Cadena y Rosario. ㅡAinhoa

Los movimientos enemigos eran en ocasiones diferentes, a veces se movían tan rápido que ni siquiera los dorados podían seguirles el rastro, en otras ocasiones eran tan fácil el capturarles que Maina dudaba, aseguraba  si era por mera voluntad del enemigo el ser visto que las habilidades, no porque dudara de ello pero la facilidad de ello, quedaba en cuestión.

Que su modo de pensar pacifista jamás irrumpiera su entrenamiento, a decir verdad ya había holgazaneado demasiado, no estaba para perder el tiempo. Nuevamente aquella cascada era visitada por la amazona de Virgo, desde los últimos acontecimientos, nunca mas volvió a salir sin su armadura, para no volver a cometer el mismo error dos veces.
Entro en estado total de meditación, ambas palmas de sus manos unidas, sus piernas cruzadas una encima de la otra, así como sus ojos yacían completamente sellados, dejando sumergir su mente en total paz, sin algún pensamiento o recuerde que lograra perturbarle.

ㅡOhm...ㅡ

El cosmos dorado de la fémina, le envolvió en su totalidad el cuerpo, prueba clara de la meditación en la que se encontraba, así como su cuerpo sin cambiar de posición, yacía metros arriba alejado del piso, en una levitación que solo era resultado de aquella profunda concentración de la amazona, y mas a ello no le hizo evitar aquel cosmos compañero, que le hizo formar una línea curvea en modo a una sonrisa.

ㅡEspero tu venida hasta aquí sea para instruirte en tu entrenamiento. Asgard es bello, pero no hay que descuidarnos, nunca se deja de entrenar.ㅡ Hablo con simpleza, aquella pupila suya le tenía un cariño especial, seguramente en un futuro podría ser ella su sucesora. Compartían similitudes, era probable que por eso se complementaban y Maina tenía cierta preferencia por la peli-verde.

ㅡUn llamado.ㅡ Repitió en voz queda, si algo era parte de las habilidades de Maina era el conocer más allá de lo fisico, no había necesidad de mirarla con sus ojos externos, para saber que esa chica perteneciente a la constelación de Andromeda, era llamada por lo que ambas tenían en común, Virgo.
Sabia que habría una conexión entre ambas, y el hecho de la petición de entrenamiento y conocimiento, le daba pauta para no declinarlo, sin embargo, ante ese respeto mostrado y el hecho que todo en la chica respondiera a la amazona dorada, Maina podía sentir algo en la cosmo energía de Andromeda, algo que quizás le tenía preocupada, que le hacia perder su equilibrio; Virgo no era de inmiscuirse en ese tipo de cosas, pero si iba a ser su maestra, debería saber algunas cosas.

ㅡLa curiosidad nos da muchas sorpresas, hay que ser cuidadosos con ella.ㅡ Sin mas preámbulo, todo en la amazona dorada cambio, dejando sin rastro alguno de tranquilidad, alzando su cosmos envolviendo a ambas, cabía decir que era por su propio gusto y de manera obvia que se mostrará ’amenazador’, si de algo se caracterizaba ella, era de las duras pruebas a las que podría someter a sus futuros pupilos, no por el hecho de alardear su poder, si no por el fin de ayudarles a esclarecer sus dudas, su luz en el camino, ¿de que otra manera acabarían en batalla si su mente estaba plagada de confusión?
ㅡDime Andromeda, ¿porque elegiste este camino de batallas y guerras? Si no hablas con sinceridad, yo lo sabré. Elige bien tu respuesta, de ello penderá mi respuesta para contigo.ㅡ En esa seriedad mostrada, se ocultaba un sentimiento de expectación, como una necesidad de conocer a la chica y saber sus ideales o lo que acontecía en ella, si, y aquello sin duda era una de las pruebas verbales y espirituales a que Virgo podría brindar la mayor calma, o todo lo contrario.

ㅡEn ocasiones, necesitamos de palabras duras para hacernos ver las perspectivas y objetivos desde otro ángulo, Cáncer tiene esa peculiaridad, aunque no sea muy sutil.ㅡ

No pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa, puesto que lo mencionado por el caballero regente a Cáncer, parecía ocurrir con la mayoría de la orden, en manera personal su encuentro con él había sido mas o menos similar, haciéndole trastabillar en sus convicciones, pero observándolo por otro medio, solo era una manera poco amable, de hacerle ver la veracidad de las cosas y la situación, dejando paso nulo a las dudas, y férvidamente esperaba que así sucediera con Andromeda.

