Conociendo el Palacio

Banda Sonora:

La audiencia con la señorita Hilda había finalizado, permitiendo al caballero de Megrez recibir respuestas a algunas dudas que tenía respecto a la situación actual. Lamentablemente para él, había otros tópicos inconclusos que todavía carecían de una explicación que le satifaciera, pero para no preocupar más a la representante de Odín en Asgard, ni tampoco a sus compañeros dioses guerreros, decidió dejar a un lado el tema y aceptar que tendría que esperar a un momento y lugar diferentes para obtener las respuestas que tanto le eludían.

-"Son varias cosas a considerar ciertamente... pero tampoco puedo permitir distraerme demasiado de la misión principal. Debemos encontrar la oportunidad de arribar al santuario y recuperar la alianza de los santos de bronce y plata con el fin de poder hacerle frente a la armada de Poseidón... Solo quisiera que el camino a recorrer fuese tan simple como eso."

Después del ataque de los dioses guerreros renegados, Edzard estaba consciente que el recorrido que separaba a las fuerzas de Odín y Athena de la victoria sobre el Dios de los mares, no sería llano y directo, sino repleto de obstáculos que involucrarían seguramente nuevos enemigos, resolver disputas internas y aceptar la pérdida de aquellos que por una u otra razón, no estaban destinados a ver el final del combate.

-"Hmp... Cosas como esa me hacen preguntarme cuanto tiempo me queda realmente..."

Aún perdido en sus pensamientos, produciendo un metálico eco por cada paso que daba portando su armadura, el de cabello violáceo recorría de manera instintiva el sendero que lo llevaba desde el salón del trono a la entrada del palacio, desde donde pretendía volver al bosque a continuar con sus deberes de vigía, intrigado para ver si el murmullo de los árboles tenía noticias o rumores para él. No obstante, no estaba lo suficientemente distraído para no notar a un joven de informal indumentaria, con la vista perdida sobre la ventana de uno de los pasillos, avistando la magnificencia de las nevadas montañas.

Este joven portaba un grueso chaleco de cuero negro, un pantalón grisaceo, unas largas botas que casi llegaban a sus rodillas, así como unos guantes que seguro mantenían a una temperatura comoda sus manos. Pero había 2 aspectos que más llamaban la atención en aquel individuo. Su larga capa negra de piel (Muy parecida a la del mismo Edzard, solo que la suya era marrón) y su parche en el ojo izquierdo, lo cual por sí mismo le daba un porte rudo, intimidante y hasta enigmático. Pero nuevamente, por su aspecto, era fácil intuir que se le daban los dotes de cazador, y esa era una profesión donde era fácil sufrir uno que otro accidente.

-Saludos Joven... ¿Puedo preguntarle su nombre y sus motivos en el palacio?

Al no vestir ningún tipo de armadura sobre su cuerpo, el joven despertó algunas sospechas en el Dios guerrero de Megrez, mas sin olvidar las palabras de la señorita Hilda, rapidamente suponía que era uno de los nuevos aliados que reemplazarían ya sea a los Dioses guerreros o caballeros dorados faltantes. Sin embargo, prefería que fuera el mismo forajido quien diera respuesta a esa interrogante.

-Hmp... mi nombre es Edzard, de Megrez Delta.

Diría con su semblante serio de siempre cuando le tocara el turno de presentarse, ya fuera por que el visitante ya se hubiera presentado educadamente o por si se negaba a dar su nombre hasta escuchar el de aquel que lo estaba interrogando.

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PD: Lo edité por que no funcionaba el link del soundtrack, pero ya quedó.

-"Así que Alioth Epzilon..."

Pensó para sí mismo el guerrero de Megrez al escuchar el nombre de la estrella guardiana del recién llegado. Si bien la ausencia de su ropaje sagrado aunada a la pose relajada e indiferente que reflejaba al estar recargado al lado de la ventana no le daban el porte de un caballero, Edzard sabía que las apariencias no tenían nada que ver en lo que a capacidades y motivos para combatir se refiere. Además, definitivamente le creía la parte de ser un cazador. Su figura y apariencia eran las de alguien que había enfrentado a la interperie multiples ocasiones y salido avante, aunque quizás con uno que otro altercado en sus tantas excursiones.

- En efecto.

La respuesta del peli violáceo fue simple y directa, pero no había mucho que pudiera agregar a una interrogante que solo buscaba recalcar lo obvio. Pese a que no lo hacía con mala intención, su manera de actuar tan seria a veces podría hacerlo verse como alguien frío y distante. Mas las personas que habían logrado acercarse lo suficiente a él sabían que podía ser un bondadoso aliado al pendiente de las necesidades de los demás.

