar las palabras de su adversario supo de inmediato que debía intentar algo mejor, volteó su cabeza y miró a Nero, luego volteó a ver a Sage de nuevo y se le ocurrió algo, pero aún no podía llevarlo a cabo, no al ver que el patriarca comenzaba a elevar su cosmos...

- Hmm, almas... interesante, así que fuiste un santo de cáncer - Sonríe de manera siniestra de medio lado - No se si sentirme orgulloso o decepcionado de eso, pero tu técnica no me sorprende -

Al terminar de hablar las esferas tomaron forma y una especie de brillo, Sage gritó y el ataque comenzó a ejecutarse, eran varias decenas de cráneos pero ya el dorado tenía su movimiento planeado, sin tardar mucho comenzó a brillar con un aura oscura y de alguna manera tétrica mientras levantaba su brazo izquierdo...

- Mil almas en pena -

Mil almas salieron del subsuelo, emitían un sonido agudo y horrible a cualquier oído, a excepción del de "Muerte" quien ya acostumbraba escuchar tales lamentos, se concentró lo suficiente, para golpear cada calavera con las alamas y así extinguir ambos ataques al mismo tiempo, o ese era su plan, de inmediato se acercó a Nero mientras le susurraba, esperando que su enemigo no pudiese escuchar bien...

- Nero, sé que no deseas matarlo, pero si quieres averiguar algo esta es la única manera, eleva tu cosmos, concéntrate más allá de lo que nunca lo has hecho y enfócate en hacerle daño, si lo matas al menos será una preocupación menos para todos -

Luego se sus últimas palabras soltó una leve risa, se colocó por detrás de Nero y le tomó por los hombros de la armadura, aprovechando la diferencia de estatura lo levantó un poco y comenzó a girar cargado de cosmos para hacerlo con más fuerza, dio un par de vueltas y soltó a su compañero para que su cuerpo arremetiese justo en dirección al Patriarca, esperaba que la fuerza con la que le había lanzado combinada con el cosmos del chico fuese suficiente para impactar en él...

Sage sonrio al ver que el santo de cancer tenia la fuerza para detener su ataque y aun le sobraban fuerzas para ejecutar un movimiento fuera de lo comun.

Sage vio acercarse al santo de plata y solo atino a sonreir. Alzo el brazo izquierdo cubriendose con el antebrazo, detendria el ataque para tener al santo cerca y poder atinar un contraataque, sin embargo, cuando el santo de plata estaba cerca algo paso, el cosmos de Nero que se incendiaba mas a cada segundo y al ultimo momento el cosmos del chico alcanzo la fuerza de un santo dorado.

Por un instante la armadura plateada se torno dorada y su aura resplandecia como el sol, Sage trato de reaccionar pero ya era tarde, el puño choco con el antebrazo y Nero romperia el brazo de Sage y atinaria a darle un golpe en la cara.

Sage retrocederia varios pasos y se quedaria asi durante unos pocos segundos con la duda grabada en el rostro pero cambiaria ese rostro por una sonrisa de satisfaccion. En un movimiento veloz, de sus ropas saco un sello con el nombre de Athena y lo clavo en el suelo, de inmediato una barrera de energia encerro a Nero y Sage en una gran area dejando fuera al santo de cancer.

Sage miro al santo y sonrio mientras con el brazo diestro sostenia su ahora brazo roto
-No creo en las casualidases, todos tenemos un destino fijo, la muerte, sin embargo el como lleguemos a ese destino es cosa nuestra. Te contare la verdad, los hechos que conto Athena son ciertos, mi orgullo me vencio y empece una guerra contra el dios de los mares y comprendi mi error despues de aquella invasion en la que los dioses guerreros nos ayudaron. Las vidas perdidas en ese lugar me hicieron ver la luz y estaba dispuesto a aceptar mi castigo pero todo cambio cuando pelee con Atavaka, todas sus tecnicas golpearon mi mente y alma destruyendome por dentro y hace poco tiempo me di cuenta de algo mas, una de las tecnicas de Atavaka dejo un remanente en mi mente algo que en algun momento se detonaria y me obligaria a traicionar al santuario-

Sage elevo su cosmos un poco mas y con su brazo sano lanzo un rayo de energia al santo de oro.

Las palabras del joven, lejos de molestar al patriarca lo hicieron sonreir. Al ver acercarse al joven, Sage concentro su cosmos en su brazo sano y con este amortiguo el golpe de Nero creando un forcejeo y era obvio por la cara del patriarca que le requeria bastante fuerza amortiguar ese ataque. Mientras aun forcejeaban, Sage le hablo al chico.

-No seas tonto, no estoy rogando por mi vida, acaso no crees que si quisiera salir salvo de esta no me hubiera sido mas facil salir de estas tierras cuando te encontre? Abandone el lugar por una razon, para que ustedes vinieran-

Haciendo un incremento en su fuerza logro impulsar al santo de perseo hacia atras, Sage respiraba con dificultad y las heridas de su cuerpo eran notorias, siendo la mas llamativa aquel brazo roto que le colgaba sin fuerza, sin embargo sonreia con satisfaccion.