ㅡSabes, tenemos muchas similitudes, Andromeda. Seguimos un mismo camino donde las cosas se resuelvan sin violencia, donde se piensa que sea el último recurso a usar, y por ello, se que me has dicho la verdad. No hay pie a duda de que eres una regente nata del signo de Virgo.ㅡ Como una madre orgullosa de su hijo pródigo, es que podría compararse el pronunciar de aquellas palabras de Maina. ㅡEl camino que elegimos y al que hemos sido elegidas también, esta lleno de obstáculos, de muertes, de muchas batallas, pero así también de victorias, de momentos irreemplazables, de lazos con nuestros compañeros incomparables. Sabiendo esto y jamás dudando, el campo de batalla y todas las adversidades que se vengan, podrán ser superadas.ㅡ

Finalmente, rompió aquel incremento de cosmos volviendo a la normalidad, rompiendo así también con su posición de loto, Andromeda había pasado inconscientemente la prueba que Virgo le había impuesto; apoyando su palma diestra en el suelo, se dispuso a levantarse, virando su cuerpo en dirección a la dama peli verde. ㅡEntrenar conmigo no será a como tal vez lo hayas sido en tu preparación para amazona, debes saber que lo primordial, es el manejo espiritual, el manejo del cosmos. Nuestras técnicas derivan de ello, cuan mejor manejo, mejor poder tendrá cada técnica; no solo hablo de meditación, si no de otras pruebas que a ojos ciegos e ignorantes, podrán ser burdas y sin sentido, sin embargo, el contexto que conllevarán, te aseguro, el resultado será favorable.ㅡ Probablemente su idea no era someterla a la clase de entrenamiento que ella sufrió, tenía otros planes, solo para hacerle notar la capacidad de la cual Maina, se había dado cuenta que poseía Ainhoa. Su fe en la amazona de Andromeda era alta, así como alguna vez tuvieron fe en Virgo.

ㅡEl aprendizaje será mutuo, como tu tienes que aprender de mí, como yo de ti.ㅡ

En su larga vida de entrenamiento, Maina logro concientizar que un entrenamiento no es solo de una persona, sino implica más participantes, porque solo así es que uno se enriquece en sabiduría, no todo esta en los libros, no todo esta en los viejos sabios, los jóvenes aunque inexpertos, poseen así también sabiduría a compartir, mucho de los que los llamados maestros a veces necesitan aprender, no por algo se conoce el famoso dicho del ‘Alumno superando al maestro’.

Virgo jamás había considerado relevante el portar su mascara, porque la mayor parte del tiempo sus ojos permanecían sellados, y se consideraba además, un igual a sus compañeros, ¿qué necesidad había en portar aquella extensión de armadura? Si al aceptar, era ya considerada un guerrero. Iba en contra de esas leyes llenas de prejuicios que a su gusto podrían ser un tanto machistas, aunque la misma Athena hubiese implementado esa regla.

ㅡConozco tu rostro, Andromeda, por detrás de esa mascara, se como eres. Es tu decisión portarla o no estando conmigo, confío en el compromiso y tu palabra de entrenar bajo mi tutela, sin embargo se también lo que esa mascara significa, no te sientas en obligación de quitártela solo por ser equivalente.ㅡ Porque un maestro jamás fuerza a su alumno a ir en contra de un pensamiento propio, que su voluntad sea por su propia y porque lo quiere así.

En cuanto pronunciaba palabra, Maina continuaba avanzando, adentrándose hasta donde caía la cascada, en un río congelando, deteniéndose así justamente al medio de este.
ㅡ¿Sabes que tu cadena puede viajar a través de dimensiones?ㅡ Y con esa pregunta, Maina comenzaba su entrenamiento para con su alumna de cabellera verde.

Apremió la infalible fidelidad hacia las reglas que se estipulaban en el Santuario bajo el mando de Athena, y ello le hizo estar aún más tranquila, confirmándole que frente a ella tenía una excelente alumna, tal vez con unos pensamientos que todavía la pusiesen a dudar de su posición o de sus objetivos, sin embargo, para eso estaba ella, para brindarle todo el apoyo y entrenamiento posible que le permitiera su conocimiento, en tan corto tiempo, es que había creado un lazo de alumna y maestra que no deseaba romper ahora, no hasta creer que había sido suficiente y ella no necesitaba aprender más.

Guardó silencio un momento, seria muy exagerado de su parte el hecho de jugar con la mente de la menor o en su defecto, hacerle atravesar dimensiones, pero era en si lo que tenía preparado para ella, sabia por mera experiencia que uno como humano crece y se desarrolla cuando se ve atado en las peores complicaciones, solo así es como se atreve a responder de una manera que jamás lo hubo creído y salir del problema con un buen resultado, o en su defecto sucumbía a este y se quedaba estancado en su crecimiento, peor Maina estaba segura que Ainhoa no sería así.