-Hmp... Descuida. Lo mejor será que conozcas a tus otros compañeros... Acompañame por aquí.  

Dijo para posteriormente comenzar a moverse una vez más con rumbo a la entrada del palacio, con el fin de encontrarse ya sea con Astryd o Pavel, puesto que al haber estado hace poco en una audiencia con la señorita Hilda junto con ellos, esperaba que continuaran dentro del palacio y así poder presentarles al nuevo aliado de los Dioses guerreros. Tras asegurarse de que el joven de cabello azulado lo estuviese siguiendo, Edzard aprovecharía para relatarle un resumen de lo que sucedía actualmente.

-Hmp... el deber de los dioses guerreros siempre ha sido resguardar Asgard de cualquier mal que cierna sobre nuestro pueblo. Pero ahora tenemos un nuevo objetivo que es ayudar a los santos dorados en su lucha contra Poseidón... - Y así continuaría hasta que el joven lo interrumpiera con alguna duda y/o comentario ó hasta encontrarse con alguien más que quisiera tomar la palabra por él y explicarle al joven.

- ...

¿Hablaba enserio? ¿No sabía quien era Poseidón? ¿No sabía quienes eran los santos dorados? ¿Con que clase de ignorante estaba interactuando? El semblante normalmente serio de Edzard sutilmente comenzó a adoptar una mirada de incredulidad y desdén. ¿Enserio alguien tan absorto de los acontecimientos era uno de los guerreros elegidos por el Dios Odín? En cualquier caso, decidió detener su rápido juicio sobre el joven ya que con suerte solo sería cuestión de ponerlo al tanto para que se volviera un aliado valioso. O al menos eso esperaba el caballero de Megrez.

-Hmp... veamos...

El Dios guerrero detuvo un momento su recorrido hacia el palacio para recargarse a una pared y dar un largo suspiro. No le gustaba hablar demasiado, pero el panorama lo hacía sentir la obligación de poner al tanto a su compañero, aunque le frustraba no poder dejar implícitas muchas cosas. Eso significaba que tendría que recalcar varios puntos que para él eran obvios. No obstante, tampoco quería sentirse culpable por que el recién llegado se expusiera a algún peligro por no saber a lo que se enfrenta.

-Quiero pensar que conoces a los Aesirs, los dioses principales del panteón nórdico, como Odín o Thor. Bueno, así como nosotros somos resguardados por dichos seres divinos, existen otras culturas con sus respectivos dioses en quienes creer. Poseidón sería el Dios de los mares de la mitología griega... y en caso que no lo sepas, el mar es un vasto cuerpo formado de agua.

Luego de explicarle que era Poseidón, procedió a decirle respecto a la Diosa Atenea. Aunque sabía que los santos la defendían con sus vidas y que para ellos simbolizaba la paz en la tierra, no estaba seguro que se le atribuía. Algunos la mencionaban como la Diosa de la sabiduría mientras que otros como Diosa de la guerra. Para no confundir a Grimmjow con sus propias dudas, decidió solo decirle que era una Diosa noble que defendía la paz en la tierra pero que Poseidón ambicionaba tanto la tierra como el mar. Una explicación algo simple, pero si era muy detallista ahora solo terminaría confundiendo a su compañero.

-Atena es defendida por un grupo de caballeros, como los dioses guerreros de Odín. La diferencia es que sus caballeros tienen 3 categorías por lo que me han contado. Bronce, plata y oro. Según sé, los caballeros de Poseidón fueron demasiado para los caballeros de bronce y plata, quienes no pudieron defender su santuario. Por alguna razón, los caballeros dorados no pudieron acudir al llamado a tiempo, por lo que Poseidón se hizo con la victoria.

Tras otro largo suspiro y perder sus ojos en la bella alfombra del palacio, Edzard prosiguió a contar como el Patriarca decidió buscar refugio en Asgard para poder aguardar un momento en el cual pudieran hacerle frente a las fuerzas de Poseidón, pero eso implicaría a esperar al despertar de los caballeros dorados, quienes poco a poco iban apareciendo y se les era indicado que debían dirigirse a las tierras del norte de Europa, dominios de Odín.

-Hmp... Y básicamente es allí donde entramos nosotros, como refuerzo a esta lucha. Pudieses pensar que no es algo que nos corresponda, pero lo cierto es que si nadie detiene a Poseidón, nada le impediría conquistar estas tierras también "Sn mencionar mis propios motivos personales para ver sus fuerzas caer." ...(Suspira) ... ¿Ya más o menos entiendes la situación?

