Una pequeña platica (Milo de escorpio)

Miré a Meiling con mi frialdad habitual pero le dediqué una leve sonrisa-he salido en busca de espías, últimamente debo encargarme de atraparlos y exterminarlos-dije con frialdad mientras el viento agitaba mi capa, -las formalidades de palacio son tediosas y aburridas, prefiero la acción de un buen combate,-dije mientras permanecía alerta, por si algún espectro aparecía.

-Y dime Meiling ¿que es lo que haces tu por este lugar?-le dije, aun no conocía mucho a aquella santa que portaba la armadura de Tauro y aunque no me gustaba hablar demasiado, tal vez pudieramos conocernos mejor.

Caia una ligera capa de nieve-ha sido un inesperado placer encontrarnos-dije a aquella bella joven de aspecto delicado, aunque seguramente poseedora de una gran fuerza, mientras mi semblante inalterable no dejaba ver, ni percibir emoción alguna que no fuera aquella frialdad habitual.

-No, no encontré ningún caballero ni de las fuerzas de Poseidón ni de Hades, tanta quietud por parte de ambos dioses no me agrada-dije -tendremos que estar alerta.

Sonrei mientras la oi hablar-¿a ti tambien te gusta un buen combate Meiling?, creo que tu y yo nos llevaremos bien-dije cuando ella se sonrojó al decirle que habia sido un inesperado placer encontrarnos-es un privilegio poder ver vuestro bello rostro-le dije mientras la envonvía con mi capa con un gesto galante aproximándome a ella-venid conozco un lugar agradable-le dije a aquella joven santa de Tauro.

No solia hablar mucho con mis compañeros dorados pero Meiling comenzaba a caerme bien, sonrei de nuevo mientras la tomaba suavemente de la cintura, -permitidme guiaros-le dije con mi habitual frialdad suavizando mis palabras con una sonrisa.
Continuaba nevando mientras los rayos de sol se reflejaban en mi armadura mientras caminaba internándome en el bosque con Meiling, mientras los copos de nieve caian de forma costante y un viento helado seguia soplando.

La escuché hablar-mmm no debes subestimar a nuestros enemigos, hemos matado a algunos espías, yo mismo combatí contra un poderoso espectro hace algunos dias antes de llegar a la reunión que tuvo lugar en el palacio de Odín y logré derrotarlo y destruirlo.

-Yo también entreno para el combate, me gusta estar en forma-dije cuando ella me sonrió mientras caminaba con Meiling.

-Asi es, me gusta la soledad Meiling, aunque debo admitir que ha sido grato encontraros-dije con una leve sonrisa cuando ella se abrazó a mi, mientras seguiamos caminando en medio de aquella ventisca y paramos en un claro donde los árboles eran más espesos, los rayos del sol caían sobre un arroyo de cristalinas aguas, -aqui es Meiling este lugar es donde suelo pasar mi tiempo a solas cuando necesito  meditar-dije mirándola a los ojos con una leve sonrisa, acomodándome con Meiling en aquel prado esmeralda, mientras sentía sus brazos en mi cuello.

Ella comenzó a observar los alrededores y sonriendo traviesa, me pregunto que tipo de entrenamiento realizaba-¿quieres un combate de entrenamiento?-le dije-a veces suelo entrenar aqui-dije a Meiling con una sonrisa leve moviéndome veloz apareciendo a su espalda-también suelo meditar, dime¿que te gustaría hacer aqui?-dije volviendo a moverme velozmente y apareciendo delante de ella mirándola a los ojos tomando suavemente su mentón

Alli en aquel lugar nevaba menos-también podemos charlar solamente y relajarnos un rato, si lo prefieres-dije mientras el sol arrancaba destellos dorados en mi armadura y sonrei a Meiling.
Mientras podia escucharse el cantarín rumor del rio de aguas cristalinas que pasaba por aquel lugar, el viento no era tan intenso pues gruesos árboles cubrían aquel lugar, aunque no era un impedimento ni para Meiling ni para mi.

-¿Y bien?-le dije a la bella santa de Tauro esperando su respuesta mientras permanecía observándola con mis penetrantes ojos azul zafiro.

Asentí dándole a entender a Meiling que usariamos sólo nuestro talento natural cuerpo a cuerpo y cuando ella me pregunto si acaso no sabía pelear cuerpo a cuerpo, sonrei fríamente.

-Lo descubrirás muy pronto Meiling-dije mientras me movía a una velocidad cegadora, mientras los rayos del sol lanzaban destellos dorados en mi armadura y empezaba a dirigir veloces puñetazos contra ella para medir nuestras fuerzas, haciéndola retroceder mientras la arrinconaba contra un árbol, y me colocaba muy cerca de ella.

-Tu turno-la reté mientras la atrapaba de la muñeca firmente y me inclinaba sobre ella pero sin lastimarla, al fin y al cabo solo medíamos nuestras fuerzas, sonrei, en mis ojos azules habitualmente tan frios como si semblante ahora había un destello de pasión por la lucha.

Ella hizo un movimiento hábil y veloz inmovilizando mi brazo, con el cual habia atrapado mi muñeca, era rápida, una oponente a mi altura, pero cuando aquel golpe rozó mi nariz de forma inofensiva, yo ya habia girado veloz y colocándome en posición de combat,e con los ojos brillantes volví a atacar velozmente a Meiling, levanté mi brazo derecho y flexionando la muñeca como si fuera la cola de un escorpión sorprendí con un veloz ataque a Meiling rozando su cuello-no deberías confiarte tanto Meiling-le dije sonriente,-esto es sólo un entrenamiento pero si hubiese sido un combate real podrías haber muerto, los golpes en el cuello pueden resultar ser letales, incluso si un caballero no usa su cosmos-dije girando y tomando su cintura esta vez, mientras colocaba mi mano rozando su garganta sin lastimarla.