ㅡTus cadenas sirven más allá de ser solo una alarma anti peligro, como ya he dicho, estas pueden viajar entre dimensiones y atraerte a tu dimensión real, ¿como? Tu misma has dado la clave, al responder al peligro, aun estén en una dimensión diferente, siguiendo el cosmos enemigo de quien provee la técnica, viaja entre estas, respondiendo en un contra ataque, rompiendo así la técnica inicial del oponente y trayéndote de regreso.ㅡ Explicó, en lo que Virgo comenzaba a alzar su cosmos, haciendo que el aura dorada de antes comenzará a envolver su cuerpo. En el medio de la cascada donde se había detenido, dejó su cuerpo caer, retomando de nuevo la posición de loto de meditación. ㅡAprenderás eso hoy, yo voy a ser tu oponente. Y debes saber que, si no escapas del lugar a donde te mande, no habrá forma en la que puedas regresar a la realidad, te quedaras allí sin retorno.ㅡ Y aquel tono cálido había sido sustituido por la completa seriedad que demostraba Virgo, haciéndole notar que iba muy en serio con ello y más que todo, que realmente esperaba la amazona de Andromeda pudiera con ese entrenamiento, no todos los enemigos son iguales, y muchos se atreven a jugar entre dimensiones y la mente, así como lo hacia ella y el caballero de Géminis. ㅡCuando estés lista, damos inicio.ㅡ Esperaba la viese como su enemigo y no como su maestra en ese momento, solo así podría desarrollarse más que solo tomándolo como un simple entrenamiento.

Pudo percibir una variación en lo que a la amazona de bronce se refería, tal vez podía sentirse insegura, pero Maina confiaba plenamente en ella, confiaba que podría descifrar la enseñanza que ella quería transmitirle, que podría con ello de manera exitosa, su fe estaba puesta en ella, pero no por ello sería condescendiente, por el momento que aquel entrenamiento durara, Maina era su enemiga, y la menor debía verla como tal si no quería fracasar. Obviamente Virgo no la dejaría en el encierro de una de sus técnicas, mas lo hubo dicho para hacerle entender que ella iba completamente en serio, como si de pronto fuese ella un enemigo que hubo traicionado a Athena, así debía verla, o de lo contrario no seria como ella lo tenía ya previsto.

El aura dorada comenzó a emanar y rodear el cuerpo en posición de loto de la amazona dorada, su cosmos comenzaba a alzarse, y tras ello, la palma de su mano izquierda la colocó al frente de ella, con su mano izquierda unió la yema de su dedo índice con la yema de su dedo pulgar, claros símbolos del Budismo que eran parte de las técnicas ilusorias y dimensionales de la fémina rubia; el asentimiento por parte de Andromeda fue respuesta suficiente para que ella diera comienzo a aquel dichoso entrenamiento.

—Ohm...—

Tras solo aquella pronunciación que pareció más bien un solo sonido proveniente de su garganta, el paisaje de lo que se mostraba eran las tierras de Asgard, aquella cascada que se había congelado parecía hace muchos años atrás, comenzó a desaparecer, así como la misma presencia de ella, dejando sola a Andromeda en el paraje que Maina le tenía preparado.
Sin rastro alguno de Virgo, el ambiente que envolvía a su alumna era una manta de oscuridad, un aire tan pesado que un humano común podría desfallecer en ese momento, aromas había entremezclados; sangre, humedad; así como mas de un sentimientos podían agobiar a la alma más débil e inocente; soledad, desesperación, tristeza. Conforme avanzaban los segundos, la imagen se volvía mas clara y es entonces que se podía apreciar el lugar: El Yomotsu Hirasaka.
Apenas fueron unos segundos en los que Andromeda era la única allí, mas los planes de Maina recién comenzaban, y a ello dio su primer movimiento; quebrantaduras comenzaron a resonar en aquel desolado lugar, provenientes del subsuelo, dejando salir a la superficie unos centenares de manos que rodeaban a Ainhoa; saliendo estas torpes pero con un fin, dejar mostrar un cuerpo físico cadavérico y atacarla, aquellos cuerpos en estado de descomposición se trataban de almas perturbadas que vivían eternamente en tortura en aquel lugar, y reaccionaban ante la ‘frescura’ de un humano allí. Comenzaron siendo un centenar, porque Maina quería ver de lo que su alumna era capaz; ¿caería su mente? ¿Podría diferenciar entre una dimensión y otra y salir de esta por si misma? Estaba expectante, no podía negarlo, deseaba ver su potencial.