La reunión establecida por la señorita Hilda para la bienvenida de uno de sus compañeros no solo dejo alegría al recibir con bien a aquel dios guerrero que había partido ya hace mucho si no también había dejado en mente de la pelirroja múltiples preguntas personales y ciertas intriga sobre el paradero de su antecesor, y como es que había muerto tan fácilmente siendo uno de los más resistentes y fuertes guerreros de Odín lo que traía cierta desconfianza ante las palabras de la señorita Hilda; a su parecer posiblemente había algo mas allá de su entendimiento, había algo que ocultaba celosamente la representante de Odín por no querer involucrar o distraer a las ahora líneas formadas, pese a eso no pondría en duda la palabra de la mujer a quien le había prometido proteger y dar la vida en nombre de su dios

-Hay algo raro en todo esto, tengo la impresión de que sigue ocultando algo la señorita Hilda- soltó para sí misma meditando en su habitación la situación

Una tormenta fría y silenciosa se acercaba al palacio, se podía sentir el frio a pesar de que los cuatro grandes muros del castillo protegían de cualquier intemperie, esto no pudo ser más conveniente para el sentimiento que se sentía alrededor dadas las noticias recibidas, no tenía mucho tiempo aquí y sentía que no podía quedarse simplemente con los brazos cruzados a la espera de una orden de la señorita Hilda en nombre de Odín, comenzaba a sentir la pérdida de su antecesor no por su propio merito pero si por ese dolor que su compañero Edzard le había llegado a transmitir, haciendo recordar ese dolor en su pecho que sentía cada vez que recordaba a su madre y la pérdida que esto represento para la joven Nórdica, pero ahora debía enfocarse en algo mayor y dejar de sentir todo ese dolor que ella misma se provocaba al recordar, había sido entrenada para desempeñar este papel por mas golpes que diera la vida ahora mismos era digna de portar la armadura de Duphe Alfa y debía enfocarse

Astryd se encontraba en sus aposentos aun con la armadura puesta solo por un momento ya que le parecía muy pesado de su parte rondar por los pasillos del palacio aun con una armadura, debía descansar de ella por lo que no dudo en cambiarse a uno de los tantos vestidos que la señorita Hilda le había regalado, su fuero interior prefería un pantalón y una camisa como siempre lo había hecho con su padre, pero no había nada parecido en aquel lugar por lo que no tuvo otra alternativa que ponerse un vestido color azul marino y unos zapatos de piso al tono, las jóvenes mucamas que tenía a su servicio estaban más que dispuestas a ayudar pero habían sido corridas por la misma pelirroja que prefería hacer eso sola esta vez y no con tantas manos sobre ella, Hilda estaría acostumbrada pero realmente Astryd no y estaba segura que podría sobrevivir a esta “aventura”

Astryd se había aburrido en su habitación así que decidió salir a dar una vuelta, claro que el clima no ayudaría a que saliera al exterior por lo que solo le daría la oportunidad de pasearse por los corredores, no tardo mucho en escuchar algunas voces conversando, reconocía una pero la otra no lo que le creó cierta curiosidad, pero no quería interrumpir así que solo tomo distancia y con sumo sigilo como lo haría durante la cacería se acerco, escuchaba la mayoría de la conversación hasta que entendió que sucedía; se trataba de uno de nuestros nuevos compañeros como lo había mencionado la representante y Edzard tenía problemas para expresar con claridad lo que eran y la situación por lo que decidió salir de entre el anonimato

-buen día jóvenes – salude con amabilidad – me presento, mi nombre es Astryd portadora de la armadura de Dubhe Alfa y prácticamente la guardaespaldas de la señorita Hilda, si hay alguna duda que presente podemos ayudarle, ya ha conocido a mi compañero Edzard y a obtenido una breve reseña de los acontecimientos – respondió amablemente

-podría ser tan amable de volver a repetir su nombre si no le es molestia?- respondió amablemente de nuevo, mostrando una agradable y tenue sonrisa

No quería importunar la situación ni molestar, pero parecía que estaba ansioso por conocer a sus compañeros que no vio ningún problema presentarse ella misma ante el joven acompañado por Edzard

-Ciertamente el contexto emocional de los santos de bronce y plata se ve bastante desfavorable para nuestra situación. Hmp... Como mencionas, es muy probable que varios de ellos hayan incluso cambiado de bando. Pero confío en que los dorados sepan recordarles cual es su propósito y logren unirse una vez más para enfrentar esta amenaza.

Respondió el guerrero de Megrez ante el comentario del joven Grimm respecto a la situación de los caballeros derrotados por las fuerzas de Poseidón. No obstante, a Edzard le satisfacía ver que su compañero estaba comenzando a entender más el panorama de la situación. Seguramente dentro de poco ya tendría el conocimiento suficiente para participar en misiones y representar un mayor apoyo al equipo de santos dorados y Dioses guerreros, aunque aún seguía teniendo curiosidad de cuales eran sus habilidades. Bueno, tarde o temprano lo descubriría, no había razón para impacientarse.