-Sin embargo eres veloz y una digna rival-dije brillando mis ojos por la pasión de aquel combate, mirándola mientras la retenía firmemente pero sin lastimarla con aquella presa.

Sonreí,-yo no dije que fuerais débil,-dije -sin embargo tu observación también es cierta-dije  refiriendome a lo que ella dijo que las manos podrían romperse atacando con cosmos o sin el si chocaban contra la armadura. Bajé mis manos, relajándome-dejémoslo aqui, como ves ambos hemos medido nuestras fuerzas y mo me cabe duda que eres fuerte, lo sentí en tu cosmos cuando te encontré-le dije mientras recogía mi capa que había caido en una raiz y aun se mantenía seca y rodeaba con ella los hombros de Meiling para que no tuviera frío.

-Ha sido un gratificante combate, del cual ambos hemos aprendido mucho, no me cabe duda, aunque ambos seamos fuertes y poderosos me gusta entrenar de vez en cuando-dije mientras tomaba a Meiling de la cintura-y vos habeis hecho que este combate sea muy emocionante.

La miré a los ojos mientras sonreí a Meiling, mientras mis ojos azul zafiro se fijaban en sus ojos castaños -y vos decidme ¿que habeis aprendido de este combate Meiling?-dije guiándola para sentarme con ella bajo un árbol, en un sitio que la nieve no habia llegado a caer y se hallaba seco.

-Si asi es, estaba de patrulla Meiling, y será un verdadero placer volver a practicar contigo, -dije mientras sonreia a la santa de Tauro, -suelo ser frio y callado, pero como ves me gusta el combate y mantenerme en forma,-dije -podemos volver a entrenar juntos Meling y si lo deseas puedes acompañarme en mi exploración-dije mientras la miraba a los ojos regresando mi habitual frialdad, aunque Meiling ya me conocía y sabía como era, pues ya habíamos hablado en el palacio de Odín.

Mis ojos relucieron-estoy deseando volver a combatir contra vos-dije a la joven santa de Tauro-y además, de las prácticas pueden sacarse conclusiones interesantes-dije incorporándome. y acercándome a ella-por ejemplo, nunca hay que fiarse en combate de las mujeres hermosas-dije deslizando mi mano por su mejilla mientras sonreia y me acercaba a ella mientras la besé levemente en los labios y la tomaba suavemente de la cintura, me ceñi mi capa tomándola de las manos de Meiling mientras me separaba un poco de ella-creo que vos y yo tememos más cosas en común de las que creia-dije comenzando a caminar a su lado.

Ella me besó intensamente abrazándome mientras yo la apreté lleno de pasión contra mi cuerpo y correspondí a su beso apasionado.
Luego cuando me separé de ella, noté como Meiling suspiró sonriendo sonrojada-claro-le dije con una sonrisa mientras continuabamos por aquel bosque cuando ella me preguntó si seguíamos.

Rodeando su cintura seguí caminando a su lado, todo parecía tranquilo, la nieve cubría con su manto blanco el bosque y los árboles.

Observaba con detenimiento a mi alrededor, mis ojos azul zafiro se volvieron hacia Meiling-estate atenta tanta quietud no me gusta-dije sintiendo repentinamente dos cosmos, sin duda dos espectros estaban alli.

Sonreí fríamente-de todas formas, me encantan las buenas peleas-dije a la santa de Tauro-preparaos pronto tendremos que combatir.
En ese momento dos figuras con armaduras oscuras aparecieron entre la nieve.

Mi sonrisa helada se hizo más amplia cuando una cadena negra pasó a gran velocidad para alcanzar a Meiling, afortunademente pude apartar a Meiling de la trayectoria mientras invocaba la aguja escarlata y mi uña crecía mientras de forma elegante ejecutaba los movimientos de aquella técnica y siete dardos escarlata brotaron de mi afilada uña escarlata e impactaron atravesando la armadura del espectro atacante y atravesó su pecho haciéndolo elevarse por los aires y caer contra la nieve.

Pero aun aquel espectro no estaba muerto-pronto tus movimientos serán más lentos-dije a aquel espectro que había herido y una nueva sonrisa fría e implacable se dibujó en mi rostro, extendí una mano hacia Meiling para ayudarla  incorporarse, ella había salido ilesa por suerte.

Me acerqué sin hablar al espectro de la cadena-se que eres fuerte Meiling-repliqué con voz gélida, -pero no me amenaces-segui con tono frío, mira partí la puntiaguda cadena-es un veneno mortal, ese espectro llevaba ese veneno en la cadena-dije -lo percibí en su cosmos-dije-además aunque su ataque fuera débil era preciso y rápido-dije mirando a Meiling con mis ojos fríos-yo también se defenderme-dije viendo al espectro que ella habia golpeado y que iba a atacarme a mi.

-Se de tu fuerza Meiling, pero no vuelvas a amenazarme-dije mientras tiraba la punta de la cadena envenenada al suelo-se que eres poderosa y no te trate de forma débil, te salve la vida-dije mientras caminaba en medio de la ventisca y sonrei con aquella sonrisa fría-y lo hice porque te estimo Meiling, no porque te considere débil ahora puedes irte si quieres-dije dando por zanjado aquella conversación.