-Vaya vaya, quien diria que esto pasaria, como te dije no creo en las casualidades asi que estoy seguro que tu eres mi camino a la redencion, tienes un gran potencial, haz despertado el septimo sentido y no solo momentaneamente, tienes todas las caracteristicas de un santo dorado pero aun tienes esa burda armadura de plata-

Sage cerro los ojos y respiro profundamente, abrio los ojos lentamente y cuando estos estuvieron abiertos, como un relampago, Sage aparecio frente a Nero y coloco su palma sobre el torso de la armadura.

-Armadura de plata, haz cumplido tu trabajo, haz guiado a este joven hasta este punto, Athena esta muy complacida con tu labor pero es hora de que descanses y esperes al proximo que te vestira, yo, en mi ultimo momento comp patriarca te relevo de tu deber-

La armadura comenzo a vibrar a las palabras del patriarca y en un instante se separo de Nero, la armadura se uniria en su forma de constelacion y despues saldria com una estrella fugaz de aquel sitio. Sage salto hacia atras y hablo.

-He visto la fuerza, el orgullo y la determinacion del leon dorado en ti, sin embargo es hora de que demuestres que eres digno de una armadura dorada.

Nuevamente el patriarca incendio su cosmos y poco a poco, de la tierra volvieron a emerger almas en forma de orbes de luz, pero esta vez eran casi mil de ellas las cuales tomaron forma de craneos y se incendiaron en un fuego azul.

-Solo hay una manera de detener esto, viste la piel de el leon dorado y utiliza la fuerza del relampago para eliminar a cada alma aqui, falla una y el daño que te hara una de estas sera tal que no volveras a incendiar tu cosmos jamas......... HOOOOOO.... DEMUESTRA QUE ERES DIGNO DE LA ELITE DE LOS SANTONS ATENIENSES!!!!!!!-

Con un movimiento de su brazo, todas las almas se lanzaron a gran velocidad sobre el ahora desprotegido santo.

-¡Ungh!- Nero fue proyectado hacia atrás y frenó su carrera al colocar la mano sobre la tierra, se levantó rápidamente y miro a Sage.

¿Para que ustedes vinieran? ¿Era acaso una especie de trampa o emboscada? Frunció el cejo con molestia ¿cómo que burda armadura? Es esa armadura a la que según él el mismo no ha podido honrar ni ser digno de ella, y que según Nero tampoco es digno de portarla pues su anterior portador murió defendiéndole y al obtenerla había cometido un gran error que le costó la vida de una de las personas que más estimaba perdiéndolo así todo.

Levantó la guardia no obstante ya tenía al patriarca cerca suyo. Apretó con fuerza la quijada esperando un buen golpe, más lo que sucedió le sorprendió en sobre manera... ¿Acaso le estaba poniendo a prueba?

-¿Qué?...- La armadura de plata yacía frente suyo... solo le había visto de semejante manera cuando transportaba la misma en su caja de pandora.

Desvió su mirar hacia Sage -No sé si soy digno o no- Levantó una vez más su cosmos... -Pero ¿'por qué no? intentémoslo.- La sonrisa socarrona no buscó escondite en sus facciones al tiempo que aquellas azulinas almas se levantaban nuevamente, así que ahora era su turno de hacer frente a la técnica...

Nada mal... Todo o nada. Si moría ahí solo sería un cadáver más en el cementerio de santos, tal como menciono Saga aquel día en el bosque.

-... "¿Seré digno realmente... y por qué ha llegado a esa conclusión Sage?"-

momento de decidir

Respiraba de manera tenue, listo para lo que se avecinara.  ¡Estaba listo! no más dudas, no más miedo, no más debilidades. Se abalanzó a una velocidad impresionante haciendo arder su cosmos hasta el infinito mismo...

"Dejemos que el chico y otros santos de plata lo busquen"

"-Propongo que… Perseo ¿verdad? Vaya solo a buscar a Sage y lo traiga. ¿ chi lo sa si sepa algo respecto lo que acontece? "–

"¡Hey, Nero! Buena suerte encontrando al Patriarca, sé que podrás hacerlo"

”No ocupéis la mente con necedades y no malgastéis el tiempo en cosas vanas"

Potenciales como el tuyo siempre son dignos de apreciar, creo en tu fuerza tanto externa como interna"

"No lo eches a perder"

"Sigue luchando, no dejes de intentar golpearlo, busca su punto débil, intenta recordar donde tenía las heridas que dejó su última batalla"

"Leo, corresponde al León de Nemea, hijo de Tifón y Equidna, animal invulnerable que asolaba los campos devorando a las personas y al ganado...  Nero ¿estas poniéndome atención"?

-"Y con una mierda que lo estoy, Credo..."-

Su sonrisa se amplió, y lanzando un grito de guerra fue que se lanzó en medio de dicho ataque. Aquello parecía ser una locura ¿Cómo diantres esperaba sobrevivir a ello?

Attack!

¡Tendría que moverse más rápido! Mucho más rápido... Tan rápido como la misma luz... ¡Eso era! Su cosmos ardió fervientemente como jamás lo había hecho anteriormente, era el león de Nemea y frente de él estaba su presa. El ataque se dirigió rápidamente hacia el albino y estuvo a punto de impactarle, de  no ser por la armadura dorada que ahora cubría su cuerpo...

Nero lanzo su puño contra Sage pese a la distancia, de inmediato miles de líneas se divisaron, cada una de las mismas representaba el puño del albino moviéndose a la velocidad de la luz pudiendo de esa manera contrarrestar el ataque del patriarca y seguir el mismo de largo.

Ha nacido un nuevo santo de oro.