Poco después el joven del parche sugeriría conocer a alguno de los caballeros dorados, lo cual le parecía un avance, además de una mejor oportunidad para que alguien más le diese más detalles y el poder permanecer callado como solía preferir. Aún así, admitía que resultaba agradable conversar con aquel chico. Después de todo, a veces el intentar explicar las cosas ayuda a que uno mismo las entienda mejor.

-Me parece bien. Veamos si hay alguno en el palacio de momento.

Mas en medio de su enunciado, una nueva presencia arribaría al palacio. Se trataba de Astryd, la guardiana de la armadura de Dubhe Alpha, la cual curiosamente no estaba portando. A decir verdad, ese ropaje sagrado era uno de los más impresionantes (e intimidantes) no solo en protección sino también en apariencia, por lo que ahora sin ella la joven pelirroja lucía bastante bella en lo que a la perspectiva de Edzard correspondía. Desde luego, no hizo ningún comentario al respecto, eso era algo con lo que el mismo lidiaría. De momento, simplemente se limitaría a saludar.

-Saludos Astryd... Hmp... en efecto, hemos tenido la oportunidad para conversar un rato.

Hasta sonaba raro que Edzard dijera un enunciado como ese, ya que no era alguien a que disfrutara hacer uso de la palabra, mas cuando lo hacía, sabía hacerlo bien. En cualquier caso, Astryd preguntó por el nombre del nuevo recién llegado y aunque el caballero de Megrez pensó en responder por él, decidió dejar que el mismo Grimmjow se presentara, pensando por su parte lo agradable que estaba resultando este nuevo equipo. Más razón para esforzarse en cuidar de ellos para que no compartan el destino de aquellos que ya no pudieron seguir portando sus armaduras.

Desde el instante en el que la guardiana de Dubhe Alpha comenzó a entablar conversación con el recién llegado, Edzard procuró mantenerse callado durante su charla hasta que su turno para responder llegara, que de irle bien, posiblemente ya no tendría la necesidad. No obstante, permanecía en el recinto al lado de sus compañeros escuchando atentamente lo que tuvieran que decir, después de todo, era una buena forma de saber más de ellos sin tener que hacer una pregunta directa por sí mismo.

Y aunque fuera por solo un momento, el caballero de Megrez pudo notar como espontáneamente la mirada del joven Grimm se perdía en el vacío un momento, a la vez que de su boca escapaba un leve susurro que Edzard no pudo escuchar del todo, mas definitivamente supo que se salía del contexto de la conversación que estaban teniendo en ese momento. ¿Habría sido un leve impulso sentimental ante la sorpresa que le causó la belleza de la joven? Tendría sentido, pero no estaba del todo convencido ya que las facciones en su semblante no se asemejaban a las que él mismo trataba de ocultar.

-"Hmp... ¿Y eso que fue?"

Pensó para sí mismo el guerrero de Megrez tal la inesperada reacción del joven del parche, pero sería una observación que se guardaría para sí mismo. Posteriormente Grimm cambió el tema de conversación para elogiar la estrella de Dubhe Alpha y el ropaje sagrado que le corresponde, cuyo diseño está basado en el mítico dragón Fafnir, cuya leyenda cuenta que aquel guerrero que se bañara en su sangre se le sería otorgada la inmortalidad.

- La armadura de Alioth Epzilon si no mal recuerdo está basada en Fenrir, un enorme lobo tan fiero y poderoso que ni los mismos Dioses eran capaces de domarlo. Pero estoy seguro que una fuerza así guiada por el camino correcto probaría ser también una gran ayuda.

Diría Edzard atraído por el nuevo tema de conversación referente al folclor de cada ropaje sagrado. Sin embargo, para evitar hacer sentir mal al recién llegado, no diría que dicha criatura tenía un papel sumamente radical en el fin del mundo nórdico (O Ragnarok), gran guerra de los dioses donde Fenrir se vengaría de aquellos Dioses que lo encerraron por no poder controlar su poder y daría muerte al padre de los Aesirs, Odín. No necesariamente una historia digna de contarse en ese momento, pero siempre le había parecido interesante. De hecho, la mayoría de las historias de los ropajes sagrados se lo parecían.

-"Me pregunto si las armaduras de los santos dorados también cargan con una buena historia respecto a su origen." - Pensaría antes de recordar que estaban buscando a alguno de los caballeros dorados para tener la oportunidad de introducirle alguno a su nuevo compañero Grimmjow.